jueves, 31 de marzo de 2011

F U K U S H I M A



Después de quince días de obligado silencio, pues mi ordenador dejó de funcionar sin previo aviso, y la crisis económica no es una frase vaciá sino una dolorosa comprobación, reanudo mis anotaciones en donde me parecía importante hablar; del desastre japonés, pues el hecho es que a la catástrofe natural del terremoto y tsumani, para la que el pueblo japonés se encuentra con una indudable preparación, siempre perfectible, se haya sumado la catástrofe nuclear, a la que se quiere equiparar como a una de orden natural, es de todo punto, inadmisible, ya que había una previsión de riesgo anunciada con antelación por un organismo oficial, y si no se tomó en cuenta fue por el coste económico, que subsanar el error llevaba aparejado; como de igual modo, anegar la central con agua de mar, hubiese evitado, o al menos, mitigado el desastre nuclear posterior, pero la empresa propietaria, Tepco, prefirió tratar de asegurar el valor económico a evitar el coste social y humano que está causando, no solo al pueblo japonés sino a todos, pues la contaminación nuclear no se detiene en fronteras, pero este coste lo pagamos todos, y esa irresponsabilidad de Tepco, se difumina en la cuenta de resultados de la empresa.

No soy antinuclear por principio, pues si no hubiese más medios de producir electricidad, aceptaría la vecindad de una central nuclear como un factor de riesgo inevitable, pero lo que subyace en el fondo de la utilización de la energía nuclear es que es buena si es buena para los intereses de los dueños del negocio nuclear, no si es buena para el conjunto de la sociedad o no, solo si rendirá beneficios para un reducido grupo, que además, carga los costes de todo el proceso sobre las espaldas de una sociedad a la que se la puede estrujar sin ningún problema,

No importa si un posible riesgo puede ser evitado, asegurando un determinado aspecto, o implementando en otro, o con procedimientos más regulares y frecuentes, no, lo que importa es el beneficio que rendirá en el balance anual, y estamos llegando a un punto, en el que, tras comprobaciones que los testarudos hechos nos ponen frente a nuestros ojos, se oculta información sistemáticamente, a la ciudadanía, siempre, porque, ahora, los ciudadanos de Japón, empiezan a desconfiar de los que les cuentan sus dirigente sobre los pormenores del vertido y el correspondiente escape contaminante, pero a poco que establezcamos una comparación mínimamente cuidadosa, siempre se trata a los ciudadanos como si fueran elementos de dudosa fiabilidad, no solo en Japón, sino en todas partes, porque tras los consabidos “no alarmar innecesariamente”, se oculta una filosofía de alejar a los verdaderos dueños de la sociedad de los asuntos públicos, confiándolos al arbitrio de camarillas, cuyo único objetivo es el mangoneo que permite el lucro, muy a menudo, fraudulento y tramposo.

Pues señores, si en Japón, la producción de electricidad de origen nuclear es un bien estratégico al que no se puede renunciar, entonces ese elemento vital no puede quedar en manos privadas para que una empresa pueda especular en función de intereses particulares, con un elemento vital sino que este debe de ser nacionalizado, controlado y supervisado por el gobierno, de tal modo que la sociedad tenga información fidedigna de todos los pormenores que les permitiría un conocimiento cumplido para poder controlar la gestión del gobierno de turno, pero mucho me temo que este planteamiento, ni se seguirá en Japón, ni en ninguna otra parte y por lo tanto, quiero unir mi voz a la de los que gritan contra las nucleares, como medio de acabar con una industria estrechamente vinculada con la fabricación de armamento, y para los que la preservación del medio ambiente no es más que otra justificación si con ella se gana dinero, pues de lo contrario no importa si se contamina el océano, y no lo digo ahora por el Pacífico, sino por el Atlántico, en el cual no tuvieron ningún tipo de problema en contaminar arrojando los contenedores con material radiactivo.

31/03/2011
                                                                         jmrmesas

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