blog que pretende debatir los problemas que acarrea una economía muy dependiente de la especulación financiera, que infrautiliza la producción para forzar a la sociedad con condiciones cada vez más onerosas, mientras los poderosos se acomodan en sus particulares paraísos terrenales.
martes, 24 de abril de 2012
EL GOBIERNO MUNDIAL
jueves, 19 de abril de 2012
"QUIEREN MATAR EUROPA"
Que Repsol haya sido expropiado de la parte de sus negocios argentinos, no significa, ni por asomo, que la expropiación vaya a beneficiar a los argentinos pobres, pues el empobrecimiento y esquilmación de las empresas argentinas a manos de los argentinos Menen, Cavallo, de la Rúa, y otro, -estos son los que acuden a mi memoria-, empobreció a los argentinos pobres y enriqueció a los argentinos ricos, Menen, Cavallo, de la Rúa, Kirchner,
y sin embargo, tras la debacle argentina, los argentino volvieron a entregarle los controles nacionales a los mismos que les empobrecieron, no obstante, la expropiación de YPF, acercará más la posibilidad de que los argentinos expropiados terminen siendo dueños de sus propios recursos, por lo tanto, como pequeño paso para los argentinos, pero, minúsculo paso para todos nosotros, es … … microscópicamente, microscópico.
Esto puede parecer una humorada, que, sin embargo, tiene sus lecturas políticas internacionales, en clave del enfrentamiento dólar-euro, que es el que articula la marcha política actual, ¿Por qué?
La expropiación se ha llevado a cabo después de la cumbre de Cartagena, en Colombia, donde los cumbreros se divirtieron mucho, según cuentan los encargados de contar estas cosas, en lo que al parecer, se está convirtiendo en una costumbre, entre los participantes de tener que tomar decisiones que tanto nos incordian, pues no hace mucho, también nos refirieron que las reuniones de la FED estadounidense, el nivel de risas iba en consonancia con la gravedad de las decisiones tomadas, seguramente para distender las tensiones que debe de causar responsabilidad tan agria, el caso es que, la decisión de expropiar a una empresa española, lo veo como el nuevo enfoque desatado por la proximidad de las elecciones presidenciales estadounidenses, en la que Obama se juega la reelección y necesita un marco, un terreno de juego en el que ponerle las cosas difíciles a los socios europeos; en cualquier caso, la expropiación es una buena medida si se pretende defender los intereses generales de un colectivo nacional acosado, pero apostaría, que tras la expropiación de la presidenta argentina, se ocultan negocios, tan untuosos y obscuros como la materia expropiada, y probablemente, no pase mucho tiempo, sin que veamos el fondo del asunto.
En cualquier caso, y desde todos los puntos de vista, la porfía dólar-euro es la apuesta que Obama pretende liderar para determina su reelección, porque, de este modo dejaría claro que Estados Unidos seguiría liderando el nuevo siglo, y el no querría ser recordado como el primer presidente negro prisionero del programa que le llevó a la casa blanca, en cierto modo, enfrentado a la política imperialista, que ha desencadenado la crisis final del capitalismo, por eso, ahora que se juega su reelección tiene que demostrar que se ha curado de todas las enfermedades infantiles, que fue la que le aupó a la presidencia, puesto que ahora, ya no serán las masas de ciudadanos, sino los grupos de presión -lobbys- quienes tendrán lallave.
Entender la política siempre ha sido el resultado de comprender las necesidades de la clase dominante, y actualmente, la clase dominante, en todo el mundo es la burguesía estadounidense, pese a que su dominio molesta, incluso muy agriamente, a sus socios y aliados, y el pulso al euro es la maniobra necesaria para que el conglomerado de burgueses europeos entiendan que cualquier veleidad de unidad europea, con objeto de asegurar un espacio comercial propio es, peligroso para Estados Unidos, peligroso para las debilitadas burguesías europeas, y peligrosa para el resto del mundo, es una patada testicular, por tu propio bien, porque así aprendes, pero esa razón es la que hace decir a los Delors, los socialdemócratas que creían en una especie de identidad entre la socialdemocracia y los intereses nacionales, Quieren matar a Europa, porque están viendo que la unidad de un mercado, que ellos creían poder construir para, posteriormente, construir el estado, es imposible, y en ese grito va su impotencia, porque no se puede construir un espacio económico propio, sin construir un estado, pero lo chocante de la actual situación es que, ahora, en los espacios económicos ya construidos y con estados bien diferenciados, no hay independencia política, porque los mercadosdictan las normas, sin que los políticos, ni los economistas, ni los sociólogos se den por enterados, porque no pueden explicar que la independencia nacional, es pura ficción apta para un consumo y adoctrinamiento interno, cada vez más cuestionado, cada vez más descreído.
Entender la política hoy es comprender que la política está resumida y compendiada en la economía, y para que esta quede fuera del foco de la sociedad, es decir, para que la política se reduzca a la mínima expresión popular, tiene que ser revestida con la apariencia de ser una ciencia, solo comprendida por los científicos expertos en dicha materia, pero esto no es más que una pretensión carente de sentido porque la economía no está dirigida por los científicos economistas sino por los poseedores de los medios de producción, los mercados, los cuales tomas las decisiones que les benefician y que los gobiernos traducen en leyes y normas de obligado cumplimiento para los ciudadanos, ¿Cómo puede ser una ciencia una materia que depende de una relación de las fuerzas sociales?, ¿Acaso las ciencias dependen del observador?, ya se que en la física de las partículas subatómicas, el observador modifica el objeto observado, pero esa es una excepción, solo aplicable al ámbito de la física cuántica, pero en rigor, las leyes de la naturaleza son independientes del observador, y sus consecuencias son experimentales y esperimentables, por lo tanto, presumir que la economía es una ciencia no tiene más base que la que le otorga el poder, puesto que la producción ha estado determinada desde el comienzo de la civilización, por una élite que ha decidido qué se producía, con qué fin, y para qué, y a lo largo de todo este proceso histórico, las necesidades de la sociedad fueron marginales, porque se producía para el dios, el poderoso, el soberano, que era quien determinaba la producción, y esta cadena de mando ha ido pasando de una élite a la siguiente, pero en la medida que las fuerzas productivas crecían, la sociedad ha ido adquiriendo importancia y un estatus cada vez más determinante, y ahora la economía ha de ponerse al servicio de la sociedad y eso significa romper esa cadena mando heredada, en la que la élite decide por todos, porque si continuamos en esta dinámica el deterioro social está abocado al caos.
En este proceso los lazos que mantienen y dan coherencia a la sociedad, se han ido rompiendo imperceptiblemente desde el final de la SGM, porque los valores que la sustentaban se rompieron, y tras la contienda, atareados en la reconstrucción material, las consciencias maceradas por unos golpes, nunca antes vistos, lo fueron ocupando la justificación mezquina del éxito, del lucro, y ante esta falta de valores, ganó quienes fueron derrotados militarmente, porque una sociedad sin valores éticos, solidarios, compasivos, justos, quienes ganan son los que carecen de cualquier tipo de escrúpulos, capaces de justificar el beneficio personal, no importa a qué precio, por eso, el elevado número de suicidios de soldados que han participado en esa guerra de rapiña en las que se han convertido Irak, ahora Afganistán; por eso, estas guerras, en la que el enemigo ha perdido la condición de humano, para convertirse en una cosa maldita, se puede jugar con el cadáver, mutilarlo y vejarlo, cuando tradicionalmente, al enemigo muerto, se le respetaba, y si tuvo un comportamiento noble en la batalla, se le rendían honores, sin embargo, el éxito a cualquier precio, corrompe y deshumaniza hasta un límite que ya empieza a ser percibido como indecente.
Esta sociedad corrompida es la que está en crisis, y la economía no ha hecho otra cosa que sacarla a la luz, por eso el modo de producción de mercancías, el capitalismos está acabado porque ni quiere ni puede satisfacer las necesidades materiales, pero además, ni quiere ni puede satisfacer las necesidades espirituales de una sociedad enferma, por eso, los políticos no pueden explicar que es lo que ocurre más allá de reducirlo al facilón latiguillo de vivir por encima de las posibilidades, porque si la mayoría de las gentes que componen las sociedades industrializadas no participan en las elecciones y se sienten desmotivadas, es porque se sienten confundidas entre las creencias que sustentan sus vidas y que son el soporte de la sociedad, de esta sociedad que ha heredado patrones de comportamiento, creencias, actitudes que posibilitan la vida en la sociedad, y que la burguesía ha heredado sin aportar más creencia que la que bendice el lucro, y que se desmoronan una tras otra, sin que nadie las explique, porque los que podrían explicarlo temen destapar una situación tormentosa para la que no tienen respuesta que no sea el romper esquemas y buscar respuestas adecuadas para esa sociedad que ha crecido sin tener guías ni referencias, y esto quiere decir, sin más paliativos, que es el viejo dilema del debate filosófico sobre la concepción del ser humano, el hombre nuevo, y ese es el vacío que hay que llenar.
Por eso en Europa se concentra la batalla, porque, aunque aquí se dan las mismas o parecidas contradicciones de razas, lenguas, religión, culturas, ideas que en otros lugares, sin embargo, el recorrido histórico de la ciudadanía europea permite albergar la esperanza, no sin una lucha ideológica muy dura, que las condiciones son más favorables para construir esa unidad, y que aunque se respeten los tiempos de maduración, la construcción de una nueva unidad europea, esta ya no será la unidad para un mercado, sino la unidad para las personas, y en ese sentido, ser modelo para otros pueblos y continentes.
viernes, 13 de abril de 2012
EL MODO DE PRODUCCION
La ofensiva de los mercados está teniendo lugar por la falta de cualquier tipo de oposición a sus exigencias y dado que no encuentra obstáculos, no solo para detenerlos, sino ni siquiera para moderar sus apetitos, me parece oportuno poner el foco en las preguntas que se hicieron a comienzo d el año los organizadores del foro de Davos, ¿El capitalismo tiene futuro? ¿Es apto para el siglo 21? Y si lo es, ¿Qué debe cambiar?
Estas reflexiones que se hicieron los organizadores, cuando menos, eran atrevidas, y si verdaderamente se plantearon con ánimo de buscar soluciones, y voy a creer que no se hicieron como un desafío malsano, sino, sinceramente, queriendo buscar soluciones, las retomaré, intentando buscar argumentos que valgan como una contribución sui generis para terciar en la polémica como atrevido bloguero, espoleado por la próxima reunión que tendrá lugar en Berlín, en los días 15 y 16 de abril, que reunirá a los técnicos y teóricos -economistas- que le dan el barniz al capitalismo, queriéndonos mostrar la cara amable de un sistema, caducado.
El capitalismo es el modo de producción de mercancías, revestido de la ideología justificativa con la que es presentado ante la sociedad, así que, tratando de apoyarme en los hechos y datos con los que se producen los objetos materiales que dan soporte a la existencia material de los seres humanos, me planteo, ¿Qué es lo que justifica la existencia de un modo de producción?
La respuesta se desprende de la premisa que plantea el hecho de producir los objetos materiales, con los que las personas satisfacen sus necesidades, que son las que garantizan el mantenimiento de la vida cotidiana, y tres mil quinientos millones de personas que malviven con menos de dos dólares al día, es una concluyente negación, con la que debe ser respondida la primera pregunta.
El capitalismo tiene el futuro contabilizado por la honestidad intelectual de todos los que contribuyen a mantenerlo activo, despreciando el hecho de querer ignorar a tres mil quinientos millones de seres humanos, que como no tienen los instrumentos materiales para manifestar su desacuerdo, porque carecen de consciencia, se ven obligados a vivir en la basura, donde buscan el pan nuestro de cada día, así como el gobierno perdona a nuestro deudores, aceptando resignadamente su suerte, porque nacieron, crecieron, malviven y morirán en la basura, desde donde es imposible tomar consciencia de la propia desgracia, y esto, no es demagogia, ni angelismo ni buenismo, sino la percepción consciente de estar más cerca de ese estatus, al que nos quieren llevar las políticas de recortes de los mercados, y que conduce a actitudes como las del farmacéutico griego que se descerrajó un tiro en la sesera, porque se negaba a buscar el sustento en la basura, actitudes como la del infortunado informático tunecino, Bouazizi, reconvertido en verdulero, quemándose vivo, y tantos otros, incapaces de resistir tanta desgracia.
El capitalismo no tiene futuro, más que el que le otorgan todos los que miran para otro lado, queriendo establecer en este mundo el paraíso y el infierno, pared con pared, y eso no es posible, ni aceptable, porque existen los medios técnicos para sacar de la miseria a toda la humanidad doliente, porque los aceleradores de partículas, que existen en el mundo, es la demostración material de la capacidad técnica para lograrlo, porque cuando en los laboratorios se investiga con insectos para convertirlos en espías, quiere decirse que existen todos los medios técnicos, intelectuales, de todo tipo para reconvertir el modo de producción de mercancías, en un modo de producción no antagónico.
Está claro que el modo de producción de mercancías, y su vestidura ideológica, el capitalismo no vale, y las señales descritas por un tal Marx planteando la contradicción entre relaciones de producción y fuerzas productivas, como el indicador más evidente, no hacen más que saltar, constantemente, delante de nuestros ojos sin quererlo reconocer, y ya se sabe que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Las siguientes preguntas planteadas en Davos, y que tal vez, algún osado economista se atreva a responder en Berlín eran, ¿Es apto para el siglo 21?, y si lo es, ¿Qué debe cambiar?
El capitalismo es un modo de producción que cuenta con más de medio milenio de existencia, pero el hecho de fabricar cosas, objetos que han venido dando soporte material al hecho de vivir, dificulta entender cual es la diferencia entre la manera práctica de producir objetos, pues haciendo abstracción de una tecnología, que cada vez ha permitido afinar y precisar, tanto en la fabricación de objetos como en la utilidad de los objetos, cada vez más y mejor, el hecho diferencial que caracteriza la producción en el capitalismo, era el supuesto de que los productores, capital y trabajo, eran libre cuando comprometían su esfuerzo a la hora de producir.
La ficción de equiparar, de querer demostrar que patrones y obreros parten en condiciones de igualdad a la hora pactar el ejercicio de la producción es pura ficción porque si en algún momento parecía cierto, la realidad es que, ni lo fue al principio ni lo es actualmente, ya que el medio en el que tiene lugar la supuesta relación de equidad, la sociedad simbolizada y representada por el estado no fue, ni antes ni ahora, neutral, indiferente, equidistante, sino que encubrió, apoyó y protegió al capital frente al trabajo, pero además, la burguesía, al apoderarse de la dirección de la sociedad, en todas sus facetas, ha convertido el propio hecho de producir, en el factor determinante del control político de la vida social, a la que las leyes sancionadas por los parlamentos, dan la forma conveniente para que sean puestas en vigor, contra una ciudadanía despreocupada y confiada.
En el ejercicio de la producción, el modo de producción de mercancías, ha adquirido una dimensión descomunal el oficio de banquero, y esta exhibición presencial de diferentes entidades y marcas, en la vida cotidiana, contrasta, particularmente, en nuestros días, con la carencia de disponibilidad efectiva de dinero, pareciendo más un dispositivo de extracción, con el cometido de sacar y secar, la más mínima partícula de dinero del bolsillo de los ciudadanos para volcarlo en esos depósitos, en esos enormes complejos bancarios que son los paraísos fiscales.
La especialización de la burguesía en la producción de dinero sin crear valor de uso, hace del dinero el medio de control político de la ciudadanía, pues este, el dinero, solo posee valor de uso para los potentados y en la especulación, en la cual, los flujos de capital contrastan con la escasez de la disponibilidad que utiliza la ciudadanía para el uso cotidiano -solo el forex utiliza diariamente casi cuatro billones de dólares, frente a unos escasos ochenta millones de dólares- y esto significa que los bancos regulan el flujo de dinero, desde los paraísos fiscales hacia la especulación en cantidades de diluvio universal, mientras la ciudadanía, se ve sometida a una sequía saheliana, convirtiendo, de una manera, aparentemente inocente, el dinero en un medio de control político.
La especialización de la burguesía en la producción de mercancías solo apta para conjuntos muy exclusivos es el medio de ejercer el control político desde la producción, y no me estoy refiriendo a la industria del lujo sino a la industria de la inutilidad social, a la fabricación de armas, de verdaderos conjuntos industriales especializados en la industria de la fabricación de armas de destrucción masiva, que es otra manera de asegurarse el control político de la sociedad.
¿QUE DEBE DE CAMBIAR?
Es de suponer que un modo de producción no es algo artificial, y por artificial, quiero decir, algo forzado y ajeno a los usos sociales, sino la manera más cómoda, útil y práctica de relacionarse con la elaboración, con la producción de objetos, y como creo que un nuevo modo de producción no puede ser improvisado, quiere decirse que algo debe de cambiarse del modo de producción mercantil para hacerlo acorde con las necesidades que plantea el conjunto humano en estos comienzos del nuevo siglo.
El capitalismos se obstina en querer convencer a las personas, a la sociedad, en suma de su autocontrol, de la propia capacidad para regularse sin la intervención del estado, el estado burgués, pero este, en la medida que ha de aparentar una equidistancia entre burgueses y proletarios, entiende, que dada la abrumadora proporción de la base proletaria del estado, contravendría con la clase dominante y, por omisión acepta el hecho de inhibirse en la toma de decisiones que afecten al capitalismo, o lo que es lo mismo, a la economía.
Pero, ¿Es cierto que el capitalismo pueda ser autónomo, en un mundo cada vez más interconectado, cada vez más interdependiente?, desde luego que no, esta afirmación es gratuita, auto exculpatoria, sin sentido en un mundo tan interrelacionado, en donde cualquier factor influye desde el centro a la periferia y viceversa, donde el deterioro, físico del propio planeta, está determinado por esa carencia de regulación que pone en peligro la totalidad del futuro, de las próxima generaciones, por lo que, la regulación del modo de producción capitalista exige su intervención perentoria, pero en qué sentido y en que medida.
La economía, no es más que las relaciones de producción, socializadas y pagadas y en tanto que relaciones de producción, recorridas por las tensiones propias de un sistema de producción antagónico entre fuerza de trabajo y capital, y esas relaciones de producción contables -las otras relaciones de producción no se pagan porque son asumidas por la sociedad, como un hecho natural, aceptándolas como si de funciones genéticas se tratara-, barnizadas de objetividad no son otra cosa que expresión de una relación de poder, de dominio, de dominación de los que controlan y dirigen la sociedad, hacia los que asienten y ejercen las funciones que el poder determina, por eso se dice que la economía es una de las ciencias sociales, porque los protocolos son ajenos a la disciplina científica de la economía, ya que los protocolos los determina el poder político, no un consejo de sabios.
Esas relaciones de producción llamada economía, lo de política, hace tiempo que desapareció, porque se entiende, más que entender, se barrunta una cierta contraposición, una cierta hostilidad, es la que late en la confrontación entre el euro y los mercados, puesto que la hostilidad, no es solo entre burgueses y proletarios, sino también entre las diferentes burguesías, y la que esta corroyendo la actual situación es el feroz ataque al euro, porque la burguesía dominante estadounidense, ve en el euro el fin de su cómodo dominio, ejercido por medio del dólar, al ser este, el que ha liderado en solitario la función de medio de pago internacional, por eso la deuda estadounidense, 15 624797 945352,95 de dólares más que expresar una relación comercial deficitaria, expresa una relación de vasallaje, puesta en tela de juicio desde la desaparición del fantasma del comunismo soviético, por el resto de las otras burguesías, que vieron en el euro, la posibilidad de sacar mayor tajada, por eso este ataque al euro tiene el objetivo de anular políticamente el tímido intento de unidad europea emprendido por el conglomerado burgués europeo, porque la economía internacionalizada por el capitalismo USA, sería el principal perdedor.
El ataque de los mercados al euro se cobró una pieza de tamaño importante, Grecia, y el rosario de intervenciones en Irlanda, Portugal, Italia, apunta a España, porque si España es rescatada, -una cierta parte del capitalismo español, se pondría las botas, si España fuese rescatada- el euro caería, y no está nada claro, que todos los integrantes del conglomerado burgués europeo, perderían con la caída del euro, podría decirse que una parte de esa burguesía, la alemana, soñase un iv reich, orlado de países afines, en un territorio propenso al cultivo de los reinos de taifas.
Justamente, lo que se debería de cambiar en el modo de producción mercantil, es su omnipotencia de querer navegar en solitario, pues esa libertad es lo que le permite controlar a la política, pasando por encima de las soberanía de las naciones, y para empezar el principal factor pasa, tiene que pasar por acabar con el secreto bancario, exigiendo la erradicación de los paraísos fiscales, clarificando y cuantificando la titularidad de los dineros ocultos, esos dineros que han sido producto de la creación de una riqueza generada socialmente, y que por lo tanto la sociedad debe de percibir la parte correspondiente, poniendo en valor las políticas de enseñanza pública, de apoyo a la investigación científica, de apoyo a políticas de sanidad pública.
Debe de pasar por la condonación de las deudas soberanas, de todos los países, liberando una tensión internacional que solo beneficia a los dueños de la industria inútil de creación de armas, y debe de pasar por la elaboración de una medida de valor, recogida en una moneda mundial, porque toda la producción, toda la economía no es sino la expresión de unas fuerzas productivas mundiales, internacionales, y el tránsito hacia un nuevo modo de producción no antagónico, requiere liberar tensiones.
Eso y el procurar condiciones de vida dignas a esos tres mil quinientos millones de parias que malviven con menos de dos dólares al día, es lo que puede relanzar una economía productiva, en la que la ciencia jugaría un papel fundamental al tener que impulsar una industria del reciclaje que facilite y cuide el planeta.
LIDERES PARA UNA NUEVA HUMANIDAD
No creo en los líderes naturales, pero está claro que hoy por hoy, son necesarios dirigentes, dinamizadores, comunicadores capaces de transmitir una perspectiva nueva, y no es posible ignorar que hay unos lideres con influencia en sectores sociales diversos, y sin descartar que pueda haber entre la derecha, entre la burguesía, algún elemento que comprenda lo indecente del sistema – el mismo Soros reconoce que sus actividades especulativas deberían ser prohibidas, pero mientras no lo sean, seguirá practicándolas, porque es su beneficio-, desde donde puede venir el impulso es de la izquierda, del variado panorama de la izquierda mundial, y ese impulso vendrá si se comprende y asume que el sistema está agotado, que históricamente, el modo de producción de mercancías, se ha convertido en un obstáculo que frena el progreso humano, que es fuente de tensión y causa del sufrimiento de los seres humanos, desequilibrios del ecosistema de la naturaleza, sabiendo que al reconocerlo, ante ellos se abre un panorama desconocido para el que las viejas recetas, no valdrán, imponiéndose la búsqueda de nuevos caminos.
Puedo equivocarme completamente, pero tengo confianza en un sector de la socialdemocracia alemana, el sector minoritario que se agrupa en torno a die linke, como la fuerza capaz de entender que el sistema dejó de ser útil, que el modo de producción mercantil llegó al tope de utilidad social, y que por tanto hay que cambiarlo buscando la alternativa, porque este, ya no vale, también confío en la juventud estadounidense, reunida en torno al movimiento de occupys, pero de cualquier modo, la alternativa pasa por reconocer que el sistema está sostenido artificialmente, que ya no vale y está acabado, y por tanto la respuesta puede venir de cualquier otro lugar, pero la batalla decisiva se dará aquí, en Europa.
jmrmesas
13 de abril de 2012
martes, 10 de abril de 2012
LA DIMENSION INTERNACIONAL
A tenor de una próxima reunión de economistas en Berlín, a final de esta semana, leo en sin permiso una colección de artículos de economía muy técnicos y curiosos, pero como siempre, me pregunto ¿Cómo puede un militante entender esto?, e inevitablemente, la respuesta es que no se entiende la relación si solamente se mira desde una óptica académica, por lo que, en una revista de economía podrían ser muy interesantes, pero en una revista de orientación teórico-política, dudo mucho que algún economista marxista -¿Existen?- polemizara con los articulistas, y mucho menos, cualquier dirigente político o sindicalista, se atreviera a discutir el tema, dada la terrible orfandad teórica de la que adolece la izquierda.
He de decir, en mi descargo, y principalmente, para que nadie se confunda, que soy un lego sin estudios de economía, pero creo, que la capacidad de pensar es atributo del género humano, y que tal vez, en la facultad de economía se piense con mayor profundidad, pero, permítanme que lo dude, sobre todo cuando estoy convencido del papel de los banqueros, creando interés-plusvalía, valor de uso para los banqueros y dogal para la ciudadanía, creando dinero, que los gobiernos han de validar gratis total, a costa de la sociedad que contribuye fiscalmente, para que en un ejercicio de magia, los banqueros hagan desaparecer el dinero de la economía productiva y lo hagan aparecer en la economía especulativa. ¿Veremos en la dichosa reunión de Berlín a alguien atreviéndose a dilucidar si las sociedades offshore son un instrumento económico, político, político-económico, o simplemente de extorsión de la clase trabajadora?
¿El capital financiero sigue siendo un instrumento de la lucha de clases? ¡¡¡¡Sííííííííí!!!!
¿Es comparable la economía a la Física? Por cierto, si en los costosísimos aceleradores de partículas llegase a sintetizarse el famoso bosón de Higgs, ¿Quienes serían los beneficiarios directos, los complejos militares o los ciudadanos que sufragan los gastos?
NACIONALISMO ESTERIL
El nacionalismo es la seña de identidad común en el panorama de la política, en cualquier país, sobre todo cuando se aproximan eventos electorales; allí donde se tercie una cita electoral, todo el panorama se concentra en explicar el acontecimiento en clave nacional, porque se supone, primero, que el candidato a elegir reduce su compromiso, alejándose de terrenos movedizos, y segundo, porque es más fácil la conexión con los electores, y esta reducción resulta cómoda y convincente, pero, hoy más nunca, terriblemente falsa, como es ocioso demostrar, pues todo el desarrollo de la política nacional, en cualquier país de Europa, y también fuera, pero en Europa, fácilmente constatable, las políticas nacionales, están determinadas por un marco internacional, del que se desentienden los candidatos.
Reducir la economía al ámbito nacional es tramposo, desde que se empezó a comerciar con los más próximos vecinos, pero en la actualidad, la economía es plenamente internacional porque toda la producción de mercancías se hace con la perspectiva de un mercado, que va más allá de las fronteras nacionales, produciendo, por tanto, para un mercado que es mundial, internacional, global, y lo que es más importante y determinante, los recursos para la producción, se buscan en todo el ámbito internacional, tanto en materias primas como en recursos financieros, y al hacerlo quienes adquieren capacidad de influir en las economías nacionales son los mercados, el capitalismo financiero que es el que dicta la política nacional a los gobiernos, sean de un partido de derechas o de izquierdas.
Toda la actualidad política-económica está recorrida por los factores internacionales, y esta característica es fundamental si se pretende entender y buscar una respuesta al poderío de los mercados, los cuales, y es cosa, cada vez más notable, empieza a calar entre una población atónita, el rol internacional, que nadie les explica, que contempla como sus vidas están cada vez más intervenidas por esos mercados sobre los que no tienen ninguna capacidad de presión, y a los que los políticos nacionales no son capaces de responder, razón por la cual, la apatía electoral, gana un terreno que pierden los políticos, incapaces de tomar medidas que ajusten los límites a poderosos mercados, o lo que es lo mismo, al capital financiero.
Precisando más diría, que los mercados no son tanto un popurrí de nacionalidades diversas como de una determinada nación, pues son los mercados del complejo milita-industrial estadounidense quien ha creado la debacle al querer monopolizar en exclusiva el medio de cambio del comercio mundial que el dólar representaba en solitario y al que el llegó el euro, sin deseos ni ánimo de incordiar, pero haciendo una apuesta que le garantizara un papel de figurante de lujo, pero la desaparición de la escena política del convidado de piedra que era la auto-disuelta URSS, liberó de cautelas a las diversas burguesías, que exenta de pudores se lanzarón a disputarse la tarta, sin quererla compartir.
La crisis es el resultado de la voracidad del capital financiero estadounidense para chupar recursos, y esta voracidad es la que ha disparado las tensiones que se han materializado en una lucha entre las diferentes burguesías.
El dólar expresaba el potencial industrial y financiero de la nación vencedora de la SGM, y este potencial se conservó hasta 1971, siendo por tanto equiparable, políticamente con el resto de monedas de la época, pero desde que Estados Unidos sacó al dólar del patrón oro, la función de la moneda dólar se convirtió en una relación que empezó a expresar una función política, una función de clase, en las que las diferentes burguesías reconocían una relación de dependencia que aseguraba la permanencia del modo de producción mercantil, del mercado, frente a una economía socializada, en la que veían una peligrosísima amenaza, por eso, la salida del dólar del patrón oro, fue aceptado a regañadientes por las diferentes burguesía, sobre todo, las burguesias productoras de petróleo que vieron depreciarse su fuente de riqueza, por eso, la desaparición de la URSS, desato las apetencias de las diferentes burguesías y la llegada del euro se convirtió en un medio de presión en la que las burguesías árabes, valoraron la posibilidad de contabilizar en euro su petróleo, y ante este desafió, no buscado por el conglomerado de la burguesía europea, fue contestado por Estados Unidos, movilizando los resortes económicos de las agencias de calificación para comprometer una moneda, artificial, porque el conglomerado burgués europeo, no se atrevía a construir una verdadera unidad europea que supusiera un estado, con un gobierno central y poderes sobre las naciones asociadas, porque temía obsesivamente a una ciudadanía altamente cualificada y preparada, en la que ve y teme su relevo como clase dirigente, como la clase que puede sustituir su función de clase dirigente, y esto es percibido por el conglomerado burgués europeo y estadounidense, como una autentica amenaza, a la que hay que desactivar mediante las políticas de recortes y de incrementar las deudas nacionales.
El diez por ciento de la población posee casi dos tercios de los activos financieros totales. Para el noventa por ciento restante no queda mucho. La décima parte más pobre no posee ninguna propiedad. El párrafo lo extraigo de die linke, porque me resulta llamativo que un partido parlamentario, refiriéndose a su propio país, Alemania, exhiba estadísticas que muestren el acaparamiento nacional, pero incluso en esta fracción de la socialdemocracia avanzada, el contenido de su política se ve en clave nacional, y es necesario e imprescindible que los líderes que asumen la lucha de clases, sean capaces de avanzar propuestas de convergencia, al menos con correligionarios de otros estados, porque la lucha de clases, hoy más que nunca, tiene un carácter internacional.
Los paraísos fiscales son un instrumento económico, mediante el cual, la burguesía, los mercados, ejercen el control político sobre los gobiernos, controlando el flujo del dinero en el sentido que beneficia politicamente, sus intereses de clase, y la política sobre la deuda, es el instrumento para empobrecer y someter a la ciudadanía, y si esto no se analiza en Berlín, por los economistas concurrentes, serán juegos florales, esto y buscar una medida de valor capaz de medir el trabajo humano, fuente de riqueza, pueden ser objetivos capaces de aportar claridad, a una economía que dista mucho de ser considerada una ciencia, sin más adjetivos.
jmrmesas
11 de abril de 2012
martes, 3 de abril de 2012
RAZONES PARA EL CAMBIO DE SISTEMA
LA ESPECIALIZACION
Dice es señor Dan Kervick,en la continuación de su articulo, Los ciudadanos estadounidenses poseen una empresa pública muy valiosa: un monopolio sobre la producción de la oferta de dinero nacional.
Esto es pura retórica vacía de contenido, porque si ya es difícil que los ciudadanos, estadounidenses o de cualquier otro país, dispongan de instrumentos para conocer, valorar y decidir sobre cualquier empresa pública, más allá de la participación electoral, muchísimo más complicado resulta que sin instrumentos de control, la ciudadanía pueda decidir sobre la producción de dinero nacional; esto no es verdad, en ningún lugar, ni lo ha sido, y tendremos que luchar, al precio de acabar con los centros de concentración de riqueza que escapan totalmente a su control, que dice en su primera parte, y que yo interpreto como santuarios financieros, por otro nombre, paraísos fiscales, si queremos que esta crisis económica, que ya empiezan a decir, que estamos saliendo de ella, tratando de insuflar esperanzas en una ciudadanía, harta de andar escasa de casi todo, engañándola, para que el sistema, el capitalismo, se mantenga diez o veinte años más, sin que, desde ningún lado, los poderosos se atrevan a modificar la maquinaria, porque cualquier retoque, que comporte alguna importancia, tendrá que hacerse transfiriendo poder a la sociedad, a las personas.
Mintiendo, desde que se inició la crisis, los gestores económicos sobre los que la ciudadanía no tiene ninguna posibilidad de controlar -Dragui, Monti, entre otros-, empiezan a decir que estamos saliendo, cuando anteriormente fueron los brotes verdes, y ya han pasado cinco o seis años, conteniendo, sujetando, todo lo posible, el desánimo y la indignación contenida, de los recortados ciudadanos.
Volviendo al tema de la TMM, lo que más me llama la atención de todos estos artículos sobre la dichosa teoría que aparentan un debate puramente académico sin ninguna conexión con la realidad de la lucha de clases, pues esta realidad, solo es tomada en cuenta en los periodos de hostilidad social, cuando la hostilidad no es más que la expresión para un nuevo marco tras la prueba de fuerzas, a la el sistema aboca a los que trata de someter, porque las organizaciones de la izquierda -partidos y sindicatos- carecen de la debida profundidad teórica para proponer los objetivos y metas capaces de motivar el esfuerzo social para girar la rueda del timón a favor del noventa y nueve por ciento de la escarnecida humanidad.
La primera razón es que el modo de producción de mercancías está agotado, porque en este largo proceso de más de quinientos años, la burguesía, al producir la mercancía ha aprendido ha utilizarla, no solo como medio de hacer negocio y enriquecerse, sino que la ha utilizado para conquistar influencia y poder.
En este proceso, la burguesía, aprendió que por medio de la mercancía se lograba un estatus influyente, no tanto por buscarlo específicamente como por los mecanismos y relaciones sociales, que de simple fabricante, se convirtió en factotum, no en vano heredó el poder, en una Europa muy articulada por la aristocracia, a la que sustituye, y termina por adueñarse de la dirección de la sociedad, imponiendo sus ideas, conceptos, e intereses, y si bien, en Europa, existió un largo periodo de coexistencia con la aristocracia, la realeza, con la que tiene que compartir el poder, en el nuevo mundo, todo eso es superfluo e innecesario, sobre todo en América del norte, un inmenso territorio vacío.
Este proceso, en la medida que pone en movimiento unas fuerzas productivas que no están sujetas a los ciclos naturales de las estaciones, ha acelerado todo los factores, y al acelerar los elementos económicos, ha terminado acelerando los procesos sociales y políticos, y aquel proceso de lograr influencia y poder por medio de la mercancía, ha terminado en un proceso de especialización de una mercancía, que por sí sola simboliza poder, el dinero.
El dinero, esa mercancía que resume y compendia a todas, que es fácil y cómoda de manipular, que aparenta apoliticidad, es el medio utilizado para lograr imponerse al poder político que nace de la sociedad.
¿Cómo?
La actual crisis económica viene determinada por una escasez de dinero, y su origen está el la quiebra del tristemente famoso Lehman Brother por falta de liquidez.
¿Donde fue a parar el dinero?
Porque fabricar sin dinero, supone abaratamiento, y salvo un cortísimo periodo, el abaratamiento no es tónica dominante, sino mas bien, lo contrario, la abundancia de dinero.
¿Donde está el dinero, que no está en los bancos?
Según el viejo y fiable Marx (la izquierda debe volver a recuperar a Marx, si quiere entender el funcionamiento del modo de producción mercantil y su previsible final -y digo recuperar a Marx y no el marxismo adulterado-), el dinero es el equivalente de la cantidad de mercancía producida, de la riqueza producida, por lo tanto, diferenciaré entre la riqueza consumada, cristalizada como instalaciones, infraestructuras, fábricas, edificaciones, etc., que tienen su equivalencia en dinero, y que, por el momento, no discutiré de su propiedad, y la riqueza cuantificable en dinero, cantidad de dinero, y en este sentido, como dinero, es importante hacer notar, que en tanto que dinero, es instrumento, vehículo de la circulación mercantil, que el estado garantiza, y por lo tanto, la sociedad tiene ciertos derechos sobre ese vehículo de la circulación mercantil, de igual modo que lo tiene sobre los vehículos de la circulación automotriz, a través del código de la circulación.
El estado, en tanto que único emisor de dinero, sabe que cantidad de dinero ha lanzado a la circulación, y puesto que es el único emisor de dinero, con potestad para perseguir la emisión de dinero no producido en el proceso establecido de emisión, destruyendo el dinero falsificado, por muy perfeccionado que este haya logrado alcanzar, conoce que cantidad hay.
Los bancos, son tenedores de un instrumentos de circulación, que no es de su exclusiva propiedad, y que por tanto, el estado, y a través de el estado, la sociedad, tienen ciertos derechos sobre la propiedad y el uso del dinero.
¿Que clase de derechos?
En primer lugar, es muy importante que la sociedad se aperciba, se convenza y se consciencie de que en tanto que creadores de riqueza, soporte financiero del estado y fuente de legitimidad, tiene el derecho de limitar la propiedad de instrumentos comunes, e impedir la enajenación de esos intrumentos, y, o, propiedades comunales que políticos venales, y la venalidad hay que entenderla en un amplio abanico de medios de gratificación personal, extensible al próximo futuro, tras el paso por los centros de poder, tienden a tomarse con la propiedad pública, pues la ausencia de cualquier tipo de propiedad convierte a los individuos en parias y a la ciudadanía, en forasteros en su propio país, y esta consideración de propiedad pública, comunal, debería de ser sumamente valorada y respetada, por lo tanto, (hecha abstracción, por obvio, del gravamen) el primer derecho es el de conocer cuanto y donde tiene cada banco depositado los instrumentos de circulación, así como, el derecho a limitar el tiempo que un banco puede tener inmovilizado el instrumento de circulación.
Como el dinero existe y circula, el problema reside en discutir sobre el secreto bancario en el que se escudan los banqueros para ocultar donde está el dinero, pero como el estado sabe que existe porque es el único capaz de lanzar a la circulación dinero físico, la cuestión es controlar la, digamos, creación de dinero que nace del proceso incontrolado de la especulación de cualquier tipo, y que el estado ha de validar, gratis y sin ningún control.
LLegados a este punto, es conveniente tener en cuenta algún reparo sobre el estado, porque este, el estado, es un instrumento de la sociedad, no de una clase, sino del conjunto de la sociedad, pero esta es la sociedad recorrida por todos los conceptos, ideas y valores éticos, estéticos e intereses de la clase dominante, de la burguesía, en suma, por lo tanto el estado es el garante de estos valores y conceptos fundamentales que definen a la clase dirigente, por lo cual, no socavará su propio poder, en tanto que clase, más que si como instrumento social, la parte subyugada, hace sentir su discrepancia y el estado ha de bascular la balanza del lado de la ciudadanía, y esto no se hará nunca, en primera instancia, legislando, sino que se legislará cuando la indignación popular alcance un punto que suponga, o pueda suponer, la ruptura, en cuyo caso y para evitar mayores descalabros, el estado aceptará, controlar el funcionamiento del mundo financiero.
EUTANASIA PARA EL MDPM
La extrema especialización del modo de producción de mercancías, que la burguesía propicia invalida a este como instrumento social, dado que la mercancía producida, dinero, solo puede ser utilizada como valor de uso por una exigua minoría, mientras la enorme mayoría social, creadora de riqueza, soporte financiero del estado y fuente de legitimidad, tiene que sobrevivir con sueldos muy bajos, para propiciar el endeudamiento y la proliferación de créditos, en la época de vacas gordas, mientras en tiempos como los actuales, las generaciones jóvenes, las mejores preparadas de todos los tiempos, son condenadas al paro y a la desesperación, y queda demostrado, que el capitalismo ha cumplido su ciclo vital, en un periodo histórico en el que ha desarrollado las fuerzas productivas, internacionalizandolas, pero al especializarse, ha cegado su fuente de legitimidad, dejándolo sin justificación para seguir existiendo, por lo tanto, acabemos con el sistema, acabemos con la patria de las finanzas, tengamos claro que acabar con la patria de los banqueros no es atacar Alemania o Estados Unidos, o cualquier otro país, acabar con la patria de los banqueros es acabar con los paraísos fiscales, y esto significa exigir que los bancos rindan cuenta del dinero oculto, porque como medio de circulación, la sociedad, a través del estado necesita y quiere conocer el volumen y necesita y ha de regular el flujo, de forma análoga al ordenar y controlar el tráfico rodado, para que este no entorpezca el movimiento.
La extrema especialización de la burguesía, manejando el modo de producción, exige del resto de la sociedad, proclamar el estado de alerta militante, y eso quiere decir, conociendo la dificultad de reconvertir el sistema, introducir medidas políticas profundas, Los votantes son conscientes de que las propuestas de Nicolas Sarkozy y François Hollande no está destinado a cambiar las cosas en profundidad, y que el poder político tiene cada vez menos influencia en el desarrollo social y económico. Básicamente, esta elección no es de esperanza. Este párrafo copiado literalmente de Libération expresa muy agudamente el desencanto, no solo francés, sino que es una constante en todas las elecciones, en las sociedades democráticas, de las que se desenganchan muchos votantes porque no ven voluntad, ni en las organizaciones ni en los políticos, de querer cambiar el curso ni el discurso, porque no quieren ver que la especialización del modo de producción produciendo dinero mediante la especulación, cuatro billones de dólares diarios para la especulación, frente, a penas 82 millones diarios para cubrir las necesidades cotidianas de la población, es la demostración más escandalosa, ante la que los intelectuales y marxista de salon no tienen el valor de denunciar, acabemos con el sistema, Delenda est Carthago, que dijo Catón dejando caer los higos escondidos en los pliegues de su túnica, para prevenir a los romanos de la proximidad del enemigo.
Este acabar con el capitalismo no supone hacer tabla rasa sino regular, vigilar y controlar el modo de producción poniéndolo al servicio de la sociedad, al servicio de las personas y eso pasa por conscienciar a las masas de ciudadanos, movilizandolas para erradicar los paraísos fiscales, verdadera patria de los banqueros, exigiendo el retorno del dinero oculto, exigiendo la condonación de las deudas soberanas, instrumento de empobrecimiento de la ciudadanía, supone luchar por exigir una moneda mundial, esto es lo que significa, hoy, en nuestros días, acabar con el capitalismo, y esto es lo que significa hoy, reconocer que el sistema está agotado, todo lo demás son zarandajas para no enfrentarse a la realidad de cambiar el sistema caduco, la extrema especialización del sistema es la razón fundamental para luchar por cambiarlo.
jmrmesas
03 de abril de 2012