miércoles, 9 de septiembre de 2020





LA PERSISTENCIA DEL VIRUS EXPRESA LA
PROFUNDIDAD DE LA CRISIS SISTEMICA

Como ya he dicho, la inoportuna pandemia tenía y tiene la misión primordial de disimular la crisis económica que, decían expertos estudiosos de la economía, fue anterior a la pandemia aunque se contuvieron sus efectos mediante cuantiosas inyecciones millonarias de dólares emitido por la Reserva Federal, por lo tanto, la duración de la pandemia será tan larga como lo sea el tiempo necesario en encontrar una alternativa de transición a un modo de producción que, históricamente está al final de su recorrido de utilidad social, como lo es el capitalismo.

UN BREVE APUNTE SOBRE EL ACOSO ANTES DE CONTINUAR

El acoso al vicepresidente segundo –Pablo Iglesias– y la ministra de igualdad –Irene Montero–, como ya han dicho otras personas de reconocido prestigio, retrata un comportamiento agresivo de un sector de la derecha, yo añadiría de todo el establisment, pero no solo atañe a la derecha, también toca a la clase obrera, porque, entiendo que el acoso a estas personas del gobierno es tan persistente porque defiende valores que están en el acerbo ideológico de la clase obrera, y los trabajadores y sobre todo, sus organizaciones obreras, partidos y sindicatos tienen la obligación de posicionarse y hacer saber que esos valores por los que están siendo acosados son valores compartidos por el conjunto de la clase trabajadora, y desde esa perspectiva la clase obrera organizada tiene hacer notar su profundo desagrado.

No hacerlo de ese modo significaría querer silenciar en el gobierno, las voces que están más cerca de las personas más necesitadas, dando audiencia solo a los intereses del capital, cuando todo el sistema —internacional, por supuesto— está atravesando una crisis que es determinante para orientar el futuro de la humanidad, dando pie a que el fascismo, cada vez más presente y dinámico, en España y en otros países, pretenda intentar experimentos sociales sin solución pero terriblemente costosos de desmontar.

UN MODO DE PRODUCCIÓN AGOTADO

La pandemia tiene su origen en la profunda crisis en la que se halla sumido el modo de producción de mercancías, cosa sabida por todas las partes y por todos los expertos, analistas y politólogos de diverso pelaje, pero silenciada por todos porque no se vislumbra ninguna solución que sea del gusto de los poderosos de cualquier signo.

El sistema, basado en el modo de producción de mercancías se ha especializado en la fabricación de armas de destrucción masiva que es una mercancía solo útil para que los burgueses y sus gobiernos puedan acordar como robar las riquezas naturales a los pueblos del mundo mientras ellos, los dueños del dinero, y sus gobiernos, preocupados estos de que no se note demasiado su cobarde claudicación, dan cobertura legal a los robos de las riquezas nacionales. Eso es el capitalismo, pero explicar porque creo que su modo de operar está caducado, es bastante más problemático de exponer (porque hay que reunir una enorme cantidad de datos, que están fuera de mi alcance, por ejemplo, la venta fraudulenta del petroleo del golfo de Méjico, a EEUU, solo lo puedo citar sin posibilidad de detalles, que están fuera de mi conocimiento, y así, por el estilo), señales que a mi juicio parecen sólidas, pero que todos los corifeos del sistema las tildarán de vaporosas porque reconocer el final es muy duro y sobre todo, peligroso, si esa idea se instalara en el imaginario colectivo, entre los más pobres y necesitados. No obstante, me aventuraré en presentarlas.

La primera y de más peso es el fracaso de los planes que la burguesía que ha dirigido el mundo desde el final de la segunda guerra mundial, el complejo militar industrial, la burguesía de EEUU, que afronta las próximas elecciones de noviembre más dividida que nunca, por diversas razones.

Una de ellas y muy importante es la división de sus élites, que no es la mera división entre republicanos y demócratas, es la indeterminación entre una guerra o la profundización de la pandemia que se expresa en el desafecto del entorno del propio presidente, desbordado por su gestión en relación a la política con China y sobre todo, la pésima gestión de la pandemia, por no haber captado el mensaje que se le enviaba desde el seno del capital financiero.

Pero no es solo esa división. La falta de acuerdo en el seno del complejo militar industrial, la falta de acuerdo en el seno de la muy bien organizada burguesía de EEUU (que parecen disputarse el control del Pentágono), es algo percibido por todos sus socios que hace que la burguesía de Europa y de otros países intenten echar a andar diversos planes, incluso se planteen supuestas combinaciones acerca de como podría estructurarse el mundo si EEUU perdiera el liderazgo de manera abierta. Los intentos de Macron en Líbano de reconducir la situación tras la destrucción del puerto es no solo asegurar la posición de Francia, sino asegurarse peso político en la UE, como lo es la preocupación de Merkel de influir en las decisiones de la OMS.

Todo esto me hace suponer que la crisis económica actual necesitará de la muleta de la pandemia durante bastante tiempo porque las posiciones se han movido ya que el modo de producción ha exprimido su funcionalidad, como demuestran los análisis de los estudiosos de la economía que convienen en señalar como la tasa de ganancia del sistema, el motor que lo anima, la razón de ser del sistema, lleva descendiendo por más de treinta años, así como la variación de la composición orgánica del capital incrementándose el capital fijo mientras disminuye el capital variable, augurando que el empleo, la fuerza de trabajo continuará deteriorándose, disminuyendo en cantidad y calidad en todo el mundo.

Esta crisis es tan profunda como la de 1929, pero a diferencia de aquella que se inició al comienzo del crecimiento de las fuerzas productivas impulsando la mecanización y la automatización de la producción y supuso concesiones para la clase obrera, en Estados Unidos y Europa porque el fantasma de la revolución social se había materializado en el país de los soviets, y las movilizaciones sociales eran constantes, mientras esta crisis se está produciendo en la etapa de agotamiento del capital financiero y hay que camuflarla tras la pandemia del virus y nadie habla de la clase obrera ni de los más necesitados porque todos, absolutamente todos saben que el sistema está acabado y no existe un plan B porque las organizaciones obreras, partidos y sindicatos están desaparecidos, incapaces de reconocer la realidad (véase la internacional de Varoufakis y Chomsky).

Toda la gente preparada, toda la gente con formación e información que sabe que el sistema tiene que cambiar evita hablar de esta incomoda realidad porque saben que su futuro está a salvo y que podrán sortear las incomodidades transitivas, confiando en que la lentitud de las reformas necesarias mejorarán el sistema sin querer ver que solo políticas audaces de cambio social en los ámbitos de la política y de la economía pueden cambiar el futuro de los trabajadores y de la población más pobre en todo el mundo y dado el peso político de la economía de EEUU, será la propia sociedad de este país la que abrirá el comienzo de los cambios porque su situación es dramática.

LA MOVILIZACIÓN DE LA CIUDADANIA

Quienes esperan cambios derivados de las elecciones en noviembre en EEUU y sin negar la importancia de la elección diría que no aciertan, que el factor más importante está sustentado en la profunda crisis que atraviesa la confrontación racial, a la que el presidente Trump no para de echar leña al fuego quitando hierro y justificando el sistemático asesinato de ciudadanos negros (— El mejor indio es el indio muerto. Lo hemos oído en las películas del oeste, y ahora se sustituye al indio por el negro), así como la violencia de ciudadanos justicieros, aunque yo diría que el factor de cambio más importante es el movimiento por los derechos sociales efectivos que impulsa Black Lives Matter ya que su objetivo principal no es si tienen o no representación institucional, ni siquiera buscan un líder carismático sino que su objetivo principal es que los derecho cívicos sean reales, y en esta lucha están logrando que cada vez más, sectores de la población blanca se sume a sus movilizaciones.

Esto es muy importante porque el panorama que se presenta, a escala internacional, es sumamente sombrío por causa de la falta de alternativa al sistema y el agotamiento de este.

Cuando a principios de año hubo de parar la actividad industrial fue porque dado que la economía financiera funciona como un inmenso casino global y que en ese juego el dinero es la herramienta de los jugadores, dado que en ese juego se mueven propiedades que por su propia naturaleza son inamovibles (terrenos, yacimientos de materias primas, etc.), se hacía necesario un cierre patronal mientras se ajustaban las cuentas. El motivo (sospechoso), de la extensión y velocidad de la pandemia que asombró a todos por la rapidez de su propagación, logró paralizar la producción innecesaria (la producción de armamento continuó, así como la extracción de petróleo) y al mismo tiempo se evitaron las protestas y la movilizaciones contra la crisis económica.

Sin embargo aún estamos al comienzo y los negocios quebrados (pequeñas empresas, negocios familiares, etc.), que absorbieron muchos puestos de trabajo, no serán recuperados en poco tiempo porque no están claras que camino tomará la producción, la economía, que no olvidemos, cada vez necesita menos fuerza de trabajo, por eso se han producido en la UE esa provisión millonaria, mientras en EEUU se discute una suerte de Fed para pobres (como la reserva federal reparte el dinero a los de abajo), que evidentemente, la Fed discrepa, arguyendo que no es su papel.

La situación es tan delicada, que en EEUU, un general a previsto la posibilidad de que los militares no voten, en estas elecciones, para que el ejercito no se vea implicado en la confrontación política interna, que se prevé tras el resultado de las elecciones de noviembre.

¿CÓMO RECUPERAR LA INICATIVA PERDIDA?

La posición más razonable debe de pasar por prevenir a la sociedad de las consecuencias que traerá la paralización inducida de la economía porque los economistas ven venir una etapa muy dura para todos los sectores de la clase trabajadora, en todas las naciones, en todos los Estados, en todo el mundo y en este sentido, la necesidad de que los sindicatos, las organizaciones obreras de la defensa de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores, son las más caracterizadas, más determinantes, y tienen que tomar la iniciativa ya, debiendo valorar la posibilidad de proponer la nacionalización de los bancos y las auditorías publicas de ellos, y dado que la crisis y la pandemia tienen un contenido internacional, mundial, debería ser una convocatoria, cuando menos a niveles continentales para tomar medidas comunes coordinadas.

En mi opinión, esta especie de guerra biológica de baja intensidad, desatada por la élite del capital financiero del complejo militar industrial tiene por objetivo tapar el fracaso del sistema, que se nucléa al rededor de su economía, hundida sin remedio porque esta, es una economía basada en las finanzas, en la especulación, y la producción industrial tiene un componente subordinado. Si tenemos en cuenta que esta producción es altamente cualificada, donde los procesos automáticos necesitan cada vez menos fuerza de trabajo, y esta ha de ser muy cualificada (lo que equivale a decir, costosa, cara), la posibilidad de que la pandemia finalice en breve es, simplemente, quimérica porque la abundancia del desempleo es un componente, un factor consustancial del sistema capitalista, si además añadimos que en la sociedad actual, la producción industrial está subordinada a la economía especulativa, la mejor forma de tener a la mayor parte de la sociedad desmovilizada es enfermándola, atacando la salud publica, asustándola y volviéndola desconfiada y temerosa, mientras que se le miente haciéndola creer que es posible recuperar los niveles anteriores, cuando eso no será posible, si no se cambia el modo de producción, de tal manera que ese nuevo modo de producción funcione teniendo en cuenta las necesidades humanas y las necesidades del planeta que sustenta la vida, y esa economía no puede estar basada, solo en el crecimiento de determinados parámetros que empobrecen a los seres humanos y deterioran el hábitat que mantiene el equilibrio de la vida.

Como muestra vale decir que la bolsa de la meca del capitalismo, Wall Street, los indicadores de los fondos de inversión, las aseguradoras y los bancos, suben porque las familias pobres, impelidas por el confinamiento, han ahorrado y por lo tanto, las facturas, los alquileres se pagan más rápidamente que antes de la pandemia, es decir, como siempre, gana la banca.

ACTUALIDAD NACIONAL

No me parecería decente pasar sin mojarme en lo tocante al tema “real”. En cuanto al rey emérito, por la honestidad de la vida pública, creo necesario que este responda ante los tribunales españoles de los cargos que se le formulan, demostrando con su huida, una falta de respeto a sus conciudadanos y no ser dignos de los honores que se le tributaron cuando fue cabeza del Estado. Como ciudadano, creo necesario que en haya un referéndum que le pregunte al pueblo del Estado español sobre la monarquía.

Para terminar, cuando se votó la actual constitución (1978), estuve en contra y ahora me creo con derecho a decir que las autonomías fueron un mala decisión que, como está demostrando esta crisis, no sirve más que para introducir división entre los trabajadores de los territorios del Estado, entre los ciudadanos, un dispendio económico innecesario y esto debería ser reflexionado y discutido ampliamente para encontrar una solución más acorde con los intereses de la mayoría.

jmrmesas
nueve de septiembre de dos mil veinte