sábado, 12 de junio de 2021

QUERIENDO ENTENDER QUÉ PASA





QUERIENDO ENTENDER QUÉ PASA



Por más vueltas que le doy, como el burro que mueve la noria, siempre llego al mismo punto aunque bien mirado no es exactamente así, es mas bien como si el radio al que va atado el burro se alargara casi imperceptiblemente, con lo que éste estaría describiendo una espiral.


Desaparecido Trump de los focos, parecería que ya el problema está en vías de solución cuando todo lo más, resultaría que el problema se diluye en una sucesión de acontecimientos que apartan la atención del centro del problema, y este centro es la insostenibilidad del modo de producción de mercancías, pero dado el escaqueo de marxistas militantes con formación intelectual de calado capaz de explicar cual es el objetivo sobre el que hay que concentrar la fuerza, los acontecimientos dispersan la atención porque es más fácil ver lo evidente.


Esos intelectuales marxistas con formación intelectual de calado capaz de explicar qué está pasando y por qué no es otro que el partido de los obreros y de los trabajadores, la internacional, el intelectual colectivo que es necesario fundar para alumbrar qué camino será el nos lleve a un mundo nuevo, siempre presente a la vuelta de la esquina, pero inalcanzable porque los tahures no quieren romper la baraja porque creen controlar todas las jugadas, cuando solamente defienden la propia supervivencia. Antes de la pandemia parecía que personajes de la talla de intelectual de Chomski y del frescor militante de Yanis Varoufakis podrían articular un partido ¿transversal? Internacional capaz de orientar a los trabajadores de todos los países, pero la evidencia ha sido que no, que el silencio mantenido es debido a la cautela, en no querer significarse para chocar abiertamente contra el sistema articular del capitalismo financiero que lidera el complejo militar industrial de Estados Unidos de América del norte.


El sistema está acabado porque desde comienzos del siglo xx el capitalismo optó por la creatividad del control de las finanzas reduciendo cada vez más la producción en la medida que la ciencia y la tecnología aportaban nuevas adquisiciones científicas y tecnológicas aunque no tuvieran una aplicación inmediata en la producción.


Esta actividad, como demuestran economistas que investigan los acontecimientos económicos, han supuesto una disminución de la tasa de ganancia que se manifiesta en un empobrecimiento de las masas de trabajadores, en todo el mundo, incluido los países industrializados, suponiendo esto una contradicción insalvable, puesto que el modo de producción de mercancías es sostenible sí y solo sí, al menos los trabajadores de los países más desarrollados tienen acceso al consumo de las mercancías producidas, pero con salarios de subsistencia el consumo decae y la economía se colapsa, dado que la producción determinante es la producción de armas de destrucción masiva y dinero desvalorizado, solo útil en cantidades enormes, accesible, como es natural, solo a las grandes empresas y bancos, es decir, al capital financiero, para los que la Reserva Federal de EEUU ha estado emitiendo dolares sin parar durante casi un año entero.


Por esto es por lo que el sistema, ha tomado la opción distraer la atención general apartando la mirada del mundo sobre sí, para focalizarla poniéndola en una pandemia muy bien estudiada, echando balones fuera sobre el origen de la misma porque la solución no puede ser volver a lo anterior. Lo dejado atrás es inasumible porque el crecimiento de la población les aterra y les amenaza, solo por que crece y el crecimiento demanda soluciones fuera de su alcance, fuera del alcance del sistema capitalista.


ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMERICA


Es importante comprender que el desarrollo de la situación mundial, a pesar de lo sangrante y doloroso de lo que está pasando tanto en los países hermanos de América del norte –Méjico– como de América del centro y sur, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Chile, Perú, Argentina, y no menos importante y sangrante, como en Gaza, o en la provincia del Sahara occidental, apetecida por Mohamed VI (curioso, Mohamed VI, Felipe VI, ¿donde estará el otro seis, que formaría el bíblico número 6 6 6? MBS no cuadra, aunque no le faltan cualidades), y que Trump, despejó el camino. Al menos, esperamos que el gobierno apoye, sin la menor sombra de duda, la reivindicación de los saharauis de ser independientes expresándose en el referéndum pendiente, más no obstante, el nudo gordiano está en lo que se cuece en Estados Unidos porque allí existen incógnitas todavía no despejadas.


Trump parecía la más evidente pero ni lo es ni tenía entidad para que con el acabamiento de su mandato terminara el problema, porque el problema de Estados Unidos es el del complejo militar industrial que no es otro que su, hasta ahora, homogénea burguesía, rota por la crisis en fragmentos varios que podrían definirse en dos bloques importantes, entre los que fluctúan los fragmentos menores. Estos bloques podrían nuclearse entre burguesía financiera globalista, cuyo buque insignia serían las empresas tipo BlackRock y la burguesía, diré, más local, más apegada al terreno nacional. Entre estas dos ramas fluctúan los fragmentos menores.


Con Biden estarían los globalistas, en cuyo gobierno hay personas procedentes de esas grandes empresas, mientras con Trump, personaje dispuesto a dar toda la guerra posible están los más nacionalistas, aunque dado que EEUU ha obtenido y obtiene su poder del resto del mundo, no es posible tirar una línea recta que separe claramente cada bloque pues ésta se quiebra en numerosos recodos que afectan a la idiosincrasia de las fracciones que forman el pueblo estadounidense, en el cual, la composición racial es muy importante y la brecha abierta por la divisa de las vidas negra importan —Black Lives Matter— está lejos de haberse cerrado.


Esta división se puede apreciar en torno a los enfoques que se derivarían de las últimas semanas, previas al cambio de la presidencia, que tuvieron su climax en los sucesos acontecidos en el asalto al Capitolio el seis de enero, pues los que quieren correr un tupido velo están todos los dispuestos a cerrar el tema dando carpetazo, y ahí hay tanto republicanos como demócratas. Serían la fracción nacionalista de la burguesía yanki, sin que ello quiera decir que el suceso carecería de importancia, puesto que si no fue mas sangriento se debió a que a Trump le faltó valor para asumir lo que venía predicando desde que comenzó a decir que las elecciones fueron le fueron robadas.


Importancia capital ha tenido en este punto, pero en sentido contrario, la actitud de una compañera de partido del expresidente Trump, la senadora Cheney que ha defendido a costa de ganarse la enemistad de su propio partido al punto de estar éste seriamente dividido, porque la acusación de la implicación del expresidente en el asalto al Capitolio —que la senadora Cheney ha mantenido sin desmayo— le ha costado renunciar a dirigir al Grand Old Party.


Esto es una de las contradicciones, de las que está recorrida la situación actual estadounidense, porque ésta es la que sujetaría que las tensiones que se derivarán de las condiciones más duras entre pobre y ricos, blancos y negros puedan terminar en una abierta guerra de clases, es decir, lo que la senadora Cheney defiende es la capacidad del Estado de infundir respeto por la ley, tanto si la viola un don nadie como si la viola un presidente. Algo consustancial con el estado de derecho, que impediría que las personas se tomen la justicia por su mano, pero condenado al fracaso, como la historia no se cansa de demostrar cuando los intereses de clase chocan y cuando la clase dominante comprende que se ha quedado al descubierto y sin alternativa.


Por todo esto, lo que está pasando en EEUU merece la atención de los trabajadores de todo el mundo porque lo que allí ocurre enlaza con todas las concepciones que han dado forma a la manera de entender el mundo hasta éste momento concreto en el que hizo su aparición la pandemia cultivada, en principio, por las voces de alerta que prevenían con mucha anticipacion, de un posible estallido, y que continuaron con estudios obstinados en hacer que del virus de la gripe de 1918 ésta se convirtiera en inatacable, estudios de cuyo desarrollo dio cuenta el periódico británico The Independent, convirtiendo a EEUU en el lugar donde los acontecimientos señalarán el cambio de época, teniendo repercusión mundial, y tal vez los españoles tengamos algo que decir, en un territorio que fue español, antes que angloalemán.


IMPUESTOS A LOS RICOS


Si algo nos esta diciendo del agotamiento del sistema, esa es la cuestión de los impuestos. Así, sin más disquisiciones, en el asunto de los impuestos está expresándose la terrible desigualdad del sistema. Hay otra característica que se correlaciona con los impuestos y que el escandaloso montante de las deudas nacionales, de los Estados, de las naciones y de las familias, pero en el tema de las deudas ni siquiera se entra en la espinosa cuestión, si se exceptúa a los altermundistas del Comité pour l´abolition des dettes illegitimes que nos informan de la legalidad de los gobiernos de no pagar las deudas si estas cuestionan la sostenibilidad del desarrollo de las sociedades nacionales, pero que no se observa por ningún lado que exista, o se encuentre en estado de existir, la dignidad necesaria para hacer que los ricos asuman con sus deberes fiscales, hasta este momento concreto en el que EEUU se encuentra en la tesitura de tener que responder ante el fracaso que supuso que Texas se sumiera en el caos en el reciente invierno pasado.


Los impuestos están de actualidad porque el gobierno criminal de Iván Duque se empeñó en ponerles impuestos a los pobres para así enjugar los despilfarros de la administracion uribista, mientras este, Uribe Vélez guarda sus dineros en los paraísos fiscales. Colombia lleva años desangrándose porque sus militares y policías se dedicaban a matar a trabajadores, campesinos y pobres presentado sus cadáveres como terroristas abatidos, cuando no eran más que pobre gente en busca de salarios de subsistencia.


Los ricos empiezan a notar que su sistema de explotación y miedo se empieza a volver peligroso para ellos mismo y antes de las ultimas elecciones del seis de junio los medios se enzarzaron presentando al presidente de Méjico, como un falso mesías, jugando sucio, como de costumbre, temerosos de que Méjico pudiera convertirse en un referente para el mundo iberoaméricano. Volveré sobre esto más tarde porque me parece que la cuestión de la hispanidad está cobrando fuerza por momentos, pero la cuestión de los impuestos es muy importante por dos motivos de calado.


El primero de ellos está relacionado con la necesidad de EEUU de actualizar su infraestructura, en todos los sentidos. Si trata de reintegrar algo de la producción sacada del territorio nacional, este debe de poder articular dentro del territorio, las condiciones que garantice el movimiento de las mercancías producidas, de tal manera que el tejido productivo sea conectivo, y de este modo de un respiro a las masas de parados sin posibilidades de encontrar trabajo estable y bien pagado, y en este terreno, Biden lo tiene difícil porque el salario mínimo no convence a los empleadores, pero el tema estrella es la subida de impuestos a los ricos, que no termina de convencer ni a demócratas y mucho menos a republicanos, menos mal que Biden tiene algo más de experiencia y mejor equipo que Ivan Duque y sabe que las infraestructuras tienen que pagarlas, les guste o no, los ricos que son los que tienen el dinero para esa actualización productiva, necesaria si EEUU quiere tener terreno para competir con China, porque un iphone hecho en China lo puede vender por 1000 dolares y tener beneficios, pero ese mismo iphone hecho en USA tendría que venderlo por muchísimo más para tener beneficios, al menos, aproximados.


No se habrían tocado nunca el asunto de los impuestos si no hubiese calado en el conjunto de las sociedades avanzadas, es decir, industrializadas, la terrible desigualdad de los impuesto. El tema ha ido calando a modo de chirimiri, sin que ni los partidos obreros, y mucho menos, los sindicatos obreros se hayan dedicado ni ha concienciar ni a politizar sobre ello, y sin embargo ha sido imposible seguir ignorando la cuestión hasta el punto que el conjunto de países más desarrollados no han tenido más remedio que aludirlos antes de que les estallara sin control. Tan poco es posible esperar mucho de ello, sin que los sindicatos obreros se convencieran de la necesidad de dinamizar el significado de una recaudación contributiva y distributiva con campañas, conferencias charlas destinadas a presentar lo que ni el G8 ni los medios dirán sobre la distribución de la riqueza y de los poseedores de ella.


EL DESMENBRAMIENTO DE ESPAÑA


Los españoles no queremos una nación dividida. No queremos, no quiero una España partida en naciones pequeñitas cada una irrelevante, atomizada. La riqueza lingüística de España me parece una cualidad digna de conservar y cultivar, pero apoyarse en ellas para dividir y separar es inaceptable y debilitante y la incardinación de España en Europa y nuestro papel en el mundo será tanto más irrelevante cuanto más dividida este la nación.


Hay que, honestamente, reconocer la enorme carencia de conocimiento que de la historia de España completa y cabal, no de los fragmentos que de la historia, cada gobierno se aplica a ventilar, los españoles corriente tenemos de nuestra propia historia, la selectiva enseñanza que de la historia de esta gran nación se ha enseñado en las escuelas, quiere decirse, de la historia oficial, de la que se puede contar descafeinada. Desde que tengo memoria de ello la historia se ha condensado de tal forma que al ciudadano corriente ésta le parece algo vacío y sin utilidad, porque la historia, como la política, se considera algo superfluo.


La historia, en España ha servido en hacer de sus naturales, gente temerosa, y los más viejos del lugar, de aquella etapa del franquismo vencedor de la guerra que perdieron los españoles pobres a manos de los españoles ricos, la idea que de España se podía sacar, desde el comienzo de los tiempos, se reducía a la península, y nada más, pero ahora se empieza a conocer y reivindicar (¿A qué se deberá esa recuperación memorística de tiempos lejanos?) que España fue un gran imperio que ha diferencia de los otros, no fue una nación sanguijuela que chupaba las riquezas de los territorios conquistados para beneficio exclusivo de una élite, pues según demuestran las cuentas de la hacienda de la época, que las personas dedicadas a la investigación, han estudiado, las partidas de entradas y gastos se corresponden con necesidades de los territorios conquistados que adquirían la condición de provincias ultramarinas con los mismos derechos y obligaciones que los territorios peninsulares, y esa diferencia es capital para considerar aquellos territorios como parte integrante de la patria común. A esos territorios se llevaron la cultura y la fe que se practicaban en la península, contando con universidades e iglesias, a la par.


Esa historia de grandeza, en detalle, es ignorada por los españoles porque la pregunta que viene a la cabeza es qué pasó para que se perdiera, y a qué se debió la pérdida, si hubo culpables y así una sarta de conjeturas que no se pueden responder con respuestas categóricas sino que demandan reflexión, que no puede ser individual sino colectiva, como nación, como pueblo, como un único pueblo trascendiendo territorios y océanos, porque cuando empiezas a conocer a otra gente de otros sitios que hablan como tú y se motivan como tú, eso quiere decir que existen raíces comunes, que los que mandan no les resulta fácil ni cómodo de explicar.


Es importante que la izquierda se aperciba de esto porque empieza a calar en una variopinta burguesía hispana, aunque me parece más preciso decir hispanoamericana, la consciencia de una cierta necesidad de formar entidades corporativas (por ejemplo, una cierta unión de países exportadores de litio, que sería indudablemente positivo) capaces de presentar batalla ante la voracidad que los consorcios capitalistas y 'socialistas' tienen por las riquezas nuestras naciones, es decir, de los ricos que se apropiaron de ellas y es muy notable que los foros reunificacionistas son muy hostiles a las ideas de izquierdas, y esto merece atención porque de las guerras de la independencia americana, habría que decir, del desmembramiento de la nación española, pues España la componían la península y todas las provincias ultramarinas, el principal y casi único activo disgregador fueron los burgueses y funcionarios españoles asentados en los territorios ultramarinos temerosos de perder propiedades y privilegios a mano de la naciente revolución de las cortes de Cádiz de 1812. No fueron las “naciones indias” ni del norte de América, ni del centro y sur de América las que se levantaron contra España, sino que estos pueblos combatieron contra los independentistas indianos que querían conservar tierras y privilegios a costa de la patria Hispana, y esto nunca se ha explicado porque la burguesía ha considerado que mejor defendían sus intereses, separados que juntos, porque juntos solo existía el pueblo con un interés común.


Lo cierto es que España quedó reducida a la Península ibérica cuando España era toda América, Filipinas y buena parte del Pacífico.


Es decir, España fue traicionada por los españoles ricos con la complicidad de los gobiernos de la época que nunca tuvieron interés en conservar la totalidad del territorio nacional. La monarquía borbónica era tan abominable que hasta Napoleón ignoró la petición de Fernando VII de ser considerado hijo adoptivo del corso. La historia oficial presenta a la familia real de entonces como prisionera del francés cuando en realidad fueron huéspedes de este. A tal punto llegó la falta de patriotismo del infame Fernando VII que incluso Bolivar llegó a ofrecer a éste respetar una monarquía constitucional si el rey establecía la corte en el territorio americano con objeto de evitar la dispersión de las provincias ultramarinas, del mismo modo que Portugal pudo mantener la cohesión de Brasil trasladando la corte de la península al territorio brasileño.


Decía en mi último apunte que Cuba tuvo un mal pago de EEUU cuando esta se independizó de España,

en 1898 pero es un lugar común la tesis que la negativa del gobierno a vender Cuba a EEUU, como hizo con La Florida años antes, a principios del siglo XIX, estaba dictada, no por el patriotismo sino más bien por temor a una revolución popular. Que el gobierno de entonces (Sagasta) prefiriera una guerra pactada como solución al problemas económico, en vez de encararla como un problema estratégico que pondría en el foco la ruinosa administración de la restauración de la monarquía borbónica llevo a un complot para deshacerse de Cuba y del político que se había comprometido en defender la soberanía de España en el Caribe. Fue asesinado Cánovas quien para mantener el compromiso de defender Cuba reforzó la flota, que luego Cervera destrozó contraviniendo las ordenes recibidas de la junta de almirantes que preveían incluso atacar los puertos en territorio continental de Estados Unidos, maniobra destinada a aliviar la presión de los yankis sobre la isla.


Resulta lastimoso comprobar como se chalanea con la vida de los trabajadores para garantizar que la burguesía y la corona mantengan sus privilegios intocables, antes, como ahora. La proposición de una Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas que encarase la tarea de articular la internacional que abriera el debate sobre un nuevo modo de producción cuyo objetivo fuese respetar la nave común, el planeta, podría ser el comienzo de una nueva andadura en pos de un mundo nuevo.


¿Podrían Portugal y España nuclear una reunificación? ¿Querrían los americanos una reunificación liderada por la izquierda? ¿Osaría un personaje americano reivindicar la unidad nacional liderando la reunificacion? ¿Con qué programa? Los intereses de la burguesía son muy concretos y tangibles, mientras el de los trabajadores son ideas a las que se han de dar forma con leyes, siempre interpretables por los burgueses en el poder, en el gobierno.


Fabulando con la ficción histórica me pregunto —¿Se habría atrevido Fidel a liderar semejante proyecto? Los cubanos de Florida se me tirarían al cuello.


Amlo tiene mucha tarea en Méjico. Mejor pasar página.


Quiero suponer que Chaves se habría atrevido, pero los médicos que lo atendieron fueron más listos. Otro error.


Un argentino diría que Perón no habría dudado en ponerse al frente, pero en su expediente el rosario de la triple A, no lo habría asumido la mismísima Eva, Evita.


Mientras los fabricantes de pandemias acuerdan investigar el origen de la pandemia con los argumentos trumpianos, aunque no creo que se atrevan porque todas los caminos conducen a la roma de los estudios de la universidad de Wisconsin y una pleyade de investigadores que siguieron esos estudios con encontrados pareceres, no pueden callar y mirar para otro lado solo porque el complejo militar industrial considere que la salida del sistema es una guerra con la que hacer negocio.


jmrmesas


doce de junio de dos mil veintiuno