jueves, 31 de marzo de 2011

F U K U S H I M A



Después de quince días de obligado silencio, pues mi ordenador dejó de funcionar sin previo aviso, y la crisis económica no es una frase vaciá sino una dolorosa comprobación, reanudo mis anotaciones en donde me parecía importante hablar; del desastre japonés, pues el hecho es que a la catástrofe natural del terremoto y tsumani, para la que el pueblo japonés se encuentra con una indudable preparación, siempre perfectible, se haya sumado la catástrofe nuclear, a la que se quiere equiparar como a una de orden natural, es de todo punto, inadmisible, ya que había una previsión de riesgo anunciada con antelación por un organismo oficial, y si no se tomó en cuenta fue por el coste económico, que subsanar el error llevaba aparejado; como de igual modo, anegar la central con agua de mar, hubiese evitado, o al menos, mitigado el desastre nuclear posterior, pero la empresa propietaria, Tepco, prefirió tratar de asegurar el valor económico a evitar el coste social y humano que está causando, no solo al pueblo japonés sino a todos, pues la contaminación nuclear no se detiene en fronteras, pero este coste lo pagamos todos, y esa irresponsabilidad de Tepco, se difumina en la cuenta de resultados de la empresa.

No soy antinuclear por principio, pues si no hubiese más medios de producir electricidad, aceptaría la vecindad de una central nuclear como un factor de riesgo inevitable, pero lo que subyace en el fondo de la utilización de la energía nuclear es que es buena si es buena para los intereses de los dueños del negocio nuclear, no si es buena para el conjunto de la sociedad o no, solo si rendirá beneficios para un reducido grupo, que además, carga los costes de todo el proceso sobre las espaldas de una sociedad a la que se la puede estrujar sin ningún problema,

No importa si un posible riesgo puede ser evitado, asegurando un determinado aspecto, o implementando en otro, o con procedimientos más regulares y frecuentes, no, lo que importa es el beneficio que rendirá en el balance anual, y estamos llegando a un punto, en el que, tras comprobaciones que los testarudos hechos nos ponen frente a nuestros ojos, se oculta información sistemáticamente, a la ciudadanía, siempre, porque, ahora, los ciudadanos de Japón, empiezan a desconfiar de los que les cuentan sus dirigente sobre los pormenores del vertido y el correspondiente escape contaminante, pero a poco que establezcamos una comparación mínimamente cuidadosa, siempre se trata a los ciudadanos como si fueran elementos de dudosa fiabilidad, no solo en Japón, sino en todas partes, porque tras los consabidos “no alarmar innecesariamente”, se oculta una filosofía de alejar a los verdaderos dueños de la sociedad de los asuntos públicos, confiándolos al arbitrio de camarillas, cuyo único objetivo es el mangoneo que permite el lucro, muy a menudo, fraudulento y tramposo.

Pues señores, si en Japón, la producción de electricidad de origen nuclear es un bien estratégico al que no se puede renunciar, entonces ese elemento vital no puede quedar en manos privadas para que una empresa pueda especular en función de intereses particulares, con un elemento vital sino que este debe de ser nacionalizado, controlado y supervisado por el gobierno, de tal modo que la sociedad tenga información fidedigna de todos los pormenores que les permitiría un conocimiento cumplido para poder controlar la gestión del gobierno de turno, pero mucho me temo que este planteamiento, ni se seguirá en Japón, ni en ninguna otra parte y por lo tanto, quiero unir mi voz a la de los que gritan contra las nucleares, como medio de acabar con una industria estrechamente vinculada con la fabricación de armamento, y para los que la preservación del medio ambiente no es más que otra justificación si con ella se gana dinero, pues de lo contrario no importa si se contamina el océano, y no lo digo ahora por el Pacífico, sino por el Atlántico, en el cual no tuvieron ningún tipo de problema en contaminar arrojando los contenedores con material radiactivo.

31/03/2011
                                                                         jmrmesas

jueves, 17 de marzo de 2011

NADA SERA COMO ANTES




El terremoto de Japón, el tsunami y el desastre nuclear, motivo para una reflexión más detenida, me han desbordado, impidiéndome la concentración necesaria, dispersa entre la enorme variedad de acontecimientos, pero si hay algo que mantiene una continuidad imperturbable es la cómoda represión que los gobernantes árabes y norteafricanos están llevando a cabo contra los manifestantes, una vez que el foco que les mantenía en centro de la atención mundial giró al este, para conocer las novedades que aporta el desastre en el Pacífico.

Gadafi, dueño de la situación, se ha rehecho de su abatimiento inicial y tras comprobar que la comunidad internacional no hará nada para que vuelva a gobernar, se dispone a terminar la tarea en una orgía sangrienta destinada a aterrorizar a la población, harta de aguantar un teatro indecente.

Algunas conclusiones habría que extraer de todo esto porque el mundo no cambiará sin un decidido empeño para cambiarlo de parte de los que queremos romper una situación que solo reporta beneficio a un puñado de privilegiados capaces de sacar rentabilidad a todo lo que se mueve;  la más evidente, a mi parecer estriba en que si la comunidad internacional, eufemismo para designar a todos los gobiernos e instituciones mundiales, no se ponen de acuerdo en evitar la matanza libia, la causa común que por fas o nefas, estaría en que la revolución libia introduciría el peligro de una sociedad enardecida y eufórica por la derrota de Gadafi, extendiéndose a Argelia, Marruecos, reavivando la llama en Túnez y Egipto, reforzando las protestas en Bahrein, Yemen y lo más importante, comprometiendo gravemente la estabilidad en Arabia, todos los regimenes de la zona se verían afectados, Siria, Jordania, Israel, Irán, Palestina, Irak, Turquía, y sobre todo, la situación en Europa dejaría este soportable estatus, en el que se pueden ir apretando poco a poco, para ir satisfaciendo a este puñado de privilegiados -mercados- que nada democráticamente están diseñando las medidas que quieren imponernos, espoleando a los gobiernos para que nos sometamos a sus planes; por el contrario, la derrota momentánea de la revolución, da alas para la represión, no solo de libios, sino en todos estos lugares mencionados, enfriando la situación en donde la revolución dio sus primeros pasos.

De cualquier modo, nada será como antes, pues a todo esto ha venido a complicarlo el terremoto y la conmoción producida por el desastre nuclear, y en este caso, Europa, concretamente, la pequeña burguesía que maneja los hilos de la  movilización, si se siente inquieta y dispuesta a exigir explicaciones, porque esto si se percibe claramente global, y en este caso, Europa si se siente seriamente amenazada, por eso, y todo lo anterior, nada volverá a ser lo mismo.

17/03/2011                                     jmrmesas
        



martes, 15 de marzo de 2011

TRAMPAS


¿Es posible que la opinión pública sustente opiniones que difieran significativamente de las que tiene el poder?, me pregunto, ante una encuesta que vi ocasionalmente en un debate de tertulia acerca de la intervención española en Libia, en donde mayoritariamente se rechazaba la intervención, a no ser que estuviera avalada por la ONU y que se hiciera conjuntamente por la UE y USA, y la explicación a la que llegué es que, cuando la opinión pública difiere sustancialmente de las que emiten los medios formadores de opinión, que esencialmente es la que el gobierno refleja, entonces esa opinión mayoritaria, cuando el grado de desacuerdo se hace tan patente, termina materializándose en algún tipo de expresión que le hace saber al poder, sea del tipo que sea, su desacuerdo, como sucedió con la oposición a la guerra de Irak, o como sucedió con el atentado islamista del  11 de marzo de 2004 en Madrid, cuya contundencia hizo naufragar al gobierno del  PP.

Este tipo de desacuerdo tan marcadamente señalado, tampoco puede decirse que estuviera falto de criterios, pues en ambos casos, una oposición batalladora se implicaba en defender criterios de discrepancias que polarizaban a la opinión de una ciudadanía hartamente persuadida del verdadero motivo de la intervención militar, en el primer caso, y de la mendacidad de la explicación gubernamental en el segundo, pero en la actualidad, el poco o nulo criterio que manifiesta tanto la derecha como una izquierda acogotada, hace que las diferencias, que las hay, entre una y otra, sean tan mínimas, que pueden coexistir sin fricciones, con lo que el grueso de la ciudadanía no encuentra motivos para tener que exigir demostraciones de desacuerdo, que vayan más allá de las que se expresan en los diferentes medios.

Dándole vueltas estaba, cuando veo otra encuesta realizada en cinco países, Reino Unido, Alemania, Francia, Polonia y España, que revela la profunda desconfianza ciudadana hacia los políticos y su honestidad, en relación con la crisis económica y su capacidad para resolverla, cuyas respuesta, si bien son demoledoras, revelan que la metódica cantinela que nos hace responsable de la crisis a los ciudadanos, porque “vivimos por encima de nuestras posibilidades”, da los resultados apetecidos, o sea, que nos creamos que somos los culpables nosotros y no un sistema que permite que los ricos, banqueros y multinacionales, consentidos y protegidos por los gobiernos, oculten sus ganancias en los santuarios del crimen político financiero, esos paraísos fiscales que son la guarida de donde salen los capitales que sirven para financiar la especulación, que hay que empezar a darse cuenta que no es una especulación meramente mercantil sino de contenido esencialmente político, y así, con una ciudadanía desorientada por la minimalidad de una izquierda pequeño burguesa, que ha caído en la trampa de querer ser fiables a los ojos de un sistema, que jamás los vera con otros ojos que con los de tontos útiles, esa ciudadanía desorientada, consiente, de mala gana, pero, en definitivas, aceptando que se recorte el estado de bienestar, como forma de reducir la deuda, así que convendría hacer una odiosa comparación, que es como sigue; la deuda USA, a día 14 de marzo de 2011 es de más de 14 billones de dólares, mientras que la deuda de un conjunto de países europeos que he rastreado en internet es de mas de 8 billones y medio de euros, y el conjunto de países rastreados han sido, Alemania, 1.79 billones; Francia, 1.40 billones; Reino Unido, 1.05 billones; Italia, 1.89 billones; España 1.1 billones; Irlanda 887 mil millones; Portugal, 286 mil millones y Grecia, 236 mil millones de euros, que suman los más de 8 billones seiscientos mil euros de deuda conjunta, y que a diferencia de la deuda USA no es transferible vía euro como lo es la estadounidense vía dólar y mientras tanto USA puede seguir endeudándose, ni los mercados ni las agencias de calificación molestaran tan omnímoda soberanía.

Esta ceguera de la izquierda pequeñoburguesa para no airear y explicar las maniobras de las agencias de calificación como una trampa nada sutil, pero si muy efectiva para que los trabajadores caigamos en ella haciéndonos solidarios de unas maniobras financieras, que permite el engaño conjugado de gobiernos, autoridades económicas, banqueros e instituciones de contabilidad y control, para que los ricos eludan los impuestos y puedan llevar una doble contabilidad amparándose en los paraísos fiscales mientras a los trabajadores y a la ciudadanía se les fríe a impuestos, es la consecuencia de una política, que no quiere ver que el sistema capitalista está agotado, y en vez de buscar una alternativa que no es otra que la expropiación de los recursos naturales, distribuyéndolos de un modo racional y no de acuerdo a quien pueda pagarlos.

De cualquier modo, el objetivo se está cumpliendo en gran medida pues la reacción de Gadafi entorpecerá le camino de las masas árabes y norteafricanas, en su lucha por equipararse con sus vecinos europeos, permitiendo la contundencia de todos los reaccionarios que más desahogados liberan su miedo a las protestas reprimiendo con dureza creciente las manifestaciones y protestas como en Marruecos, Yemen o Bahrein,  pues saben que los dirigentes europeos tienen tanto o más que perder que ellos, y la ciudadanía europea se encuentra en una profunda desorientación , sin que se vislumbre una alternativa que no sea resistir.

La otra trampa, tan importante como la anterior, es la cómoda dualidad que se superpone a la dirección legal de la UE de los asuntos cotidianos a los que se ve abocada esta, cuando los acontecimientos u otro tipo de decisiones de calado, lo  requieren;  esta dualidad no es otra que la que patrocinan el inevitable dúo franco alemán, simbolizado por Merkel-Sarkozy,   o al revés, que tanto da, pues lo que esta practica continuada revela, por un lado es la inoperancia del parlamento europeo de la presidencia de Van Rompuy, y de la señora Ashton, -¿Lady PESC?-  es decir, de las instituciones formales que deberían ser los que expresaran los intereses de la UE, y no el dúo dinámico, mientras que la inevitable toma de postura del dúo franco alemán demanda la necesidad de un autentico gobierno europeo capaz, en tiempos como los actuales de tomar decisiones con rapidez y contundencia, ya que la demora no significa otra cosa que la incapacidad de defender el interés de los europeos sino se hace bajo el prisma de las tensiones entre los diferentes sectores de las burguesías nacionales, y esto sera bueno para armonizar los intereses de la elite, pero es fatal para defender los intereses de la ciudadanía europea, y como ha quedado dicho anteriormente, desangrar la revolución magrebí.

15/03/2011                                          jmrmesas

jueves, 10 de marzo de 2011

UNA PERSPECTIVA DE CONJUNTO



¿Qué es la globalización? ¿Qué importancia tiene? 

Cuando comúnmente se habla de globalización, se suele hacer referencia a la facilidad que posee el capital para operar en cualquier país, sin estar sujeto a ningún tipo de ley, por lo tanto su uso, carente de cualquier consideración se considera optimo para el propósito de obtener el máximo beneficio posible, y esta facilidad de atravesar fronteras y países sin ningún tipo de pasaporte es la que los capitalistas consideran que no hay que tocar, pero está claro que la globalización no es solo la facilidad del capital para moverse, sino que este aspecto es el más evidente, pero la globalización es el resultado de unas relaciones de producción que han terminado de romper las barreras entre países y culturas haciendo posible que los procesos de producción se internacionalicen aunque las personas sigan necesitando pasaporte para atravesar todo lo que los procesos de producción y el capital pueden pasar sin problemas.

Estas relaciones de producción nuevas engloban comportamientos de diversa consideración, pues las comunicaciones y el transporte tienden a una cierta homogenización de los comportamientos, que en lo tocante a las condiciones de la producción son las que cuentan, porque la gama de relaciones sociales es enorme y aunque un importante abanico de relaciones se puedan considerar relaciones de producción, solo aquellas relaciones que están ligadas por un convenio, contrato o acuerdo o cualquier tipo de compromiso que signifique un registro contable, y que son las que los economistas consideran en los balances, son las que se consideran como tales; otra importante gama de relaciones de producción, aquellas otras que al no reflejarse en la contabilidad podrían considerarse como de ámbito privado, son igualmente relaciones de producción y formarían la base material en el que se sustenta la sociedad; aquellos comportamientos que hacen posible el funcionamiento de las relaciones que si se consideran porque se pagan o cobran; en el fondo, las diversas explosiones revolucionarias que se están produciendo en todo el norte de África y en el Medio Oriente están demandando un tipo de comportamiento de los diferentes gobiernos que sean parangonables a los comportamientos de los gobiernos europeos, precisamente en sociedades en donde los comportamientos del poder para con los pueblos está anclado en una condición supremacía, considerando a estos desde una óptica de sumisión o cuando menos de subordinación;

Desde una perspectiva más amplia y profunda, este tipo de relaciones es el que se ha generado a lo largo del pasado siglo, empujado por la potencia de las nuevas fuerzas productivas, y estas fuerzas han pasado de ser dependiente del saber artesanal a estar directamente generadas por la introducción de la ciencia y la tecnología en la producción; estas relaciones empiezan a chocar con las concepciones más antiguas porque las nuevas sociedades, y cuando digo nuevas sociedades, me estoy refiriendo a las nuevas generaciones que están conectadas, no solo a internet, sino que la conexión es la que entronca con el trasiegos de personas que, o han trabajado fuera de su país ocasionalmente y regresan, o por los mil y un lazos que se tejen entre los que están fuera y los que permanecen dentro del país, y al comparar, salta a la vista la desigualdad y la sinrazón, tanto de los gobiernos, como de los poderes fácticos locales, que mantiene un clima de agobio y sofoco; estas nuevas relaciones son el exponente de la globalización y su significado esta diciéndonos que el sistema de producción  está próximo a  asaltar al siguiente peldaño, que no es otro que el plantear la injusta maraña de la distribución de la riqueza generada.

Es muy importante comprender que en las relaciones de producción que no se pagan porque no están directamente ligadas a la producción de mercancías, radica el potencial de creatividad y perfeccionamiento del sujeto colectivo y que esta creatividad y perfeccionamiento, en definitivas, humanos, es el que nos puede salvar de la debacle a la que está abocada una sociedad en directo enfrentamiento con la naturaleza, por tanto, muy dependiente del desarrollo de la ciencia y de su aplicación práctica, para la supervivencia, tanto como de la educación, no solo de ámbito académico, como sobre todo de tipo social y político, lo que significa que esa educación en su más amplia y variada acepción debe de ser pagada; este pago es el que actualmente recae sobre las espaldas de la ciudadanía, pues los más ricos, tanto por la protección que le dan los gobiernos como por todo un entramado legal favorable a desgravar a los poderosos, empobrece las condiciones en general de una ciudadanía que es la que sufraga por vía de impuestos, el funcionamiento social, mientras los poderosos obtienen todo tipo de facilidades para eludir la imposición y encima pueden ocultar los fondos en los paraísos fiscales.

Este robo descarado con el que los poderosos acometen a la sociedad, en todos los países es el que ha generado la colosal deuda soberana, pero mientras las deudas que se miran con escrúpulos son las deudas de los pequeños, la mayor y más peligrosa de todas, apenas si merece tratamiento ocasional, como demuestra el gráfico que he sacado del blog de  La Vanguardia  -gurusblog/ Manuel Caraballo-, en donde se puede comprobar el endeudamiento de USA, que a 9 de marzo de 2011 es de más de 14 billones    de   dólares -14 197135 195602.35 $- , y   que  para  mayor   desgracia  de   la


ciudadanía, ni siquiera tiene el consuelo de la seguridad social a mayor gloria de las aseguradoras.

Este terrible desfase es una prueba en negativo de la globalización, porque si se glorifica la globalización como un logro, que lo es, de la internacionalización de la economía, lo que quiere decir, de la potencia de las fuerzas productivas, que han internacionalizado las relaciones de producción, tanto las que se pagan con cargo a las empresas que contratan la fuerza de trabajo, como las que se pagan con los impuestos que pagan exclusivamente los ciudadanos corrientes -los ricos, y grandes empresas no pagan-  quiere decirse, que la medida que puede destensar esa generador de conflictos que es el sistema monetario y su correlato, el sistema financiero, han de ser rediseñado para acoger esa globalización en positivo, y esto nos llevaría a plantearnos como hacerlo.

La primera es que puesto que la internacionalización de la economía es un hecho incuestionable, y que las relaciones de producción internacionalizadas por las nuevas fuerzas productivas (ciencia y tecnología aplicadas a la producción), es preciso encontrar la medida de valor capaz de conjugar esta evidencia, y esto no puede ser otra cosa que una moneda mundial;

Una moneda mundial, supondría un nuevo reparto de poder a escala mundial, y esto no sería una cuestión baladí porque mirando el grafico de la deuda estadounidense se llega fácilmente a la conclusión de que semejante disparo de la deuda, que no repercute en una mejoría de las condiciones de vida de los estadounidenses corrientes, esta relacionado con la elite del complejo militar-industrial, que incrementando el gasto militar, tratan de asegurase el dominio del sistema, no de “su” sistema, sino del sistema de producción de mercancías, globalmente considerado, pues la burguesía más importante, después de la estadounidense son los burgueses de las diferentes naciones que componen la Unión Europea, y estas, -burguesías- presionadas, por la fuerza de las cosas, pero sin voluntad de presión, porque para que hubiera una voluntad de presión consciente tendría que haber una política alternativa, al menos enunciada, y no es el caso, tiene un comportamiento político “disolvente”, porque la Unión Europea, que es la forma con la que los burgueses europeos aseguran un mercado, “su” mercado, no tiene más alternativa que constituirse en “un estado unido” y semejante paso terminaría por representar el proyecto social de futuro, en el que la economía podría empezar a salir de la orbita del modo de producción mercantil, toda vez, que al pesar más de forma consciente la ciudadanía que la burguesía, la consecuencia sería una merma de la influencia estadounidense, perdiendo la hegemonía.

Esta forma consciente no es otra que el predominio de la política en la vida ciudadana, o de otra manera, de una participación más fluida en las decisiones políticas del estado ya que un aumento de la apatía en la vida política, no expresa más que el fracaso de la sociedad en el control político del estado, y cuando esto sucede, ese vacío lo llena el crimen organizado, como ocurre en Méjico, o Colombia, etc.;  por lo tanto, esa moneda común sería la respuesta sesenta largos años después, de aquella moneda común, que la representación europea, en Bretton Woods, pedía para la nueva etapa que se abrió tras la SGM, y que la prepotencia, estadounidense, no acepto, porque para eso estaba el dólar, pero hoy ese dólar, es la ruina de los pueblos, porque mientras que la burguesía estadounidense puede llevarse mercancías valiosas, o materia prima, que se pone a su libre disposición, prácticamente gratis, los tenedores de dólares, no pueden (China, Japón, Europa) hacer uso de los mismos, dentro del territorio de Estados Unidos porque el complejo militar industrial lo considera interferencia estratégica.

Ver el problema de la eliminación de la deuda con perspectiva histórica supone tener una concepción del futuro del modo de producción de mercancías, así como el esfuerzo de tratar de intuir la evolución  de los acontecimientos que se generarán en la lucha por la construcción del nuevo orden, y puesto que las nuevas  relaciones de producción son indiscutiblemente internacionales, la deriva de la lucha política por arrancar la iniciativa a los “mercados” (los millonarios que deciden qué se fabrica, donde se fabrica y cómo se fabrica, pues como no me cansaré de repetir, ellos son los mercados), es preciso tener claro que la lucha política por lograr la participación de la ciudadanía, de tal modo que los intereses cotidianos que llenan las preocupaciones de esa ciudadanía, sea la que deben discutir los gobiernos, y no, que estos mismos gobiernos, quieran imponernos sus intereses, los de los mercados  a los ciudadanos, es crucial, porque la épica de la toma del palacio de invierno, está fuera de lugar, porque si en 1917 no fue posible construir el socialismo en un solo país, hoy esa concepción de la revolución no se ajusta  a las nuevas relaciones globales, por eso al reflexionar sobre los acontecimientos, es muy difícil ver una salida para España, o Francia, es decir, para cualquier país aislado; la masa crítica para abordar un cambio significativo que fuera el ejemplo a seguir, tiene que ser el conjunto de países que han sido embarcados en ese proyecto común, que los capitanes de la UE, no quieren decidir, porque saben que iniciarlo será la perdida histórica de su vigencia política, y ellos lo saben, y el complejo militar-industrial USA, lo saben, por eso, ante los procesos revolucionarios abiertos, como en Libia, permiten el desgaste criminal de la revolución, a manos de Gadafi, que les está prestando un último servicio, porque facilitar el camino a la revolución, aunque sea una revolución que no esta tocando abiertamente el problema del poder, pero si esa revolución se conectara con las necesidades de la ciudadanía europea, eso si podría ser un golpe de proporciones determinante, y esta es la razón de preguntar y preguntarme ¿Donde está la izquierda en esta lucha?, y puesto que tras las semanas transcurridas su silencio es evidente, he de llegar a la dolorosa conclusión que se halla muy perdida y falta del soporte teórico capaz de ubicar cada pieza del rompecabezas actual.
                                                     
10/03/2011                                              jmrmesas   

lunes, 7 de marzo de 2011

ZONA DE EXCLUSION AEREA



Gadafi no ha sido socio de los gobernantes europeos y estadounidenses sin saber muy bien jugar sus bazas, y él, como los gobernantes europeos y estadounidenses tienen miedo de las manifestaciones populares, y si en Túnez y Egipto el ejercito supo mantenerse fuera del foco, la situación en Libia no es la misma, por eso el canalla de Gadafi y sus más directos colaboradores e hijos, pudieron amenazar con la guerra civil si las masas libias se echaban a la calle, pero en la medida que la represión carnicera que está llevando a cabo pudiera ahogar la revolución durante un breve periodo, su posibilidad de tener el control de la sociedad libia, como antes de las luchas presentes, ya no sería ni posible ni imaginable, y es a partir de ahora que la situación se volverá, como amenaza el propio Gadafi, aunque no lo exprese abiertamente, caldo de cultivo del integrismo islamista, controlado por él mismo, como medio de agitar el espantajo de sus hasta hace poco amigos gobernantes, los cuales demoran la intervención para declarar la Zona de Exclusión Aérea, por varias razones.

La primera de todas es la debilitar la revuelta popular, pues acabar con Gadafi potenciando una ciudadanía enardecida por el esfuerzo, introduce un factor difícilmente controlable toda vez que las reivindicaciones que se planteen no serán de mero cambio de fachada, sino que pondrán en el candelero el problema del reparto social de las riquezas de subsuelo libio, y esto, si podría suponer añadir un plus de confianza revolucionaria en toda la zona del Magreb y Oriente Medio.

La segunda razón es que la intervención militar, al querer asegurarse que la Liga Árabe y la Unión Africana den el vistobueno, no es tanto para demostrar que no van a por el petróleo libio, cosa increíble de una parte, aunque, con unas masas enardecidas y luchando siempre será más complicado que las petroleras que controlan el negocio pueda operar como si en vez de luchas populares hubiese un gobierno títere dispuesto a colaborar, a cuenta de comisión, sino que la razón más cruda es que no se puede criticar a Gadafi por masacrar a los discrepantes bombardeándolos y ametrallándolos con la aviación, cuando la OTAN, en Afganistán no deja de pasar un día sin causar victimas civiles en una población tan machacada, que el propio gobierno “amigo” de Karzai tenga que protestar ante sus aliados, incapaces de apuntar sin causar “daños colaterales”.

La tercera razón, no menos importante es que la revolución libia no se está produciendo en una región en calma, ni en una situación global de apatía e indiferencia, sino que la situación actual es de suma tensión porque seguimos estando en crisis económica con los problemas que dieron origen a dicha crisis, sin resolver, y sea cual sea el cariz que tome el desarrollo de las luchas en Libia, tanto en la zona como en los centros sensibles del poder, y esto significa la Unión Europea y Estados Unidos, y en ambos lugares, más una compleja situación social en China, la situación es muy poco tranquilizadora.

Lo más triste de todo esto, es que mientras el panorama internacional brilla cual noche estrellada, en donde no cesan aparecer fenómenos que excitan la curiosidad de todos, los únicos que todavía no salen de su ¿Asombro?  ¿Incredulidad?  ¿Inopia?, es la izquierda, que ni políticamente, ni sindicalmente, han manifestado ideas ni formulas capaces de llevar al seno de la sociedad, un debate que hasta el momento, solo los periódicos, televisiones y tertulias  son los que emiten opinión, que desde luego no sirven para que los trabajadores y la ciudadanía se pueda orientar y desenvolver en su quehacer frente a los “mercados”; es decir, la izquierda no sabe que proponerle al mundo para solucionar la decrépita decadencia del modo de producción mercantil.

07/03/2011                                         jmrmesas    

sábado, 5 de marzo de 2011

IZQUIERDA POLITICAMENTE INCORRECTA




La división administrativa de España es un recuerdo histórico que da las señas de identidad de esta parte de Europa que es España, pero me parece que como efectividad práctica está muy lejos de ser eficiente, porque un territorio configurado con una historia común y múltiples lazos de variado contenido es lo suficientemente sólido como para no necesitar 19 autonomías, con sus respectivos parlamentos y toda una parafernalia de funcionarios e instituciones, que es la mayor contribución a la pequeña burguesía, hecha como medio de evitar el “Tahrir Nacional”, a la muerte de Franco ante la pequeñez de una izquierda que entregó su primogenitura, por un “plato de autonomías”.

Estas autonomías son el mayor atentado contra la clase trabajadora y a la homogeneización de los intereses de clase hecho por los líderes de una izquierda timorata y vencida, que incapaces de recoger el empuje popular que estaba presente en las calles y plazas de entonces, encontraron el medio de ocultar los problemas del nacionalismo periférico diluyéndolo en una serie de autonomías que potenciaban los agravios comparativos en vez de agrupar los intereses comunes de la sociedad, frente a una burguesía, cuya única baza era mantener el aparato del estado franquista apoyándose en los militares dispuestos al golpe de estado como único recurso.

Hecho está; y si digo esto, es como referencia al comentario de un amigo que se queja de los pobres resultados, de los esfuerzos que él y otros, hacen luchando por evitar la serie de recortes, que en el campo de la sanidad, prevé hacer el nuevo presidente de la Generalitat, (Artur Mas)  como parte del recorte que se está llevando a cabo, con la intención de complacer las exigencias de los “mercados”;  aún comprendiendo la exigencia de los trabajadores de querer resolver los problemas concretos, ¿Qué posibilidad hay?, porque está claro, que la lucha que hace, él y sus compañeros, resultados no da, fundamentalmente porque no se comprende el contenido del momento, y el contenido del momento es que venimos arrastrando una serie de descalabros, ahondados por la crisis económica, así que proponerles a los trabajadores que hay que luchar para que no nos impongan los recortes, suena como un mantra sin sentido, porque la única posibilidad capaz de insuflar nuevos bríos en la movilización de los trabajadores es señalar de manera indeleble nuevas metas capaces de tensar las fuerzas porque se comprenda que esas metas, por sí mismas tienen el poder de transformar la situación radicalmente, y esas metas no son otras que la lucha por erradicar los paraísos fiscales, luchar por imponer políticamente la condonación de la deuda, luchar por imponer una moneda mundial, luchar por convertir la Unión Europea burguesa en los Estados Unidos de Europa, porque si esta política empieza a calar en la clase obrera, estaremos arrebatándole la iniciativa a los mercados, por eso, ante la oleada revolucionaria en el norte de África, la clase obrera debe defender a los ciudadanos magrebíes que se alzan por tener unas condiciones de vida decentes, porque solo así, se estará poniendo el entramado local para que, en este caso, la Generalitat, el gobierno de Artur Mas, reconsidere las medidas de supuesto ahorro, que irán a los bolsillos de algún “mercado”,  puesto que como están comprobando, reducir la lucha al ámbito concreto de contener las medidas, arturmasianas, no les vale más que para desmoralizase.    

Sin embargo, la cuestión de las autonomías sigue sin responder si España se rompería por aceptar un debate sobre el hecho real de los nacionalismos periféricos, porque ¿Tan diferente es la idiosincrasia entre un catalán y un andaluz? ¿Tan diferente entre un andaluz y un gallego, o un vasco?  En mi opinión, las diferencias están más marcadas por el interés de la pequeña burguesía periférica, que por la realidad de las diferencias interregionales, y no estoy planteando que no se reconozca el hecho nacional, sino que este hecho no tiene porque suponer una separación política, porque si se reconocen abiertamente las diferencias de catalanes, vascos y gallegos, y al referirme a ellos en concreto, lo hago porque tienen como característica determinada, una lengua propia hablada comúnmente, y no es solo como un recurso cultivado por estudiosos, sino con raigambre popular, me figuro, que mucho hierro se quitaría del “hecho diferencial nacional”, y nos ahorraríamos mucha maniobra pequeñoburguesa, de ataque a la sanidad, con la canalla intención de favorecer a los amiguetes y “gurteletes”  de diferente calibre que pululan alrededor de los negocios del dolor ajeno, nos ahorraríamos los ataques a la caja de la seguridad social y la facultad otorgada a estas pandillas de facinerosos, cuya obsesión es estrujar a los trabajadores mientras son incapaces y cobardes para atacar a los grandes empresarios; sin que sirva de precedente he de romper una lanza en favor del dirigente de Izquierda Unida, -Cayo Lara- del que creo haber leído en algún sitio, su opinión favorable a expropiar el banco Santander, como una medida de favorecer la economía; leído fue de pasada, y no puedo opinar más sobre esta propuesta, pero, por el momento es de las que se salen de lo políticamente correcto.

Sin que esto suponga echar flores sobre Zapatero, el señor primer ministro de SM, cobrará este año un sueldo de 78.185 euros, un 15 por ciento menos que lo que le correspondía para 2010, mientras que sus vicepresidentes ganarán 73.486 euros y los ministros 68.981 euros, mientras que siete presidentes de comunidades autónomas, de las diecinueve que hay, tendrán sueldos superiores; más que el presidente del consejo de ministros, señor Zapatero, lo que me parece aberrante: Aragón 82000 euros; Canarias, 80997 euros; Castilla La Mancha, 96123 euros; Cataluña, 144033 euros; Madrid, 89643 euros; Navarra, 80370 euros; País Vasco, 100696 euros; tan eficientes son tantos administradores, o simplemente es una manera de contentar a una elite de gente a la que emplear.
En mi opinión España funcionaría mejor con menos autonomías, habría más coherencia entre las diferentes regiones y probablemente mejores resultados para una ciudadanía que  tiene que exprimirse para satisfacer a “mercados” y “estadista”, aunque esta opinión tampoco es políticamente correcta.
    05/03/2011                                                                jmrmesas
         

viernes, 4 de marzo de 2011

REVOLUCION EN AFRICA IGUAL A REVOLUCION EN EUROPA


Me doy cuenta de estar cometiendo un error al hablar de  una burguesía europea cuando lo que existen son burgueses de segundo nivel; la burguesía europea ha resultado un  útil recurso de redacción a la hora de hablar de burguesía sin tener que diferenciar entre los diferentes burgueses, pero alemanes, franceses, italianos, españoles de tercer nivel, y nostálgicos  primos del imperio, hace tiempo extinguido, de la Gran Bretaña, que están aliviados porque los estadounidenses empiecen a tomar determinaciones respecto de la revolución de los libios por liberarse del líder, bien odiado Gadafi, y no es por el hecho de que Obama quiera entrar en Libia por la puerta de atrás, no, sino porque el dejar la iniciativa respecto de toda la zona del Mediterráneo al arbitrio de USA, sin que los burgueses de la Unión Europea sean los principales protagonistas en proponer las medidas a tomar en una zona que es de importancia estratégica para el futuro de Europa  hace del futuro de Europa algo inviable, porque si hay algo de peso en el panorama político y económico del mundo es ese proyecto inacabado de unidad europea que la hacía peligrosa por el hecho de perseguir una unidad, por otra parte, ni querida, ni deseada por las diferentes burguesías nacionales, más bien temida, pero en la medida en que el mundo se movía en un ambiente de aparente calma, el proyecto de Unión Europea, podía subsistir lleno de cautelas, pero el hecho de la quiebra económica y toda la situación posterior  está demostrando que todos los logros conseguidos están en el alero porque es unas circunstancias como las presente, o se toman decisiones que sean respaldadas en bloque, aunque no sean las mejores o la Unión Europea desaparecerá.
Puede que sea un visionario utopista, o puedo estar en lo cierto; si soy un visionario, sin sentido, nada será como yo lo veo, pero si estuviese en lo cierto, entonces alguien más debería de coincidir con mis apreciaciones, y si así fuere, la fuerza capaz de modificar el curso de la historia no serán los burgueses europeos sino esa ciudadanía remisa a actuar porque nadie se dirige a ella para explicarle por donde pasa la acción.
Trato de contrastar mis apreciaciones con los análisis, que desde la izquierda se publican en revistas como Sistema, o Sin permiso, y en esos casos, creo que los autores están más pendiente de responder al discurso oficial, que de responder a los hechos objetivos que se acumulan en el devenir, no tanto buscando una corrección política, como desestimando la pauta marxiana de la potencia de las fuerzas productivas;  porque los artículos leídos, no pasan de cierta crítica pero sin profundizar en el entramado de las relaciones internacionales, que si algo tiene la “globalización” es que hace perder relieve a los acontecimientos nacionales, si no se ponen en un contexto más amplio, y este contexto es el de la inoperancia del modo de producción de mercancías, porque esta manera de utilizar los medios de producción ha llegado al culmen de la perfección, es decir, puesto que la finalidad del modo de producción de mercancías es la de proporcionar el máximo beneficio al mínimo coste para el propietario del medio de producción que utilice, se ha llegado a la feliz conclusión que el medio de producción más útil es el que proporciona la banca (medio de producción igual a medio de cambio), y la mercancía más útil es el dinero, que proporciona la especulación financiera que crea dinero, beneficio, valor de cambio sin crear valor de uso.
Esta acumulación de dinero, en su mayor parte, oculto en los santuarios del crimen financiero, los paraísos fiscales,  que los expertos calculan  en más de la mitad de todo el dinero emitido, y que es el utilizado en las maniobras financieras para atacar la economía europea, atacando el euro, es la base de los desajustes de un sistema monetario que dejó de ser compensado en los setentas porque la burguesía acepto como moneda mundial un dólar, solamente porque la potencia militar de USA era garantía contra una URSS, que simbolizaba el peligro revolucionario -supuesto- de una clase obrera, potencialmente influenciable por el comunismo;  esta fenomenal montaña de dinero oculto, distorsiona la economía porque todo el entramado mundial facilita la especulación, haciendo aparecer y desaparecer el dinero mágicamente, porque los economistas, sociólogos  y los políticos se “gripan” ante el respeto a la propiedad privada de los medios de producción incapaces de comprender el trastorno que significan hechos objetivos como la  deuda de Estados Unidos, y detrás, todas las demás, cuyo objeto es servir de coartada para empobrecer a los pueblos y poderlos explotar, más a los más débiles; este hecho objetivo, que es el principal causante de la desestabilización del mundo, pues así como, los “mercados” atacan y especulan contra naciones mucho menos endeudadas y menos desestabilizadoras, como Islandia, Irlanda, Portugal, España, etc.,etc., etc., Estados Unidos, con casi nueve billones de dólares de deuda, que no solamente no pagará, sino que además de seguir incrementando su deuda, tiene el privilegio de transferirnos su deuda a través de su moneda, y encima, sus ciudadanos ni siquiera tienen el beneficio de la seguridad social, es una gran bolsa de fraude mundial, sin que los expertos se atrevan a proponer ningún tipo de medida, capaz de atajarla  o corregirla.
Este hecho objetivo, tampoco es tenido en cuenta por la izquierda, ni global, si existiera, ni local, que tampoco.
El sistema monetario, pactado en Bretton Woods en los años cuarenta, y quebrado en los setenta es deliberadamente escamoteado en todas las reuniones internacionales, porque desde entonces los mercados están todos repartidos y controlados por las mismas multinacionales; un obrero estadounidense, trabajando con una maquinaria determinada y un determinado tiempo cobrará un salario, mientras que otro obrero trabajando en las antípodas, con la misma maquinaria, el mismo tiempo, análoga destreza, no percibirá el mismo salario, sino menos, porque la globalización solo está contemplada para permitir la libre disposición del capital, mientras la fuerza de trabajo es incapaz de hacer valer sus derechos, porque nadie le plantea en estos términos el problema del sistema monetario, y cuyos beneficios obtenidos en este constante escamoteo, además, no tributa porque la mayoría de tales beneficios huyen hacia los paraíso fiscales, verdaderos santuarios del terrorismo político financiero, haciendo recaer todo el peso del funcionamiento político administrativo sobre los hombros de una ciudadanía, cada vez más esquilmada.
Este es el panorama, en el que se produce la revolución en el norte de África y en Oriente Medio, y dependiendo del apoyo que obtenga la revolución de los obreros y ciudadanos europeos, embarcados en el mismo proceso de latrocinio capitalista, el resultado será positivo si el empuje se produjera aún, pero si toda la defensa de la revolución se limita a la zona de exclusión aérea, tanto Estados Unidos como la difusa Unión Europea, se dedicaran a apagar los focos revolucionarios, porque esa revolución no tendrá salida sin la hoguera de la revolución europea, y la revolución europea, para abrir camino hacia una nueva etapa histórica tiene que pasar necesariamente por exigir la condonación universal de la deuda, por exigir la regulación del sistema financiero, la erradicación de los paraísos fiscales y un nuevo sistema monetario con una moneda común, y sobre todo, y de cara a Europa, convertir la Unión Europea en los Estados Unidos Socialistas de Europa, o por otro nombre, la Unión Europea Socialista, todo lo demás, son ganas de marear la perdiz.
04/03/2011                                                                jmrmesas