FASCISMO
DESVAIDO
El
resultado de las elecciones en andalucía sorprendió a gran parte de
la ciudadanía por la irrupción de la extrema derecha fascista en el
parlamento andaluz, pero semejante desembarco no puede ser tomado
como sorpresivo dado el dechado de corrección política de la
izquierda, que desde la llamada transición
hasta la crisis y durante los diez
últimos años de la crisis económica más profunda habida
desde 1929, no ha hecho nada más que poner paños caliente y
justificar un sistema de producción que
pasó de la fabricación industrial a la
especulación financiera descontrolada y cuyos días capaces
de justificar históricamente la explotación porque proporcionaba
empleo en los países industrializados, pasó a deslocalizar
el empleo —desde el centro hacia la periferia — para obtener
mayores beneficios bajando, socavando,
mermando todas las condiciones laborales allí donde llevaba la
producción que sacaba de las naciones industrializadas,
mientras a estas se las empobrecía económica y políticamente.
No es por tanto, hora de rasgarse las vestiduras preguntándose qué
se ha hecho mal, porque el mal radicó en la absurda concepción de
pensar en la posibilidad de una coexistencia pacífica entre
el capital explotador y una fuerza de trabajo
explotada, desorganizada, desideologizada y abandonada a su
suerte, dejando inermes, teórica, ideológica y por consecuencia
lógica políticamente la lucha reivindicativa de las organizaciones
sindicales obreras, que negociaban, cada vez más, condiciones de
pobreza, porque sus dirigentes creían en la honradez
del adversario, en el juego limpio de la política,
cuando el adversario político es el enemigo ideológico, y por
tanto, como demuestran los acontecimientos del pasado reciente, en
los campos de la economía, la sociología (la publicidad no es otra
cosa que la psicologia aplicada al comercio consumista), el capital,
sus políticos, sus administradores se enriquecían de
modo obsceno, legislando prebendas, cuando no robando sin disimulo
porque todas las alarmas fueron desmontadas, silenciadas.
La política ha variado a lo largo de las fases por las que ha
transitado el modo de producción y en el momento actual, con una
situación descontrolada porque los acuerdos tomados tras la SGM-WWII
están saltando y la sucesión reuniones de alto nivel son
incapaces de coser los desgarros, cuando la fuerza de trabajo
está siendo sustituida por el automatismo que traen la inteligencia
artificial –AI–y la robótica, y las mercancías producidas son
las armas de destrucción masivas con lo más puntero de la
ciencia y la tecnología, cuando el dinero creado por la
especulación, que cada vez, la masa monetaria, está más controlada
por los bancos a través de los modernos modos de pago —tarjetas
diversas, smartphones—, creer en la simpleza que entre ese modo de
producción, que vacía las fábricas de mano de obra y llena la
economía de dinero desvalorizado que ha de suplir la falta de
mercancía para el soporte de la vida cotidiana con una masa de
dinero increíble, que ha de salir, casi inmediatamente de la
circulación, endeudando a los Estados, permitiendo que los
grandes complejos financieros escojan la política que consideran de
su aprobación, la lucha tiene que quedar en el marco nacional,
es no haber entendido nada del funcionamiento de la marcha del
mundo, y si se ha entendido y no se actúa en consecuencia, es
una traición, porque se le niega a la masa la posibilidad de
elevarse, haciéndose libres, capaces de hacer
historia.
Es la consecuencia lógica del abandono del escenario político de la
clase obrera, que al subordinarse a la burguesía, dirigida por
líderes oportunistas y venales, abandonando la
reivindicación constante, esta, la clase obrera, el pueblo
trabajador, queda imposibilitado de dar el salto político,
capaz de demandar el cambio impulsor de las reivindicaciones
que exigen controlar la propiedad de la producción, la propiedad de
la tierra, del mundo, del que han sido apartado por la fuerza
de las armas y ninguneados por las políticas de colaboración
desigual y desordenada, y
esto es lo que ocurre en Francia con la movilización espontanea de
los chalecos amarillos, indecentemente silenciada por la prensa, y
sin un mínimo análisis de los partidos y organizaciones obreras,
que permiten que la movilización se agote por sí misma ¿Dónde
queda la solidaridad?
Cabe señalar que sin una escuela
pública, la francesa, que realza los valores republicanos, la
movilización de los chalecos amarillos, tal vez no se habría
producido, y esto es una fortaleza que contrarresta la debilidad
ideológica de la izquierda, aun, sin tomar acuerdos capaces de
explicar a los militantes y al mundo que mira con simpatía una
movilización que lleva semanas de lucha, ¿qué hacer?
Esta debilidad ideológica-reivindicativa de las organizaciones
obreras ha redundado, no solo en un enriquecimiento de las fortunas
personales de los grandes capitales financieros, sino que los
Estados, en las sociedades industrializadas, se han fascistizado,
porque ya, los grandes propietarios dominan los entresijos de los
aparatos de los Estados, y ya no necesitan los fascios di
combatimentos ni las sturmabteilung, les basta el yihadismo, que es
mucho menos comprometido políticamente, más difuso y manejable, por
tanto, el fascismo adopta formas correosas, que sin embargo, al
señalar al feminismo, a las mujeres,
demuestran que el objetivo sigue siendo el mismo, silenciar a los más
débiles porque temen el despertar de la sociedad, explotada,
empobrecida y ninguneada por los poderosos, y en los tiempos
actuales, no es descartable la posibilidad de una guerra en el
territorio europeo, como sueñan los estrategas del complejo militar
industrial.
En España vox es un aviso y una señal que nos indica la debilidad y
el temor de los poderosos y un indicativo que pone de manifiesto como
la falta de la lucha reivindicativa, sin querer poner el foco en las
políticas de redistribución de las rentas ha dado fuerza a la
burguesía que ha vista la necesidad de endurecer sus discurso como
prevención de una lucha reivindicativa más agresiva ante el expolio
que ha supuesto la crisis y las politicas de recortes puestas en
prácticas en todo el mundo, para resarcir a los grandes bancos.
El fascismo ha estado presente, casi desde que acabo la SGM-WWII
porque los Estados interiorizaron y acogieron a funcionarios
fascistas y colaboracionistas, y en España, aun más, nunca se ha
depurado a los funcionarios y torturadores. Vox no sería nada sin
la caterva de jueces fascistas, sin la caterva de
policías y militares fascistas que aun tienen plaza en los puestos
estatales.
Los sindicatos obreros han estado ausente durante todo el desarrollo
de las crisis, y cuando los expertos vaticinan una próxima ¿qué
harán?
Qué habrá de hacer la ciudadanía, el pueblo trabajador para que el
parco y modesto modo de vida esté garantizado. Una vida sin
sobresaltos, con un mínimo de dignidad y seguridad, pues sin esa
mínima seguridad no existe dignidad posible: reivindicar justicia
distributiva, salir a la calle y luchar reivindicar el socialismo
pues sin un proyecto de cambio social profundo, las
reivindicaciones equivalen a pedir peras al olmo, y la actual
situación política, cuando el complejo militar industrial se siente
amenazado, porque los acuerdos conseguidos saltan por los aires, y la
subordinación de la burguesía europea empieza a cuestionar el
financiamiento del aparato militar de EEUU, el resultado, que
históricamente ha tenido efectos apetecibles para ellos ha sido la
guerra. No podemos caer en esa trampa.
jmrmesas
quince de enero de dos mil diecinueve