jueves, 27 de diciembre de 2018

POR QUÉ LA IZQUIERDA DESPRECIA EL VOTO








POR QUÉ LA IZQUIERDA DESPRECIA EL VOTO

Me pregunto esto con ánimo de entender que ocurre cuando ante una convocatoria electoral, el votante de izquierdas desprecia el voto, y la respuesta es casi inmediata: para qué vale el voto si tras las votaciones todo sigue igual. Para que vale votar si los que mandan seguirán haciendo lo mismo.

Claro está que los medios explicarán los logros que suponen que los gobiernos centrales y las administraciones locales estén en manos amigas que en manos de lo ajeno –enemigas–, pero la diferencia, para el votante ideológica-sentimentalmente comprometido, el votante de izquierdas, más consciente de los problemas sociales y políticos que, sabe por dura y desagradable experiencia que los verdaderos problemas que afectan a la mayoría seguirán igual o peor porque la política que se impulsa desde el poder –gobiernos centrales y locales– es la que el sistema capitalista desea, esa que deciden los organismos internacionales y que los gobiernos de izquierdas no son capaces de romper, por ejemplo Syriza en Grecia, es el ejemplo más sangrante, pero la tónica de la izquierda es de esa característica: respetan el comunismo burgués del capital financiero, la derecha que carga de deudas a los Estados y a las familias porque, según esos organismos internacionales –FMI, BM, WTO, etc., etc.,– es lo que conviene y lo que es mejor para todos, sin que desde ningún rincón del panorama, ni mundial ni local se salga a explicar lo que OXFAN pone es sus informes año tras año, y cada vez más suavemente (no en vano sus financiadores institucionales dejaron al descubierto las vergüenzas de algunos dirigentes ), y así, ese comunismo perverso del capital financiero concentra propiedades y dinero en dos o tres potentados que tienen más dinero que algo más que la mitad más pobre de la humanidad, sin que, cuando se pone el altavoz tertuliano algún invitado se descuelgue presentando esa estadística infame, que pone cifras y letras a poseedores de la tierra.

CHALECOS AMARILLOS

Francia, la Francia Republicana, harta de recortes y de cuentos no ha esperado más y se ha echado a la calle para decirle al gobierno de Macron, no solo que no van a pagar más la crisis, sino que exigen reivindicaciones concretas, que se pueden resumir en una sola: mayor justicia social, que los ricos paguen impuestos sin trato de favor.

No han esperado a que los partidos les convoque sino que su acción ha convocado a los partidos a definirse del lado de la acción de romper los recortes y desmontar la política de austeridad del comunismo perverso del capital financiero.

París, con tradición de luchas populares, ha acogido a esa Francia republicana que esta demostrando que las políticas de austeridad se pueden romper y se han de romper, y que solo se han impuesto en el mundo, nada más que por la falta de decisión política de la izquierda amansada por las políticas de colaboración con la burguesía y su sistema, en fase agónica, cada vez más desbordado porque no puede dar respuesta, dentro del sistema a las necesidades sociales, políticas y culturales de una sociedad avanzada porque existe una contradicción imposible de salvar sin romper sus esquemas. El modo de producción de mercancías, que siempre necesito un elevado nivel de paro –ejercito de reserva laboral– no solo no lo puede disminuir ese ejercito de paro y calamidad, sino que los avances científicos y tecnológicos están produciendo medios y modos de eliminar la fuerza de trabajo (no otra cosa es la robótica y la inteligencia artificial), porque va inscrito en los entresijos del sistema la disminución de los costes (esa disminución de costes es el paro y también la inteligencia artificial, la robótica), pero además, la circulación de mercancías produce una abundancia de dinero magnificada por la velocidad de la rotación de la circulación monetaria, a su vez multiplicada por los modernos medios de pago de plástico –tarjetas de crédito/débito, móviles,etc.–, que lejos de revertir en mejoras sociales (la colosal suma de dinero acumulada en los bancos) se deriva a la especulación desatada, a la corrupción y hacia el crimen organizado, imposible de impedir porque lo facilitan los poderes fácticos como un medio de extorsión, al permitir canales paralelos tolerados porque sus actividades, cuidadosamente apartadas de la publicidad facilitan al poder medios de control social alternativos, como es el terrorismo, el crimen organizado, imposibles de mantener sin la existencia de los paraísos fiscales.

Esto es lo que perciben los votantes de izquierdas, que se quedan en casa sin ir a votar, y los ciudadanos franceses descontentos, que aunque no puedan teorizar su indignación saben, históricamente, que las conquistas sociales tienen que defenderse por la fuerza, cuando el poder no atiende a razones.

La grandeza de esa lucha espontanea es la que garantiza ser atendida por el gobierno, y la misma imposibilidad para el gobierno de Macron de dialogar con los manifestantes, la ratifica, al mismo tiempo que muestra la debilidad del movimiento espontaneo, al carecer de dirección.

DOS GUERRAS MUNDIALES QUE DESHICIERON EL MOVIMIENTO OBRERO

No sé si existe algún estudio de lo que significó para la clase obrera internacional, para la socialdemocracia, depositaria y heredera del pensamiento marxista las dos guerras mundiales que tuvieron lugar en el territorio europeo en los comienzos del siglo xx, primero, porque la velocidad que la ciencia y la tecnología imprimieron a la estructura económica, alteraban los cimientos en los que se asentaba la sociedad. Según mi discutible opinión, a lo largo del siglo xx, la estructura económica de la sociedad (la introducción de máquinas y procedimientos en la producción, la banca y el comercio ), ha variado cada década, y en ese tiempo la formación de nuevos conceptos que alteraban los usos y costumbres carecieron de la teorización necesaria para la formación del pensamiento independiente –del intelectual colectivo– del dominio ideológico de la burguesía, porque la traición de los dirigentes socialdemócratas en Alemania y Francia, liquidó esa posibilidad de teorización independiente, no solo en el plano intelectual sino material, personal, asesinando a los militantes y teóricos, cuyo principal exponente fue –sobre todo– Rosa Luxemburgo.

El segundo acontecimiento determinante, en la fragmentación y disolución de ese pensamiento independiente que aportaba la socialdemocracia, antes de la primera guerra mundial, fue la revolución rusa de 1917, que tras la traición de los dirigentes en las votaciones de los créditos de guerra de 1914, fue la toma del poder por los socialdemócratas rusos de la fracción bolchevique, que terminó por dividirla en dos concepciones irreconciliables a la socialdemocracia, y fue irreconciliable, precisamente tras el asesinato, y la participación de la socialdemocracia alemana en el crimen cometido en las personas de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, porque ya no fue posible compartir el mismo lado de la barricada.

El efecto demoledor de las teorías bernsteinianas –Eduard Bernstein– de subordinación a la burguesía, fue la que facilitó que los parlamentarios socialdemócratas, en Francia y Alemania se pusiesen a las ordenes, tras sus respectivas burguesías y dieran lugar a las mayores matanzas de la historia.

La necesidad, para la lucha de clases entre expropiadores y expropiados es ese pensamiento independiente que ha de recorrer las luchas sociales porque los expropiadores sí se articulan, sí se organizan, sí se coordinan para que su expropiación, como clase expropiadora sea efectiva, aunque luego, entre ellos se ajusten las cuentas.

Todas las luchas del siglo xx y lo que va del presente siglo xxi están carentes de ese espíritu independiente y por lo tanto sometidas a la falsa idea de que dentro del sistema es posible encontrar respuesta a las necesidades populares, cuando es radicalmente imposible, porque, a), el modo de producción de mercancías está internacionalizado; b), porque el mercado es global y sólidamente estructurado al rededor de un núcleo de grandes bancos interparticipados; c), porque esa solida estructuración se articula al rededor de una serie de acuerdos puntuales, internacionales (tomados en conjunto), tendentes a no romper acuerdos de difícil recombinación (que ahora esos acuerdos se estén rompiendo por las luchas arancelarias, y las sanciones que la burguesía dominante –de Estados Unidos– dicta, es el ejemplo de la agonía del sistema, y la necesidad de un nuevo ordenamiento mundial que quieren los poderosos).

REINVENTAR EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO

Las políticas nacionales de los Estados nacionales burgueses dejaron de ser soberanas desde el final de la segunda guerra mundial. Las normas impuestas por Estados Unidos fueron acogidas por la burguesía europea con diferente entusiasmo, pero el temor y la ausencia de alternativas terminaron de imponer una práctica política que beneficiaba al vencedor de la guerra.

La izquierda tiene que tener el valor de aceptar la terrible traición que supuso romper el internacionalismo obrero y doblar la cabeza ante la patria burguesa. A comienzos del siglo xx el, concepto y sus consecuencias prácticas, podrían entenderse que tales términos, la solidaridad proletaria fuera un artificio ideológico, con pocas interrelaciones practicaras, pero hoy, las interrelaciones materiales que afectan a los trabajadores son claras y cotidianas, y no hay razón para empecinarse en políticas nacionales que son falsamente soberanas.

La izquierda dejó pasar su oportunidad en 1914 y en 1939 de separarse de la burguesía, adoptando una política independiente y ese balance ha resultado nefasto, y no puede darse el lujo de perder, otra vez, la oportunidad de tomar en sus manos los destinos de los trabajadores, proponiendo y luchando por una Europa de los trabajadores, de los ciudadanos porque el invento burgués de una patria europea hace aguas por sus junturas y cuando la Unión Europea se tambalea porque el sistema, el modo de producción de mercancías está llegando a sus límites, dado que la estructura económica se encuentra encorsetada por la propiedad privada de los medios de producción, que no beneficia más que a un puñado de potentados que tienen en sus manos los destinos de la humanidad, solo porque el azar y una decidida voluntad de potenciar el propio interés aseguró, ante la dejación de la izquierda de hacer valer sus derechos históricos y desde esa perspectiva, los intereses generales del conjunto social, humano, se van debilitando gradualmente con los criterios recogidos en leyes, que privilegian a los más ricos, imponiendo la política dictada por el capital financiero, que dirige la burguesía dominante estadounidense, la decisión es crucial y determinante, porque afecta a la razón de ser portadores de un mundo sin privilegios, común, porque así lo quiere la mayoría, pero sobre todo por que –opinan los expertos– la próxima crisis económica se está anunciando y según esos expertos, será mucho más desastrosa, y cuando eso suceda, la burguesía se habrá quedado sin argumentos, sin justificación para pedir más sacrificios y solo entonces la sociedad volverá a mirar a los que propongan una política alternativa global, es decir, de contenido holístico, entendiendo la sociedad la posibilidad y la necesidad de articular la existencia con otros contenidos nuevos, mejores y más armoniosos.

Francia, Alemania, España, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Holanda, han de tener la perspicacia de anticiparse y convocar a la clase obrera internacional –estadounidenses, africanos, rusos, árabes, chinos– a unir fuerzas para buscar ese tipo de alternativa al capitalismo decadente porque ya hemos pagado la crisis de 2008, y seguimos más empobrecidos y endeudados. La próxima crisis habrá de seguir el ejemplo de los chalecos amarillos de Francia, desde el principio y negarse a aceptar ningún tipo de recortes, desautorizando a los lideres obreros, sindicalistas, parlamentarios, que osen aceptar y seguir ese tipo de política. Reivindicar los impuestos progresivos a las grandes fortunas, empresarios y banqueros, ha de ser una reivindicación indeclinable, exigir un único gobierno europeo elegido democráticamente y responsable ante el parlamento que debe rendir cuentas ante un parlamento europeo pleno de soberanía, con poderes legislativo en todo el territorio de la unión, capaz de tomar acuerdos internacionales, libre de chantajes, sin bases militares de la OTAN y que tenga una política propia con los vecinos de Oriente Medio, el Magreb y África, pero igualmente independiente, con los socios y aliados, será la que confirme y garantice tal política independiente, que la ciudadanía internacional reconocerá con ese contenido abierto, generoso, acogedor porque reconocerá al ser humano como lo más importante, y no a la mercancía al dinero, al interés explotador, a la ganancia, como el centro del sistema.

Un nuevo orden holístico tiene que empezar expropiando los conglomerados empresariales ligados a la industria militar porque un puñado de potentados no tienen derecho a disponer de la vida de las personas, no tienen derecho a tener en sus manos los destinos del mundo porque a ellos, los ricos potentados les beneficie; la cultura y el conocimiento no puede ser un gueto reservado a unos pocos, sino que la sociedad tiene que tomar en sus manos ese capítulo, como una necesidad de salud pública, que podría impulsar el conocimiento, el arte y el pensamiento creador a magnitudes inimaginables, dada la sociedad que se está construyendo, altamente tecnificada, articulando programas de explicación y divulgación, de qué es ciencia, para que se quiere que valga. La ciencia no puede quedar solo en las ciencias físicas, las ciencias sociales y sus entresijos deben exponerse con claridad, porque solo así será más fácil que las personas encaren las concepciones filosóficas que explican los sentimientos religiosos, es decir, se trataría de así, de minar el terreno de la superstición, la superchería, no se trataría de prohibir las creencias, que para muchas personas, dan sentido a sus vidas, sino de proveer a la ciudadanía con los medios culturales y filosóficos que les permita interrogarse a sí mismos.

En resumen, la próxima crisis enfrentará a la sociedad a la necesidad de rechazar los conceptos burgueses, desde el principio, porque el sistema está agotado, y el recurso a un guerra en el territorio europeo es algo que contemplan los estrategas burgueses y la izquierda puede tener la capacidad de enfocar un nuevo panorama, un nuevo orden si tiene el valor de romper el corsé del nacionalismo inútil, que sale del paso diciendo que es mejor votar a la extrema derecha si es honrada, cuando toda la historia se esfuerza en advertirnos que el poder, la derecha, que es la que establece leyes privilegiantes, es canalla, ladrona, sanguinaria y excluyente.


jmrmesas

veintisiete de diciembre de dos mil dieciocho














lunes, 22 de octubre de 2018

ALEMANIA MARCA EL CAMINO




ALEMANIA MARCA EL CAMINO

La impunidad levanta ampollas

El asesinato con métodos de la mafia del periodista árabe, crítico moderado de la monarquía saudí, califica al Estado afectado como Estado Mafioso, y los Estados asociados con el Estado manchado con la sombra de la sospecha toman distancia con ese Estado, sea este, aliado, socio o cliente, por lo tanto, los Estados, que en un primer momento demandaron cautelosas explicaciones creyendo en las oficiales ofrecidas desde el Estado árabe, se apresuran a mostrar disconformidad porque las evidencias son tan inocultables, que necesariamente demandan investigación que explique el crimen perpetrado.

Los Estados, que en un primer momento estuvieron dispuestos a quitar hierro al crimen entienden que la magnitud del hecho criminal supera las explicaciones simplistas porque hay nombres que son o implican a funcionarios en activo, con pasaporte diplomático que, hasta ese momento, dirigían instituciones del Estado árabe —el forense que dirigió el descuatizamiento— , y que accedieron al territorio consular con maletas o valijas, y esos Estados europeos y el Estado y principal aliado del Estado árabe, Estados Unidos, se desdicen ahora y comienzan por querer explicaciones creíbles y documentadas porque de lo contrario, esos Estados estarían dando cobertura a un Estado que actuaria según criterio de la mafia, siendo ellos mismos, socios de comportamientos de la mafia.

La muerte de un ciudadano, en este caso, un súbdito exige demostrar la comisión de un delito que le convierta, al supuesto culpable, en reo acreedor de la pena capital, y mientras eso no sea demostrable, el poder que se tome la atribución de eliminar a discrepantes, sin juicio, convierte sus decisiones, todas sus decisiones, judiciales, políticas, económicas, bélicas en decisiones arbitrarias, sin valor legal, en meros ajustes de cuenta, exactamente como actuaría un capo en su territorio.

Alemania, y su cancillera Merkel, presunta presidenta in péctore de la Unión Europea ha sido la primera en suspender la venta de armas a Arabia Saudita hasta que no se aclare el crimen del periodista Jamal Khashoggi, una decisión que con más disgusto que placer se apresura a tomar distancia Estados Unidos —de su anterior decisión de aceptar la primera explicación del reino saudí sin cuestionarla— diciendo que la venta de armas continua y que cree en la inocencia del príncipe heredero, es decir, los poderosos se aperciben del terrible error de creer que la ciudadanía internacional puede tragárselo todo sin sacar conclusiones, que tal vez no sean inmediatas pero que van formando un poso de indignación e incredulidad en las explicaciones que gobiernos y medios se dan maña en difundir, tomando a esa ciudadanía internacional por estúpida.

España debería tomar nota de la decisión de Alemania exigiendo explicaciones al reino saudí, toda vez que la venta de armas de fabricación española, se sabe con certeza, que se emplean en la exterminación del pueblo yemení.

El gobierno de Sánchez debería pensárselo si tiene interés en convertirse en un referente europeo del socialismo, pues de lo contrario todo esfuerzo de recuperación política e ideológica estaría condenado a ser puro oropel.

jmrmesas
veintidós de octubre de dos mil dieciocho


viernes, 19 de octubre de 2018

LA MESURA DESHONESTA





LA MESURA DESHONESTA

En esta conspiración de múltiples y variadísimos escenarios en el que vivimos, de repente, aparecen sucesos que son más elocuentes que todas las explicaciones que los medios afines a los dueños del mundo intentan hacernos tragables los acontecimientos.

Esos medios, creadores de una opinión, acomodaticia y acomodable, que prefieren un mundo sin ruido y sin sorpresas mientras los amos del mundo nos empobrecen y nos humillan, son modosos con los poderosos y crueles y inflexibles con los débiles.

De repente, un ciudadano, con cita previa en un consulado, entra para hacer una gestión administrativa y no vuelve a salir por su pie.

El asesinato del periodista árabe Jamal Khashoggi, en el consulado de Arabia Saudí en una ciudad turca, espeluzna, no tanto por la crueldad de su asesinato, como por la sensación de impunidad que retrata la perpetración del crimen. La sensación de impunidad de los dueños del mundo, sin pudor para ocultar la perpetración de hechos punibles, creyendo en su propio poder para asustar y silenciar a una ciudadanía madura y cada vez más crítica, es indecente, es deshonesto. Los lectores interesados pueden encontrar la descripción del hecho en los medios y en la red, pero la horripilancia de la acción perpetrada estriba en los métodos mafiosos, que, en ocasiones nos han mostrado algunas películas hollywoodense, solo que en este caso, no lo realizan pandilleros sino funcionarios de un Estado, Arabia Saudí, en una sede diplomática y en presencia del propio diplomático.

La sensación de impunidad de los ejecutores, deriva del hecho de haberlo cometido un Estado aliado de Washington, y el cúmulo de complicidades que la mesura de las “protestas” oficiales exhiben para vanalizar el horror. ¿Es aceptable que la gobernanza mafiosa pueda exhibir tal grado de moderación, cuando un ciudadano entra en una sede diplomática y han de sacarlo en cuartos?

jmrmesas

diecinueve de octubre de dos mil dieciocho






domingo, 7 de octubre de 2018

GLOBALIDAD Y CONSPIRACION






GLOBALIDAD Y CONSPIRACION

EL TERRENO DE JUEGO

No creo en la inspiración. Por el contrario, creo en el trabajo, la observación y la reflexión sobre los acontecimientos políticos y sociales que se producen en el ámbito internacional, porque el mundo actual, el planeta está recorrido por múltiples canales, medios y vías que le hacen latir al unísono.

Todo acontecimiento que cuestionen los valores aceptados en cualquiera de los terrenos que hacen posible la convivencia social, una vez cuestionado adquiere dimensiones generales afectando a la comunidad internacional, sin importar lo grande o pequeño que pueda ser el lugar de su origen, siendo la profundidad del desacuerdo lo que le saca del ámbito local dándole una dimensión susceptible de ser evaluado por el conjunto humano.

Son estos hechos los que tienen capacidad para determinar el curso de la historia, y cerrar esa ventana  condena a la mayoría, a la sociedad a reducir la percepción –la propia percepción, la perspectiva capaz de elevar las concepciones, no solo políticas, también las intelectuales, éticas y armoniosas y aún más grave si cabe, cuando esa percepción es orgánica, común, militante–, es obligado tratar de entender ese entorno, pues de otro modo se concentrará la atención en lo próximo, en lo cercano, porque, erróneamente, se creerá tener capacidad de poder modificarlos, queriendo desligar lo local de lo general, porque al carecer de opinión se puede creer o sentir que tales eventos, son insuperables y que solo lo próximo, aquello que es local es posible modificar su curso.

Creo en el convencimiento de que lo que se hace tiene valor y sentido, y últimamente me ha parecido conveniente reflexionar, acerca del momento internacional, porque las explicaciones que encuentro a mi alcance no concuerdan con los datos disponibles, y dado la cantidad de informados intervinientes que dan cumplida cuenta de la cotidianidad política, me ha parecido necesario arriesgar alguna explicación discordante con las que se exponen de manera, que en mi opinión, al objetivar los comportamientos en los límites que impone el agonizante modo de producción mercantil, los datos empiezan a tener sentido.

Para que escribir no pierda sentido y esa proyección no sea vacua, cale en la sociedad, cale en la clase oprimida, es necesario ahondar en esos acontecimientos para desbrozar y sacar a la luz el significado profundo que expresan tales acontecimientos. Para que ese significado cobre la importancia debida y sirva para que la sociedad y la clase oprimida pueda construir su imaginario colectivo produciendo un centro, una dirección capaz de ser guía, capaz de orientar a la clase, a la sociedad oprimida. Construir una dirección confiable –a escala planetariainternacional– aunque contra ella, contra esa dirección se confabule la burguesía y sus medios, es una tarea apremiante porque en estos momentos actuales, la burguesía, una élite, un grupo social homogéneo –conscientemente interconectadosincluso si mantiene diferencias de difícil sondeamiento– está quebrada entre sus intereses nacionales, concretos y apremiantes, y los intereses de clase, que hasta hace muy poco lideraba USA, con cierto recelo de los burgueses europeos.

Los intereses de clase burgueses, de la burguesía, están quebrados, rotos, por las contradicciones producida por esa lucha de la sociedadsin direcciónpero incesante, considerada esta, la burguesía, como el grupo social más homogéneo, la élite que dirige los destinos humanos –en medio de una sociedad fragmentadadispersaque lucha por la supervivencia–, han vuelto al terreno nacional, local –nunca fueron comunes, más que en el ámbito concreto de la fuerza militar incontestable de USA–, pareciendo tener un sentido común, una aquiescencia ante un enemigo común que habitaba en el temor del imaginario burgués, pero que sirvió para lograr el fortalecimiento de una economía concreta, el predominio del capital financiero estadounidense, utilizando el dólar como elemento homogeneizador.

El modo de producción mercantil, con un recorrido histórico donde se han producido los acontecimientos científicos más determinantesde todos los tiemposen un lapso de tiempo muy cortoha ido cambiando la estructura económica de la sociedadcasi en una sucesión continua en los últimos doscientos años, alterando la lógica interna del modo de producción basado en la obtención de plusvalía y esa lógica interna que sustenta la ley del valor está saltando incontestablemente influyendo en el comportamiento social de diversas formas y modos.

Este hecho, esta sucesión de hechos, obviados públicamente por políticos, economistas, sociólogos y por la misma izquierda, carente de cualquier tipo de alternativa, es sutilmente alimentada en los medios burgueses, los medios que les son afines, dificultando que la sociedad y la clase trabajadora se aperciba de la importancia que tiene en la vida diaria, el potente cambio de la estructura económica, que ha incidido en la producción, en la economía, para, irónicamente, empobrecernos en medio del despilfarro de trabajo humano y de medios económicos, porque la economía del capital financiero estadounidense –que ha homogeneizado la producción y la economía mundial–, el complejo militar industrial (esa economía se ha construido y crecido mediante la conversión de la industria en la fabricación de armas de destrucción masiva y la consecuente intervención política en los asuntos de otros Estados y pueblos), hizo crecer a América, es decir, a Estados Unidos de América del norte, empobreciendo a las Américas del centro y sur continentales y a los Estados Unidos de Méjico. Esa fue la consecuencia de haber ganado la SGM –Segunda Guerra Mundial–.

La aceptación de la dirección estadounidense por los burgueses de Europa fue el mal necesario que permitió hacer grande América, mientras que ahora, el intento de Trump de querer reeditar la marca América no es más que la expresión de las contradicciones que los socios se vieron obligados a aceptar y que las luchas populares han empezado a des homogeneizar.

El modo de producción de mercancías está tensando la ley del valor porque si bien el incremento de la plusvalía es muy alto en las empresas punteras, es por el contrario muy reducido el número de trabajadores altamente cualificados, que generan esa plusvalía. El resto de la fuerza de trabajo es escasamente retribuido, subsistiendo precariamente, en tanto que la automatización y la inteligencia artificial reducen la incorporación de trabajadores a la producción (estas técnicas son una parte potente de la nueva estructura económica),de la misma manera que las redes sociales fabrican comportamientos electorales, y lo que es más grave, pone a disposición de gabinetes de expertos el comportamiento de masas, para poder cocinar políticas, por ahora, puntuales,, por eso es importante entender la actual quiebra del homogéneo grupo burgués producida como consecuencia de la preponderancia combinada, en el terreno económico –China– y el terreno político –Rusia– en torno a los acontecimientos en Oriente Medio, que lacera y carcome esa zona del mundo desde hace un siglo, porque, primero Europa, el imperio británico y Francia, apetecían su dominio y cuando sus fuerzas se agotaron tuvieron que ceder el testigo al vencedor de la SGM, como parte del botín.

GLOBALIDAD

Los historiadores valoran positivamente el descubrimiento del nuevo mundo. ¿Adivinen por qué?, nada más y nada menos que porque rompía tabúes y cuestionaba las enseñanzas de la Iglesia, y eso, en Europa supuso una revelación rompedora, ¿podría tomarse como el inicio de la globalización?.

Cuando se pronuncia esta palabra en un contexto político, se suele hacer como con cierto fastidio, como una fatalidad indeseada, algo con lo que hay que lidiar aunque sea molesto. En realidad este concepto es consecuencia de la actividad espiritual, intelectual del ser humano que ha buscado desde sus orígenes, traspasar los límites que le fijaban a un espacio. Es el deseo innato de conocer lo que hay más allá, de extender su influencia y conocer, saber, aprender y probablemente, sin esta cualidad, el homínido no se hubiese hubiese hecho humano. Fue esa actividad la que le hizo explorar, y con ella el comenzaron las exploraciones, los viajes, los intercambios, que rápidamente, devinieron en mercantiles, comerciales, y como no podía ser menos, guerreros, de conquista, de rapiña. El proceso histórico es pródigo en este tipo de sucesos.

La extensión de las exploraciones, en último término, de la rapiña comercial-belicista, ha ido pareja con el crecimiento imparable del proceso histórico, culminado en nuestros días con el pleno conocimiento social, político y económico de lo que ocurre en cualquier rincón del mundo, valorándose la importancia, la incidencia que tal acontecimiento pueda tener económica, política, social, científica, o del tipo que sea, dándose en llamar a esto, la globalida.

El conocimiento de habitar en un solo mundo que es patrimonio, de hecho, –para que fuese de derecho, debería haber un gobierno mundial–, de un reducidícimo grupito, en el que a penas cinco personas poseen tanto dinero cono algo más de la mitad más pobre del genero humano, sin que este hecho demostrable levante indignación, la indignación publica, porque, en definitivas el capital financiero y sus dueños manejan el mundo, sus recursos, sus destinos, a pueblos, cuyos riquezas apetecen acarreándolos como transhumancia humana mientras todos fingen que tales hechos son producto del azar, acontecimientos ineluctables semejante a las plagas bíblicas, cuando se sabe que tales acontecimientos se diseñan en oficinas siniestras, alimentadas con el fabuloso presupuesto del Pentágono, los mismos presupuestos que alimentan empresas de seguridad estratégicas que son viveros de thinktanks, esos laboratorios de ideas, donde se conspira contra el conjunto del género humano, o es acaso posible entender que una ínfima minoría acapare y atesore la cuantiosa cantidad de dinero que se reparten, a penas, cinco personas, como fruto de la habilidosa inteligencia para los negocios, cuando no es más que una calculada política para eludira vecesescamotear la riqueza generada socialmente y apropiada, mas bien robada, con triquiñuelas financieras, y canalizada hacia  las arcas privada de esos multimillonarios.

Esas oficinas siniestras, esos laboratorios de ideas, tienen que malmeter para crear tensión inventando enemigos, conspirando para producir atentados, fabricando guerras santas y enemigo, más inventados –no por ello menos terrible– que reales. Alimentar las fábricas del complejo militar industrial requiere fabricar enemigos, y para dar a estos un barniz de idealismo, de honestidad hay que inventar bushidos yihadapelando a la desesperación y el desarraigo de los jóvenes; no me parece en exceso casual, fortuito, que los expertos, los estudiosos del terrorismo señalen un barrio de Bruselas, Molenbeek, como sede del yihadismo internacional, y oh coincidencias, también Bruselas es sede europea de la OTAN-NATO. No parece difícil ni descabellado atar cabos y como dice un viejo refrán, piensa mal y acertarás, porque, como vengo sosteniendo desde este cuaderno de apuntes, Europa es una pieza fundamental para entender el devenir de la sociedad que la descomposición del capitalismo podría hacer aflorar, pues, es importante entender que el modo de producción mercantil esta agotado, ya que producción de mercancías se condensa en la producción de armas y dinero, mientras que la producción que la sociedad necesita, cada vez es menos accesible.

La globalidad del sistema es, en este sentido, el deformado aspecto de un noble impulso, que el modo de producción de mercancías, basado en la obtención de beneficio, de plusvalía, a cualquier precio que sea compatible con el despilfarro de trabajo del ser humano, con el desprecio a la naturaleza, ha emponzoñado el deseo de conocer, de romper límites, de traspasar fronteras para conocer, compartir, entender y avanzar, del que es necesario extraer enseñanzas, para corregir la deriva canalla, expoliadora y aunque el término levante desconfianza, recelo, incluso odio, la globalidad ha de ser rehecha y reconvertida porque la cantidad y calidad de la ciencia y de la tecnología aplicada a la producción y a los procesos de producción –las fuerzas productivas– ha alterado la vida del planeta, los lentos procesos vitales de la naturaleza, procesos que son el filtro natural que hacía compatible la vida, y que la industrialización, sin control ni medida, ha trastocado.

La misma vida social, configurada interiorizando conceptos y costumbres, vigilados por códigos escasamente actualizados –la superestructura, que regula la vida social– han quedado desfasados porque si bien, en el pasado podían tener sentido ya que la vida social latía con los ciclos de la misma naturaleza, hoy, la potencia de las fuerzas productivas y el increíble potencial que encierran, accesible solo a expertos, estudiosos, y por supuesto, al complejo militar industrial –el capital financiero– que paga esos costosos experimentos, toda esa ciencia, ha desactualizado esos códigos.

Tales códigos, los mismos que definían el comportamiento social, también definían los limites que durante siglos confinaron las fronteras de los Estadosnacionespueblos, que hoy son violadas por el capital financiero imponiendo normas y leyes que no se discuten en ningún parlamento sino que se dictan en despachos muy alejados de las necesidades de esos pueblos y la política al uso no vale para rehacer la globalidad, para reinventar la globalidad, haciéndola, solidaria, humanizandola, desmercantilizándola, poniéndola al servicio de la comunidad, porque la razón de la fuerza del poderoso complejo militar industrial, dicta a que país se le ponen sanciones –ante el silencio de la O.N.U., muchas veces indiferente–, que son acatadas con sumisión, por unos aliados que tampoco escapan a la furibundia del capital financiero del complejo militar industrial, cuya llave controla el menguante liderazgo estadounidense.

CONSPIRACIÓN

La acción de unirse entre varios para entorpecer, dificultar, obstruir a otro para impedirle, arteramente, que pueda desarrollarse y mejorar es, en términos generales, una conspiración.

Habitualmente se ha entendido la conspiración como que tal acción se usaba contra el poder, especialmente si este era despótico o cruel, tiránico, o todo a un tiempo. Pregunto y me pregunto, ¿es posible conspirar contra la sociedad?, ¿es posible que una minoría poderosa conspire contra el pueblo, contra la mayoría (fuente de poder y legitimidad), contra la base social que configuran los Estados; contra la sociedad? Veamos, que dijo un ciego: “El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo” (titular de un periodico de 2015); “Tan sólo 8 personas (8 hombres en realidad) poseen ya la misma riqueza que 3.600 millones de personas, la mitad más pobre de la humanidad.” Informe Oxfan de enero de 2017. Esto, sin más es muy elocuente.

Sin discutir –que se podría– la inteligencia de los que se dedican a hacer dinero, que una reducidísima élite sea tan rica como para tener tanto, modestamente, me resulta increíble a menos, imagino, que exista un entramado bien organizado (¿SWIFT?) para canalizar los cuantiosos flujos de dinero hacia cuentas concretas, sean estas de poderosos industriales o de autoridades políticas –que, necesariamente debe encerrar connivencias–, pues si existiesen canales para vigilar que la generación de plusvalía se hiciese cumpliendo escrupulosamente normas y leyes –que se incumplen– distribuir la riqueza generada socialmente, tal vez, sigo imaginando, los ricos serían un poquito menos ricos, y los pobres menos pobres.

Es decir, existe una conspiración; más bien, intentando ser preciso, existe una práctica conspirativa generalizada, desde todos los ámbitos del poder, sea este público –político– o los poderes de hecho, creo que se dice stablishment, empleando el vocablo de los negocios, en las sociedades democráticas, para mantener en la inopia a la mayoría social.

La conspiración, en la sociedad industrial semeja una hidra de con múltiples cabezas, una práctica diversa y descentralizada, como digo, en los ámbitos en los que se desenvuelve el poder, sea este el que practica el capital financiero o el que se deriva de este con los poderes públicos, con una tendencia común que es la de mantener apartada a mayoría, de los centros susceptibles de sentir la presión de la mayoría, la fuerza que esas mayorías pudiese ejercer para demandar políticas públicas favorables. Solo de este modo es posible entender que los diez últimos años de profunda crisis económica, esta se haya salvado a base de recortes, donde el capital de los Estados se ha transferido a los bancos y de ahí a las cuentas privadas de esos nuevos millonarios producido por una distribución, tenida por legal pero tramposa e injusta que ha convertido a los Estados nacionales, especialmente europeosen deficitariosestando algunos –Italia– filo de la bancarrota.

Pese a las evidencias, negadas por políticos displicentes, pese a las consecuencias que un mundo globalizado por el predominio del capital financiero de Estados Unidos ha conseguido, cuando la situación política, en los lugares donde el complejo militar industrial, prevé desajustes que pudieran alterar un statu quo crítico, la conspiración pierde, digamos suavemente, las formas políticas aceptables para tomar tintes radicales y sangrientos, como, por ejemplo, Yacarta 1965 –creo que existe una película que los propios realizadores decidieron apartarla de los circuitos comerciales por su crudeza–.

No ha sido la única conspiración, sangrienta, pues ocho años más tarde, el golpe de Estado contra el gobierno de Allende, en Chile produjo una nueva matanza. ¿Es necesario mencionar Argentina?

El magnicidio de John F. Kennedy es, igualmente, parte de una conspiración, aunque el informe Warren lo reduce a la acción de un solo autor sin cómplices. Una película retrata el magnicidio, con gran despliegue de información (1973, Executive action, protagonizada por Burt Lancaster y Robert Ryan). Esta, una historia bien articulada, en la que Burt Lancaster hace de malo con escrúpulos, cuando menos pone en antecedentes que algo como eso es imposible que pueda suceder sin una red de complicidades y por supuesto, con mucho dinero de por medio.

Cerraremos esta serie de acciones de conspiración con la más notable de ellas, el atentado de 2001 en el W.T.C. de Nueva York. En la red hay una considerable cantidad de información de diversa calidad, porque el informe oficial de la comisión de investigación no ha convencido a los expertos que ven una sucesión de cabos sueltos, hasta el punto que estos constituyeron una asociación para esclarecer la verdad. Si esa asociación u otra pudiera demostrar la falsedad del informe, si la destrucción de las torres gemelas del W.T.C. se verificara que fue producto de una conspiración, el propio gobierno se vería obligado a dar explicaciones porque el principal objetivo de ese atentado sería implicar a la nación estadounidense en la aventura del capital financiero impulsando una supuesta ofensiva antiterrorista que permitió endurecer las leyes y dificultar, limitar las libertades políticas de la ciudadanía, no solo en Estados Unidos, sino en todos los países democráticos, porque estaríamos en presencia de una campaña internacional contra los pueblos del mundo.

UNA ALTERNATIVA GLOBAL CONSCIENTEMENTE ASUMIDA

La matemática tiene una virtud poderosa que radica en la necesidad de la demostración. El que hace una propuesta no puede zafarse de la demostración arguyendo el prepotente “porque yo lo digo”, está obligado a demostrar, de la a, a la z, la proposición echando mano de las herramientas, que esa disciplina dispone. Esta idea es la que me guía a la hora de describir la realidad que percibo. Espero acertar.

Decía más arriba que el sistema recorrido por el modo de producción de mercancías roza los límites que le hacían útil al conjunto humano aunque el principal beneficiario, la burguesía se haga cada vez mas rica y la acumulación sea cada vez mayor, porque esa acumulación anula la ley del valor, que es la que da sentido, validez histórica, al modo de producción de mercancías. Que sus intereses están quebrados por las luchas desarticuladas de las clases populares, en diversos lugares, pero esa realidad no basta para convertirlas en la punta de lanza de un cambio profundo, capaz de cambiar el sistema. Los sindicatos obreros, que tradicionalmente lideraron las luchas de clase, han estado y están desaparecidos. En diez años de crisis económica, no resuelta, las propuestas lideradas por ellos en Europa, el territorio más organizado por la lucha civil –por tanto más peligroso para el capitalismo– está brillando por su ausencia, lo que da una idea de la profundidad de la derrota de la socialdemocracia, y de la imposibilidad de rehacerla a escala nacional, limitando así que la ciudadanía tome consciencia.

Esos límites (la contradicción entre el interés de clase –de la burguesía en su conjunto, que dirigía USA– y el interés nacional, en la que cada burguesía trata de sacar la mayor ventaja) se están volviendo peligrosos, ya que la guerra de aranceles, la guerra comercial solo puede resolverse mediante la guerra militar, y la obsesión del complejo militar industrial de querer seguir liderando el mundo, obteniéndolo todo, sin ceder en ningún terreno, está en un callejón sin salida, porque la confrontación militar no puede llevarse a efecto porque supondría el final de la especie humana, algo que todo los actores, tratan de evitar. No obstante, tanto USA como China están obligados a subir la apuesta, bordeando el choque directo. Un choque directo que podría tener lugar de variados escenarios, el más obvio, si USA persiste en hacer de China el objetivo a batir, por la potencia comercial que esta representa sería el Mar de China Meridional, principalmente por las islas que china convierte en portaaviones, sin embargo, Oriente Medio, es el objeto que ya esta bajo el fuego de la coalición del bien machacando Yemen y intentando en Siria volver a abrir la guerra, sin olvidar Irán convertida en la obsesión personal del presidente Trump.

Europa merece atención especial, en este terreno dada la atención que el pentagono-yihadismo le ha dedicado a los Estados europeos, tocándolos todos en mayor o menor medida, pues una Europa convulsionada por atentados frecuentes, leyes de excepción sería ideal para manipular una opinión pública muy desidenologizada, es lo primero que pienso cuando veo este tipo de mapas, que resaltan lo que fue origen de un continente y que permanece dividido por la claudicación y la cobardía de la socialdemocracia incapaz, cuando tal vez pudo hacerlo, dando cima al proletarios de todos los países uníos.

Es en exceso suponer que esta disyuntiva no se perciba, pues al menos, los contendientes lo saben, y lo saben los segundos y terceros Estados que se alinean a un lado u otro. También lo sabe la izquierda pero esta carece de un proyecto propio, de un programa u hoja de ruta, porque no sabe cual es la ruta ni a donde quiere ir. Más claramente, sabe que cualquier camino implica la ruptura con el sistema, y un mundo nuevo no lo puede ni lo debe pensar un solo actor, sea un partido o nazca en un Estado, ha de ser la obra conjunta de todos los que ahora, en este momento están luchando en el mundo

El soporte más preparado del movimiento obrero internacional, la socialdemocracia, se deshizo tras dos guerras mundiales libradas en el territorio europeo en un corto lapso de tiempo de, apenas 20 años. Sus teóricos más prominentes fueron asesinados o murieron en un corto espacio de tiempo; los que siguieron vivos emprendieron el camino de la retirada, desdiciéndose.

Si la primera guerra mundial fue el inicio de la traición, la segunda fue la alineación de los superviviente, de los dirigentes, de los cuadros principales y medios, que son los que dan solidez a una organización, con los burgueses, con sus concepciones sobre la producción, el mercado, la economía al servicio de un mercado, en el que la libre confrontación de la oferta y la demanda es pura ficción, pues la demanda se fabrica a la medida del capital financiero, y la oferta se limita, de igual modo. El entramado de organizaciones financieras, comerciales, productivas, científicas están recorridas por el interés de la burguesía dominante que fue capaz de dictar sus normas e imponer su moneda.

Este ha sido el panorama durante buena parte del siglo xx, cuando el crecimiento de las fuerzas productivas ha terminado por globalizar el mundo, la economía, y consecuentemente, los problemas derivados de la socialización perversa (comtaminación general, expropiación de recursos movilizando población y dirigiéndola a Europa con evidente interés como factor de desestabilización social), y de la privatización de los increíbles beneficios, que los informes de Oxfan presentan con rostro humano.

La aplicación de la ciencia y la tecnología a la producción y a los procesos de producción ha terminado especializando a esta en la producción de una mercancía mortífera –armas de destrucción masiva– con un mercado muy limitado, solo apto para un puñado de compradores títeres, de Estados feudatarios, dependientes, que hacen rehenes a naciones y pueblos.

La lista puede ser mucho más amplía pero creo que es suficiente para plantearnos una pregunta capital, cuando las fuerzas productivas han globalizado al mundo y sus problema ¿Tiene la izquierda alternativa? ¿Vale una alternativa nacional, estatal? Cuando en la economía, la inteligencia artificial y la robótica hacen crecer el ejército de reserva ¿No se está cuestionando la ley del valor, fundamento del modo de producción de mercancías? ¿Es consciente la izquierda que la respuesta exigida tiene que ser la alternativa al actual modo de producción? ¿Es la izquierda consciente de la necesidad de elaborar una respuesta internacional –cuando menos europea– capaz de elaborar y presentar una respuesta común, en la que la sociedad sea sujeto activo?

Es posible creer que los antecedentes históricos solo son útiles para los profesionales estudiosos de la historia, pero la política está sólidamente unida a ella y el peso de la derrota, de dos guerras mundiales, no gravita en uno más que en otros. Lo hace sobre todos sin diferencias y los dirigentes están obligados a dar explicaciones sin echar balones fuera, asumiendo que sin arrostrar un proyecto comúnasumido conscienteresponsable y solidariamente en un mundo globalizado, que la ciudadanía palpa y siente, cualquier propuesta pierde sentido y credibilidad ante unos medios publicitarios que pintan un falso mundo feliz, cada vez para menos.

No es posible ir cada uno por libre porque la globalización tiene la lógica de exhibir su fuerza sin sujetarse a convenios humanos: Fukusima y Chernobil son ejemplo de fuerzas desatadas. La potencia de las fuerzas productivas y el potente cambio de la estructura económica impone límites a la producción, la globalización de la economía dolarizada exige la sustitución por una moneda común, pactada libremente por los pueblos del mundo, como buen ejemplo de esa posibilidad es la que exhibe la cadena de bloques, que tan positiva le resulta al bitcoin, por cierto, una debacle social tiene más posibilidades de suceder por una crisis financiera que por una guerra, y todo ello son síntomas que revela un sistema que ya no es útil al conjunto humano.

Todo ello me lleva a pensar que dado la calidad de los problemas la solución no puede venir, como en tiempos pasados, abriéndose paso, las soluciones, entre los intersticios del caduco y agonizante modo de producción precedente, sino que requiere la sagacidad y voluntad política de los que quieren un nuevo mundo mejor para todos.

CONCLUYO

Nunca he votado al PSOE, una militancia radical me ha llevado a la idea de la imposibilidad de esperar nada bueno pero reconozco que Pedro Sánchez está queriendo hacer una política favorable para la mayoría desfavorecida y eso ha disparado todas las alarmas del fascismo dormido desde el momento que ha tenido el valor de coger la patata caliente, que otros predecesores ideológicos tuvieron cuidado de sortear, decidiendo sacar el cadáver de Franco de Cuelgamuros. Una vez emprendido ese camino, el gobierno debería tomar la decisión de llevarlo a un lugar secreto sin dar cuentas a la familia, pues esta demanda fanfarria –honores militares– constituyéndose en continuadores del golpismos, avalados por mil firmantes de las fuerzas armadas, que el ejecutivo debería licenciar sin pérdida de tiempo.

La forma de Estado debe ser traída a debate –es una idea que un gobierno salido de las urnas con una mayoría incontestable– debería abordar sin perdida de tiempo, para cerrar el nefasto y nefando golpe franquista que arruinó la República Española.

Son cuestiones a tomar en consideración, no solo por el ejecutivo sino por toda la sociedad, pues no hay que confiar en tener muchos avisos.

jmrmesas

siete de octubre de dos mil dieciocho






domingo, 4 de marzo de 2018

CONSTRUIR EUROPA O EURASIA




CONSTRUIR EUROPA O EURASIA
¿UN CONTEXTO DESVAIDO?

UNA GRAN NACION INVENTADA DESDE CERO

Me parece oportuno comenzar poniendo en el centro de esta reflexión a la nación estadounidense para tapar la boca de los que se esfuerzan en poner el nacionalismo como motor de una movilización progresista, incluso de izquierdas, porque algunos, entre los que me podría encontrar entre otros, ponemos el énfasis en la profunda crisis del sistema capitalista, a la que otros luchadores y profundos conocedores del entramado del sistema, con muchas lecturas, apenas ponen atención, dando la impresión de que este modo de producción, podría tener otros quinientos años de cuerda antes de hacer mutis por el foro.

Estados Unidos es esa nación inventada por los europeos emigrados de todos los rincones de Europa dispuestos a tener un lugar al sol –imbuidos de las ideas y sentimientos de la época, mataron y exterminaron a los anteriores naturales del territorio –, porque la civilización, de la que eran portadores, justificaba el dominio de la civilización cristiana sobre cualquiera otra. Todo el discurso sobre la necesidad de valorar y reforzar los lazos identitarios se revelan, cuando menos, poco creíbles, cuando no, insustanciales porque lo que contó –en aquella ocasión– y cuenta, en el convulso y cainita ajetreo de la lucha de clases, es el factor político del grupo principal –los padres fundadores, en aquel caso (ahora las decisiones del capital financiero dominante) y la huérfana clase obrera, hoy–, dispuestos a construir ese invento nacional que se concretó, en apenas un siglo, en los Estados Unidos de Norte América.

Paso el tiempo y los acontecimientos históricos generaron otra nación inventada, que demostró ser tan eficiente y poderosa como la primera pero concitó el temor de unos y la admiración de otros, porque unos veían al enemigo a batir y otros, el modelo a seguir, fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y entre esas dos naciones inventadas se estructuró el siglo veinte desde entonces hasta el momento presente. Que predominara la primera, sobre la segunda puede ser y es materia de una interesante controversia –que no es nada académica, y que se produce a diario, no obstante, envuelta en dolor, penurias y sufrimientos inventados (la pobreza inventada, de diseño), ante la perplejidad del mundo–, que el movimiento obrero necesita abordar porque encierra lecciones durísimas que en la izquierda, muchos pretenden ignorar, pero que forman parte del fragmentado mundo político del movimiento obrero mundial, carente de dirección, instituciones de análisis (thinktank, antes se denominaban ateneos obreros), de unidad para la lucha y dirigentes capaces de asumir esa dirección que acarrea incomodidades, sinsabores y a veces, peligro mortal, pero que es necesaria, porque el mundo actual que asumía, a regañadientes y con reservas, la dirección de los Estados Unidos, desaparecido el peligro, que nunca lo fue, de la dirección de una revolución mundial (hay que tener mala bilis para asimilar a Trotski con Soros) dirigida desde el Kremlim, ha entrado en crisis porque, primero, el modo de producción de mercancías, desaparecidos una cierta manera de cortesía social, que el incesante cambio de las relaciones de producción va borrando del comportamiento humano tensa las contradicciones entre las clases, dentro de las clases, entre los pueblos, en la sociedad; segundo, el propio modo de producción, basado en la obtención de plusvalía, reduce la importancia del trabajo asalariado (y esta contradicción, es la que limita el tiempo de vida del sistema de producción mercantil); tercero, los Estados-nación se desdibujan (Europa) y la formación de Estados capaces de dar respuestas a las necesidades políticas de la sociedad moderna encierra el peligro, para la burguesía, de perder el control del imaginario colectivo, sin tener una alternativa, por tanto, anular, someter, desmontar la vieja Europa es fundamental para la élite del capital financiero dominante, porque una parte del complejo militar industrial vería con alivio, y tal vez fabula dirimir las tensiones interimperialistas en el escenario histórico de las anteriores guerras mundiales. ¿Será necesario señalar? Cuarto, a lo largo del proceso histórico, los diferentes modos de producción que se han ido superponiendo, uno sobre otros han acumulado riquezas, que en ultimo término redundaban en una mejora social, de ahí el énfasis de Marx en el crecimiento de las fuerzas productivas como motor de innovación de las relaciones sociales, relaciones de producción (y no solo en las consecuencias técnico-científicas, que habitualmente se quieren entender), y como estas se ven, en cierto momento histórico, detenidas, impedidas de alcanzar nuevos estadios por la superestructura jurídica, que en ultimo término son las relaciones de propiedad, por eso, cuando reconoce que el intercambio de trabajo vivo por la mercancía (trabajo objetivado) es el último desarrollo de la ley del valor, y que la medida de este valor es el tiempo de trabajo, está señalando el tiempo de vida del modo de producción de mercancías, está profetizando su final, del que por cierto, ningún analista se atreve, osa basar sus análisis, porque nadie se los compraría, ¿tiene sentido, entonces, estimar el automatismo, el rol de la inteligencia artificial en la producción? Creo que tiene todo el sentido, porque el modo de producción que sea alternativa al modo de producción mercantil, no se podrá superponer a los anteriores sino que tendrá que implicar una ruptura, que fue lo que no ocurrió en la ex URSS, y aquella inconsecuencia, aquella incongruencia fue la que sirvió a la reacción pro burguesa para carcomer desde dentro al nuevo Estado obrero, porque si se superpone, porque si no se rompe, para cortar todos los lazos con la mercantilización, la pauperización, consustancial con acumulación, se revela como necesidad política para dominar a la sociedad, por eso, en nuestra época, la contradicción escuece, porque es inocultable y se percibe como interesada y artificial. Por eso, la pobreza actual, es inventada.

LA LEY DEL VALOR
UNA MODESTA APROXIMACIÓN

Partiremos de algunos supuestos. Creo que podríamos considerar al modo de producción de mercancías, para que el problema me resulte más fácil de manejar, en su globalidad, en vez de mirar la producción de tal o cual lugar, como primer supuesto. El segundo supuesto será aceptar que los robots y automatismos no crean plusvalía. Tercero, que la plusvalía la crea el trabajo vivo, y que este reproduce la inversión que supone su coste en una fracción del tiempo de trabajo siendo el tiempo de trabajo restante, hasta completar la duración de la jornada, trabajo no pagado, es decir, la plusvalía generada. Podríamos establecer una interrogante como cuarto supuesto, ¿si la generación de plusvalía se agota, porque no existe trabajo asalariado, ya que los robots harán todo el trabajo, estaremos condenado a la pobreza absoluta?

Convendremos que en los ciento diecisiete años, aproximados que van desde comienzos del siglo xx hasta la fecha, la estructura económica del modo de producción de mercancías habrá variado sustancialmente, pero tomando en cuenta la tecnología de esas fechas, podríamos suponer que el modo de producción (comienzos del siglo xx) dependía casi en su totalidad de la fuerza de trabajo, siendo la plusvalía la principal creadora de la riqueza (la renta de la tierra y el interés no lo tendré en cuenta porque presentar su desarrollo me supera), sin embargo, será interesante entender la velocidad con la que se han producido los cambios en la estructura económica, que a grandes rasgos, cualquier interesado puede apreciar mirando simplemente una cronología, notando como se acumulan inventos que en poco tiempo se introducen en la producción, en la industria, pues estos cambios de la estructura económica tienen una traducción en el seno de la sociedad en el sentido de escoger y priorizar los valores que determinan el espíritu, el imaginario colectivo, y en este proceso se puede notar como ha ido perdiendo puntos el ser humano, mientras sutilmente –esta sutileza —. ¿Habría sido dirigida? Apostaría que sí– lo han ido ganando los valores que la burguesía ha querido priorizar, el crecimiento económico a cualquier precio, y en este precio, las guerras de rapiña han tenido una importancia determinante, primero, porque ya en el siglo xix las guerras en Europa consolidaron el desarrollo de la industria, igual que la guerra civil en Estados Unidos potenció el desarrollo industrial del Norte, contra la burguesía algodonera del Sur, y en este proceso, que para el ciudadano corriente es inapreciable, se han ido tensando las contradicciones sociales, aún posibles de disimular desviando el foco para que –estas contradicciones– apunte al individuo, a la diferencia cultural y racial, al género, pero nunca a las clases, nunca al leonino reparto de la riqueza generada, ni al derecho de propiedad y en Estados Unidos estas contradicciones son terribles porque alberga a la minoría rica más poderosa, donde el derroche, la ostentación, el lujo contrastan con la pobreza y su marginación, produciendo choques, cada vez más difíciles de evitar.

Finalizando la segunda década del siglo xxi, podríamos aceptar que el nivel de desarrollo del modo de producción de mercancías esta adquiriendo cotas de automatismos muy notables (que no tiene que ser necesariamente algo malo, negativo) empujándonos, como conjunto humano, como sociedad a plantearnos qué hacer. La publicación estadounidense del MIT, Technology Review recoge la opinión de un importante ejecutivo chino preocupado por la competencia entre EEUU y China acerca de la importancia de la inteligencia artificial aplicada a la industria (es justo decir que estar informado sobre la marcha del mundo, algunos medios facilitan mucho la información general, internacional, RT, de donde extraigo la noticia y Busines Insider, mientras Público es la información nacional, habitualmente). Mi planteamiento es: cuando la cota de automatismo llegue al 75% u 85%, algo que parece tan cercano –para los que hoy tienen 20 o 25 años–, ¿qué generará la plusvalía? Evidentemente el sistema, como productor de mercancías se habrá acabado porque al no haber plusvalía, la fabricación de mercancías, cuyo objetivo es el valor de cambio pierde todo significado, pero entonces, ¿qué sentido tiene la acumulación de capital?, pues este no se utiliza (la contabilidad que se puede rastrear en la prensa la cifran en billones de dolares, más de cien) en crear empleo, se atesora para evitar que la sociedad crezca cultural y espiritualmente, deteriorándola mediante la pobreza inventada. ¿Estará, la élite mundial, queriendo inventar un mundo a la medida del uno por ciento? ¿No será el momento de exigir ser tenidos en cuenta como seres humanos? ¿No será el momento que los grandes planteamientos de filósofos, humanistas y pensadores, sobre el sentido de la vida, del ser humano, se aborden en un foro no elitista, no excluyente, de forma colectiva? ¿Cual es nuestro futuro? ¿Cual será el rol de la sociedad, comparsa, actores?

ESTADO Y SUS LÍMITES

La burguesía tiene dos caras. Una, reconocible sin disimulo es la de la economía, la producción, los negocios, la banca, las finanzas. Otra es la de gestor de los asuntos públicos, la política, donde, obligatoriamente ha de disimular su condición de clase para encubrir, que su gestión, aunque estuviese libre de corrupción, está dirigida a beneficiar a la clase a la que pertenece, socapa del bien común, y lo que da coherencia a la burguesía es disponer del Estado, su Estado. (el PP no abandonara el gobierno porque sabe que su abandono podría dejar al descubierto hasta donde llega la corrupción)

La característica definitoria del Estado, cualquier Estado, es imponer normas y reprimir comportamientos que las contravengan, pero el Estado, merced a los cambios funcionales que impone la producción social de la existencia humana, ha tenido que ceder competencias en terrenos que antes eran de su exclusiva dirección. En el terreno de los negocios, economía, finanzas, comercio, producción, etc., el regulador es el mercado y los acuerdos internacionales sobre estas materias imponen comportamientos que no pueden ser impunemente vulnerados, y que los Estados nacionales europeos y equivalentes aceptan, porque es una especie de macro Estado que cuenta con organizaciones oficiales especializadas, y las sucesivas cumbres oficiales y oficiosas en las que coinciden amigos y enemigos tienen funciones capitales, como es organizar el vaciamiento de las arcas publicas, organizar la pobreza y la transhumancia humana y aun y más importante, comprobar el sentido de las relaciones de fuerza entre ellos. Sin estas cumbres hubiese sido imposible que el uno por ciento se haya hecho con la riqueza del planeta, una versión aquí, dos aquí, tres aquí.

La burguesía no desaparecerá, no perderá su poder sin utilizar todos los medios a su alcance –legales o no legales– para impedir su desaparición como clase, y esto significa, que impedirá los focos de consciencia política, a como de lugar, aplastando cualquier muestra disconforme, por tanto, vigila escrupulosamente Europa, sus problemas de cualquier índole, porque si a la burguesía, en su faceta de esforzados políticos, el control y manejo del Estado le aporta coherencia, al proletariado, a la clase obrera y sus dirigentes, sean estos obreros o doctores científicos, la coherencia y la cohesión la aporta el proyecto político que el partido, la internacional lidera, y esta carencia nefasta, esta realidad eludida, la izquierda desarticulada, derrotada, parcelada en sus Estados nacionales decadentes, feudatarios del capital financiero dominado por EEUU (Francia sufrió en las carnes de sus ciudadanos el comportamiento, diré, independiente, de su actuar en Siria, y la legion extrangera USA, el terrorismo yihadista dejó su tarjeta de visita, en numerosos lugares), evita mirarla de frente, pero esta característica, el internacionalismo obrero, preterido, olvidado, borrado por el revisionismo bernsteiniano, por la traición y toneladas de tinta de los propagandistas y publicistas burgueses, que es el reverso combativo del globalismo burgués, que trasciende el aspecto económico, con el que nos lo suelen presentar el globalismo, requiere, de los luchadores honestos, darle respuesta, a la mayor brevedad posible, recuperando la utopía del socialismo científico y levantando, formando un nuevo pueblo en el corazón de Europa y vocación internacional.

Hay una coincidencia curiosa en el acuerdo de dirigentes políticos, sociólogos, periodistas de variado cariz, al expresar su creencia opinando que Europa está vacunada contra la revolución, que de Europa no pueden esperarse soluciones, que estas vendrán de otros lugares Asia-Pacifico, en términos económicos, América del Sur, en el terreno político. En este caso, discreparé del señor Formenti que cree que América del sur está, políticamente, mucho más avanzada que Europa, su articulo aquí. La burguesía, el capital financiero, al tratar por todos los medios de desarticular a la sociedad europea a través de utilizar canales dudosos, opacos, para sojuzgar la vida humana, sea organizando el terrorismo, sea organizando la transhumancia de personas (pues los refugiados son la consecuencia de expulsar de sus naciones, apetecidas por el capital financiero, a sus habitantes naturales, despoblando territorios –más fáciles de atacar y expropiar– más fáciles de montar gobiernos de conveniencia), utilizando a través de esas vías opacas a las mafias consentidas y conniventes –los bancos y sus paraísos conocen que ciertos flujos financieros tienen una procedencia delictiva, pero el dinero, no huele–, entrando en el tenebroso entramado de relaciones inconfesables, pero de indudable utilidad para organizar la transhumancia humana, dicho con respeto y solidaridad, con los desplazados, pero con la combatividad necesaria de quienes en cómodos despachos organizan la despoblación, volcándola en Europa, no para acogerla, sino para pudrir una difícil convivencia, en el seno del viejo continente.

Lo que digo puede ser discutible porque lo que avanza en Europa es la burguesía y el neo fascismo, pero movilizar a la clase obrera es mucho más difícil porque para ello se requiere un proyecto alternativo a la sociedad burguesa. Que Lenin hiciera la revolución contra las tesis marxistas, no implica que vaya a sonar la flauta siempre del mismo modo, y la disposición a la lucha no exime a los luchadores de planificar estrategias y alternativas, y todavía más, difundir y propagar los valores solidarios combatiendo el individualismo feroz del sistema, que se apropia del esfuerzo colectivo creador de riqueza y la sociedad burguesa a la que hay que superar requiere presentar ante ella un proyecto ilusionante, solidario, comprometido con el cambio social, basado en hechos que puedan ser contrastables desde los inicios. Programas apenas distinguibles hacen que el pueblo trabajador pueda ser embaucado por los medios, que el empresariado, gustosamente, financia, de forma, cuando menos dudosa y retorcida. Si la gran industria –sus empresas transnacionales– utiliza la ciencia para crecer, y durante el siglo xx la competencia se sometió a la disciplina impuesta desde Washington, si la globalización es una suerte de socialismo inverso, alentar la posibilidad de dar una respuesta alternativa desde la estrechez del marco nacional es una, cuando menos, incongruencia. Si la izquierda quiere dar una alternativa al agonizante modo de producción mercantil tiene que hacerlo constituyéndose en una unidad, un único cuerpo. Un ser humano desmembrado ni siquiera es un cadáver, es un despojo. La izquierda, reducida al feudo nacional es un despojo, inútil porque no puede elaborar una alternativa, ya que es impensable imponer criterios a otros en medio de contradicciones culturales y sociales mucho más teniendo en cuenta que la burguesía en Europa ha tenido que articular una unidad –la Unión Europea–, a la que no se atrevió ni se atreve a gobernar como un único Estado por temor a la sociedad europea, por temor a sus pueblos. El capital financiero teme como la peste una repetición del socialismo soviético inimaginable en Europa. Teme una EBPOПA rusa, y eso es inimaginable porque las condiciones son otras y la experiencia histórica cuenta. NO volverá a verse un socialismo donde la élite administrativa o la élite política se arrogue el derecho a decir, ni sobre la economía, ni sobre geopolitica, ni sobre la sociedad porque se levantarían de sus tumbas todos los asesinados por la burocracia soviética para gritarnos, para impedirnos volver a cometer el funesto error de asentir como comparsas, porque tenemos ante nuestros ojos el compendio, el resumen de aquella traición, en la figura de los nuevos ricos, la neoburguesía rusa que se apoderó de la revolución levantada con el esfuerzo de la clase obrera mundial. Los procesos de Moscú donde la burocracia asesino a honestos militantes, solo por el hecho de discrepar del líder o del partido es irrepetible, pero lo que teme el capital financiero mundial no son una repetición de esos procesos, lo que teme el capital financiero mundial es que Rusia domine Europa, que Estados Unidos quede aislado, contenido entre Méjico y Canada, que las cambiantes relaciones de fuerza convierta a Europa en aliado incondicional de Rusia, un desvarío capitalista, porque si bien Rusia nunca ha invadido Europa, Europa –Napoleón y Hitler– sí invadieron Rusia, y lo que ésta ha deseado históricamente han sido unas relaciones comerciales y culturales cordiales con Alemania y con Francia, es decir, con Europa. El temor a una Europa rusificada carece de fundamento, mucho más probable podría ser una europeización de Asia, y como hipótesis nada descabellada probablemente, un cambio en la relación de fuerzas impulsadas desde abajo, donde el rol de la clase obrera fuera determinante, pudiera hacer realidad este supuesto.

Resumiendo podríamos decir que los límites de los Estados son variables, que ejemplos como los Estados de Oriente medio hechos con tiralíneas por los eficientes funcionarios del imperio británico Sikes y el francés Picot, han de ser rehechos porque son apetecidos por el capital financiero dominante, que los Estados europeos se mantienen, solo como como contenedores de una sociedad europea muy interconectada que los políticos no se atreven a gobernar como una única sociedad multicultural porque teme que la podredumbre de la corrupción y el vaciamiento de los caudales públicos queden al descubierto siendo contestada por una sociedad proletarizada, culta y preparada, dejando en evidencia a la izquierda socialdemócrata teniendo esta que mostrar de nuevo su disposición a ser la voz de su amo incapaz de abanderar la construcción de una ciudadanía multicultural, multiétnica, solidaria, participativa, vigilante y preparada.

Que todos los experimentos financieros hechos desde 1971, con el abandono del patrón oro por Nixon, al que han seguido los nuevos experimentos con monedas virtuales –bitcoin y otros– no es más que nuevas demostraciones de cesiones de competencias, que antes eran estatales, dejada en manos del macro Estado que es el mercado para acelerar el empobrecimiento, y eventualmente, una crisis, sin solución.

Que la invasión de territorios sin previa declaración de guerra es la demostración que evidencia la asumción (asumir) de policía global de la potencia ganadora de la SGM.

Que los organismos internacionales –ONU, WTO, etc.– están al servicio de la potencia mundial porque las burguesías europeas asumieron su condición de vasallos.

Que el crecimiento de las fuerzas productivas están al servicio de la creación de medios de producción de muerte y destrucción (armas de destrucción masiva), y que pueden utilizarse, sin pudor a la mayor gloria de los que utilizan nuestros recursos en agigantar las cuentas corrientes y el ego –Elon Musk, la costosa publicidad de su coche y su cohete lanzador–, vienen a corroborar, que las fuerzas productivas, analizadas en detalle, demostrarían que el innovador se apoya en una ingente cantidad de esfuerzo colectivo, entre los que estaría una inventiva, muchas veces desinteresada, que el emprendedor, se da prisa en aprovechar, sin dar las gracias, siquiera.

Que este crecimiento exponencial no nos acerca al socialismo, porque este paso implica una ruptura consciente, y esta conlleva la recuperación del internacionalismo obrero y su partido: la internacional obrera.

Finalmente sería desairar a los sinceros independentistas catalanes silenciar la incoherencia de su lucha. Si el republicanismo catalán fuese serio no podría ser un problema local sino que los republicanos catalanes serían la punta de lanza del republicanismo español porque, siendo serios y conscientes, se entiende sin gran esfuerzo que no es posible conseguir un logro histórico, reduciéndolo a la mínima expresión; pierde todo el significado y la República de Cataluña se convierte, automaticamente en la broma de tabarnia, por tanto, si el republicanismo catalán fuese serio, un sentimiento acendrado y no un problema de pelas la situación sería muy otra, porque cuando la antigua dirección ha pasado por la judicatura, desdiciéndose ¿Qué sentido tiene un gobierno en Bruselas? ¿El exilio? ¿Incapacidad del independentismo para hacer bandera de los cambios sociales, diluidos en el procés? ¿No revela esta lucha del independentismo la subordinación de la izquierda a las iniciativas de la pequeña burguesía?

EL SOFTWARE DEL AUTÓMATA

El cuasi exponencial crecimiento de la industrialización acontecida en los últimos doscientos años, unida a la inveterada costumbre de arrojar los detritos afuera sin reparar en las consecuencias ha terminado deteriorando el mecanismo natural capaz de regenerar esos desperdicios. Flora y fauna oceánica y terrestre son incapaces de procesar toneladas de aire contaminado y aguas corrompidas porque la gran industria, al este y al oeste han decidido pasar a la sociedad, a todos nosotros, el coste del deterioro.

No es posible pensar en cambios sociales profundos que no contemplen el respeto hacia la naturaleza; su flora y fauna necesitan espacio, tiempo e inversión, porque los humanos al alterar su habitat natural deben, cuando menos reparar y proveerles de las condiciones que hagan posible su existencia.

Tiendo a considerar el planeta como un autómata primitivo, perfectamente capaz de sobrevivir en las condiciones primigenias, pero estas condiciones han sido alteradas a lo largo del proceso histórico, desajustando el programa natural, al que llamaré, haciendo uso del popular y conocido término inglés, software.

No es posible aceptar –me niego– que el proceso cosmogónico haya creado la inteligencia y esta acepte sin opción la desaparición propia sin buscar alternativas. El propio desarrollo de la ciencia, desde los orígenes remotos en el creciente fértil, el valle del rio Amarillo, en el valle del Indo y el propio origen humano en África, revelan que la vida, portadora de inteligencia, busca encontrar respuesta a la desasosegante intriga que, en los seres humanos causa la incertidumbre, el no saber acerca del origen de la vida, de la inteligencia.

La incesante búsqueda de la ciencia especializada, profesional queriendo descubrir el origen de la materia, evidenciaría incongruencia si aceptaran, indiferentes que el cosmos es una pulsión que va y viene, y que en ella desapareceremos. Aunque aceptemos que la inteligencia puede tener lugar en otros puntos del universo, por lo que a la especie humana toca, la ciencia ya ha abordado el tema y un cientifico del ya desaparecido imperio del mal, Nicolai Kardashov, ideó una escala para medir el grado de desarrollo de una civilización; según esa escala, estaríamos a 0.7?... de llegar al grado I (civilización tecnológica capaz de utilizar eficientemente todos los recursos del planeta). Mis lecturas, en este punto, son meramente aproximativas, pero entiendo que ese autómata –el planeta–, con una, digamos, disposición intestina capaz de producir convulsiones y catástrofes, terremotos y plegamientos causante de desastres cruentos y costosos, son inasumibles. Una sociedad poseedora, dueña de las fuerzas productivas, como mínimo, actuales, estaría en condiciones de impulsar las ciencias de la tierra y sus ingenieros, en condiciones de prever y proveer los mecanismos para evitar que las fricciones y plegamientos pusieran en peligro la vida. Que esas fuerzas productivas y su capacidad de destrucción y muerte este manos de gente cuyo objetivo es engordar la cuenta corriente propia es una obscenidad, contra la que es preciso revelarse.

La propia evolución estelar de nuestro sol, nos avoca ser vaporizados en su etapa de crecimiento degenerativo y la evacuación terrestre podría no ser la única opción.

Una sociedad, donde el reparto no se mida por el dinero que tengas sino por lo que seas capaz de aportar, podría solucionar ese alterado software. Porque al sumar el esfuerzo colectivo a la solución de amenazas previsibles, conocidas, escrutables, podría generar en el transito hacia la integración humana estudios y trabajos apuntando a la solución. De otro lado, teniendo en cuenta la profundidad y alcance de un esfuerzo semejante, el propio hecho de abordar el trabajo con criterios diferentes al del trabajo asalariado, los participantes, en ese esfuerzo, no estarían alienados del esfuerzo comprometido y asumido, es decir, la humanidad sería dueña de su destino.

Terminaré este largo apunte agradeciendo a mis amigos sus críticas y correcciones, diciéndoles, aunque parezca, lo contrario, que tengo en cuenta sus correcciones, pero a veces, el ejecutante, hace bueno el refrán al tropezar, más de dos y tres veces, en una piedra obstinada en no quitarse del camino. Gracias por las correcciones. Me esfuerzo en mejorar.

jmrmesas

veinticinco de febrero de dos mil dieciocho

Este apunte lo fraccioné en tres partes para facilitar su lectura, pero algún amigo me aconseja que lo rehaga en uno solo porque fraccionado pierde coherencia. Le agradezco su atención y las correcciones, mínimas, espero que lo hagan más claro.

Quiero dedicarlo a esa vanguardia abnegada que son las mujeres y que el próximo 8 de marzo nos convocan a solidarizarnos en su esfuerzo.

jmrmesas

cuatro de marzo de dos mil dieciocho