jueves, 28 de noviembre de 2013

¿... UN CAMBIO DE RUMBO?





¿CÓMO ESPERAR QUE LAS PROTESTAS DEMANDEN UN CAMBIO DE RUMBO?

Protestar es la primera respuesta al permanente asalto del capital monopolista a las condiciones en la que la ciudadanía tiene que esforzarse día tras día por sobrevivir, por eso no es extraño que la manifestación convocada hoy 23 de noviembre, la marcha estuviera encabezada por los trabajadores de la limpieza de Madrid, en su confrontación con la alcaldesa Botella. Detrás, seguían maestros y profesores, médicos y trabajadores de la sanidad, en riesgo de privatización, y tras ellos, políticos y sindicalistas. Este acompañamiento de los dirigentes, expresa en sí mismo, la relevancia y el papel que juegan en la lucha, la dirección y la consciencia, en segundo término, o lo que es lo mismo, arrastrada por los acontecimientos, desnortados, despistados, sin saber donde hacia donde camina la historia, ni hacia donde se quiere ir, y mientras esto sea así, mientras los acontecimientos arrastren a la dirección, será imposible que las luchas arrebaten la iniciativa al capital financiero internacional, que al menos, sí saben que mientras ellos sigan imponiendo sus reglas, la respuesta de la ciudadanía, de los trabajadores, de la sociedad, estará marcada por el terreno en el que ellos quieren llevar la lucha, que no se toquen las bases sobre la que se asienta su poder de clase, sobre el que reposa su dominio de clase dirigente.

¿QUÉ BASES?

La perspectiva es imprescindible para apreciar el conjunto, y el momento actual está marcado por la política de los años setenta que propició la alianza Thatcher-Reagan, disparando un ataque continuado a las conquistas obreras conseguidas tras la SGM en la reconstrucción de medio mundo que la guerra destruyó. La constante merma de poder de la sociedad a manos de la coalición burguesa, dio, consecuentemente el resultado de la minimización de la economía productiva y el incremento acelerado de la economía financiera, creciendo sobre la base de una política en la que Estados Unidos configuraba el mercado a la medida del apetito de su burguesía. Esta se aseguraba el rol de directora en la formación del mercado asegurando un papel determinante a sus empresas apoyadas en el dólar y de ese modo, cuando la moneda de referencia quebró, en vez de desatarse una crisis que podría haber comprometido la estabilidad, recién adquirida, del universo capitalista, la burguesía en su conjunto, decidió aceptar la ficción de la estabilidad monetaria que ofrecía el dólar, a la espera de tiempos mejores. El adelgazamiento de la economía productiva en favor de la economía basada en la especulación, invirtió la relación hasta el extremo de darle la vuelta a la relación, 70 por ciento economía productiva, 30 por ciento economía financiera de antes, se ha convertido en 70 por ciento de economía especulativa y 30 por ciento de economía productiva.

En esta inversión de la proporción se ha ido corroyendo, digamos benignamente, la honestidad profesional de la burguesía financiera mundial, que cada vez ha ido enfangándose en un barrizal de falseamientos de cuentas -ingeniería financiera-, cuyo resultado a sido la famosa pirámide ponziana, a escala planetaria, base de la actual crisis económica, y que aún no se han tomado las medidas para evitar una futura recaída, -que se producirá- según opinan los expertos que analizan las finanzas del mundo, porque la base está asentada aquí, 17, 2 billones de dólares que no son más que papel, y esta ¿estafa?, volviendo a ser generoso, diré que es una estafa inducida por la incapacidad de tomar decisiones en base a empatizar poniéndose en el pellejo de los más débiles, pero si lo digo en función del proceso histórico, he de reconocer que la estafa responde a la naturaleza explotadora de la clase capitalista, en donde el interés de clase, y la ganancia, es el motor del modo de producción de mercancías, y esta realidad está por encima de cualquier consideración humanitaria, porque es la base en la que descasa su dominio, al haber descubierto la fabricación de la mercancía por excelencia, el dinero, cuyo valor de uso, es solo de, y para la élite.

EL CONGRESO DEL PCE

Habría sido interesante estar presente en el congreso del pce, porque, supongo que el tono de los debates tocaría problemas que no siempre se recogen en las resoluciones, pero que denotan el pulso, el latido de los militantes, y si en algún lugar se pudiera encontrar a luchadores que aún siguen considerando a Marx como una guía, sería en algún evento de este tipo, no obstante, considero que hubiese sido sorprendente que del congreso saliera algo diferente a lo que mundo obrero publica en su formato electrónico, sin embargo, salvo al experimento del Partido de la Izquierda Europea, en el que se busca una suma de fuerzas que saque a la izquierda de su debilidad, no he encontrado, en la resoluciones, nada que haga suponer que en esa dirección de sumar fuerzas, -proletarios de todos los países, uníos- responda a las necesidades planteadas por el actual momento del mundo.

Según mi entender, si la discusiones más enconadas se desarrollaron en torno a dos temas importantes, la moneda -euro- y la Unión Europea instrumentalizada por la burguesía -es su criatura-, las resoluciones no dicen ni como transformar esta realidad ni que objetivos se plantean, según deduzco de la lectura vertida por público, de lo que se desprende que no se capta en toda su profundidad, el contenido de la estrategia que maneja el capital financiero internacional, que controlan el cartel de las 147 transnacionales con un control real para influir la economía mundial.

En el congreso, se estableció un debate a diversas bandas, que se concentraron entre Izquierda Unida y PC, rozando la cautela sobre el Partido de la Izquierda Europea, en periodo de consolidación, pero en el que predomina la apuesta de IU sobre cualquier otra, porque IU es lo real, lo que maneja elementos tangibles, mientras el congreso es ideología, sin comprender que el ser humano es ideología, que la vida real de los seres humanos es ideología, simbolismo, creencias, fes, que los portavoces del sistema presentan la realidad viviente como la única posible real y verdadera; transcribo lo que publica la fuente -Público-, El PCE se ha emplazado a una Conferencia económica en la que la UE ocupará un lugar prioritario. Por cuestión de tiempo y de organización no podrá celebrarse antes del congreso del Partido de la Izquierda Europea (PIE) de Madrid el próximo diciembre. Ahí se definirá más claramente cual es la estrategia común de la izquierda de cara a las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2014. Lo leal y correcto es la idea de los comunistas valencianos: El partido tiene que tener una postura al respecto, y no fiarlo al resultado electoral, y si no se hace así, se vacía de contenido al congreso porque se pretende cultivar el tema en petit comité, donde siempre es más posible el acuerdo que no enfrascarse en un debate congresual, con el tiempo limitado, pero aún así, siempre los participantes pueden saber que es lo que opinan los congresistas sobre el tema. Silenciar las diferencias, si las hubiera, las habrá, siempre es más productivo y enriquecedor discutirlas que callarlas.

La sociedad requiere ideología para moverse y evolucionar, y todo esto se lo amalgaman la industria ideológica del capital financiero internacional, -televisión, cine, prensa-, que se lo ofrece en lo que se entiende por cultura de masas, y que el congreso no ha tocado cuando enfrascado en el debate Europa/euro, no tiene en cuenta datos substanciales sobre el tema.

Euro: 17.219.180.835.191,30$ (diecisiete billones, docientos diecinueve mil, ciento ochenta millones, ochocientos treinta y cinco mil ciento noventa y un dólares, con treinta centavos). Escrita da la impresión de expresar más cabalmente la magnitud de la tragedia que encierran los números, pero esta es la deuda de Estados Unidos, que ya ha sobrepasado una vez más, el compromiso de Obama con los republicanos, y como era de prever y así lo escribí en mi apunte del 4 de octubre pasado, tendría que retroceder -ha retrocedido- en su ley sobre la sanidad -Obamacare-. Tras este dato, está toda una etapa histórica, en la que se ha desarrollado la confrontación incruenta de la burguesía de Estados Unidos y sus socios europeos, japoneses y árabes en los que cada uno uno trataba de sacar ventaja sobre los otros, mientras tejían el entramado del cartel de las 147, y que Estados Unidos capitalizó a cuenta del miedo de la burguesía a la revolución, que la burocracia soviética simbolizaba, pero que tenían tanto miedo a la revolución, como los mismos burgueses, sus teóricos enemigos. El statu quo se mantuvo hasta que el espantajo del comunismo que simbolizaba la URSS desapareció, y entonces, el euro, adquirió su dimensión inquietante, amenazando, sin querer, la preponderancia y estabilidad del dólar. Ver el euro solo en un sentido económico, sin tener en cuenta su aspecto político de fricción entre las burguesías, es no entender que el superimperialismo de las 147 transnacionales, en la que las entidades financieras -todos los bancos sistémicos están interparticipados accionarialmente- son los que realmente deciden el funcionamiento de la economía, mientras que las monedas, que ellos controlan son el señuelo, como las nacionalidades, o las fes religiosas, mientras que el control de las finanzas sigan estando en manos de los banqueros rescatados, mientras sigan existiendo los paraísos fiscales, y mientras no haya una presión popular internacional que se movilice contra ese dominio de la economía especulativa es no querer mirar la realidad a la cara.

La resolución del PCE sobre los paraísos fiscales demuestra que no se entiende el fondo del asunto, y este es que mientras el control de las finanzas escape de la vida política corriente y cotidiana, cualquier posibilidad de gravar a los dueños del mundo, menos de diez mil personas entre las que estarían los dueños de las 147 transnacionales, no tiene ninguna posibilidad de que mejore la vida de la ciudadanía del mundo, los peligros de guerra se incrementan y el desastre de la economía basada en unas finanzas alejadas de todo control son cada día, mayores.

EL DINERO SIN CONTROL

Los acuerdo sobre el derecho de Irán a enriquecer uranio en un porcentaje que no permita su uso bélico, ha disparado alarmas, en las que se ha aludido a la posibilidad de una guerra, aún no descartada, así como la pugna entre China y Japón sobre el control de las islas Diaoyu, la alusión a la guerra es una constante, que no desaparece del panorama porque la industria militar se refuerza, no declina, sino que se incrementa. Las fuerzas productivas que son globales en muchas facetas, principalmente, económica, no aborda proyectos de colaboración, por el contrario, tienen una vertiente secreta en la que la industria militar es la principal y única depositaria de los avances científicos.

Para un lector de Marx, llama la atención el hecho de que los economistas actuales no hagan referencia a las fuerza productivas, cuando todos los escritos de este autor están recorridos por su constante definición sobre la incidencia de estas fuerzas en la economía, y por tanto, en la vida de las personas, en su época, como en la nuestra, y sin embargo, con alguna excepción circunstancial, los economistas actuales, incluso aquellos que se sienten comprometidos con los problemas de la ciudadanía, ignoran, o dan por sabido la importancia y trascendencia de estas fuerzas. Las fuerzas productivas actuales prescinden de la fuerza de trabajo, porque el trabajador ocupa la función de supervisión del proceso productivo, y la principal fuerza productiva se desarrolla en el laboratorio, en la investigación, y esto que tendría que ser un logro, un hito en la progresión de la humanidad, se ha convertido en una contradicción insoluble en la sociedad capitalista, que hasta el papa Francisco dice, el sistema mata, porque es una realidad inocultable, ¿Qué opinión tiene la izquierda sobre las impresoras 3D, capaces en términos de pocos años, incluso de reproducir órganos humanos complejos? ¿Qué opinan la izquierda sobre esas bases de datos en manos privadas que permiten a sus poseedores tener un conocimiento, cada vez más preciso de segmentos sociales muy detallados? Esos experimentos en los que la física rompe criterios sólidamente asentados. Todo ello y más que solo aparece fugazmente en la prensa corriente, pero que forma el campo en los que se desarrolla el trabajo de la ciencia moderna tiene una aplicación en la industria y por tanto en la economía, de la que la vanguardia social y política está en ayuna; el dinero corre en unos sentidos, caudaloso, en otros, en débiles hilillos, porque las finanzas las controlan los mismos bancos rescatados en sus cuentas B, que son los paraísos fiscales y que es ahí donde reside el poder de los mercados para torcer el brazo a la ciudadanía, teórica fuente de legitimidad.

En la actualidad, en estas circunstancias en la que los mercados tienen la iniciativa, el peligro de guerra no es algo descartable, porque la fuerzas productivas prescinden de la fuerza de trabajo y eso supone que un número creciente de personas, en este sistema, no tienen cabida, porque hay que cambiarlo pero lo trágico es que desde ningún lado se propone una sociedad que tenga características en donde la empatía, el ponerse en el pellejo del otro tenga lugar, porque esa propuesta requiere diseñar un mundo en el que la utilización de las fuerzas productivas de lugar a otro tipo de economía, y eso requiere revisar las fes, las creencias, la ideología que maneja los símbolos que nos mueven, que nos hacen vivir y morir, y esa ideología, hoy la maneja las finanzas, ¿Cómo valoran los partidarios o detractores del euro el funcionamiento de una moneda sobrevenida, el bitcoin? Y que no se piense que tal cosa es una bagatela, cuando mueve millones y su producción escapa a todo control gubernamental, porque esta es la consecuencia de unas fuerzas productivas globales desajustadas, porque el dinero es una medida del tiempo de trabajo socialmente necesario que ajustaban las sociedades en el ámbito estatal, y que al globalizarse dichas fuerzas demandan un control que esté acorde con el ámbito de tales fuerzas -fue eso lo que dio lugar al nacimiento de las naciones que hoy son Estados-, pero en la medida que tales ámbitos manejan, controlan, sociedades recorridas por los desajustes del reparto de la renta, la necesidad de cultivar señas de identidad que homogeneice intereses contrapuestos, es vital, para el capital monopolista recurrir a a toda la simbología que enfrente a las naciones a las sociedades. Salir o quedarse en el euro no es la respuesta, que necesita la sociedad, ese juego es su juego, la respuesta justa es desmercantilizar la sociedad, desmercantilizar la vida, y eso no es tan simple como salir o no del euro, porque de lo que se trata es de regenerar la vida social y política dando lugar a la justicia social, a la solidaridad, al bien común frente al egoísmo, al valor de uso, frente al valor de cambio, al bien frente a la mercancía, y eso significa un nuevo concepto del derecho de propiedad, que el capital monopolista internacional no puede consentir, con el euro o sin el euro.

EUROPA

Ucrania ha tomado el lugar del catalizador, del concepto completo de Europa, porque políticamente, Rusia no se acepta, en el esquema occidental, como Europa, por más que geográfica y culturalmente sea tan Europa como España, algo obvio, pero difícilmente aceptado por la apuesta alemana que pretendería introducir un concepto europeo muy particular, por eso, Ucrania no ha recibido el mismo trato que los demás países que decidieron optar por la Unión Europea; este tratamiento tendría como finalidad el poner a Ucrania en el punto de una ruptura con Rusia para demostrar fidelidad a los mercados, el capital monopolista internacional, frente a su mercado tradicional, abriendo un combate entre dos conceptos de burguesía, la tradicional, con origen en la desaparición del feudalismo y la nueva burguesía con origen en el hundimiento de la URSS, posible causa de fricción; dos conceptos sobre el mundo y los intereses en juego, en los que la ciudadanía europea es el rehén, porque la izquierda no tiene opinión sobre la desamericanización del mundo, que no es otra cosa que el agotamiento del sistema, el agotamiento del modo de producción especulativo, cuya mercancía favorita es el dinero y la fabricación de armas de destrucción masivas.

La ciudadanía mundial está cogida entre estos dos antagonista, el superimperialismo euro-estadounidense y la nueva burguesía enterradora de las conquistas de la revolución rusa de 1917, y esta última -neoburgueses- se siente desafiante, pese a su aparente pacifismo, porque sabe que en una confrontación, la suma de fuerzas está a su favor.

China con un billón de dólares estadounidenses, podría desestabilizar el sistema financiero, si las condiciones del superimperialismo la fuerzan a tomar decisiones que supongan el ahogo de su economía, y China, siempre tendrá más que ganar aliándose con Rusia que con los europeos o con los estadounidenses, pero además, Rusia y China, han establecido lazos con Brasil, que le abre las puertas de toda Suramérica, cansada de ser patio trasero de Estados Unidos, y este bloque económico -BRIC- se extiende a India, la cual tiene lazos económicos y acuerdos de cooperación militar con China y Rusia, vecino de ambos, por proximidad, incluso planteándose la posibilidad de crear una nueva moneda, por lo tanto, ¿Qué se ofrece a la ciudadanía europea, para salir del fuego cruzado entre vieja burguesía euro-estadounidense y la nueva burguesía chino-rusa?, salir de la Unión Europea no puede ser una pataleta izquierdista improvisada, sin saber que se quiere hacer.



La respuesta no se puede improvisar entre el aproximado medio centenar de organizaciones que se agrupan en torno al Partido de la Izquierda Europea, sino que la respuesta requiere una lucha en dos frentes, el esfuerzo por construir los Estados Unidos de Europa, un gobierno responsable ante una ciudadanía europea, representada en un parlamento con poderes, pero al mismo tiempo acompañar este objetivo con una movilización internacional por la erradicación de los paraísos fiscales, exigiendo una fiscalidad escrupulosa con el capital financiero, el control de la industria militar, y la aplicación de la ciencia y la tecnología para facilitar la vida de la sociedad y de los ciudadanos, porque no se ha llegado hasta aquí por obra y gracia de un puñado de genios, sino por el trabajo de generaciones que construyeron la civilización y sus riquezas y que ahora demandamos reconocimiento para esas legiones anónimas que nos trajeron a las puertas del conocimiento, y que un pequeño, pero poderoso grupo de plutócratas, multimillonarios, nos la quieren cerrar ante nuestras narices, contadonos cuentos y mentiras para engañarnos, una vez más.


Esta, al menos, sería la respuesta más coherente, la que haría retroceder los recortes, la que volvería a retornar a la comunidad las riquezas robadas por este grupo de riquísimos ladrones, que amañan leyes e imponen a sangre y fuego el derecho de propiedad, su derecho de propiedad a poseernos, a expoliarnos, a quitarnos la vida, porque se consideran mejores que todos nosotros y por tanto a decidir por el conjunto, y esta apuesta ciclópea, no se puede ventilar dependiendo del resultado electoral, hay que apostar por ella, antes, por eso, los que reclamaban en el congreso que hay que tener una postura -el partido tiene que tener una posición definida-, llevan razón, porque no es la falta de movilización el problema, sino la carencia de objetivos de futuro; que clase de sociedad quieren los militantes de izquierdas para la sociedad,

 y por la que llaman a luchar, poniéndose delante, y no detrás; la sociedad, la ciudadanía no se sentirá aludida si no ve perspectivas de cambio real, de futuro, y para dejar de ser rehenes en manos de camarillas de plutócratas burgueses o de burócratas enriquecidos, igualmente robándoles al pueblo, la lucha por los Estados Unidos de Europa, puede ser la síntesis que una Europa desde Tarifa a los Urales, adquiera toda la significación integradora, porque salir de Europa, sin proyecto es perder el tiempo en crear reinos de taifas sin comprender que el dato objetivo es la globalización que está sostenida por las fuerzas productivas nuevas, que la economía financiera maneja, poniendo en primer término toda la simbología subjetiva, porque aún, las fuerzas vivas de la sociedad, no ha encontrado su atalaya desde la que vislumbrar un futuro solidario y luminoso, y puede ser que puñado de organizaciones diversas lo inicien, pero no con taifas de repliegue, sino con un proyecto común desde el que construir esa sociedad solidaria, y los Estados Unidos de Europa, podrían ser el comienzo, teniendo claro que la desamericanización, que el mundo inicia, es la desmercantilización de la sociedad, no para ser sustituida por una rusificación, sino para construir un mundo nuevo, acorde con las nuevas fuerzas productivas, que liberarían a los seres humanos del trabajo embrutecedor, pero no de la chispa creadora. 

jmrmesas

veintinueve de noviembre de dos mil trece

































martes, 12 de noviembre de 2013

IRONIAS NUCLEARES



IRONIAS NUCLEARES

O

LOS PROBLEMAS DE NUESTRO TIEMPO QUE NO RESOLVERA EL CAPITALISMO



Felipe González. "A veces le digo a Alfredo, cuando hablamos como vamos a tener que cambiar expectativas diciendo claramente: 'Tenemos que competir en esta economía, no va a haber otra'. En España y en Europa"


Felipe González. "¿Cómo es posible que se haya producido la catástrofe social que estamos viviendo? No solo es el paro. Está en crisis el sistema educativo, de investigación de pensiones... La distribución del ajuste ha sido brutalmente desigual"

Soraya Rodríguez. "Los socialistas europeos sabemos que los mercados deben de ser regulados. Los tótems de los mercados de 'cuanto menos regulación mejor', son los que nos han llevado a esta situación. No podemos hablar de internacionalización del socialismo sin hablar del mercado"

Soraya Rodríguez. "Cuando el mercado es transnacional, ¿Qué es la ciudadanía? Sabe que hay decisiones que no pueden tomar sus gobiernos aunque en definitiva es a quien interpelan"

Felipe González. "En la crisis de gobernancia de la crisis, el G-20 no operó salvo en el rescate de las grandes entidades financieras. En Estados Unidos, los bancos están devolviendo las ayudas al Estado. Aquí el ministro dice que da por perdidos 40.000 millones de euros"

Son algunas reflexiones que se hicieron en la conferencia del PSOE, pero lo que mejor expresa la disposición de los socialistas para corregir la distribución brutalmente desigual, según dijo el propio Felipe González, que ha supuesto la crisis, son las palabras de José Bono en la COPE: "Para gobernar en España prefiero entenderme en momentos de dificultad con el PP que con el señor Cayo Lara" porque ese es el fondo de la socialdemocracia, es la razón por la que en Alemania apoyan a Merkel, la razón por la que en Francia no se atreven a cumplir las tímidas reformas prometidas en la campaña electoral por Hollande y por las cuales, en España, la conferencia no supondrá ninguna mejora o ventaja para las clases más débiles, porque la colaboración con los partidos de la burguesía generan leyes farragosas que empiezan y terminan asegurando el dominio de la economía de mercado, porque no hay otra, ni voluntad de cambiarla, añado, por eso, la reflexión de García-Page, que aludí en mi anterior apunte, ha estado ausente en la conferencia, porque para civilizar a los mercados hay que regularlos y esa regulación hay que ganarla en la calle, en abierta oposición, en abierta hostilidad con los partidos de la burguesía, disputándoles el derecho de propiedad, que eso es lo que hacen los mercados con las privatización de lo público, con nuestras conquistas sociales, con nuestras casas, por eso, la socialdemocracia son los guarda-espaldas de la burguesía.

No es verdad que la socialdemocracia tenga voluntad de hacer política socialista, porque para hacer tal cosa hay que cortar con la burguesía y su economía explotadora, porque sí, es posible otro tipo de economía, y si no lo fuera porque socialmente no vieran el modo, tendrían que decirlo abiertamente, pero al no hacerlo reconocen, implicitamente, su deseo de unirse al enemigo de clase, a ese reducidísimo uno por ciento que posee casi la propiedad de medio planeta, y eso significa que todo el siglo xx, que fue la apuesta de la socialdemocracia para avanzar hacia el socialismo a través de la vía parlamentaria, ha fracasado al carísimo precio de formar piña con la burguesía contra la revolución rusa, callando ante matanzas de la burguesía para defender la sociedad de mercado, la libre empresa -la desregulación de los mercados, señora Soraya Rodríguez- , no dio ni ha dado ni está dando el fruto apetecido y se ha retrocedido en todos los terrenos, sin que hayan sacado conclusiones de su apuesta reformista, de su apego a respetar los modos burgueses, cuando los burgueses ofenden nuestras vidas, con desprecio.




Es toda una ironía siniestra que Japón, el primer Estado, la primera nación en ser bombardeada con la bomba atómica, esté experimentando un desastre nuclear como el de Fukushima, pero lo irónico del caso es que el océano esté devolviendo la contaminación nuclear a la nación agresora, primera nación, hasta el momento, la única, en emplear la energía nuclear con fines belicosos, que recibe en sus costas, California, Oregon, Washintong, y de rebote, Canadá, agua radiactiva. Que, ¿Qué tiene que ver esto con la socialdemocracia? Probablemente también habría que preguntarse que tendría que ver esto con una explosión de grisú en un mina, o por qué ha tenido que haber 10000 victimas por un tifón, en Filipinas, o por qué un modestísimo empresario -esto de llamar empresario, a un modesto trabajador autónomo, sin mayor aclaración, tiene su morbo justificante- lo puede matar a golpes, en plena calle, la fuerza pública, -mossos de escuadra- de una autonomía, que pretende la independencia, también tiene su veta irónica, viniendo a confirmar el fracaso de la socialdemocracia en su afán de civilizar a los mercados, pues a mayor denuedo socialista, mayor retroceso social, mayor pérdida de influencia ciudadana.

La lógica de la producción mercantil, del modo de producción de mercancías es el incremento de la ganancia, por lo tanto evalúa como hipotéticos ciertos factores de coste cuya incidencia en el proceso de producción pueden ser infinitesimales, y así, se evaluó la posibilidad de un terremoto de la magnitud del acontecido en Fukushima, y en consecuencia, al ocurrir, el ahorro se convierte en una insoportable carga que no recae sobre los responsables que tomaron la decisión, sino sobre la sociedad y sobre los directos afectados, porque en el curso del proceso de desarrollo, quienes deben asegurar la salud de los más directos a ser afectados por la exposición, se pliegan aceptando las valoraciones de los que priman el ahorro sobre la vida y la seguridad de la sociedad.

Este esquema de funcionamiento, de concepción, se extiende en toda su amplitud, sobre todo, en lo relacionado a la seguridad en el trabajo; en todo aquellos objetos, bienes, mercancía disponible para el consumo de la mayoría, la cual, al estar enfocada con ánimo de cubrir los estándares mínimos imprescindibles, fallan al menor contratiempo, incluso en sociedades avanzadas como Nueva York, por ejemplo, el huracán Sandy, el año pasado, dejó a cientos de personas sin hogar, muchas de las cuales aún siguen sin haberse recuperado, porque las construcciones son débiles. Ocurre en terremotos o huracanes en las sociedades donde el desarrollo industrial llegó más tarde, donde el respeto por la vida es un indice de coste, que solo se valora en periodos electorales, lo que equivale a desestimar al ser humano asimilándolo a mercancía solo considerada persona en el breve intervalo de la duración de la campaña, y cuando esto ocurre, el acontecimiento geológico, sea un terremoto, Haití, Chile, un huracán, Nueva Orleans, Nueva York, Filipinas, se convierte en una catástrofe humanitaria, en la que los precedentes se acumulan sin extraer conclusiones.

La globalización, aludida por Felipe González, no solo es un factor contable en los balances de las empresas transnacionales, que digo yo, es sobre todo un factor de coste que la humanidad asume cuando ocurren catástrofes como la de Fukushima -o Chernobil, en cuyo centro de control, parece que estaba Homer Simpson, y ya se sabe, los sistemas automáticos son estupendos mientras marchan bien; cuando algo va mal, no vale saber darle a tal o cual interruptor, o mover tal palanca, para salir del paso, ni golpear con el indice el vidrio del indicador, un tic en el que suele caer hasta el más preparado de los técnicos, tratando de buscar respuestas mentales al esquema que guardas en la memoria, queriendo averiguar qué rayos le pasa al invento- es una consecuencia de unas fuerzas productivas que salieron del ámbito estatal, nacional, en los últimos trescientos años, y que hasta comienzos del siglo xx, parecían controlables desde el Estado nacional, pero como ha demostrado el mismo siglo, la solución cada vez es menos local para ir asumiendo dimensiones, cada vez más profundas, en todos los ámbitos, y en el ámbito de la energía nuclear, la magnitud de la fuerza rebasa la capacidad de un usuario concreto para comprometer al conjunto humano, porque el dilema se plantea entre el uno por ciento y el noventa y nueve restante, si se quiere, entre el 25 por ciento y el 75 restante, porque el interés histórico se plantea en esos términos, y en la conferencia, ni fuera de la conferencia, la socialdemocracia, es capaz de explicar esta contradicción.

Es cierto que la sociedad no es homogénea, que existen clases y capas intermedias, pero el hecho de que no sea homogénea, presentando estratos con distintos niveles de renta -en España, un 28 por ciento de hogares solo cuenta con un solo ingreso, y este es el de un pensionista, y Bruselas estima que el riesgo de pobreza y exclusión social, en España, es de un 28 por ciento, que no deja de ser coincidencia-, pero que para algunos, la crisis sea una oportunidad de ser más rico; que otros, es posible que casi no lo noten, no significa que para el conjunto del país, para el conjunto de la sociedad europea, la crisis, esta crisis, es la antesala de un desastre mayor, porque la respuesta que hay que dar no es una a la medida de cada estrato social, es una respuesta que responda al interés del conjunto, y este no es el del uno por ciento, ni del 25 por ciento, es el del 75 por ciento. La pequeña burguesía puede ser la fuerza de choque de los mercados contra las clases más desfavorecidas, o puede ser, ya lo es, el entramado de cuadros de partidos y sindicatos, pero la respuesta que hay que dar no puede estar condicionada por estas clases intermedias, pues el fascismo triunfó en Europa porque la izquierda no tenía una política capaz de proponer abiertamente un cambio de modelo, contra el capitalismo, de ahí que Hitler, Musolini, Franco se apoyaran en la pequeña burguesía para mantener y reforzar el viejo orden, por eso, la socialdemocracia no está dando la medida, que históricamente es necesario dar, porque actualmente, las fuerzas productivas se ha separado de la fuerza de trabajo, y como históricamente las fuerzas productivas y la fuerza de trabajo eran una misma cosa, siempre disponible por una élite minoritaria, las consecuencias de las luchas por el reparto del mundo, tenían la solución napoleónica, una noche de sexo en París de su ejercito, pero actualmente, ni siquiera el objetivo es poblacional, es el modelo de sociedad del futuro en el que el trabajo, la fuerza de trabajo ya no puede ser agotada, desactivando toda la etapa vital de masas de individuos, de sociedades avanzadas, como la europea, o norteamericana -Méjico, Estados Unidos, Canadá- BRIC, etc., por eso, en algún apunte anterior mencioné la necesidad de la internacional, de la necesidad de dar respuesta a la economía a través de un congreso de fundación de la internacional en el que el partido presentara un proyecto de la sociedad futura, convocando junto a los delegados, a los economistas afines para discutir las líneas maestras, los criterios de funcionamiento de una economía al servicio de la humanidad, no al servicio de los mercados, no al servicio de las 147 transnacionales, que condicionan la economía, porque los problemas de nuestro tiempo son los que menciono, al menos, como yo lo veo, y de eso no se discutió en la conferencia, ni fuera de la conferencia, ni en España, ni en Europa, y los mercados, están preparando la solución, ¿Adivinan? Exacto. Guerra

jmrmesas

doce de noviembre de dos mil trece












































viernes, 8 de noviembre de 2013

LA CONFERENCIA

LA CONFERENCIA

LA BUENA GENTE ESPERA OTRA COSA





La buena gente es el votante confiado de izquierda, que aún guarda fidelidad al psoe por un sentimiento de cariño hacia sus mayores; es esa gente que cree en la buena voluntad de los dirigentes, de derechas y de izquierdas, ignorando que tras la apariencia amable hay una feroz lucha económica, que la política maquilla con habilidad y de la que se cuidan mucho de desvelar en toda su dimensión. La situación en España pasa por contrarrestar toda la presión que desarrolla el partido popular para evitar que se descubra la trama de la financiación fraudulenta del partido de la burguesía queriéndolo reducir al enriquecimiento ilegal de su ex tesorero encarcelado, y si la situación se pusiera muy difícil, de sus tesoreros.

Esta es la principal batalla, que nadie se atreve a dar, porque la corrupción es el principio y final sobre el que se ha construido el Estados de la autonomías que sucedió a la dictadura, y que informa y vertebra todo el Estado, empezando por la cabeza, por eso, resulta más que difícil, increíble, que de la próxima conferencia pueda salir alguna decisión que valga para acabar con este esperpento. Me referiré a dos notables, entre las nuevas figuras del partido, entrevistados en Público, y que en mi opinión expresan la contradicción fundamental de la socialdemocracia; en la primera hecha a
García-Page , alcalde de Toledo y esperanza de recuperación de la autonomía castellano manchega, que en un momento de la misma plantea su confianza en la compatibilidad del Estado de bienestar y el mercado, Yo creo que tenemos que tomar parte definitiva por el Estado del bienestar aun asumiendo las reglas del mercado, terminando la frase con la siguiente reflexión, El PSOE tiene que asumir que tiene que alejarse por completo de la especulación. Si hay una lección que se puede aprender de esta crisis es que hay que civilizar los mercados.

He de suponer que esta persona conoce la historia de su partido, sus ideas y le supongo informado a cerca de los planes del capital financiero internacional para acabar con el Estado de bienestar, y sin embargo, como lo demuestra la historia de la socialdemocracia a lo largo de todo el siglo xx, ha sido y sigue siendo esa dependencia simbiótica entre dos clase antagónicas, por lo tanto, incompatibles, lo que ha hecho fracasar, frustrar cada intento de los choques sociales de alcanzar un nivel superior, un peldaño que asegurar, en la lucha contra la explotación, contra el expolio. Votaron los créditos de guerra, con sus burgueses; callaron cuando los fascistas asesinaron a Luxenburgo y Liebknecht, apoyaron a la burguesía contra la revolución de la socialdemocracia rusa, que luego fue el origen del comunismo, asumieron los crímenes de la OTAN en territorio europeo, callaron ante la hecatombe indonesia perpetrada en Yakarta, se obstinan en querer demostrar un cierto progresismo del capital civilizando los mercados cuando precisamente ese deseo socialdemócrata es el fracaso de la ideología y la política de la socialdemocracia, la lección que la socialdemocracia se niega a aprenderen todo el mundo. La socialdemocracia persigue algo antitético, que a lo largo del siglo xx no ha hecho sino de cómplice de los asesinatos cometidos por las huestes de la burguesía, empeñada en no quererse enterar que el capital, solo ha transigido con las conquistas sociales que se resumen en el Estado de bienestar cuando se ha sentido débil para poder anularlas, y ahora, existe una situación crítica en la que la burguesía necesita dar un giro en la historia, porque aunque todo parezca como en el pasado, la realidad es completamente diferente porque las fuerzas productivas actuales se han divorciado de la fuerza de trabajo en un grado de profundidad insoldable, irrellenable, a menos que la estructura social cambie en la misma proporción, y eso no lo plantean las fuerzas políticas, porque desde la izquierda no se atreven por el terrible abandono teórico y político, y desde la derecha, la burguesía no puede porque admitir que la sociedad actual se encuentra en un callejón sin salida, equivale a reconocer su declive como clase rectora.

El proyecto para ilusionar del que habla el secretario de organización de los socialistas es tan vacío, que precisamente por eso carece de cualquier atractivo capaz de movilizar, porque lo que la buena gente que les vota, cada vez menos, esperan es que los dirigentes socialistas den la batalla para demostrar que el psoe no fue el único partido que se financió ilegalmente, que es algo que la derecha política no cesa de refregarselo por las narices a los socialistas, en cuanto les ponen un micrófono delante, sino que se movilicen para contrarrestar la presión que ejercen los populares en todos los ámbitos políticos y de la magistratura para dar carpetazo al caso Bárcenas, en el entendimiento que se juzga a un individuo y no a un partido, cuando es eso precisamente lo que hay que demostrar, porque eso se llevará por delante la ficción de la transición. Esa es la batalla que espera la buena gente, porque de ese modo se hace justicia a toda la militancia socialista. Todo el dispositivo en España se resume y concentra en esa batalla que demuestra la financiación fraudulenta del partido popular que es el fracaso del Estado que sucedió a la dictadura de Franco. Si a eso se une una situación internacional dependiente de la enorme deuda estadounidense, en la que la burguesía yanki oscila entre incrementar el techo de la deuda o dejar quebrar el Estado, porque la burguesía de Estados Unidos, aún se volvería más rica, podemos decir que ninguno de los pronósticos que auguran el fin de la crisis, aciertan. Todo parece indicar que nos hallamos en la línea de salida de una nueva etapa, por la que el mundo tiene que transitar para abordar los problemas que plantean las fuerzas productivas, en el nuevo siglo iniciado.

jmrmesas

ocho de noviembre de dos mil trece