sábado, 5 de marzo de 2011

IZQUIERDA POLITICAMENTE INCORRECTA




La división administrativa de España es un recuerdo histórico que da las señas de identidad de esta parte de Europa que es España, pero me parece que como efectividad práctica está muy lejos de ser eficiente, porque un territorio configurado con una historia común y múltiples lazos de variado contenido es lo suficientemente sólido como para no necesitar 19 autonomías, con sus respectivos parlamentos y toda una parafernalia de funcionarios e instituciones, que es la mayor contribución a la pequeña burguesía, hecha como medio de evitar el “Tahrir Nacional”, a la muerte de Franco ante la pequeñez de una izquierda que entregó su primogenitura, por un “plato de autonomías”.

Estas autonomías son el mayor atentado contra la clase trabajadora y a la homogeneización de los intereses de clase hecho por los líderes de una izquierda timorata y vencida, que incapaces de recoger el empuje popular que estaba presente en las calles y plazas de entonces, encontraron el medio de ocultar los problemas del nacionalismo periférico diluyéndolo en una serie de autonomías que potenciaban los agravios comparativos en vez de agrupar los intereses comunes de la sociedad, frente a una burguesía, cuya única baza era mantener el aparato del estado franquista apoyándose en los militares dispuestos al golpe de estado como único recurso.

Hecho está; y si digo esto, es como referencia al comentario de un amigo que se queja de los pobres resultados, de los esfuerzos que él y otros, hacen luchando por evitar la serie de recortes, que en el campo de la sanidad, prevé hacer el nuevo presidente de la Generalitat, (Artur Mas)  como parte del recorte que se está llevando a cabo, con la intención de complacer las exigencias de los “mercados”;  aún comprendiendo la exigencia de los trabajadores de querer resolver los problemas concretos, ¿Qué posibilidad hay?, porque está claro, que la lucha que hace, él y sus compañeros, resultados no da, fundamentalmente porque no se comprende el contenido del momento, y el contenido del momento es que venimos arrastrando una serie de descalabros, ahondados por la crisis económica, así que proponerles a los trabajadores que hay que luchar para que no nos impongan los recortes, suena como un mantra sin sentido, porque la única posibilidad capaz de insuflar nuevos bríos en la movilización de los trabajadores es señalar de manera indeleble nuevas metas capaces de tensar las fuerzas porque se comprenda que esas metas, por sí mismas tienen el poder de transformar la situación radicalmente, y esas metas no son otras que la lucha por erradicar los paraísos fiscales, luchar por imponer políticamente la condonación de la deuda, luchar por imponer una moneda mundial, luchar por convertir la Unión Europea burguesa en los Estados Unidos de Europa, porque si esta política empieza a calar en la clase obrera, estaremos arrebatándole la iniciativa a los mercados, por eso, ante la oleada revolucionaria en el norte de África, la clase obrera debe defender a los ciudadanos magrebíes que se alzan por tener unas condiciones de vida decentes, porque solo así, se estará poniendo el entramado local para que, en este caso, la Generalitat, el gobierno de Artur Mas, reconsidere las medidas de supuesto ahorro, que irán a los bolsillos de algún “mercado”,  puesto que como están comprobando, reducir la lucha al ámbito concreto de contener las medidas, arturmasianas, no les vale más que para desmoralizase.    

Sin embargo, la cuestión de las autonomías sigue sin responder si España se rompería por aceptar un debate sobre el hecho real de los nacionalismos periféricos, porque ¿Tan diferente es la idiosincrasia entre un catalán y un andaluz? ¿Tan diferente entre un andaluz y un gallego, o un vasco?  En mi opinión, las diferencias están más marcadas por el interés de la pequeña burguesía periférica, que por la realidad de las diferencias interregionales, y no estoy planteando que no se reconozca el hecho nacional, sino que este hecho no tiene porque suponer una separación política, porque si se reconocen abiertamente las diferencias de catalanes, vascos y gallegos, y al referirme a ellos en concreto, lo hago porque tienen como característica determinada, una lengua propia hablada comúnmente, y no es solo como un recurso cultivado por estudiosos, sino con raigambre popular, me figuro, que mucho hierro se quitaría del “hecho diferencial nacional”, y nos ahorraríamos mucha maniobra pequeñoburguesa, de ataque a la sanidad, con la canalla intención de favorecer a los amiguetes y “gurteletes”  de diferente calibre que pululan alrededor de los negocios del dolor ajeno, nos ahorraríamos los ataques a la caja de la seguridad social y la facultad otorgada a estas pandillas de facinerosos, cuya obsesión es estrujar a los trabajadores mientras son incapaces y cobardes para atacar a los grandes empresarios; sin que sirva de precedente he de romper una lanza en favor del dirigente de Izquierda Unida, -Cayo Lara- del que creo haber leído en algún sitio, su opinión favorable a expropiar el banco Santander, como una medida de favorecer la economía; leído fue de pasada, y no puedo opinar más sobre esta propuesta, pero, por el momento es de las que se salen de lo políticamente correcto.

Sin que esto suponga echar flores sobre Zapatero, el señor primer ministro de SM, cobrará este año un sueldo de 78.185 euros, un 15 por ciento menos que lo que le correspondía para 2010, mientras que sus vicepresidentes ganarán 73.486 euros y los ministros 68.981 euros, mientras que siete presidentes de comunidades autónomas, de las diecinueve que hay, tendrán sueldos superiores; más que el presidente del consejo de ministros, señor Zapatero, lo que me parece aberrante: Aragón 82000 euros; Canarias, 80997 euros; Castilla La Mancha, 96123 euros; Cataluña, 144033 euros; Madrid, 89643 euros; Navarra, 80370 euros; País Vasco, 100696 euros; tan eficientes son tantos administradores, o simplemente es una manera de contentar a una elite de gente a la que emplear.
En mi opinión España funcionaría mejor con menos autonomías, habría más coherencia entre las diferentes regiones y probablemente mejores resultados para una ciudadanía que  tiene que exprimirse para satisfacer a “mercados” y “estadista”, aunque esta opinión tampoco es políticamente correcta.
    05/03/2011                                                                jmrmesas
         

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