TOCAR LAS FRONTERAS
SEÑAL INEQUÍVOCA DE UN SISTEMA QUE SE ACABA
Toda la actividad política de contestación a los planes de los
mercados, que Rajoy se apresura a traducir en una batería
incansable de más y más recortes, se está dando, y está
capitaneada en gran medida por las diferentes mareas ciudadanas,
por plataformas y movimientos sociales, cuya característica
más notable es la de contar con la ausencia de los PARTIDOS
POLITICOS Y SINDICATOS DE LA IZQUIERDA, y aunque en esas
movilizaciones hay muchos sindicalistas y militantes de
organizaciones obreras, la señal más elocuente es la incapacidad de
esas organizaciones de clase para dar respuesta a los ataques del
capital financiero mundial, en cualquiera de los terrenos, sea esta
la organización de la lucha, nacional o internacional, o sea esta la
defensa política de las reivindicaciones que la calle exige y pelea,
y mucho menos aún, una explicación teórica, ¿No es esta la
muestra más evidente que dentro del esquema del sistema no hay
solución a las reivindicaciones demandadas, ni siquiera desde
las organizaciones que deberían ofrecerlas? ¿No es
esta la señal de la decrepitud de un modo de producción convertido
en un monstruo de generar dinero? Sin embargo, estas
organizaciones y partidos se conducen como si todo lo que está
sucediendo fuera la cosa más natural del mundo, cuando lo que
está sucediendo es que estamos bordeando los límites de la
capacidad del sistema para integrar y deglutir esos movimientos
ciudadanos, pues estos son el germen de un mundo nuevo, y lo
dicho en relación a España, es extensible a otros países y
continentes.
El sistema está agotado y es incapaz de generar condiciones para
hacer que la vida en el planeta sea un desarrollo armonioso porque el
acicate de la élite que, de hecho, gobierna el mundo, ese entramado
de empresas transnacionales, en cuyo núcleo duro están todos los
grandes bancos del mundo, es el beneficio, el lucro, como medio de
control de la sociedad, empobreciéndola a límites absurdos, que
a su vez, socavan la propia capacidad de control, generando
conflictos que empiezan a ser cada vez más difíciles de controlar.
Esta percepción sobre el sistema que hace funcionar al mundo, no es
una percepción personal, que si lo fuese, sería completamente
irrelevante, sino que esta percepción es compartida por personas y
entidades de más enjundia que este que escribe, pues un estudio
financiado por la agencia espacial de Estados Unidos -la NASA-
sitúa la fecha para alguna decena de años, y sería interesante
conocer el estudio y como han llegado a las conclusiones que resume
la noticia, pero puede decirse que la caducidad de los sistemas
tienen un factor común que es la encarnizada oposición de las
élites a pagar impuestos, y no porque el pago de tributos pueda
mermar sus riquezas sino porque el pago de tributos haría mucho más
difícil el control de la sociedad, y esto es lo que causa
terror en las élites, su perdida de control sobre la marcha del
mundo, que hasta como quien dice ayer, ha sido su tarea, a lo largo
de los siglos, pues solo en los albores del siglo xx, que empezó a
arraigar el concepto de democracia, en términos populares, el
gobierno ha sido cosa de élites, y aún hoy, la democracia es un
concepto muy limitado, algo formal, restringido a los procesos
electorales, pero fuera de eso, carente de contenido real, pues
la ciudadanía es tratada con desprecio y negligencia, porque no se
educa a las personas para que se aperciban de la importancia que
encierra el concepto, ya que la posibilidad de formar mayorías
sólidas implica la posibilidad, para los ciudadanos de poder
acceder, primero, a una cultura básica que le permita acceder a
fuentes de información, a sus representantes, de forma que las
instituciones se conviertan en herramientas de la ciudadanía y no en
sus enemigos, que es como perciben los ciudadanos a las
instituciones, pero lejos de entenderlo de este modo, las
organizaciones se conducen pensando en cubrir los plazos electorales.
Las elecciones europeas del próximo 25 de mayo, en las que las
organizaciones de izquierda tenían puestas alguna esperanza, están
a punto de perder toda su importancia táctica, porque el 25 de mayo,
el fascismo que asalto el parlamento en Ucrania ha llamado a los
ciudadanos a votar a un gobierno puesto desde Washington y la
izquierda aún no ha entendido, que lo sucedido en Kiev y Crimea es
la cabeza de playa de un enfrentamiento que no se solucionará
en unas semanas, sino que será el que marque el contenido del
actual siglo xxi, ¿El comienzo de un enfrentamiento bélico?, aún
es pronto para decidirlo, pero es la prueba de fuerzas de los
contendientes con la que se empieza a buscar posiciones ventajosa
antes de lanzar la ofensiva que abra las hostilidades, ¿Entre
quienes?
Formalmente se entiende entre entre Estados Unidos y Rusia, pero esta
primera impresión es la más evidente y la que los medios tratan de
identificar, pero lo que subyace, en este enfrentamiento es algo que
los medios presentan como marginal y sin relación con el fondo de la
cuestión, porque cuando el asunto de las fronteras pasa de la
atención de los medios, a implicar a los gobiernos, indica que
los límites en los que se desarrollaba la escena se han vuelto
insuficientes y dado que el asunto no se pretende ventilar en
términos jurídicos en los organismos internacionales
apropiados, todos los elementos concernidos toman posición, y así,
el gobierno de Netanyahu amenaza con bombardear las instalaciones
nucleares de Irán y ocupar la franja de Gaza, y el propio gobierno
de Washington amenaza con intervenir en Venezuela, socapa de estar
preocupado por los ¿Derechos humanos?, mientras plantea proveer de
armas nucleares a los socios europeos alemanes, italianos, belgas,
holandeses y turcos, ante el cariz de la situación entre Ucrania y
Rusia.
El fondo de la cuestión, sin aparente relación con la disputa en
torno a la cuestión de Crimea, está en la imposibilidad del
superimperialismo euro-estadounidense de satisfacer sus aspiraciones
de quedarse como único director del teatro del mundo, y ante la
inminencia de una próxima crisis financiera, a la que el dólar
no puede responder, Washington quiere camuflar el default,
recurriendo al terreno militar, porque aquí, la burguesía tiene
experiencia en el manejo bélico y puede disimular su perdida de
liderazgo industrial y financiero, y dado que tras este liderazgo
está identificado el modo de producción mercantil, lo que se
ventila entre Estados Unidos y Rusia, ni siquiera es un nuevo reparto
del mundo, es una nueva concepción del mundo y de la
civilización, aún cuando los propios actores no lo
tengan muy claro.
LAS MOVILIZACIONES Y EL PARTIDO
Si algo ha quedado claro en el asalto al parlamento de Ucrania ha
sido el papel de la importancia de una dirección organizada, pues
seguro, seguro, que en esa movilización había militantes de
izquierdas, pero a diferencia de los fascistas, ni contaban con
medios ni con la organización necesaria para haberla dotado de los
objetivos y metas para perseguir que los oligarcas devolvieran las
propiedades robadas a la sociedad, y esa lección de lo que significa
y representa, en las movilizaciones de clase, un partido
revolucionario, es el principal déficit de las movilizaciones
ciudadanas. En Grecia los dos partidos que simbolizan los
intereses que se ventilan actualmente en el mundo lo representan, por
la izquierda, Syriza, y por el capitalismo, por la derecha, los
fascistas de Aurora Dorada, pero esa polarización tan neta no se
está dando más que en las sociedades donde la burguesía o la
burocracia -los oligarcas burócratas convertidos en propietarios
burgueses- porque todavía nadie plantea el problema de fondo de
nuestra sociedad actual, y este problema de fondo radica en la
imposibilidad de funcionar en unas sociedades en las que el empleo se
reduce porque cada vez el progreso automatiza la producción, se
recortan los salarios, se endeudan las familias y se endeuda el
Estado porque los banqueros, grandes empresarios y grandes
terratenientes no quieren pagar impuestos.
Los partidos y sindicatos obreros, prisioneros del discurso del
capitalismo de que hay que trabajar más y cobrar menos tienen miedo
de plantear que hay que revisar ese discurso porque en realidad, los
banqueros, empresarios y terratenientes son los que no cesan de
expropiar a la ciudadanía, y los partidos y sindicatos tienen miedo
de que les acusen de querer expropiar a los capitalistas, cuando
ellos, los capitalistas son los expropiadores, pero a ese
discurso hay que atajarle por su base, pues no se está planteando
ahora, eso, ahora lo que se está planteando, y hay que ser claros en
este sentido, es que el nivel de las deudas es inaceptables, los
banqueros y grandes capitalistas tienen que pagar impuestos en
proporción a sus fortunas personales y empresariales. Hay que salir
al paso del discurso nacionalista, porque el nacionalismo es el
discurso del fascismo y de la pequeña burguesía, y dejando claro
que el sentimiento nacional no está en discusión, sin
embargo, su utilización por el fascismo y la pequeña burguesía
esconde la necesidad del gran capital de agitarlo
constantemente como eficaz medio de división entre los pueblos,
y eso es una demostración que estamos viviendo, porque la agitación
del capital financiero está persiguiendo objetivos belicistas para
tapar la miseria del capitalismo realmente existente.
La división nacional de la producción es la mejor baza del
cosmopolitismo de los mercados, mientras que encarece
el coste de la vida de los pueblos del mundo, en todos los terrenos.
El desarrollo desigual y combinado de las fuerzas productivas es
producto del siglo xix porque, prácticamente desde la SGM, el
mercado es global, los procesos de producción, intercambiables, los
laboratorios científicos y tecnológicos están llenos de un
muestrario multicultural de investigadores de diferentes
nacionalidades -el capital financiero se apropia de las patentes-,
pero sería imposible la concentración de riqueza si la
infraestructura del mundo capitalizada por el uno por ciento no
estuviese sólidamente homogeneizada, por eso, aun siendo muy
positivo la movilización de la sociedad por las plataformas de
luchas y mareas ciudadanas, la ausencia, en ellas, de partidos y
sindicatos obreros revela la pobreza y la miseria teórica de las
organizaciones, pues no saldremos del pozo, mientras la izquierda no
plantee con claridad que mundo queremos contruir, en la que Europa
tiene que ser el ariete, la punta de lanza de ese movimiento, eso
sera el comienzo de lo que se quiere construir, con que criterios y
con que apoyos, y el uno por ciento no estará entre esos apoyos,
porque ellos preparan la guerra, y para eso se necesita un partido
revolucionario, se necesita una quinta internacional. Solo con
esta lucha se fortalecerá la izquierda, que no es congénitamente
débil, se ha debilitado porque abandonó sus principios de
transformación del mundo, y solo recuperando estos principios, se
hará fuerte.
jmrmesas
veintiuno de marzo de dos mil catorce