miércoles, 31 de diciembre de 2014

LA ALTERNATIVA EUROPA



LA ALTERNATIVA EUROPA




-BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA CONSTRUCCIÓN-
-DE LOS-
-ESTADOS UNIDOS DE EUROPA-


Comenzaré haciéndome eco de las palabras del diputado de Izquierda Unida, Alberto Garzón, presunto próximo líder de la coalición electoral: “Si Izquierda Unida hubiera hechos los deberes, Podemos no existiría”, definición que comparto porque es justamente la que corresponde a la política de Podemos. Es la política de Izquierda Unida hecha sin timidez, sin complejos, sin el peso de la culpa de haber sido comunistas, revolucionarios, necesitados de hacerse perdonar de la burguesía, de los políticos y plumíferos incondicionales en la defensa del sistema capitalista, por el pecado mortal de ser herederos de la revolución bolchevique, por lo tanto, esa frescura de Podemos denunciando la corrupción, denunciando la política hecha para defender y proteger a los banqueros, a los poderosos, a los que sacan beneficio de un parlamento volcado en mantener un régimen y un sistema, que no vale, ha sido captada por la ciudadanía, como el espejo en el que se puede mirar sin miedo a verse empañada por la suciedad y las componendas que arrastra una política de izquierda, excesivamente preocupada –la del PSOE, IU, el sindicalismo enfeudado e inoperante de las centrales mayoritarias– que deja indefensos e inermes a los trabajadores, a la ciudadanía en su conjunto, es la que ha captado la ciudadanía, despertandola del letargo.


Todo parece indicar que Podemos se puede convertir, en las próximas elecciones legislativas, en la fuerza vencedora, y justamente, como votante de Izquierda Unida, que veía con preocupación la carencia de alternativas al sistema, cuando todo indica que este ha llegado al tope de utilidad social y política, porque, económicamente, el modo de producción de mercancías, que es la base del sistema capitalista ya no da más de sí, y nunca ha supuesto un avance, per se, ya que el principal aliciente es la ganancia, y la libre competencia no es más que un eslogan para engañar a la buena gente desinformada, pues evitar una competencia que – por muy limpia y leal que esta fuera – daña el beneficio empresarial convertida, la competencia, en un lastre que había que soltar cuanto antes, pues no fue por otra cosa que se inventaron los monopolios, capaces de fijar precio, a nivel mundial, el capitalismo se ha convertido en monopolista, financiero, especulador, en definitivas, un obstáculo, que no se quiere ver, y esta falta de decisión de Podemos en identificar y denunciar el capitalismo como el principal obstáculo para un avance positivo, hace recurrente un populismo izquierdista, que se puede convertir en el primer paso para cargarse de razón, cuando las previsiones electorales tropiecen en una realidad, que los mercados se van a encargar de hacerla efectiva, desde el momento en que haya concluido el recuento electoral, y se asegure que la victoria de Podemos sea indiscutible. En este punto, Podemos, coincide con Izquierda Unida, queriendo ocultar ante la ciudadanía y ante los trabajadores, que dentro del sistema, ya no hay solución.


La presentación del proyecto de programa para que la ciudadanía discuta los puntos que se conviertan en el programa electoral de Podemos, con el objetivo puesto en las próximas legislativas, es una buena estrategia para animar a una sociedad, la de todo el Estado español, que rumia una crisis especialmente trabajada por los mercados para convertirla en una derrota épica de la ciudadanía mundial, pero muy especialmente, de la ciudadanía de las economías industrializadas a ambas orillas del Atlántico, pues una vez que la crisis hizo su aparición, el capital financiero internacional está poniendo todos los medios políticos para asegurarse el predominio mundial del núcleo del complejo militar industrial del grupo de financieros estadounidense y europeo que ven con mucho temor a una ciudadanía muy poco proclive a cargar el peso de una crisis basada en la carencia de normas de los especuladores, mientras a los pueblos se le atan con leyes mordazas, como la ley mordaza de Rajoy, por lo tanto, cuando una fuerza política pretende un vuelco tan importante, como el que teme toda la burguesía europea, ante las próximas citas electorales en España y Grecia especialmente, la opción política no puede quedar en el marco nacional, debiéndose prever y prevenir ante la respuesta de los mercados, del capitalismo internacional.


Solo el mercado del petróleo mueve un volumen diario de capital de más de cuatro billones de dólares, y ese entramado financiero es el que está diseñando las fronteras en Oriente Medio, reduciendo a escombros a países como la franja de Gaza, Siria, Iraq, y otros muchos más próximos a España, como Libia, e influyendo en Túnez para que la ciudadanía tunecina se someta a los dictados diseñados por el Departamento de Estado, por medio del integrismo islámico. Frente a esos más cuatro billones de dólares diario, el volumen de capital que la ciudadanía mundial maneja en concepto de bienes y servicios no llega a los cincuenta mil millones de dólares anuales. Semejante desequilibrio financiero debe hacerme suponer que los mercados, esa burguesía financiera internacional, que Podemos llama la casta, ya estarán preparándose para impedir y boicotear que la izquierda llegue a gobernar en el sur de Europa.


Si Podemos llegará a ganar las elecciones en España, debería a provechar el ascendiente social y político para convocar, junto a Syriza, a la izquierda europea con el objetivo de garantizar la defensa de las posiciones ganadas y prevenir el golpe de la burguesía, un boicot de la burguesía monopolista internacional, cuya primera medida sería movilizar a los gobiernos de signo contrario para poner obstáculos a una ciudadanía crecida e ilusionada, al mismo tiempo que se volvería a pensar en un nuevo enfoque para Europa.


UNA NUEVA MIRADA A EUROPA CON LOS OJOS DE LOS CIUDADANOS


Podemos, como Syriza, como toda la izquierda mundial piensa que al capitalismo le queda cuerda para rato, y que su final es algo que ocurrirá en un futuro vago e indeterminado, que será tarea de las generaciones futuras, especie que los economistas avanzados no discuten porque, imbuidos de ser científicos que tienen que lidiar con datos objetivos, ni siquiera se plantean en revisar tales, cuando la economía, es una disciplina muy subjetiva, cuyos datos se manejan e interpretan a favor del famoso y poderoso uno por ciento de la humanidad, sin embargo, la cuerda del sistema es una cuerda gastada e inservible, precisamente porque la objetividad del uno por ciento social es muy subjetiva, ya que la mayoría social del mundo, una ciudadanía culta y preparada, como es la ciudadanía de los países industrializados, ambos lados del Atlántico y de buena parte del Pacífico, se teme que tal objetividad de los poderosos, esté trucada para trampear a la mayoría.


El mundo se encuentra sumido en una profunda crisis vital, social y política derivada de la quiebra de los mitos heredados del pasado, sin explicaciones, sin balance, sin discurso a cerca de los acontecimientos, y ese falta de discurso se llena con la política, aparentemente inconexa que los thinktank de los banqueros del mundo diseñan para Oriente Medio, como la diseñan para Europa, o Asia, donde la independencia política de las naciones no es más que pura ficción, supeditada a la disimulada estrategia de la libre empresa, cuando la realidad del conglomerado monopolista lo marcan esas 147 transnacionales. Europa se encuentra sumida en los aledaños de una profunda crisis, económica, financiera y productiva, porque así conviene a la política de los financieros euroestadounidenses, que se respaldan y apoyan en Estados Unidos, cifrando en el militarismo yanqui la defensa de un viejo orden inservible para la mayoría de la ciudadanía del mundo. Así lo atestigua el retroceso económico europeo enfeudado a la política de sanciones impuestas a Rusia, porque esta no puede bendecir alegremente la secesión de una parte de un territorio – Ucrania – con múltiples lazos, y temerosos del proyecto de un nuevo bloque económico, los BRICS, con el que el viejo bloque del capital financiero euroestadounidense, lo percibe, temen que una confrontación económica, competitiva, de al traste con todo el tinglado.


La agria situación mundial es en extremo peligrosa porque Estados Unidos y los banqueros europeos no están seguros de intentar resolver las diferencias con una guerra que tienen serias dudas en ganar, y los nuevos burgueses rusos, la oligarquía ladrona no se atreve a solicitar un esfuerzo a los ciudadanos ex-soviéticos porque no tienen argumentos que blandir. La justificación de la economía, a cuenta de la bajada de los precios del petróleo es una falacia peligrosa, de la que los financieros estadounidense pueden salir muy tocados porque el fracking es extremadamente caro, deteriora la estabilidad del terreno y contamina las aguas subterráneas, mientras los burgueses árabes creen que podrán diseñar el nuevo mapa de Oriente Medio, burlando al Departamento de Estado yanqui.


Ante esto, confiar en la bondad de un bloque más que en otro es una ilusión descabellada porque es la contienda entre burgueses y la solución tiene que ser que la propia ciudadanía adquiera estatus de protagonista luchando por su alternativa propia, y Europa tiene al grupo humano más preparado y culto para encabezar un nuevo proyecto solidario.


Este proyecto no es otro que la unidad de Europa, pero la Unión Europea es un proyecto que se deshace, carcomido por la contradicción principal que no es otra que el irreconciliable interés entre la clase capitalista que inició el proceso y una ciudadanía europea, que pese al esfuerzo coordinado por quererla encerrar en los límites nacionales tiende a identificarse en común frente a los recortes, mordazas y empobrecimiento impuesto por los dueños del mundo; la Europa que necesita el mundo no es esta Unión Europea, que ha envejecido aceleradamente desde el inicio de la crisis, y que las sanciones a Rusia, a cuenta de los traidores oligarcas ucranianos, ha sumido la economía europea en una recesión, sin visos de arreglo, sino que es una nueva Unión Europea, una unión basada en una realidad política que se trata de soslayar continuamente y que no es otra que el reconocimiento del pueblo, de la ciudadanía, como fuente de poder y legitimidad, y apoyándose en esta realidad, de continuo, burlada y ocultada, la izquierda, libre de complejos y timideces, firmemente persuadida de su destino manifiesto que es el de certificar el fracaso del capitalismo monopolista internacional, proclamar el inicio de una nueva etapa en la construcción de la unidad de Europa.


Europa, la construcción de la unidad de Europa no puede hacerse promocionando a unas naciones sobre otras, la unidad de Europa ha de hacerse a favor de la construcción de un nuevo modo de producción, que traiga una nueva economía libre de la competencia que asesina a los pueblos, que asesina a las naciones para favorecer al uno por ciento de la humanidad, mientras encadena, amordaza, asesina y empobrece al noventa y nueve por ciento restante. La construcción de la unidad de Europa, desde Tarifa a los Urales, ha de hacerse contra el capitalismo, contra un modo de producción que en quinientos años de vigencia ha dado todo lo positivo que tenía que dar que ha sido internacionalizar las fuerzas productivas, impulsar las ciencias y la tecnología, reduciendo la fuerza de trabajo a su límite de utilidad práctica; llevar estos logros a un estadio superior, para beneficio del conjunto humano es tarea de esta generación de jóvenes ciudadanos del mundo, que está despertando en Europa impulsada por nuevas organizaciones como Podemos o Syriza, herederos intelectuales del socialismo revolucionario, pues se reconocen socialdemócratas, sin acomplejarse, como reconociendo el impulso positivo de la socialdemocracia mundial (en Estados Unidos, antes de la primera guerra mundial había un nutrido grupo de intelectuales y obreros socialdemócratas y organizados), que creen que no es necesario insistir en el balance teórico de la traición de los parlamentarios que votaron los créditos de guerra, uniéndose a los burgueses nacionales y comenzando la mayor matanza de la historia, sin embargo, los jóvenes dirigentes de Podemos o Syriza deben de saber que el estatus, su estatus para revalidarse compañeros socialdemócratas de aquellos que no traicionaron los principios, aquellos que murieron defendiendo sus ideas, – no queremos que mueran – como Jaures, Rosa Luxemburg, Liebknecht, o que lucharon hasta el fin, como Lenin o Trotski, también le tocará a ellos mantener su integridad militante cuando tengan que defender el programa que ha ilusionado a las nuevas generaciones de votantes que quieren un cambio, y tengan que decidir si se van a hacer muy mayores aceptando la legitimidad de la deuda, o si por el contrario, van a mantener el envite apelando a la legitimidad del pueblo, fuente de poder y legitimidad para conseguir dar cima a las ilusiones de una ciudadanía esperanzada.


El veinticinco de enero, Syriza: adelante, a ganar. A continuación, durante un año lleno de promesas, Podemos, porque el mundo va a cambiar de base.


ES EL MOMENTO. HAY QUE GANAR. FELIZ VICTORIA. FELIZ AÑO A LA NUEVA ETAPA QUE COMIENZA


jmrmesas


uno de enero de dos mil quince