viernes, 21 de marzo de 2014

TOCAR LAS FRONTERAS







 TOCAR LAS FRONTERAS

SEÑAL INEQUÍVOCA DE UN SISTEMA QUE SE ACABA

Toda la actividad política de contestación a los planes de los mercados, que Rajoy se apresura a traducir en una batería incansable de más y más recortes, se está dando, y está capitaneada en gran medida por las diferentes mareas ciudadanas, por plataformas y movimientos sociales, cuya característica más notable es la de contar con la ausencia de los PARTIDOS POLITICOS Y SINDICATOS DE LA IZQUIERDA, y aunque en esas movilizaciones hay muchos sindicalistas y militantes de organizaciones obreras, la señal más elocuente es la incapacidad de esas organizaciones de clase para dar respuesta a los ataques del capital financiero mundial, en cualquiera de los terrenos, sea esta la organización de la lucha, nacional o internacional, o sea esta la defensa política de las reivindicaciones que la calle exige y pelea, y mucho menos aún, una explicación teórica, ¿No es esta la muestra más evidente que dentro del esquema del sistema no hay solución a las reivindicaciones demandadas, ni siquiera desde las organizaciones que deberían ofrecerlas? ¿No es esta la señal de la decrepitud de un modo de producción convertido en un monstruo de generar dinero? Sin embargo, estas organizaciones y partidos se conducen como si todo lo que está sucediendo fuera la cosa más natural del mundo, cuando lo que está sucediendo es que estamos bordeando los límites de la capacidad del sistema para integrar y deglutir esos movimientos ciudadanos, pues estos son el germen de un mundo nuevo, y lo dicho en relación a España, es extensible a otros países y continentes.

El sistema está agotado y es incapaz de generar condiciones para hacer que la vida en el planeta sea un desarrollo armonioso porque el acicate de la élite que, de hecho, gobierna el mundo, ese entramado de empresas transnacionales, en cuyo núcleo duro están todos los grandes bancos del mundo, es el beneficio, el lucro, como medio de control de la sociedad, empobreciéndola a límites absurdos, que a su vez, socavan la propia capacidad de control, generando conflictos que empiezan a ser cada vez más difíciles de controlar.

Esta percepción sobre el sistema que hace funcionar al mundo, no es una percepción personal, que si lo fuese, sería completamente irrelevante, sino que esta percepción es compartida por personas y entidades de más enjundia que este que escribe, pues un estudio financiado por la agencia espacial de Estados Unidos -la NASA- sitúa la fecha para alguna decena de años, y sería interesante conocer el estudio y como han llegado a las conclusiones que resume la noticia, pero puede decirse que la caducidad de los sistemas tienen un factor común que es la encarnizada oposición de las élites a pagar impuestos, y no porque el pago de tributos pueda mermar sus riquezas sino porque el pago de tributos haría mucho más difícil el control de la sociedad, y esto es lo que causa terror en las élites, su perdida de control sobre la marcha del mundo, que hasta como quien dice ayer, ha sido su tarea, a lo largo de los siglos, pues solo en los albores del siglo xx, que empezó a arraigar el concepto de democracia, en términos populares, el gobierno ha sido cosa de élites, y aún hoy, la democracia es un concepto muy limitado, algo formal, restringido a los procesos electorales, pero fuera de eso, carente de contenido real, pues la ciudadanía es tratada con desprecio y negligencia, porque no se educa a las personas para que se aperciban de la importancia que encierra el concepto, ya que la posibilidad de formar mayorías sólidas implica la posibilidad, para los ciudadanos de poder acceder, primero, a una cultura básica que le permita acceder a fuentes de información, a sus representantes, de forma que las instituciones se conviertan en herramientas de la ciudadanía y no en sus enemigos, que es como perciben los ciudadanos a las instituciones, pero lejos de entenderlo de este modo, las organizaciones se conducen pensando en cubrir los plazos electorales.

Las elecciones europeas del próximo 25 de mayo, en las que las organizaciones de izquierda tenían puestas alguna esperanza, están a punto de perder toda su importancia táctica, porque el 25 de mayo, el fascismo que asalto el parlamento en Ucrania ha llamado a los ciudadanos a votar a un gobierno puesto desde Washington y la izquierda aún no ha entendido, que lo sucedido en Kiev y Crimea es la cabeza de playa de un enfrentamiento que no se solucionará en unas semanas, sino que será el que marque el contenido del actual siglo xxi, ¿El comienzo de un enfrentamiento bélico?, aún es pronto para decidirlo, pero es la prueba de fuerzas de los contendientes con la que se empieza a buscar posiciones ventajosa antes de lanzar la ofensiva que abra las hostilidades, ¿Entre quienes?

Formalmente se entiende entre entre Estados Unidos y Rusia, pero esta primera impresión es la más evidente y la que los medios tratan de identificar, pero lo que subyace, en este enfrentamiento es algo que los medios presentan como marginal y sin relación con el fondo de la cuestión, porque cuando el asunto de las fronteras pasa de la atención de los medios, a implicar a los gobiernos, indica que los límites en los que se desarrollaba la escena se han vuelto insuficientes y dado que el asunto no se pretende ventilar en términos jurídicos en los organismos internacionales apropiados, todos los elementos concernidos toman posición, y así, el gobierno de Netanyahu amenaza con bombardear las instalaciones nucleares de Irán y ocupar la franja de Gaza, y el propio gobierno de Washington amenaza con intervenir en Venezuela, socapa de estar preocupado por los ¿Derechos humanos?, mientras plantea proveer de armas nucleares a los socios europeos alemanes, italianos, belgas, holandeses y turcos, ante el cariz de la situación entre Ucrania y Rusia.

El fondo de la cuestión, sin aparente relación con la disputa en torno a la cuestión de Crimea, está en la imposibilidad del superimperialismo euro-estadounidense de satisfacer sus aspiraciones de quedarse como único director del teatro del mundo, y ante la inminencia de una próxima crisis financiera, a la que el dólar no puede responder, Washington quiere camuflar el default, recurriendo al terreno militar, porque aquí, la burguesía tiene experiencia en el manejo bélico y puede disimular su perdida de liderazgo industrial y financiero, y dado que tras este liderazgo está identificado el modo de producción mercantil, lo que se ventila entre Estados Unidos y Rusia, ni siquiera es un nuevo reparto del mundo, es una nueva concepción del mundo y de la civilización, aún cuando los propios actores no lo tengan muy claro.

LAS MOVILIZACIONES Y EL PARTIDO

Si algo ha quedado claro en el asalto al parlamento de Ucrania ha sido el papel de la importancia de una dirección organizada, pues seguro, seguro, que en esa movilización había militantes de izquierdas, pero a diferencia de los fascistas, ni contaban con medios ni con la organización necesaria para haberla dotado de los objetivos y metas para perseguir que los oligarcas devolvieran las propiedades robadas a la sociedad, y esa lección de lo que significa y representa, en las movilizaciones de clase, un partido revolucionario, es el principal déficit de las movilizaciones ciudadanas. En Grecia los dos partidos que simbolizan los intereses que se ventilan actualmente en el mundo lo representan, por la izquierda, Syriza, y por el capitalismo, por la derecha, los fascistas de Aurora Dorada, pero esa polarización tan neta no se está dando más que en las sociedades donde la burguesía o la burocracia -los oligarcas burócratas convertidos en propietarios burgueses- porque todavía nadie plantea el problema de fondo de nuestra sociedad actual, y este problema de fondo radica en la imposibilidad de funcionar en unas sociedades en las que el empleo se reduce porque cada vez el progreso automatiza la producción, se recortan los salarios, se endeudan las familias y se endeuda el Estado porque los banqueros, grandes empresarios y grandes terratenientes no quieren pagar impuestos.

Los partidos y sindicatos obreros, prisioneros del discurso del capitalismo de que hay que trabajar más y cobrar menos tienen miedo de plantear que hay que revisar ese discurso porque en realidad, los banqueros, empresarios y terratenientes son los que no cesan de expropiar a la ciudadanía, y los partidos y sindicatos tienen miedo de que les acusen de querer expropiar a los capitalistas, cuando ellos, los capitalistas son los expropiadores, pero a ese discurso hay que atajarle por su base, pues no se está planteando ahora, eso, ahora lo que se está planteando, y hay que ser claros en este sentido, es que el nivel de las deudas es inaceptables, los banqueros y grandes capitalistas tienen que pagar impuestos en proporción a sus fortunas personales y empresariales. Hay que salir al paso del discurso nacionalista, porque el nacionalismo es el discurso del fascismo y de la pequeña burguesía, y dejando claro que el sentimiento nacional no está en discusión, sin embargo, su utilización por el fascismo y la pequeña burguesía esconde la necesidad del gran capital de agitarlo constantemente como eficaz medio de división entre los pueblos, y eso es una demostración que estamos viviendo, porque la agitación del capital financiero está persiguiendo objetivos belicistas para tapar la miseria del capitalismo realmente existente.

La división nacional de la producción es la mejor baza del cosmopolitismo de los mercados, mientras que encarece el coste de la vida de los pueblos del mundo, en todos los terrenos. El desarrollo desigual y combinado de las fuerzas productivas es producto del siglo xix porque, prácticamente desde la SGM, el mercado es global, los procesos de producción, intercambiables, los laboratorios científicos y tecnológicos están llenos de un muestrario multicultural de investigadores de diferentes nacionalidades -el capital financiero se apropia de las patentes-, pero sería imposible la concentración de riqueza si la infraestructura del mundo capitalizada por el uno por ciento no estuviese sólidamente homogeneizada, por eso, aun siendo muy positivo la movilización de la sociedad por las plataformas de luchas y mareas ciudadanas, la ausencia, en ellas, de partidos y sindicatos obreros revela la pobreza y la miseria teórica de las organizaciones, pues no saldremos del pozo, mientras la izquierda no plantee con claridad que mundo queremos contruir, en la que Europa tiene que ser el ariete, la punta de lanza de ese movimiento, eso sera el comienzo de lo que se quiere construir, con que criterios y con que apoyos, y el uno por ciento no estará entre esos apoyos, porque ellos preparan la guerra, y para eso se necesita un partido revolucionario, se necesita una quinta internacional. Solo con esta lucha se fortalecerá la izquierda, que no es congénitamente débil, se ha debilitado porque abandonó sus principios de transformación del mundo, y solo recuperando estos principios, se hará fuerte.

jmrmesas

veintiuno de marzo de dos mil catorce







sábado, 15 de marzo de 2014

LA SUCURSALIZACIÓN DE EUROPA






LA SUCURSAL EN PRIMERA LINEA

PISOTEANDO LAS BASES DE LA DEMOCRACIA

Cuando la URSS se desmoronó no fue por el cerco que el capital financiero impuso al Estado soviético, aunque las dificultades causadas no dejaron de ser un obstáculo muy agobiante, sino que ese obstáculo se unió a una situación interna que era ya insostenible porque todas las contradicciones internas de la sociedad soviética eran inaplazables y habían terminado por romper el aislamiento con el que la burocracia se había protegido al querer escudarse tras el partido, como si el partido -PCUS- fuese un blindaje que les mantuviera a cubierto mientras los burócratas iniciaban la oligarquización de sus patrimonios personales, sin comprender que dentro del partido había una mezcla efervescente que reproducía a la propia sociedad entre elementos honestos y elementos descontentos porque el proceso de oligarquización no podía dar para todos, y eso fue lo que destapó Gorvachov con la perestroika.

La sociedad rusa, en gran parte está de acuerdo con los principios por los combatieron sus mayores en la revolución de 1917, aunque son críticos porque no se respetaron aquellos, y si cuando la efervescencia destapada por la perestroika hubiese sido capitaneada por una fracción en el partido y esta hubiese luchado por los principios que constituyeron la sociedad soviética, las cosas hubiesen sido muy diferentes, en principio porque los burócratas enriquecidos se hubiesen quedado sin base en donde apoyarse, pero las libertades políticas recién adquiridas solo sirvió para que esos burocratas gestionasen sus patrimonios personales a la vista de todos, degenerando en un proceso de divisiones territoriales y administrativas, en la que cada fracción nacional del PCUS se hizo fuerte en su territorio, porque la burocracia, con una práctica en la administración y una consciencia sobre los intereses robados a la sociedad soviética, canalizó las contradicciones sociales hacia el nacionalismo, mientras que la sociedad carecía de información y organizaciones para defender las conquistas sociales.

Estos procesos fueron percibidos por el capitalismo como un potencial disolvente que podría contribuir a terminar por fragmentar a la recién formada Comunidad de Estados Independientes. Fueron el origen del diseño de los planes de la burguesía del complejo militar-industrial para dividir Rusia en tres Estados, según Zbigniew Brzezinski, y de este modo, asegurar que Estados Unidos quedaría como única superpotencia, garante del Superimperialismo, de la conjunción de empresas euro-estadounidense, pero los procesos de cambios que tenían lugar en los países de la Europa del este y Rusia, también empezaban a agitar las consciencias en el resto del mundo porque estamos inmersos en momento en el que todas las estructuras que hacen funcionar al mundo necesitan ser reinventadas a tenor del explosivo crecimiento de las fuerzas productivas, cuando los avances, descubrimientos y nuevas adquisiciones tecnológicas no se cuentan en meses, sino en semanas, y a veces, en días, porque estos avances tienen su traducción en la economía, y mientras los economistas lo traducen en balances contables, la realidad socio política traduce estos avances y adquisiciones en relaciones de producción que tienen su correspondencia en relaciones de dominio, relaciones de la clase dominante sobre el resto de la sociedad y que se expresan en esa concentración de poder y riqueza que informes como el de la universidad de Zurich o instituciones como OXFAN, se encargan de mostrarlos de forma incontestables y ante los cuales, las organizaciones de izquierdas como los sindicatos, los partidos y los intelectuales apesebrados, se esfuerzan en ignorar creyendo, que al ignorarlos detienen su inexorable poder de socavar los cimientos sobre los que se asienta la sociedad actual, rigiéndose por normas y prácticas que perdieron su utilidad hace muchos, muchos años, pero que siguen siendo útiles, solo a una minoría, cada vez, más y más privilegiada.

Cuando los avances científicos y tecnológicos toman esta aceleración tienen su influencia en los acontecimientos sociales y políticos, y así, mientras Marx, en todos sus escritos alude, casi de continuo a las fuerzas productivas, hoy, cuando esos avances nos muestran, como cosa habitual la producción de medios de producción, en el que la mano de obra es cada vez menor y más y más cualificada, ni los intelectuales ni los economistas ni los políticos se esfuerzan en hacer pedagogía para la sociedad demostrando, o cuando menos, intentando demostrar cómo va a afectar a las condiciones de vida de las personas, los avances científicos y la incorporación de la tecnología a la producción, pero esta claro que, en las condiciones actuales, esos avances tienen un coste negativo para la población porque esos avances se traducen en unas condiciones sociopolíticas que generan un crecimiento de la violencia institucional, porque es imposible que las élites sean cada vez más ricas y poderosas sin incrementar la presión de las instituciones sobre los ciudadanos, porque las empresas, los banqueros, lo que eufemísticamente se ha dado en denominar, los mercados, para quitar hierro a las palabras cargadas de contenido ideológico -burguesía, proletariado, capitalismo, obreros, lucha, poder, etc.,- fácilmente identificables y ante las que el sujeto se identifica de inmediato en un determinado lugar, los ideólogos de capitalismo las han sustituido, y a continuación, la izquierda las ha copiado para no perder la sintonía, pero los acontecimientos demuestran sin la menor duda los lineamientos sociales y políticos de los enfrentamientos, y así, en la situación abierta en Ucrania, una parte de los activistas, los más dispuestos, se identifican con el fascismo, nuevo, aludiendo a las simpatías por los fascistas griegos de Aurora Dorada, y otros, por el nazismo hitlerista, aunque corregido y depurado, a decir de uno de los nuevos ministros del nuevo gobierno ucraniano, por eso decía que las instituciones democráticas, están cada vez más alejadas de los ciudadanos e incrementan la presión sobre la mayoría, que es la más débil, porque va en ello el dominio de las élites de la burguesía del capital financiero.

Ese coste negativo que tiene para la población, los avances científicos y las adquisiciones tecnológicas es lo que dispara las contradicciones sociales, generando tensión, porque son percibidas como extrema desigualdad e injusticia entre el crecimiento de poder y riqueza de las élites y la cotidianidad angustiosa de la vida de las personas corrientes, que en medio de tan notables avances científicos, a veces, un padre, un ser querido muere porque, para él, esos avances no llegaron porque no tenía dinero para la operación, el trasplante, el tratamiento, y esto, en nuestros días, es extensible al conjunto de las sociedades avanzadas, en unas más que en otras, pero, a fin de cuentas, en todas las sociedades, estos casos, se producen.

En esta situación estamos, cuando el anodino día a día, se ha disparado con un estado fallido, en una somalia en el corazón de Europa, ¿Y por qué?

Casi veinticinco años después del hundimiento de la URSS, el sistema, que tiene sus normas, se encuentra constreñido porque una de esas normas, y no menor, esta a punto de colapsar. Este colapso estaría relacionado a la circulación de mercancías, y para que estas circulen, el lubricante necesario es un sistema monetario fiable, y este es cuestionado por los socios de Estados Unidos, porque el dólar, que es la moneda de referencia, en el comercio mundial carece del respaldo necesario para seguir ostentando esta función, primero, porque dejó de ser el primer país cuya potencia industrial, era indiscutible, ese lugar lo ha ocupado un competidor, cuyos orígenes sociales son muy poco fiables, a ojos del superimperialismo, como es China; segundo, porque su enorme deuda, unida al conjunto de naciones deudoras, convierte al mercado internacional en un compromiso, cada vez más cuestionable; al estar todos los países tan endeudados, el consumo de los países, ha caído velozmente; tercero, la propia estabilidad de la moneda ha sido cuestionada desde varios frentes, por el euro, digamos, sin ánimo de hacer sangre, pero la realidad es que el dólar lo experimentó como amenazante porque algún país exportador de petróleo amagó con hacer del euro, la valoración de sus exportaciones; cuarto, porque desde sus entrañas, las monedas virtuales tienen un papel, cada vez más amplio, dentro y fuera de Estados Unidos; quinto, porque China demanda que su moneda sea otra de las monedas convertibles; sexto, porque Rusia, en vez de monedas convertible ha diversificado sus reservas adquiriendo oro, y todo esto, ha inquietado profundamente a los republicanos que empujan a Obama a una política aventurera, porque lo que Estados Unidos no puede tolerar es que una nueva quiebra financiera vuelva a dejar al dólar sin posibilidad de responder, y eso es precisamente lo que estamos experimentando: la agonía del sistema monetario internacional, simbolizado por el dólar, y esta posibilidad hace retumbar los tambores de guerra.

Esta es la situación que ha hecho que Estados Unidos pise a fondo el acelerador calentando la olla de Ucrania y Venezuela, porque el sistema no tiene respuesta para las contradicciones desatadas por el crecimiento de las fuerzas productivas, que ha dejado obsoleto las instituciones y los acuerdos que nos han traído al siglo xxi, aun cuando haya tenido que pisotear su sionismo proisraelí, apoyando a los nazis ucranianos, la cacareada independencia de las naciones, metiéndose de lleno en Ucrania, impartiendo consignas y alentando a derribar un gobierno, legalmente constituido, por muy desagradable que nos pudiera parecer.

Estados Unidos ha violado las elementales normas internacionales, sin ningún recato, haciéndolo en el corazón de Europa, escenario de dos guerras mundiales, porque sabe que cualquier respuesta al sistema, saldrá de aquí, del continente que alumbró el capitalismo y que tiene que enterrarlo, por eso, la violación de esas normas internacionales de la diplomacia, ha sido percibida por Die linke como algo inaceptable, y aunque llame al dialogo de las partes, su percepción no deja de ser de peligro que es necesario atajar.

De igual modo, la izquierda, en Francia, capta el peligro, aunque su ministro de exteriores, Laurent Fabius, como tradicionalmente corresponde a la socialdemocracia, contemporiza con el fascismo ucraniano considerando que ese partido -Svoboda, Pravi Sektor- está algo más a la derecha que otros partidos, cuando es la reencarnación del nazismo hitlerista, por eso, la izquierda de Europa no puede permanecer impasible, porque cada silencio, cada inacción es un paso que se avanza hacia la confrontación militar del conflicto; que Estados Unidos tire de sus reservas estratégicas de petróleo y Rusia haga maniobras militares en el Ártico, se pinte con los tonos más suaves que se quiera, son señales inequívocas de la imposibilidad de dar marcha atrás y evitarlo significa que las organizaciones sanas de la izquierda del mundo, pero sobre todo, la izquierda sana de Europa, que aún se puede sacudir el bozal que los mercados quieren que muerda, significa movilizar a los trabajadores, a la sociedad, reivindicando contra los recortes y denunciando la política vendida de la Unión Europea, en la que sus representantes -Ashton, Steinmeier- no tienen ningún pudor en alentar el fascismo, porque ellos son los reales representantes del capital financiero mundial, aunque se pongan los ropajes de demócratas. Significa denunciar como yats, Arseni Yatseniuk va a sacar las reservas de oro del Banco Nacional de Ucrania para guardarlas en la Reserva Federal de Estados Unidos, es decir, los fascistas ucranianos van a convertir a Ucrania en una colonia bananera, y todo esto hecho, sin el respaldo de los ciudadanos europeos, que no comparten los criterios de sus gobiernos respectivos, pero aún más, sin el respaldo de los ciudadanos de Estados Unidos, que tampoco respaldan la política pentagoniana de Obama, por eso, la movilización de la ciudadanía europea tiene que estar en el centro de la actividad política de la izquierda sana de Europa y del mundo, porque los juegos de guerra los pagaremos muy caro.

jmrmesas


quince de marzo de dos mil catorce  





miércoles, 5 de marzo de 2014

¿CEDER PODER A BRUSELAS?





CEDER PODER A BRUSELAS: JAMAS

ESTADOS UNIDOS DE EUROPA

SIN DISCURSO POLITICO NO HAY UTOPIAS

Muy mala apreciación tiene Izquierda Abierta sobre el problema de Ucrania, cuando el más cualificado de sus dirigentes, Gaspar Llamazares, preguntado por el presentador del programa de “al rojo vivo” sobre Ucrania comienza criticando la anexión de Crimea, en vez de hacer pedagogía denunciando todo el complot de Estados Unidos desde 1991, para abrir una brecha en el territorio de Rusia. Nada que decir de los cinco mil millones de dólares que Estados Unidos ha invertido en favorecer, alentar y comprar voluntades, para atizar un clima de inestabilidad en el corazón de Europa, y que así se le escapó a la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland en su conversación con el embajador en Kiev Geoffrey Pyatt porque eso beneficiaría las opciones del capital financiero internacional, a cuya cabeza se encuentra Obama; se trataba de calentar el ambiente y forzar a elementos ucranianos, ya de acuerdo, subir el nivel de las protestas, incluso con francotiradores pagados que se dedicaron a disparar a manifestantes y policias para evitar que se enfriara el clima del asalto al poder, pero Llamazares no está solo en esta percepción sobre Ucrania, otro destacado político e intelectual socialdemócrata Josep Borrell también tiene una visión distorsionada sobre el mismo tema, cuando saluda a los manifestantes en su búsqueda de esa quintaesencia de la Europa de la separación de poderes, que no es más que una patraña, mientras calla sobre las maniobras en España de los poderes del Estado para no hacer sangre en los casos de corrupción.

Extraña que personas tan instruidas e informadas cuiden con exquisito tacto la corrección política, descuidando la criminal actitud de Departamento de Estado en financiar comportamientos tan antidemocráticos, sin gastar ni una palabra en condenar tales comportamientos, siquiera fuese por cuidar las formas.

El desmoronamiento de la URSS, deshecha por las contradicciones que se agrandaban entre la sociedad y su nomenclatura, la burocracia estalinista, cuyos oligarcas no son otros que los que se han quedado, han robado la propiedad socializada de los pueblos de Europa oriental y de Rusia, y que ahora son dueños de complejos industriales, fue la oportunidad que Estados Unidos aprovechó para tratar de proyectar su poder de valedor del capital financiero internacional en todo el mundo, desde ese momento, su maquinaria urdidora para desestabilizar la política de los Estados que consideraban afines a sus intereses, comenzó a inyectar dinero, en el más importante, y vulnerable de ellos, y a lo largo de estos, casi veinticinco años, empieza a recoger los frutos, sembrados de su cizaña, adobados por el latrocinio de los burócratas, convertidos en respetables oligarcas.

Yats, apelativo con el que la portavoz del Departamento de Estado distingue a uno de sus socios marionetas ucranianos, debe saber algo sobre el vaciamiento del banco nacional de Ucrania, porque él, Arseny Yatsenyuk fue, entre otros cargos, ministro de economía y primer vicepresidente del banco nacional, y consecuentemente ha de conocer como y por qué, la caja se ha quedado sin un céntimo, pero, probablemente, eso será secreto del sumario, porque ese expediente debe de tener muchas fichas de amigos y enemigos, y no se puede tirar de un hilo sin que tras el vayan apareciendo una ristra indiscriminada, claro que, estos son conjeturas que me imagino.

Hace unos días leía que cierto empresario, del que no encuentro el enlace correspondiente, proponía la necesidad de ceder más poder a Bruselas, y mirando en los buscadores se puede ver las oscilaciones de Merkel, que según en que casos se define por la cesión, como por la negativa a tal objetivo, porque el problema capital reside no tanto en la cesión de poderes a Bruselas, como en las consecuencias que una política conjunta, tendría sobre la ciudadanía europea, porque si algo queda claro en Europa, es que existen varias Europa, y lo que queda claro para la burguesía europea es que un gobierno común, responsable ante un parlamento, sería el final de su dominio, porque quien de verdad necesita el nacionalismo es la burguesía, que de ese modo puede mantener dividido a la ciudadanía europea, por eso, ante la próximas elecciones europeas de mayo, todas las fuerzas políticas ajustan y ponen a punto su maquinaria para conseguir el mayor número de diputados posibles.

EL EJEMPLO AMERICANO

Cómo es que un país formado por europeos de aluvión, como es el caso de los Estados Unidos de América del norte, que ni siquiera tiene lengua oficial -el inglés es el idioma mayoritario, pero Estados Unidos no tiene lengua oficial(1), como tampoco la tiene Méjico, en el que el español es la lengua mayoritaria- se ha convertido en el país más importante del mundo, sirviendo de contrapunto a la ideología que concitó la esperanza liberadora de los pobres de la Tierra en la revolución rusa de 1917; una mirada por la toponimia de Estados Unidos encontrará nombres alemanes, polacos, franceses, rusos, ingleses y por supuesto, españoles, y como no podía ser de otro modo, en un país de emigrantes hay asiáticos, africanos pero no hay norteamericanos porque estos, indios, fueron casi exterminados por los emigrantes europeos y sin embargo, todos los descendientes, con tan variados orígenes nacionales se reconocen estadounidenses sin enzarzarse en reivindicaciones nacionalistas, porque Estados Unidos es, no obstante, crisol de razas -pertenece al marketing político de su discurso- en el norte, en el Estado de Idaho se encuentran dos localidades, por poner un ejemplo; una con un nombre de sonoridades españolas, Orofino, en estas coordenadas 46º28´45,69´´N / 116º15´18,28´´W y aproximadamente a unos 70 kilometros, en línea recta, otro, de orígenes más fríos, Moscú, en estas otras coordenadas 46º43´56,50´´N / 116º 59´ 59,07´´W, por cierto que Google Earth, en el buscador, a teclear Moscú exhibe una ristra de nombres, en el que no está el de Estados Unidos, haz de insistir para que aparezca, y ¿A qué viene esto?, pues viene a cuento de que desde sus inicios, Estados Unidos ha cuidado su discurso político referente a sus orígenes presentándose como tierra de promisión, tierra de oportunidades, crisol de razas, un lugar donde todos son iguales ante la ley, donde los valores constitucionales están por encima de personalismo o partidismos, se respetan los derechos humanos, se defiende al débil y se hace el bien, todo ello, simbolizado en su bandera su himno, sus tradiciones; este discurso es puro marketing, pero lo cuidan porque es garantía de estabilidad y sin embargo, ese discurso que les da tan buen resultado, es tan falso como su moneda.

Si esto fue posible hacerlo en América, ¿Por qué no se puede hacer en Europa?

Los seres humanos heredamos, por hacer una analogía con la genética, las ideas, credos, costumbres, filias y fobias, somos sociables, gregarios, formamos clanes, tribus, pueblos, naciones, equipos y eso hace que elaboremos tradiciones y culturas, eso nos impulsa a salir fuera de nuestros horizontes, por eso nos aventuramos en océanos desconocidos, descubrimos nuevos mundos, creamos nuevas naciones, y ahora, nos aventuramos a explorar las estrellas. Las ideas y credos heredados las asumimos sin cuestionarlas, sin plantearnos que hay de bueno o desechable en la tradiciones y la cultura heredada, y resulta que en esas culturas se cimentan, no pocas veces, en la lucha por defender la propiedad que garantizaba la existencia, el derecho a vivir; podría decirse, con un escaso margen de error que la cultura popular esta hecha al amparo de la escased, de la necesidad, de la carencia, y en un continente como el Viejo Mundo, superpoblado, los más fuertes establecían sus fronteras, sus límites que garantizaban su existencia, es decir, el miedo, el mito, la fábula dan el fondo del discurso nacional, de los discursos nacionales, en los que se glorifica la pureza de la sangre, pero las investigaciones en el campo de la genética demuestran que el ser humano tiene algo más de un minúsculo uno por ciento de diferencia, es decir, hay casi un noventa y nueve por cientos de la carga genética de los seres humanos, que es común, añadiéndose además, el enorme intercambio genético causado por la migraciones, y sin embargo, apoyándose en algo tan débil como la pureza de la raza, el fascismo cosecha seguidores, cuya única finalidad es defender privilegios. Estos son los mimbres con los que se tejen los odios, que la Unión Europea y Estados Unidos atizan con dineros y promesas para los poderosos ex burócratas reconvertidos en oligarcas, y todo esto tiene un fondo de autentica indignación popular: el odio a la feroz desigualdad, en la que los reconvertidos oligarcas gozaban en hacer patente exhibiendo lujo y confort, en medio de privaciones, por eso creo, que la izquierda europea, de la Unión Europea debe manifestar su rechazo y condena de la burocracia ex comunista, nunca lo fueron, pero deben de denunciar los métodos empleados por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, para atizar los conflictos.

LAS PRÓXIMAS ELECCIONES EUROPEAS DE MAYO

Parecería que la disputa a presidir la Comisión Europea, tras las elecciones se ventilaría entre el candidato de los socialdemócratas Martin Schulz y Alexis Tsipras, por el candidato de la izquierda radical, pero no hay que desestimar que pueda haber un tercero en discordia con candidato de la extrema derecha, ya que los acontecimientos de los últimos días tienen un cariz favorable para la derecha, sobre todo ante la falta de definición de la izquierda en toda Europa, que elude abordar el tema Ucrania creyendo, que al no mencionarlo no le va a salpicar, pero eso es un tremendo error, porque que la ciudadanía tiende a pensar que las elecciones no van a resolver nada y los candidatos, al no definirse, lo confirman ya que en un momento como el presente, en lo que todo está en juego, la indefinición, y sobre todo, la ausencia de cualquier tipo de discurso político no hace más que confirmar el caldo de cultivo en el que pesca el fascismo. La muestra más evidente ha sido la bajada del listón que Izquierda Unida ha hecho tras solucionar el problema de la candidatura; de lanzar el desafío de prometer un candidato -Alberto Garzón- que encabezaría una campaña por una revolución democrática y social, ha pasado a presentarnos el candidato de siempre, silenciando cualquier alusión a la mencionada revolución democrática y social, y ese conservadurismo dictado por la numerología electoral, choca con las aspiraciones, esperanzas y necesidades sociales, que necesitan un discurso político que señale e identifique la necesidad de un cambio social, o no era eso lo que se quería decir al proponer al primer candidato para promover una revolución democrática y social, por que si era eso, la revolución democrática y social debe ser asumida por el actual nominado, y eso exige definir el contenido de esa revolución, que dado el momento y la situación, invariablemente toma el cariz de una revolución europea, o acaso el asalto al poder, en Ucrania, por el fascismo financiado por Estados Unidos y la Unión Europea no nos coloca a las puertas de una guerra mundial, ¿Debería la izquierda, como en la primera guerra mundial, colocarse al lado de sus gobiernos y votar los créditos de guerra, o avisada por la experiencia histórica hacer sus propias propuestas? La izquierda europea, sea esta pacífica, socialista, radical o de cualquier cariz debe definirse sobre el contenido que quiere para Europa, que hasta ahora ha sido definida por la burguesía y corregida por los mercados, y la opción de los ESTADOS UNIDOS DE EUROPA es la oportunidad de llenarla de contenido para darle poder a la ciudadanía, y el primer paso es arrebatar los instrumentos que el capital financiero tiene, luchando por erradicar los paraísos fiscales, contra el endeudamiento de los Estados entregándoles a los banqueros las riquezas de los países, luchando contra el empobrecimiento de la ciudadanía, y zarandeando a los sindicatos de su acojonamiento ante los mercados. Esta es la opción correcta, la buena; en palabras que no son mías, pero que puedo suscribir, esto es lo que hay que hacer, dicho por alguien que sí tiene estudios específicos sobre el asunto. Por otra parte, la necesaria reducción del sector financiero y la eliminación de su actividad especulativa requieren un aumento de las rentas del trabajo a costa de la reducción de las rentas del capital, así como una eliminación y reversión de las privatizaciones del Estado del Bienestar. Que la solución pasa por estas políticas alternativas es fácil de mostrar. Lo que ocurre es que el poder del capital es enorme, la democracia –por lo tanto– es muy deficitaria, y la situación no se resuelve. Así de claro. Aunque todo esto, usted lector, no lo leerá o verá en los mayores medios de difusión.

No es posible que la izquierda quiera ser creíble con ambos bandos, si cae bien a los mercados, traiciona a sus bases, y si cae bien a sus bases es que combate a los mercados pues ambos términos son incompatibles, y los 147 no son una invención, no paran de aconsejar recortes, porque son ellos o nosotros.

jmrmesas

cinco de marzo de dos mil catorce