jueves, 26 de noviembre de 2015

TURQUÍA ¿LA TORPEZA DEL TAHUR?


TURQUÍA
¿LA TORPEZA DEL TAHUR?

Todo el ruido del islamismo yihadista, todo el ruido sobre el Estado Islámico, la sangre derramada en París, Nigeria, Túnez, etc., hubiera colado sin problema si Turquía no hubiese derribado el avión ruso sobre Siria. Al hacerlo, todo el ruido queda amortiguado por el derribo del avión ruso sobre Siria a manos de Turquía porque apunta a intereses más determinantes que no están en manos del Daesh, y este aparece como un señuelo oportuno destinado a conseguir intereses más importantes, pero también, más ocultos y fuera del escenario, en el que se representa esta hecatombe internacional, destinada a velar el objetivo a batir.

Rusia argumenta que su avión no violó el espacio aéreo de Turquía, y la misma OTAN recomienda templanza a Turquía, antes de implicar a los socios aliados. Porque es inaceptable que dos naciones que no están enfrentadas, que no tienen conflicto, la violación accidental del espacio aéreo de cualquiera de ellos, tenga como respuesta, el derribo; una respuesta, claramente beligerante, que los socios atlantistas tienen que respaldar, a regañadientes porque compromete el objetivo fundamental.

El derribo del sukhoi 24 tiene que ser cargado en la cuenta del presidente de Turquía, Erdogan, que, en último término, asume la responsabilidad del derribo, y al hacerlo descubre un doble juego en la medida que su acción inmediata no fue comunicar un incidente desafortunado a Rusia, que hubiese cubierto el expediente, sino una acción consciente, previendo el desencadenamiento de acciones y consecuencias de alcance, mucho mayor que una disputa puntual, por lo que solicitó el respaldo de la Alianza Atlántica; como su decisión ha sido extemporánea, su acción descubre una intención ventajista, respecto a sus aspiraciones sobre Siria ¿cuales? Veamos si es posible descubrirlas.

El fuego amigo no debe hacernos perder de vista que el objetivo de la pugna entre USA, que pierde poder e influencia, y Rusia, que gana poder e influencia, es Europa. Se intentó con Ucrania, pero el tiempo transcurrido no parece haber hecho ganar prestigio y poder a Estados Unidos entre los ucranianos, descontando, como debe ser, a los directos beneficiarios, engolosinados en el saqueo de los presupuestos, y en la medida que Ucrania, y la templanza de Rusia no convertirá a aquella en un factor de discordia en el corazón de Europa, se intenta, de nuevo, con el terrorismo como fondo, pero la precipitación de Turquía ha descubierto la trampa al tirar de la manta, insinuando intereses propios en el asunto.

Europa, al albergar al conjunto social más preparado, previendo la posibilidad de cambios substanciales en los próximos meses vía elecciones, se está intentando acondicionar al pueblo trabajador para sujetar la previsión que los cambios pudiesen tener consecuencias en la relación de fuerzas, y estas acciones apuntan a limitar el terreno a la influencia rusa. Un primer paso descubierto, que ha pasado como un soplo en los medios nacionales, es la intención de Estados Unidos de controlar, mano a mano con los policías españoles los aeropuertos importantes de España; noticia a penas aireada, es decir, debatida, en cuanto a la significación, teniendo en cuenta que los policías propios se encuentran capacitados para una función básica, o tal vez, no es tan básica y requiere otro tipo de policía dependiente de instancias más ignotas, porque, a decir de los expertos estudiosos del terrorismo, desde el 11S, la aparición de documentos y pasaportes en lugares, donde previsiblemente no deberían aparecer, llama la atención.

La precipitación de Turquía abatiendo un avión no hostil revela las intenciones propias de Turquía en la cuestión Siria, no solo por la permeabilidad de su frontera, para los yihadistas, el aprovisionamiento y la flagrante colaboración en la comercialización del petroleo robado al pueblo sirio, sino en la posibilidad de querer forzar la ocupación del territorio sirio por tropas rusa y la previsible respuesta otanista, que rompería la colaboración franco-rusa en la resolución del conflicto, encubriendo intereses en la división de un Estado, el sirio, posibilitando un reconocimiento, de hecho, del Estado Islámico.

jmrmesas

veintiséis de noviembre de dos mil quince

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