EL
PLAN B DEL EURO
LO
CURIOSO DE LOS ECONOMISTAS ES QUE CREEN QUE SABEN DE MARXISMO
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Socialismo21 Socialismo21
,
y he tenido el humor de pensar que os interesaría mi opinión,
puesto que ha entrado en mi correo, y habiéndolo leído con el
interés y atención que me merecéis espero poder aportar mi parca
inteligencia, a un asunto tan vital e importante como es el porvenir
de Europa.
Creo,
sin afectación, pero con hondo convencimiento, que mi último apunte
¿Qué
teme la OTAN?
Publicado
ayer y los anteriores, responden a esas cuitas, pero para entrar en
el tema comenzaré por ir a las contradicciones inherentes a ser
Europa. En Europa se puede hablar en un foro respetable del santísimo
coño de la virgen, pero nadie se escandaliza de los paraísos
fiscales, es decir, se pueden tocar las pelotas estúpidamente de la
buena gente, al mismo tiempo que se puede ignorar mi propuesta de
unir a los parlamentarios de izquierda de toda Europa desde Corbyn en
Londres a Gysi en Berlín, pasando por Pedro, Pablo y Alberto,
Garzón, por supuesto, para que esos parlamentarios reivindiquen la
memoria de los cientos de miles de anónimos socialistas, comunistas
y anarquistas, asesinados por la burguesía europea, y que en España
aún yacen en cunetas o fosas sin nombre.
Esta
propuesta mía es más decisiva para unir a Europa, de norte a sur y
de este a oeste, que hablar de si salimos del euro o no. Es una
propuesta asumible pero ideológicamente rupturista con la Europa
burguesa, imprescindible para que Europa sea la Europa de los pueblos
y no la de los Estados en los que se atrinchera la burguesía para
imponernos sus condiciones, sus recortes, su estabilidad financiera y
presupuestaria.
Creo
que hablar de salvar a Europa de sí misma, frase que leí hace un
par de años a Varoufakis, requiere diferenciar de qué Europa se
habla, porque para empezar está la Europa de los mercados, de esos
62 multimillonarios – los mercados – que tienen tanto
dinero como la mitad más pobre de la humanidad, y luego está la
Europa de los que no tenemos donde caernos muertos y
Varoufakis aún no ha extraído el corolario que supone lo que quiere
la Troika cuando exige, por anticipado, el pago de los impuestos de
los años futuros, y que tiene poder para cerrar los bancos
nacionales de Grecia para hacer efectivo su deseo; a la Troika hay
que discutirle de poder a poder y eso significa luchar porque Europa
recobre el SOCIALISMO como alternativa al capitalismo; requiere que
los parlamentarios de izquierdas reivindiquen la memoria de los
luchadores obreros asesinados en razzias, cazados como animales; de
esos militantes anónimos que defendieron, con su fe agnóstica, que
los seres humanos somos iguales, aunque a decir de Orwell, unos son
más iguales que otros, es decir, la Europa de Jean-Claude
Juncker que reconoce sin miedo ni pudor que No puede
haber decisiones democráticas contra los tratados europeos,
no puede contestarse que es la adaptación neoliberal de la
“soberanía limitada”; es abiertamente la dictadura de la
burguesía contra la que no cabe sino la dictadura del proletariado,
y eso significa que se reconoce abiertamente la existencia de la
lucha de clases, pudicamente tapada hasta ahora, pero que los
informes Oxfan han destapado tontamente, porque los sindicatos
obreros, se vendieron desde hace mucho y no han sido capaces ni de
sacar un informe, que ha tenido que sacarlo una organización de
caridad.
Los
acontecimientos, en época de convulsión social y política, como es
la presente, a escala internacional, van muy deprisa; las novedades
dejan sin efecto propuestas que pudieron tener tirón un año antes o
meses antes, porque la marcha de los acontecimientos es muy veloz y
hay que saber distinguir los proyectos, los planes, los programas;
salir del €uro pudo tener su momento en el año de su adopción
pero desde entonces han pasado acontecimientos capitales en el teatro
del mundo, y aunque antes, de esos acontecimientos las fuerzas
productivas ya habían enlazado la economía mundial – y existen
informes
cualificados que lo demuestran –, tras esos
acontecimientos el panorama político vino a confirmar la necesidad
burguesa de tener mayor control político, poniendo en marcha planes
como el auto atentado del WTC, para disparar el yihadismo encubridor
del complejo militar industrial, y el más decisivo, el secesionismo
de Ucrania, o ahora, la situación en Oriente Medio, con el
movimiento de los refugiados
traídos a Europa, para desestabilizarla, todo ello hace
que hablar de salir del euro se convierta en una letanía sin
sentido, porque Varoufakis no habrá extraído las lecciones que la
Troika le puso, pero es un economista con la preparación suficiente
como para comprender que salir del euro no arregla el problema de los
recortes. El problema de los recortes es el problema del poder, y lo
que no podemos ignorar es que Europa es el Estado 52 de Estados
Unidos, y que este quería convertir a Ucrania en el Estado 53, como
cabeza de playa de la colonización de Rusia, pero los nuevos
burgueses rusos no podían consentir eso, porque sus poder y su
dinero perdería su efectividad.
Estimados
compañeros, espero que estas letras sirvan para la reflexión común
de la izquierda internacional, mundial, porque el modo de producción
capitalista está acabado, las conjeturas de Rifkin, otro analista
que mira al sistema en su conjunto tratando de encontrar una
alternativa, adolece de la visión del político y se paraliza ante
el cambio social, porque se siente superado, que es, en cierto modo,
lo que le ha sucedido a Varoufakis, obligandole a reaccionar porque
quiso asumir el compromiso de mejorar a los griegos, a los que unió
su quehacer político, comprendiendo que la solución estriba en
salir del ámbito nacional, creando un partido internacional, aunque,
aún creyendo que es posible la discusión con la clase burguesa,
socialmente, enemigos históricos.
La
historia nos ha colocado en el momento en el que el sistema
capitalista y su modo de producción, creador de valor ha llegado al
límite, y trascenderlo es el reto que tenemos ante nosotros los
marxistas que aceptamos el modo de análisis que el materialismo
histórico nos muestra, por eso, a vosotros y a los firmantes del
plan B os propongo el proyecto con el que comencé estas letras:
tratar de conseguir que los parlamentarios de izquierdas presentes en
los parlamentos nacionales y en el Parlamento Europeo apoyen el día
9 de noviembre (día en el Karl Liebknecht proclamó la República
Soviética) como día europeo de conmemoración de los militantes
sociales asesinados – caídos, si os resulta menos hiriente – en
defensa de sus ideales, sabedores que este paso nos obliga a buscar
la alternativa a la Unión Europea, que es la Europa de los mercados,
porque albergar la ilusión de poder discutir “volver a negociar
completamente los tratados europeos” que pretenden los
firmantes del plan B es un desvarío, pero si la Troika aceptara,
significaría que estaría vencida, y entonces, sería una traición.
Recuperar
Europa para el socialismo alternativo construyendo la dirección
obrera, vanguardia de la sociedad europea es una tarea sensata.
Construir Europa como un único Estado contra la Unión Europea,
contra el Estado del capital financiero internacional es lo razonable
porque ellos se aferran a sus tratados, porque vosotros
parlamentarios de izquierdas, los aceptáis sin proponer otros
tratados, otra economía, y eso reafirma a la Troika en su
convicción, mientras debilita la vuestra.
Sed
capaces de reclamar los 8 billones de dólares, ocultos en los
paraísos fiscales, como multa histórica al capitalismo por eludir
sus obligaciones fiscales, que es una propuesta de poder, y veréis
como las condiciones cambian. Explicarles a los trabajadores sin
empleo, a los desahuciados, a los enfermos desatendidos como se ha
generado esa montaña de dinero, como los gobiernos son cómplices de
la elusión fiscal de los poderosos y entonces empezarán a cambiar
las ideas.
Decidles
a los trabajadores que el despliegue militar de la OTAN en Europa
está dirigido a prevenir la revolución y que cercar a Rusia va
contra los trabajadores y ciudadanos rusos que si están apercibidos
de haber creado la riqueza que disfrutan sus oligarcas, de modo que
si se hiciera así, el debate ideológico pondría a cada uno en el
lugar adecuado y las cosas empezarían a cambiar.
Sinceramente
espero un debate abierto leal y honesto sobre nuestras posibilidades,
en tanto que militantes de izquierdas y de vosotros, compañeros de
Socialismo 21, espero vuestra opinión sobre lo que en este apunte
digo.
jmrmesas
diecisiete
de febrero de dos mil dieciséis