Si un tirano, corrupto, enriquecido robando a su pueblo las riquezas, que el mismo comprobaba la cuantía del beneficio, que iría a parar a sus cuentas, amenaza con limpiar casa por casa, para aterrorizar a la población, ese tirano y los que le protegen deben ser sentenciados a muerte por la revolución, y debe de quedar claro para el pueblo libio, que desde ese momento o Gadaffi muere, o mueren las ansias de libertad, las ansias de justicia y las ansias de dignidad del pueblo, que el canalla se atreve a sentenciar, porque él mismo se identifica con Libia, Libia es él; semejante megalómano es incompatible con el pueblo libio; la magnitud del desvarío, habría de terminar por convencer a su entorno de que apoyar a un personaje tan patético y criminal, no hace más que empañar la poca cordura, la poca justificación que pudiera haber en el propio entorno de Gadaffi, para prestarle colaboración y respaldo, pero a partir de ahí, o se apartan y le dejan solo, o se hacen corresponsables del genocidio, del latrocinio y de la más abyecta indignidad.
jmrmesas
Madrid,23022011
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