LA PERSISTENCIA DEL VIRUS EXPRESA LA
PROFUNDIDAD DE LA CRISIS SISTEMICA
Como ya he dicho, la inoportuna pandemia tenía y tiene la
misión primordial de disimular la crisis económica que, decían
expertos estudiosos de la economía, fue anterior a la pandemia
aunque se contuvieron sus efectos mediante cuantiosas inyecciones
millonarias de dólares emitido por la Reserva Federal, por lo tanto,
la duración de la pandemia será tan larga como lo sea el tiempo
necesario en encontrar una alternativa de transición a un modo de
producción que, históricamente está al final de su recorrido de
utilidad social, como lo es el capitalismo.
UN BREVE APUNTE SOBRE EL ACOSO ANTES DE CONTINUAR
El acoso al vicepresidente segundo –Pablo Iglesias– y la ministra
de igualdad –Irene Montero–, como ya han dicho otras personas de
reconocido prestigio, retrata un comportamiento agresivo de un sector
de la derecha, yo añadiría de todo el establisment, pero no solo
atañe a la derecha, también toca a la clase obrera, porque,
entiendo que el acoso a estas personas del gobierno es tan
persistente porque defiende valores que están en el acerbo
ideológico de la clase obrera, y los trabajadores y sobre todo, sus
organizaciones obreras, partidos y sindicatos tienen la obligación
de posicionarse y hacer saber que esos valores por los que están
siendo acosados son valores compartidos por el conjunto de la clase
trabajadora, y desde esa perspectiva la clase obrera organizada tiene
hacer notar su profundo desagrado.
No hacerlo de ese modo significaría querer silenciar en el gobierno,
las voces que están más cerca de las personas más necesitadas,
dando audiencia solo a los intereses del capital, cuando todo el
sistema —internacional, por supuesto— está atravesando una
crisis que es determinante para orientar el futuro de la humanidad,
dando pie a que el fascismo, cada vez más presente y dinámico, en
España y en otros países, pretenda intentar experimentos sociales
sin solución pero terriblemente costosos de desmontar.
UN MODO DE PRODUCCIÓN AGOTADO
La pandemia tiene su origen en la profunda crisis en la que se halla
sumido el modo de producción de mercancías, cosa sabida por todas
las partes y por todos los expertos, analistas y politólogos de
diverso pelaje, pero silenciada por todos porque no se vislumbra
ninguna solución que sea del gusto de los poderosos de cualquier
signo.
El sistema, basado en el modo de producción de mercancías se ha
especializado en la fabricación de armas de destrucción masiva que
es una mercancía solo útil para que los burgueses y sus gobiernos
puedan acordar como robar las riquezas naturales a los pueblos del
mundo mientras ellos, los dueños del dinero, y sus gobiernos,
preocupados estos de que no se note demasiado su cobarde
claudicación, dan cobertura legal a los robos de las riquezas
nacionales. Eso es el capitalismo, pero explicar porque creo que su
modo de operar está caducado, es bastante más problemático de
exponer (porque hay que reunir una enorme cantidad de datos, que
están fuera de mi alcance, por ejemplo, la venta fraudulenta del
petroleo del golfo de Méjico, a EEUU, solo lo puedo citar sin
posibilidad de detalles, que están fuera de mi conocimiento, y así,
por el estilo), señales que a mi juicio parecen sólidas, pero que
todos los corifeos del sistema las tildarán de vaporosas porque
reconocer el final es muy duro y sobre todo, peligroso, si esa idea
se instalara en el imaginario colectivo, entre los más pobres y
necesitados. No obstante, me aventuraré en presentarlas.
La primera y de más peso es el fracaso de los planes que la
burguesía que ha dirigido el mundo desde el final de la segunda
guerra mundial, el complejo militar industrial, la burguesía de
EEUU, que afronta las próximas elecciones de noviembre más dividida
que nunca, por diversas razones.
Una de ellas y muy importante es la división de sus élites, que no
es la mera división entre republicanos y demócratas, es la
indeterminación entre una guerra o la profundización de la pandemia
que se expresa en el desafecto del entorno del propio presidente,
desbordado por su gestión en relación a la política con China y
sobre todo, la pésima gestión de la pandemia, por no haber captado
el mensaje que se le enviaba desde el seno del capital financiero.
Pero no es solo esa división. La falta de acuerdo en el seno del
complejo militar industrial, la falta de acuerdo en el seno de la muy
bien organizada burguesía de EEUU (que parecen disputarse el control
del Pentágono), es algo percibido por todos sus socios que hace que
la burguesía de Europa y de otros países intenten echar a andar
diversos planes, incluso se planteen supuestas combinaciones acerca
de como podría estructurarse el mundo si EEUU perdiera el liderazgo
de manera abierta. Los intentos de Macron en Líbano de reconducir
la situación tras la destrucción del puerto es no solo asegurar la
posición de Francia, sino asegurarse peso político en la UE, como
lo es la preocupación de Merkel de influir en las decisiones de la
OMS.
Todo esto me hace suponer que la crisis económica actual necesitará
de la muleta de la pandemia durante bastante tiempo porque las
posiciones se han movido ya que el modo de producción ha exprimido
su funcionalidad, como demuestran los análisis de los estudiosos de
la economía que convienen en señalar como la tasa de ganancia del
sistema, el motor que lo anima, la razón de ser del sistema, lleva
descendiendo por más de treinta años, así como la variación de la
composición orgánica del capital incrementándose el capital fijo
mientras disminuye el capital variable, augurando que el empleo, la
fuerza de trabajo continuará deteriorándose, disminuyendo en
cantidad y calidad en todo el mundo.
Esta crisis es tan profunda como la de 1929, pero a diferencia de
aquella que se inició al comienzo del crecimiento de las fuerzas
productivas impulsando la mecanización y la automatización de la
producción y supuso concesiones para la clase obrera, en Estados
Unidos y Europa porque el fantasma de la revolución social se había
materializado en el país de los soviets, y las movilizaciones
sociales eran constantes, mientras esta crisis se está produciendo
en la etapa de agotamiento del capital financiero y hay que
camuflarla tras la pandemia del virus y nadie habla de la clase
obrera ni de los más necesitados porque todos, absolutamente todos
saben que el sistema está acabado y no existe un plan B porque las
organizaciones obreras, partidos y sindicatos están desaparecidos,
incapaces de reconocer la realidad (véase la internacional de
Varoufakis y Chomsky).
Toda la gente preparada, toda la gente con formación e información
que sabe que el sistema tiene que cambiar evita hablar de esta
incomoda realidad porque saben que su futuro está a salvo y que
podrán sortear las incomodidades transitivas, confiando en que la
lentitud de las reformas necesarias mejorarán el sistema sin querer
ver que solo políticas audaces de cambio social en los ámbitos de
la política y de la economía pueden cambiar el futuro de los
trabajadores y de la población más pobre en todo el mundo y dado el
peso político de la economía de EEUU, será la propia sociedad de
este país la que abrirá el comienzo de los cambios porque su
situación es dramática.
LA MOVILIZACIÓN DE LA CIUDADANIA
Quienes esperan cambios derivados de las elecciones en noviembre en
EEUU y sin negar la importancia de la elección diría que no
aciertan, que el factor más importante está sustentado en la
profunda crisis que atraviesa la confrontación racial, a la que el
presidente Trump no para de echar leña al fuego quitando hierro y
justificando el sistemático asesinato de ciudadanos negros (— El
mejor indio es el indio muerto. Lo hemos oído en las películas del
oeste, y ahora se sustituye al indio por el negro), así como la
violencia de ciudadanos justicieros, aunque yo diría que el
factor de cambio más importante es el movimiento por los derechos
sociales efectivos que impulsa Black Lives Matter ya que su objetivo
principal no es si tienen o no representación institucional, ni
siquiera buscan un líder carismático sino que su objetivo principal
es que los derecho cívicos sean reales, y en esta lucha están
logrando que cada vez más, sectores de la población blanca se sume
a sus movilizaciones.
Esto es muy importante porque el panorama que se presenta, a escala
internacional, es sumamente sombrío por causa de la falta de
alternativa al sistema y el agotamiento de este.
Cuando a principios de año hubo de parar la actividad industrial fue
porque dado que la economía financiera funciona como un inmenso
casino global y que en ese juego el dinero es la herramienta de los
jugadores, dado que en ese juego se mueven propiedades que por
su propia naturaleza son inamovibles (terrenos, yacimientos de
materias primas, etc.), se hacía necesario un cierre patronal
mientras se ajustaban las cuentas. El motivo (sospechoso), de la
extensión y velocidad de la pandemia que asombró a todos por la
rapidez de su propagación, logró paralizar la producción
innecesaria (la producción de armamento continuó, así como la
extracción de petróleo) y al mismo tiempo se evitaron las protestas
y la movilizaciones contra la crisis económica.
Sin embargo aún estamos al comienzo y los negocios quebrados
(pequeñas empresas, negocios familiares, etc.), que absorbieron
muchos puestos de trabajo, no serán recuperados en poco tiempo
porque no están claras que camino tomará la producción, la
economía, que no olvidemos, cada vez necesita menos fuerza de
trabajo, por eso se han producido en la UE esa provisión millonaria,
mientras en EEUU se discute una suerte de Fed para pobres (como la
reserva federal reparte el dinero a los de abajo), que evidentemente,
la Fed discrepa, arguyendo que no es su papel.
La situación es tan delicada, que en EEUU, un general a previsto la
posibilidad de que los militares no voten, en estas elecciones, para
que el ejercito no se vea implicado en la confrontación política
interna, que se prevé tras el resultado de las elecciones de
noviembre.
¿CÓMO RECUPERAR LA INICATIVA PERDIDA?
La posición más razonable debe de pasar por prevenir a la sociedad
de las consecuencias que traerá la paralización inducida de la
economía porque los economistas ven venir una etapa muy dura para
todos los sectores de la clase trabajadora, en todas las naciones, en
todos los Estados, en todo el mundo y en este sentido, la necesidad
de que los sindicatos, las organizaciones obreras de la defensa de
las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores, son las más
caracterizadas, más determinantes, y tienen que tomar la iniciativa
ya, debiendo valorar la posibilidad de proponer la nacionalización
de los bancos y las auditorías publicas de ellos, y dado que la
crisis y la pandemia tienen un contenido internacional, mundial,
debería ser una convocatoria, cuando menos a niveles continentales
para tomar medidas comunes coordinadas.
En mi opinión, esta especie de guerra biológica de baja intensidad,
desatada por la élite del capital financiero del complejo militar
industrial tiene por objetivo tapar el fracaso del sistema, que se
nucléa al rededor de su economía, hundida sin remedio porque esta,
es una economía basada en las finanzas, en la especulación, y la
producción industrial tiene un componente subordinado. Si tenemos en
cuenta que esta producción es altamente cualificada, donde los
procesos automáticos necesitan cada vez menos fuerza de trabajo, y
esta ha de ser muy cualificada (lo que equivale a decir, costosa,
cara), la posibilidad de que la pandemia finalice en breve es,
simplemente, quimérica porque la abundancia del desempleo es un
componente, un factor consustancial del sistema capitalista, si
además añadimos que en la sociedad actual, la producción
industrial está subordinada a la economía especulativa, la mejor
forma de tener a la mayor parte de la sociedad desmovilizada es
enfermándola, atacando la salud publica, asustándola y volviéndola
desconfiada y temerosa, mientras que se le miente haciéndola creer
que es posible recuperar los niveles anteriores, cuando eso no será
posible, si no se cambia el modo de producción, de tal manera que
ese nuevo modo de producción funcione teniendo en cuenta las
necesidades humanas y las necesidades del planeta que sustenta la
vida, y esa economía no puede estar basada, solo en el crecimiento
de determinados parámetros que empobrecen a los seres humanos y
deterioran el hábitat que mantiene el equilibrio de la vida.
Como muestra vale decir que la bolsa de la meca del capitalismo, Wall
Street, los indicadores de los fondos de inversión, las aseguradoras
y los bancos, suben porque las familias pobres, impelidas por el
confinamiento, han ahorrado y por lo tanto, las facturas, los
alquileres se pagan más rápidamente que antes de la pandemia, es
decir, como siempre, gana la banca.
ACTUALIDAD NACIONAL
No me parecería decente pasar sin mojarme en lo tocante al tema
“real”. En cuanto al rey emérito, por la honestidad de la vida
pública, creo necesario que este responda ante los tribunales
españoles de los cargos que se le formulan, demostrando con su
huida, una falta de respeto a sus conciudadanos y no ser dignos de
los honores que se le tributaron cuando fue cabeza del Estado. Como
ciudadano, creo necesario que en haya un referéndum que le pregunte
al pueblo del Estado español sobre la monarquía.
Para terminar, cuando se votó la actual constitución (1978), estuve
en contra y ahora me creo con derecho a decir que las autonomías
fueron un mala decisión que, como está demostrando esta crisis, no
sirve más que para introducir división entre los trabajadores de
los territorios del Estado, entre los ciudadanos, un dispendio
económico innecesario y esto debería ser reflexionado y discutido
ampliamente para encontrar una solución más acorde con los
intereses de la mayoría.
jmrmesas
nueve de septiembre de dos mil veinte