EUROPA ES SUJETO Y OBJETO
CONSTRUIR
UNA NUEVA NACIÓN
Los
Estados Unidos se construyeron hace casi dos siglos y medio para
liberarse de la ambición y presión de la corona inglesa minimizando
las diferencias de las diferentes nacionalidades que poblaron las
colonias, y esa tónica se ha reforzado y refuerza constantemente
porque los Estados Unidos son una mezcolanza de razas y el blanco,
sajón, protestante sabe que el predominio que poseen, en la
dirección de la nación que formaron, tiene unos límites, que
saben, no pueden traspasar porque podría deshacerse y esa es la
razón por la cual, cada crisis les une más, porque es una decisión
política, mantenida a consciencia; la burguesía europea, recién
acabada la SGM, formó el cartel del carbón y el acero porque
aceptaron que Europa no tenía territorio para la competencia y era
necesario buscar la colaboración frente al protagonismo adquirido
por la recién venida burguesía americana, ganadora de la guerra.
Nunca estuvo en el objetivo de los iniciadores de la EFTA y la CECA,
crear una nación, y la izquierda no fue capaz de separarse de las
concepciones de la burguesía. Esta diferencia es capital para
entender que la Unión Europea no sera una nación sin la voluntad de
formar esa nación, y la burguesía europea no será quien lo haga,
porque su opción es la Unión Europea, tal como es, y formar
la nación europea rompe todos los esquemas; es la Izquierda,
pequeñoburguesa la que resalta los fallos de la construcción del
euro, sin construir una fiscalidad común, ¿acaso piensan que la
burguesía es estúpida y no sabían lo que hacían?, lo sabían y lo
saben, pero han tenido que ir vistiendo su idea para acomodarla a las
circunstancias cambiantes, por eso, cada crisis, desune.
La
misma redacción de la constitución europea y la fría acogida
popular demuestran que la Unión Europea es el máximo compromiso al
que los burgueses europeos son capaces de llegar, y todo lo que se
quiera aportar de positivo tendrá que venir de fuera, tendrá que
venir de la nueva sociedad que está dispersa porque aún no ha sido
llamada a ser la verdadera constructora de una sociedad nueva,
igualitaria, equitativa, solidaria, culta, sensible, audaz, una
sociedad europea que sería la iniciadora de un cambio, consciente,
de época histórica.
Toda
la historia de la civilización demuestra que son los poderosos los
constructores de naciones y las clases poderosas, y entre ellas
ahora, la burguesía dueña del capital financiero mundial, sabe que
Europa es el elemento determinante que puede cambiar su estatus, por
eso quieren desestabilizar Europa, habiendo iniciado en Ucrania el
intento de ruptura, y ahora, ORGANIZANDO la traída de refugiados
para forzar el clima de desestabilización, “en medio de una
crisis europea repugnante”, porque no es posible considerar que
los refugiados vienen espontáneamente, sino que la mafia que
organiza la traída está organizada y compinchada, probablemente,
por los mismos financiadores de las oposiciones moderadas en
Oriente Medio, para fomentar la desunión, el nacionalismo,
pequeñoburgués, o el nacionalismo imperial, por eso, en Europa, las
crisis desunen, porque la burguesía es una clase acabada, porque su
modo de producción, ya no puede ser, para ella misma, y una nueva
sociedad debe reclamar para el conjunto humano, los instrumentos de
la producción para darles un nuevo contenido, una nueva utilidad.
La
burguesía, ni siquiera al comienzo del siglo xx tenía una idea del
funcionamiento del mundo porque carecía del conocimiento que la
ciencia ha aportado en las décadas finales del siglo xx, y mientras
para el conjunto de la sociedad, el mundo "siempre ha sido así"
la élite fue apercibiéndose de los cambios y de sus
potencialidades, dándose cuenta de su terrible debilidad: una
sociedad culta es imposible de manipular, y dirigirla, en pie de
igualdad no es posible porque sería consciente de la terrible
injusticia del reparto, de ahí, que las políticas públicas sean
los recortes, porque hay voluntad política de empobrecer .
CONSTRUIR
LA INTERNACIONAL CONSTRUYENDO EUROPA
Dadas
las posibilidades, me esfuerzo en tratar de demostrar que dentro del
sistema no hay solución posible y las bienintencionadas aportaciones
de los economistas que creen que transfiriendo fondos de un lugar
para otro sería posible remontar la pobreza creciente, es entender
la economía desde una perspectiva mecanicista , que no tiene
conexión con la realidad cotidiana, pues bastaría con analizar con
un mínimo de atención, los movimientos mundiales, que son, dada la
interrelación de las fuerzas productivas, quienes condicionan las
políticas de los Estados nacionales, para ver que tales movimientos
implican concepciones, psicológicas, culturales, sentimentales, que
hacen de los contenidos económicos, bombas de tiempo. Por ejemplo,
las propuestas del brillante economista Varoufakis, que podríamos
suscribir
sin más, son, algo así, como una fantasía; trataré de hacerme
entender. Se está destrozando Oriente Medio, machacando las vidas de
millones de seres humanos, alimentando un grupo terrorista – Estado
Islámico –, porque es la manera de hacer una guerra no declarada,
con tropas incontrolables
desalojando territorios para transferir masas de refugiados a Europa
(estimándose, en pocas semanas su número rondará los tres
millones), y eso, unido a la practica política de imponer recortes,
hace inviable las propuestas de señor Varoufakis, si además tenemos
en cuenta que en el plazo de la última década, se han incrementado
el número de robot
industriales en un 72%, el llenar Europa de refugiados,
necesariamente se transforma en un proceso desestabilizador, ante el
que se cierran los ojos, dejando las propuestas, que podríamos
suscribir, a corto, medio y largo plazo, que expone, tan notable
profesional, vaciás de contenido porque fueron pensadas para una
situación pasada.
Europa
seguirá desunida y desuniéndose porque la burguesía es una clase
superada por la historia, sin embargo, su comportamiento demuestra la
necesidad de centralizar las decisiones, al menos, en el terreno que
le asegura su dominio como clase; todo el empeño de Bruselas en
querer hacernos tragar el TTIP yanki, no se debe a una sumisión
incondicional de la burguesía monopolista europea, sino que en
último término es el reconocimiento de la necesidad de supeditar a
la sociedad a las que explota al arbitrio de un gobierno
internacional, mundial, para los asuntos de la economía. Las crisis
que fomentan la desunión europea es una práctica cultivada, de la
misma manera que las crisis en los Estados Unidos de América es una
decisión política cultivada desde Washington D.C. para mantener un
núcleo de poder nacional.
Europa
no mejorará por una adquisición graciosa de políticas públicas
sino porque la ciudadanía europea, el pueblo trabajador sea llamado
a construir una nueva nación, hecha por sus pueblos, superando el
sentimiento nacional del lugar de nacimiento, y si eso se pudo hacer
en América del norte, eso se puede hacer en Europa, si
la clase trabajadora se convence de que estará haciendo su patria
común,
hecha por ellos,
a su medida,
y no arrastrando la herencia de una aristocracia y una burguesía que
utilizan la patria para encadenar las vidas de los más
desfavorecidos,
al carro de los mercados,
el núcleo de los multimillonarios, que cada vez concentran más la
riqueza, producida por el conjunto global.
La
historia ha formado y moldeado en el continente europeo una sociedad
muy acompasada, igualitaria, culta y preparada, que se mantiene
compartimentada en las cárceles de los Estados nacionales porque la
burguesía no se ve capaz de formar una nación con un gobierno
común; le viene bien la estructura de la Unión Europea porque
aparenta independencia nacional, pero se mire por donde se mire, el
mundo está formado a la escala que impuso la burguesía dominante
estadounidense desde el final de la SGM, y Europa es su mayor logro,
por eso, si el pueblo trabajador quiere mejorar, debe saber que no es
posible tal cosa sin desmontar un sistema que ya solo beneficia al
uno por ciento del mundo, y la izquierda, empezando en Europa tiene
que llamar a construir un mundo nuevo, construyendo la Europa
plebeya, proletaria, rompiendo con las ataduras que la unen a un
pasado, que es el pasado de todas las clases dominantes que han
transitado por la historia del mundo.
Es
la tarea por la que tiene que optar y apostar la izquierda, si quiere
deshacer sus lazos con la burguesía a la que se encadenó al
comienzo del siglo xx, votando los créditos de guerra, si quiere
recuperar el discurso de la construcción del socialismo, del mundo,
como patria común del género humano, y eso es perfectamente
posible, porque hoy construir una Europa plebeya, una Europa
proletaria, una Europa para el vulgo, es una tarea perfectamente
asumible, pues el vulgo, el proletariado es el que hace la riqueza,
el que hace literatura, arte, filosofía, el que hace tecnología, el
que hace ciencia, y para eso, es necesario construir el intelectual
colectivo, la internacional capaz de iniciar la lucha para convertir
Europa en la adelantada de un nuevo mundo, una nueva sociedad
haciendo, inventando un nuevo modo de producción, marcándole el
terreno a la burguesía y a su modo de producción, depredador,
destructor, agresivo, explotador.
Si
la izquierda europea no entiende que tiene romper con los modos
burgueses de hacer política construyéndose como un poder frente a
la burguesía, única manera de dialogar de tu a tu, asumiendo
parcelas de poder, para el pueblo trabajador, haciendo partícipe al
conjunto de la sociedad en la toma de decisiones, que cada vez serán
más complejas, su tarea no pasará de ser simples funcionarios a las
órdenes de los poderes financieros camuflados en los entresijos de
las instituciones públicas y omnímodos déspotas, en sus
instituciones económicas.
Es
cierto que un importante handicap en la formación de una Europa
plebeya como nación de naciones tiene un obstáculo difícil para
transmitir sus mensajes que es el idioma. Es evidente que a corto
plazo el problema no será resoluble, y que exigirá voluntad de
entendimiento entre los dirigentes capaces de iniciar la tarea, pero
mirándolo en perspectiva podemos saber que durante la edad media, la
lengua que hacia posible la comunicación en Europa era el latín, y
puesto que el latín y el griego ha tenido un importante papel en la
formación de la ciencia, podrían ser lenguas comunes, sin necesidad
de que las naciones que componen Europa se sintieran marginadas.
jmrmesas
seis
de noviembre de dos mil quince