LA
ALTERNATIVA EUROPA
-BREVE
REFLEXIÓN SOBRE LA CONSTRUCCIÓN-
-DE
LOS-
-ESTADOS
UNIDOS DE EUROPA-
Comenzaré
haciéndome eco de las palabras del diputado de Izquierda Unida,
Alberto Garzón, presunto próximo líder de la coalición electoral:
“Si Izquierda Unida hubiera hechos los deberes, Podemos no
existiría”, definición que comparto porque es justamente la que
corresponde a la política de Podemos. Es la política de Izquierda
Unida hecha sin timidez, sin complejos, sin el peso de la culpa
de haber sido comunistas, revolucionarios, necesitados
de hacerse perdonar de la burguesía, de los políticos y plumíferos
incondicionales en la defensa del sistema capitalista, por el
pecado mortal de ser herederos de la revolución bolchevique, por lo
tanto, esa frescura de Podemos denunciando la corrupción,
denunciando la política hecha para defender y proteger a los
banqueros, a los poderosos, a los que sacan beneficio de un
parlamento volcado en mantener un régimen y un sistema, que no vale,
ha sido captada por la ciudadanía, como el espejo en el que se puede
mirar sin miedo a verse empañada por la suciedad y las componendas
que arrastra una política de izquierda, excesivamente preocupada –la
del PSOE, IU, el sindicalismo enfeudado e inoperante de las centrales
mayoritarias– que deja indefensos e inermes a los trabajadores, a
la ciudadanía en su conjunto, es la que ha captado la ciudadanía,
despertandola del letargo.
Todo
parece indicar que Podemos se puede convertir, en las próximas
elecciones legislativas, en la fuerza vencedora, y justamente, como
votante de Izquierda Unida, que veía con preocupación la carencia
de alternativas al sistema, cuando todo indica que este ha llegado al
tope de utilidad social y política, porque, económicamente, el modo
de producción de mercancías, que es la base del sistema capitalista
ya no da más de sí, y nunca ha supuesto un avance, per se, ya que
el principal aliciente es la ganancia, y la libre competencia no es
más que un eslogan para engañar a la buena gente desinformada, pues
evitar una competencia que – por muy limpia y leal que esta fuera –
daña el beneficio empresarial convertida, la competencia, en un
lastre que había que soltar cuanto antes, pues no fue por otra cosa
que se inventaron los monopolios, capaces de fijar precio, a nivel
mundial, el capitalismo se ha convertido en monopolista, financiero,
especulador, en definitivas, un obstáculo, que no se quiere ver, y
esta falta de decisión de Podemos en identificar y denunciar el
capitalismo como el principal obstáculo para un avance positivo,
hace recurrente un populismo izquierdista, que se puede convertir en
el primer paso para cargarse de razón, cuando las previsiones
electorales tropiecen en una realidad, que los mercados
se van a encargar de hacerla efectiva, desde el momento en que haya
concluido el recuento electoral, y se asegure que la victoria de
Podemos sea indiscutible. En este punto, Podemos, coincide con
Izquierda Unida, queriendo ocultar ante la ciudadanía y ante los
trabajadores, que dentro del sistema, ya no hay solución.
La
presentación del proyecto de programa para que la ciudadanía
discuta los puntos que se conviertan en el programa electoral de
Podemos, con el objetivo puesto en las próximas legislativas, es una
buena estrategia para animar a una sociedad, la de todo el Estado
español, que rumia una crisis especialmente trabajada por los
mercados para convertirla
en una derrota épica de la ciudadanía mundial, pero muy
especialmente, de la ciudadanía de las economías industrializadas a
ambas orillas del Atlántico, pues una vez que la crisis hizo su
aparición, el capital financiero internacional está poniendo todos
los medios políticos para asegurarse el predominio mundial del
núcleo del complejo militar industrial del grupo de financieros
estadounidense y europeo que ven con mucho temor a una ciudadanía
muy poco proclive a cargar el peso de una crisis basada en la
carencia de normas de los especuladores, mientras a los pueblos se le
atan con leyes mordazas, como la ley mordaza de Rajoy, por lo tanto,
cuando una fuerza política pretende un vuelco tan importante, como
el que teme toda la burguesía europea, ante las próximas citas
electorales en España y Grecia especialmente, la opción política
no puede quedar en el marco nacional, debiéndose prever y prevenir
ante la respuesta de los mercados,
del capitalismo internacional.
Solo
el mercado del petróleo mueve un volumen diario de capital de más
de cuatro billones de dólares, y ese entramado financiero es el que
está diseñando las fronteras en Oriente Medio, reduciendo a
escombros a países como la franja de Gaza, Siria, Iraq, y otros
muchos más próximos a España, como Libia, e influyendo en Túnez
para que la ciudadanía tunecina se someta a los dictados diseñados
por el Departamento de Estado, por medio del integrismo islámico.
Frente a esos más cuatro billones de dólares diario, el volumen de
capital que la ciudadanía mundial maneja en concepto de bienes y
servicios no llega a los cincuenta mil millones de dólares anuales.
Semejante desequilibrio financiero debe hacerme suponer que los
mercados,
esa burguesía financiera internacional, que Podemos llama la
casta, ya estarán
preparándose para impedir y boicotear que la izquierda llegue a
gobernar en el sur de Europa.
Si Podemos llegará a ganar las elecciones en España, debería a
provechar el ascendiente social y político para convocar, junto a
Syriza, a la izquierda europea con el objetivo de garantizar la
defensa de las posiciones ganadas y prevenir el golpe de la
burguesía, un boicot de la burguesía monopolista internacional,
cuya primera medida sería movilizar a los gobiernos de signo
contrario para poner obstáculos a una ciudadanía crecida e
ilusionada, al mismo tiempo que se volvería a pensar en un nuevo
enfoque para Europa.
UNA NUEVA MIRADA A EUROPA CON LOS OJOS DE LOS CIUDADANOS
Podemos, como Syriza, como toda la izquierda mundial piensa que al
capitalismo le queda cuerda para rato, y que su final es algo que
ocurrirá en un futuro vago e indeterminado, que será tarea de las
generaciones futuras, especie que los economistas avanzados no
discuten porque, imbuidos de ser científicos que tienen que lidiar
con datos objetivos, ni siquiera se plantean en revisar tales, cuando
la economía, es una disciplina muy subjetiva, cuyos datos se manejan
e interpretan a favor del famoso y poderoso uno por ciento de la
humanidad, sin embargo, la cuerda del sistema es una cuerda gastada e
inservible, precisamente porque la objetividad del uno por ciento
social es muy subjetiva, ya que la mayoría social del mundo, una
ciudadanía culta y preparada, como es la ciudadanía de los países
industrializados, ambos lados del Atlántico y de buena parte del
Pacífico, se teme que tal objetividad de los poderosos, esté
trucada para trampear a la mayoría.
El mundo se encuentra sumido en una profunda crisis vital, social y
política derivada de la quiebra de los mitos heredados del pasado,
sin explicaciones, sin balance, sin discurso a cerca de los
acontecimientos, y ese falta de discurso se llena con la política,
aparentemente inconexa que los thinktank de los banqueros del mundo
diseñan para Oriente Medio, como la diseñan para Europa, o Asia,
donde la independencia política de las naciones no es más que pura
ficción, supeditada a la disimulada estrategia de la libre empresa,
cuando la realidad del conglomerado monopolista lo marcan esas 147
transnacionales. Europa se encuentra sumida en los aledaños de una
profunda crisis, económica, financiera y productiva, porque así
conviene a la política de los financieros euroestadounidenses, que
se respaldan y apoyan en Estados Unidos, cifrando en el militarismo
yanqui la defensa de un viejo orden inservible para la mayoría de la
ciudadanía del mundo. Así lo atestigua el retroceso económico
europeo enfeudado a la política de sanciones impuestas a Rusia,
porque esta no puede bendecir alegremente la secesión de una parte
de un territorio – Ucrania – con múltiples lazos, y temerosos
del proyecto de un nuevo bloque económico, los BRICS, con el que el
viejo bloque del capital financiero euroestadounidense, lo percibe,
temen que una confrontación económica, competitiva, de al traste
con todo el tinglado.
La agria situación mundial es en extremo peligrosa porque Estados
Unidos y los banqueros europeos no están seguros de intentar
resolver las diferencias con una guerra que tienen serias dudas en
ganar, y los nuevos burgueses rusos, la oligarquía ladrona no se
atreve a solicitar un esfuerzo a los ciudadanos ex-soviéticos porque
no tienen argumentos que blandir. La justificación de la economía,
a cuenta de la bajada de los precios del petróleo es una falacia
peligrosa, de la que los financieros estadounidense pueden salir muy
tocados porque el fracking es extremadamente caro, deteriora la
estabilidad del terreno y contamina las aguas subterráneas, mientras
los burgueses árabes creen que podrán diseñar el nuevo mapa de
Oriente Medio, burlando al Departamento de Estado yanqui.
Ante esto, confiar en la bondad de un bloque más que en otro es una
ilusión descabellada porque es la contienda entre burgueses y la
solución tiene que ser que la propia ciudadanía adquiera estatus de
protagonista luchando por su alternativa propia, y Europa tiene al
grupo humano más preparado y culto para encabezar un nuevo proyecto
solidario.
Este proyecto no es otro que la unidad de Europa, pero la Unión
Europea es un proyecto que se deshace, carcomido por la contradicción
principal que no es otra que el irreconciliable interés entre la
clase capitalista que inició el proceso y una ciudadanía europea,
que pese al esfuerzo coordinado por quererla encerrar en los límites
nacionales tiende a identificarse en común frente a los recortes,
mordazas y empobrecimiento impuesto por los dueños del mundo; la
Europa que necesita el mundo no es esta Unión Europea, que ha
envejecido aceleradamente desde el inicio de la crisis, y que las
sanciones a Rusia, a cuenta de los traidores oligarcas ucranianos, ha
sumido la economía europea en una recesión, sin visos de arreglo,
sino que es una nueva Unión Europea, una unión basada en una
realidad política que se trata de soslayar continuamente y que no es
otra que el reconocimiento del pueblo, de la ciudadanía, como fuente
de poder y legitimidad, y apoyándose en esta realidad, de continuo,
burlada y ocultada, la izquierda, libre de complejos y timideces,
firmemente persuadida de su destino manifiesto que es
el de certificar el fracaso del capitalismo monopolista
internacional, proclamar el inicio de una nueva etapa en la
construcción de la unidad de Europa.
Europa, la construcción de la unidad de Europa no puede hacerse
promocionando a unas naciones sobre otras, la unidad de Europa ha de
hacerse a favor de la construcción de un nuevo modo de producción,
que traiga una nueva economía libre de la competencia que asesina a
los pueblos, que asesina a las naciones para favorecer al uno por
ciento de la humanidad, mientras encadena, amordaza, asesina y
empobrece al noventa y nueve por ciento restante. La construcción de
la unidad de Europa, desde Tarifa a los Urales, ha de hacerse contra
el capitalismo, contra un modo de producción que en quinientos años
de vigencia ha dado todo lo positivo que tenía que dar que ha sido
internacionalizar las fuerzas productivas, impulsar las ciencias y la
tecnología, reduciendo la fuerza de trabajo a su límite de utilidad
práctica; llevar estos logros a un estadio superior, para beneficio
del conjunto humano es tarea de esta generación de jóvenes
ciudadanos del mundo, que está despertando en Europa impulsada por
nuevas organizaciones como Podemos o Syriza, herederos intelectuales
del socialismo revolucionario, pues se reconocen socialdemócratas,
sin acomplejarse, como reconociendo el impulso positivo de la
socialdemocracia mundial (en Estados Unidos, antes de la primera
guerra mundial había un nutrido grupo de intelectuales y obreros
socialdemócratas y organizados), que creen que no es necesario
insistir en el balance teórico de la traición de los parlamentarios
que votaron los créditos de guerra, uniéndose a los burgueses
nacionales y comenzando la mayor matanza de la historia, sin embargo,
los jóvenes dirigentes de Podemos o Syriza deben de saber que el
estatus, su estatus para revalidarse compañeros socialdemócratas de
aquellos que no traicionaron los principios, aquellos que murieron
defendiendo sus ideas, – no queremos que mueran – como Jaures,
Rosa Luxemburg, Liebknecht, o que lucharon hasta el fin, como Lenin o
Trotski, también le tocará a ellos mantener su integridad
militante cuando tengan que defender el programa que ha ilusionado a
las nuevas generaciones de votantes que quieren un cambio, y tengan
que decidir si se van a hacer muy mayores aceptando la legitimidad de
la deuda, o si por el contrario, van a mantener el envite apelando a
la legitimidad del pueblo, fuente de poder y legitimidad para
conseguir dar cima a las ilusiones de una ciudadanía esperanzada.
El veinticinco de enero, Syriza: adelante, a ganar. A continuación,
durante un año lleno de promesas, Podemos, porque el mundo va a
cambiar de base.
ES EL MOMENTO. HAY QUE GANAR. FELIZ VICTORIA. FELIZ AÑO A
LA NUEVA ETAPA QUE COMIENZA
jmrmesas
uno de enero de dos mil quince