martes, 29 de julio de 2014

¿una guerra comercial?


¿UNA GUERRA COMERCIAL CON RUSIA?

El seis de junio de dos mil once empecé a anotar la cuantía de la deuda de Estados Unidos, que entonces era de catorce billones, trecientos cincuenta y seis mil, setecientos veintiún millones, ochocientos setenta y dos mil, quinientos ochenta y siete con seis céntimos de dólar (14356721872587,06$), y el último apunte que hice de la misma, el veintiocho de julio de este año, dos mil catorce, el montante era de diecisiete billones, seiscientos veintidós mil, trescientos cuarenta y cuatro millones, setecientos setenta y cuatro mil, ochocientos catorce con cuarenta y tres céntimos de dólar (17622344774814,43$). En estos tres años, un mes, tres semanas y un día (1148 días, en conjunto), la deuda de Estados Unidos creció tres billones, doscientos sesenta y cinco mil, seiscientos veintidós millones, novecientos dos mil, doscientos veintisiete con treinta y siete céntimos de dólar (3265622902227,37).

Esa enorme suma ha sido transferida al euro -Europa-, vía agencias de calificación y una astronómica presión política que ha tenido que hacer los ajustes de austeridad, impuestas por el FMI, y el Banco Mundial y que, la troika se apresuró a demandar a las economías del sur, que en el caso de España, tenía una deuda que era más baja que la de Alemania.

Ahora resulta que la cuantiosa deuda de EEUU, que está a punto de hacer inviable el sistema euro-dólar, requiere salir del atolladero de la manera tradicional, es decir, reactivar la economía mediante la guerra, porque una guerra comercial con Rusia no puede tener más que la finalidad de convertir Rusia en parte del mercado USA, y eso significaría pedirle a la oligarquía heredera de la burocracia estalinista, que perdieran toda esperanza de tener una política independiente, y todos los pasos que se están dando en el mundo desde Ucrania a Gaza, pasando por el desmembramiento de Iraq y la creación del califato terrorista están encaminados a encubrir esta realidad, que los gobiernos cobardes y vendidos de Europa, no pueden permitirse discrepar del amo americano, porque temen más a los ciudadanos, que las pérdidas económicas que conllevaran las sanciones a las propias economías, que como está escrito... ¿Está escrito?, caerán sobre la ciudadanía.

Evidentemente, las sanciones no darán resultados, y el complejo militar-industrial, que es lo mismo que decir, el capital financiero mundial, tendrá que tensar mucho más la situación pasando de la guerra comercial a la guerra criminal, a esa matanza que se ensaya en Gaza, en donde un ejercito pertrechado con los últimos artilugios de matar asesinan a inocentes, porque no hay un ejercito palestino, ni siquiera de opereta, y toda la ofensiva es no solo una ofensa a la humanidad, es una matanza, una carnicería, que nadie se toma en serio para detenerla, ya.

Izquierda Unida, Podemos y el PSOE renovado,que ya se han coordinado en el Parlamento Europeo, votando junto contra los desahucios exigiendo que se cumpla la ley, no pueden pasar por aceptar que la situación tramposa y trucada sobre Ucrania se convierta en una excusa para meter al continente, capaz de dar la vuelta a la situación en el mundo, en un nuevo campo de batalla, para conseguir, a fuerza de golpes, una ciudadanía sumisa y corderíl.

Recordar el centenario de la primera guerra mundial, es sobre todo, recordar que un pequeño núcleo de militantes socialistas rompió la disciplina del aparato de la época y se opuso a votar los créditos de guerra. A mucho les costó la vida, desconocidos muchos, sin el renombre de los conocidos -Rosa Luxenburgo, Liebknecht, Jaures-, victimas todos de sus sólidas convicciones, y ahora, que parece que el Parlamento Europeo, la izquierda radical tiene un principio de acuerdo, hacerlo extensivo es imperativo para evitar que el capitalismo pueda tejer su telaraña de miseria y muerte, volviendo a tropezar en la piedra del seguidismo a la burgusía ,

De igual modo, la inteligentsia, los intelectuales comprometidos no pueden ni mirar para otro lado, ni evitar definirse sobre un tema, que está en el meollo de la situación, y que es, que el sistema, el capitalismo no tiene futuro, porque todo lo quiere la élite, para sí, pero esto encierra una reflexión, ¿Al ser humano le ocurre como al ADN, que la mayor parte de la carga genética es de relleno? ¿Somos los humanos el relleno de la élite? Yo me niego a ser relleno, y llamo a mis semejantes a no dejarse manipular.

jmrmesas

veintinueve de julio de dos mil catorce





viernes, 25 de julio de 2014

la izquierda radical


LA IZQUIERDA RADICAL

¿Ahora resulta que un desertor del ejercito de Ucrania ha derribado un avión comercial? Eso no hay nadie que pueda creérselo, pero después de no poderse encontrar el más mínimo indicio capaz de endosarle a Rusia el derribo de un avión civil, que pasaba por allí, van y encuentran un chivo expiatorio al que cargar 298 muertos.

Una batería de misiles, por poco complicada que resulte de manipular, no se pone en manos del primer recluta que se encuentre; no, se pone bajo el mando de un oficial, con instrucciones concretas y dependiente de una instancia superior que autoriza el fuego, y mira por donde, un desertor —¿Cuales eran sus motivos?—, —¿Tenía cómplices?-—, —¿Cómo es que se le ordenó al piloto del vuelo MH 17, apartarse de su ruta 57 kilómetros y descender de su altitud prevista en su plan de vuelo?—, es decir, si el desertor decide abatir un avión comercial, debería tener motivaciones políticas que encubriría un complot, necesario para que todas las coincidencias confluyeran en la posibilidad de la acción terrorista, porque se trata de terrorismo, y ese grado de coincidencias solo es posible si existe una organización bien estructurada, y casualmente, esa bien estructurada organización es el nuevo gobierno ucraniano, protegido por el impotente presidente de Estados Unidos, que no puede controlar la debacle financiera que se aproxima, y que pretende encontrar la solución en el modo tradicional en el que Estados Unidos solventa sus problemas económicos, y que no es otro que mediante la guerra; el asunto estriba en que el enemigo escogido tiene mucho mejor juego, y lo utiliza mucho más inteligentemente que el Departamento de Estado y su jefe, el presidente Obama.

La incapacidad del sistema capitalista para dar solución a los problemas de nuestro tiempo se encuentra en el ADN del sistema y eso quiere decir que el capital financiero internacional, no quiere solucionar ningún problema que no sea como cerrar la boca de la gente que protesta, y que cada vez es más consciente de ser burlada y escarnecida, hasta el punto de perder a un pilar del sistema, porque la cabeza rectora de la Iglesia católica, el papa Francisco reconoce la injusticia y nocividad del sistema. El sistema, el capital financiero, que es el que gestiona la economía y el modo de producción industrial, favoreciendo únicamente la industria militar, la industria de muerte y destrucción, no quiere solucionar ningún problema que haga la vida más grata a la inmensa mayoría (somos el activo más rentable de 85 poseedores, y pretenden que asumamos el rol de productores de riqueza, sin rechistar), por eso, el sistema, sus elementos más canallas, sino tienen condiciones para exportar su afán de supremacía, las fabrican; la matanza que se lleva a cabo en Gaza ha sido diseñada, secuestrando a los jóvenes israelíes y asesinándolos, posteriormente, para poder desarrollar la carnicería que está teniendo lugar ahora. «No es un reproche para el Mossad sino la demostración de que sabe hacer su trabajo. Y sabe hacerlo tan a la perfección que vaticinó –con una semana de adelanto de adelanto– el secuestro de los tres jóvenes israelíes que se produjo el 12 de junio de 2014. En efecto, en medio de la querella sobre la posible adopción de una nueva ley de seguridad, el jefe del Mossad, Tamir Pardo, lanzó la siguiente interrogante: –¿Qué pasaría si, dentro de una semana, fuesen secuestrados 3 jóvenes de 14 años en una de las colonias?–. Exactamente una semana después, tres jóvenes israelíes fueron secuestrados. ¿Casualidad? ¿O fue el propio Mossad quien montó el secuestro?» Es una copia textual del articulo leído en Voltaire.org, cuyo enlace encabeza la cita.

La quiebra del sistema es un lento proceso que se sostiene por la habilidad de transmitir a la sociedad las tensiones y que esta las vaya asumiendo, por la incapacidad política de las organizaciones de la clase obrera y otras capas sociales de conformar su propia opción y enfrentarla con la opción del capital financiero, y por más señales que el sistema deje escapar, porque ya no las controla, si no se produce una alternativa, este seguirá pudriéndose y contaminando la vida social, en todas sus facetas. Como en algún momento he señalado, el hundimiento de la URSS terminaría arrastrando a Estados Unidos, porque ambos bloques compartían los mismos procedimientos, aunque los objetivos formales fueran opuestos, pero en la medida que una élite social exprime a la sociedad, sin que esta tenga una participación real y efectiva en el conjunto de las decisiones que le afectan y organizan la vida social, quienes se benefician son esas élites. En la Unión Soviética, cuando la burocracia se convirtió en la oligarquía, amparada en el aparato del PCUS, los oligarcas prescindieron del socialismo, porque ya era un estorbo a sus planes, y ese proceso es lo que está ocurriendo en Estados Unidos, cuando THE NATION comenta la parálisis estatal en su artículo America: the impotent superpower, que no es otra cosa que la colusión entre el aparato de estado y la corporate class, en complejo militar industrial, que es la élite que ha engordado sus cuantiosas fortunas, empobreciendo a los trabajadores y funcionarios estadounidenses, cuyo american way of life no ha hecho más que retroceder, como el de todos los demás.

El sistema, en tanto que funciona no tiene más camino que utilizar las herramientas disponibles, y una de ellas es el dólar, pero este ya hace tiempo que no cuenta con los respaldos económicos para seguir siendo un instrumento creíble, y la facultad de imprimir dinero sin respaldo de ningún tipo es, dicho en términos llanos, un robo, un atraco, a mano armada, pues no de otro modo es el respaldo del dólar sino fuera por el apoyo de sus flotas navales y aéreas, que le permiten, todavía, el saqueo de los países, y ahora, le toca a Europa aceptar un acuerdo para que las empresas de Estados Unidos puedan establecer sus normas sin contrapartidas.


LA NECESIDAD DE FORMULAR EL EUROPEISMO ALTERNATIVO

La propuesta hecha por el dirigente de Podemos en relación a los desahucios, agrupando el voto de Podemos, PSOE y IU, ha sido un comienzo positivo pero la izquierda radical, sea esta española, alemana, inglesa, francesa, o de cualquier otro lugar, tiene un gran handicap que lastra, incluso la perspectiva de convertirse en gobiernos nacionales, precisamente porque carecen de una visión de conjunto que solo puede lograrse si las formaciones nacionales de las izquierdas avanzadas tuvieran, o cuando menos, confrontaran sus posiciones geopolíticas, y en caso de disentir, adoptar un acuerdo de qué criterios serían los que marcarían las líneas infranqueables a defender en común; este criterio general tiene que tener un comienzo respecto a la unidad de Europa, pues sin este acuerdo, y sin un criterio definido sobre el final del modo de producción mercantil, reclamando la producción para la sociedad, y no para el mercado, luchando por la erradicación de los paraísos fiscales, para impedir que las finanzas, ocultas sean la herramienta del capitalismo para retorcer y quebrar la democracia, no será posible avanzar en la definición de un programa común, al que con buen criterio se está aproximando Izquierda Unida, consciente de que solo un proyecto común podría agrupar las fuerzas de la izquierda para arrebatar a la burguesía, a los mercados, el gobierno nacional.

En época como la que vivimos, en la que los cambios se suceden muy rápidamente, es importante notar que ni el bloque del superimperialismo euro-estadounidense es tan homogéneo, ni las condiciones tan inamovibles que, una dirección con visión geopolítica del momento histórico no pueda, con un golpe de audacia cambiar, al menos, el discurso mediático, que es el que da a conocer al gran público, la pauta que organiza el debate general, dada, tanto la pobreza material de la izquierda para presentar unas, supuestas opciones independientes, como la timidez ideológica, a la hora de formular las opciones más apremiantes; la prueba es la incesante presión de Estados Unidos para forzar, a los gobiernos europeos subordinados, a ser inflexibles en la aplicación de las sanciones a Rusia, lo que significa una notable diferencia entre las necesidades de la burguesía USA -corporate class- y las burguesías europeas; de igual modo es importante notar nuevas realidades cuyo peso empezará a desequilibrar la balanza del superimperialismo que compone el complejo militar industrial transatlántico, y esta nueva realidad no es otra que el acuerdo de los BRICS de formar un nuevo banco mundial y un nuevo sistema monetario: ¿Sería posible salir del euro y entrar en el nuevo orden? Como opción política significaría un ejemplo muy poco halagüeño para el bloque euro-dólar, sin embargo, para la clase trabajadora y para la ciudadanía tales medidas, por positivas que pudieran ser, seguirían estando subordinadas sin una lucha independiente internacioal por la erradicación de los paraísos fiscales, que sería la opción política que daría solidez a la izquierda radical.

El momento actual está lleno de posibilidades capaces de volcar el fiel de la balanza del lado de los pueblos, del lado del progreso y del avance positivo hacia un mundo mejor y más justo, pero también, sino se persevera y se defiende vehementemente las propias convicciones, la derrota más terrible está garantizada, porque el complejo militar-industrial está dispuesto a desencadenar una guerra nuclear porque sus opciones solo son la fuerza, únicamente, la fuerza.

jmrmesas

veinticinco de julio de dos mil catorce










viernes, 11 de julio de 2014

SOBERANÍA DEL PUEBLO Y FONDOS BUITRES

SOBERANÍA DEL PUEBLO Y FONDOS BUITRES
LA SUPREMACÍA DEL CAPITAL FINANCIERO SOBRE LA NACIÓN
ES LA SEÑAL INEQUÍVOCA DEL FINAL DEL MODO DE PRODUCCIÓN MERCANTIL
COMO INSTRUMENTO DE AVANCE SOCIAL


El papa Francisco reflexiona y dice que los comunistas han robados los pobres a la Iglesia, y no es que pretenda entrar en competencia teológica con tan cualificado personaje, pero la Iglesia no tiene más que aplicar lo que dijo Jesús: — Reparte tus bienes y posesiones y sígueme, y tendrás tesoros en el cielo — ,algo muy sencillo, pero muy duro de aplicar, y la Iglesia tiene siglos de una práctica mundana que la ata a la riqueza terrena, pero este papa, ha tenido el valor de señalar que el sistema mata, y eso es un paso importante, al menos para que la Iglesia no obstaculice el esfuerzo de los que creemos que la pobreza es un instrumento de control del sistema capitalista sobre el género humano.


El sistema terminó su fase de utilidad social tan pronto como el predominio del capital financiero tomó el relevo de la economía desplazando a la producción industrial y hoy ese predominio se ha convertido en un dominio absoluto, como decía hace unas semanas, el comercio mundial experimentó una disminución respecto al crecimiento del PIB mundial, y eso no sucedía desde la SGM, y todo ello es, cuando menos una concatenación de coincidencias, que si no fuesen casuales, serían producto de una conspiración, porque se trata de una conspiración contra los pueblos por un puñado de estrategas a sueldo de los mercados porque el mercado ya no existe, el libre juego de oferta y demanda acabó con el imperialismo pactando los precios y ahora de lo que se trata es de como apoderarse de los recursos del mundo, mientras se dicta a los gobiernos la política, los recortes, que estos se apresuran a imponer a las sociedades post-industriales; ese robo de los recursos del mundo, entre el bloque del superimperalismo euro-estadounidense, buscando los medios para deshacer ese otro bloque, en ciernes, que tiene en Rusia y China, y un poco más descolgados Brasil, India, Sudáfrica, un principio de respuesta a la voracidad del primero, significa que el escenario se ha quedado demasiado pequeño para actores tan colosales, porque cuando las supercomputadoras financieras toman el control de las finanzas -hasta a Wall Street le resulta escandalosa el uso de tales máquinas, probablemente para guardar las formas y no enajenarse a los pequeños inversionistas, que dan un barniz de respetabilidad a la bolsa de valores- quiere decir que lo que se hace es decidir cual es el límite tolerable de las ganancias y las pérdidas.


En este juego, no termina de descartarse un nuevo reparto del mundo, a la manera clásica, con una guerra mundial, más concretamente, una guerra en Europa, pues eso es lo que significa la provocación de EEUU, avalada por una UE completamente entregada, ya que acepta de buen grado que la suerte del modo de producción mercantil está echada, ni siquiera es útil para asegurar el dominio de la élite dominante, pues esta confía en la inercia del discurrir de la historia, como elemento de estabilidad cósmica, en la que solo un cataclismo tendría la fuerza necesaria para variar un curso suficientemente rodado; la provocación ucranista de EEUU busca la intervención rusa como causa para justificar la agresión de la OTAN, aún a riesgo de un conflicto nuclear, sin vuelta atrás, socapa de defender a un aliado, Poroshenko, para forzar un tiempo, que juega en contra de EEUU y la UE, y a favor de Rusia y de la propia Ucrania, pues si el nuevo régimen de los oligarcas golpistas no obtiene resultados que presentar a los ucranianos, elevando su nivel de vida, no parece posible que estos acepten que el coste humano y político de una guerra civil encubierta, silenciada, ignorada por el mundo, que está teniendo lugar en el corazón de Europa, sea en vano, y ahora que los los golpistas, parecen que han ganado los núcleos rebeldes de Slaviansk y Krasmatorsk, ¿Veremos una oleada de asesinatos presentados como terrorismo? Ni siquiera su próximo vecino, Alemania, podrá escapar a una guerra, que para ella no es desconocida, y la propia socialdemocracia alemana, prestándose a desviar la atención de la ciudadanía, salvándole la cara a la canciller Merkel, tiene garantizado salir indemne; incluso la izquierda radical Die linke, padece el mismo problema que el resto de la izquierda radical de europea, creer que presentando alternativas nacionales se consciencia a una ciudadanía, harta de comprobar en carne propia, que la única respuesta, capaz de hacer retroceder a la voracidad del capitalismo es la fuerza, pero la fuerza no acompaña a la izquierda.


Toda la palabrería sobre la importancia de la patria, toda la palabrería sobre la nación, la ciudadanía, se la carga de un plumazo el apremio de un tribunal de EEUU respaldando las exigencias del fondo de inversión de Paul Singer, un especulador, que como todos, se aprovecha de la falta de regulación financiera internacional para exprimir a los países, porque la nación, la patria, no es igual para todos sus hijos, la burguesía, los capitalistas, los ricos y poderosos, utilizan los recursos nacionales, bien a través de los gobiernos, bien porque tienen potestad para hacerlo, y cuando las cosas se tuercen, entonces, todos somos responsables, todos somos contribuyentes, todos estamos jodidos, menos ellos, que salvaron sus negocios y nos dejaron las ruinas, y esto es así, con las variantes que se quiera, según las latitudes, porque la lucha de clases se paro desde el momento en que la socialdemocracia decidió hacer piña con los burgueses propio hace un siglo, desde entonces la lucha de clases se ha limitado al salario y poco más, y claro está, el capital se dedicó a hacerse las leyes, nacionales e internacionales, sin el agobio de tener que responder, a lo que luego, tienen que apretarse el cinturón, trabajar duro, sacrificarse y morir y matar en sus guerras.


El capital financiero internacional, en esta fase del proceso no necesita las legiones de trabajadores de antaño y este tipo de conflictos son los dominantes, junto a los fraudes, manipulación de datos, la corrupción desmedida, que ya no es un síntoma sino su principal característica, porque como digo, el mercado ya no existe, sino más bien una representación, un convencionalismo que se hace pasar por tal, y en esta fase final, la radicalización del superimperialismo se está volviendo muy agresiva porque los instrumentos de control económicos -el sistema monetario, bancos, paraísos fiscales, tasa decreciente de plusvalía, privatización de servicios, etc.,- aparecen, cada vez más, como lo que son en realidad, instrumentos para expropiar a las naciones, a la ciudadanía del mundo, porque sería imposible que 88 propietarios tengan tanto dinero como 3 500 000 000 millones de personas, si los Estados nacionales defendiesen el interés de la mayoría, en vez de defender el interés de una reducida élite de riquísimos propietarios haciendo pasar tal defensa de un expolio como un hecho ineluctable de una ciencia.


Estos son los últimos coletazos de una fiera herida, y cuanto más se tarde en reconocer el problema más costoso será para las naciones, para las sociedades, porque la aparición del fascismo en la escena europea -Ucrania- ante la indiferencia política de los Estados nacionales europeos indica, para el superimperialismo euro-estadounidense la necesidad de ir a un enfrentamiento con los pueblos para amordazarlos y anularlos; el terrorismo que desarrolla el superimperialismo se extiende, primero en los países en guerra, como lo demuestra la reactivación de la guerra en Iraq con el EIIL reconvertido en estado islámico, vivero de fanáticos dispuestos a llevar el terrorismo a Europa y Estados Unidos, como parte de un plan urdido por los estrategas de los thinktank que se mueven entre los servicios secretos de EEUU y el Departamento de Estado, en un primer momento para atemorizar a las ciudadanías objetivos de sociedades en proceso de transformación, y cuando el anuncio de tales vaticinios lo hace alguien relevante como el que fue vicepresidente de Estados Unidos con Bush hijo -Dick Cheney-, debe de tenerse muy en cuenta, segundo, porque es mediante la parálisis política que acontece ante la falta de alternativa al sistema capitalista -como usar las enormes capacidades conseguidas POR LA HUMANIDAD en las últimas centurias- lo que enerva a la sociedad, convirtiéndola en caldo de cultivo de prácticas denigrante, insolidarias, narcisistas, precisamente por el abandono de la utopía socialista; ha sido esta falta de lucha social lo que ha dividido la práctica política oficial de las luchas ciudadanas y de las luchas obreras, ante el sometimiento de los parlamentarios y de los sindicalistas a los cantos de sirena de la burguesía, por eso la despolitización carcome a la sociedad, porque solo en el tiempo de elecciones, los políticos bajan a la calle, y mientras tanto, los ciudadanos, los trabajadores, se las apañan como pueden, luchan para sobrevivir, sin objetivos, y esa es la característica de la guerra civil en Ucrania, por eso, si en el 39, la guerra civil española fue el anticipo de la segunda guerra mundial, la guerra civil en Ucrania, una guerra secreta, sin corresponsales, sin observadores, sin objetivos, puede ser el anticipo de una derrota europea, de todos los que temen una Europa solidaria, una Europa concienciada politicamente, una Europa ciudadana, por eso, mandan los fondos buitres sobre las naciones, porque la burguesía sí tiene objetivos, y el principal objetivo es lograr una derrota bíblica sobre la ciudadanía, luego, ya se repartirán el botín.


LA ESTRUCTURA MENTAL


Supondremos que la estructura mental es el conjunto de imágenes, ideas, conceptos que es común a una determinada época y que cada época de la historia se reconoce; es el cuadro de ideas, valores, imágenes y conceptos compartido por el grupo humano en un determinado tiempo. Según ese estado de conocimientos grosso modo compartido, es posible la comunicación, pudiéndose acudir a él para exponer, explicar una idea, un concepto, un plan. Diríamos, recurriendo al lenguaje coloquial, que es el software con el que cada época dota a sus miembros; eso significa, acotando el grupo humano en función de categorías profesionales, sociales, culturales, religiosas, etc., que la idea, discurso, proyecto que se presenta puede explicarse, por muy novedosa que sea, acudiendo a ese cuadro de elementos y recursos mentales, que es propio y compartido por el grupo. De esta estructura mental se vale la publicidad para mandarnos mensajes, que no siempre son explícito, pero que crean el ambiente necesario para presentar el producto final. ¿Tan difícil puede resultar para la izquierda creer que el modo de producción mercantil sigue teniendo un futuro válido para la humanidad, ante el cúmulo de sufrimientos y penalidades evidentes, que no se atreve a decirlo así de claro, por temor a no ser creída? ¿Tan difícil resulta enumerar por qué
ya no es útil para el conjunto humano un modo de producción que nos enfrenta y nos divide, cuando la propia ciencia busca la síntesis?


El modo de producción mercantil tiene 500 años de existencia; el objetivo del sistema es conseguir el máximo beneficio fabricando objetos, y en estos 500 años de existencia, el perfeccionamiento logrado ha llegado al extremo; a principios del siglo xx el monopolio, el cartel, aseguran una determinada tasa de beneficio, fusionando el capital industrial y el capital bancario, es el imperialismo, el dominio del capital financiero; en la actualidad el capital financiero ha disparado la especulación, que le asegura el control de la producción de dos mercancías exclusivas que solo pueden ser utilizada por la reducida élite como valor de uso, una es el dinero, pero el dinero solo puede ser utilizado como valor de uso por los que poseen la capacidad de producirlo, los bancos, avalados por los Estados nacionales, para el ciudadano corriente, el dinero tiene que ser utilizado como valor de cambio, y en ese cambio solo puede obtener los bienes que permiten una existencia más o menos cómoda, pero para la inmensa mayoría -millones de personas subsisten con menos de un dólar diario-, el dinero solo permite sobrevivir el día a día. La otra mercancía utilizable como valor de uso es la fabricación de armamento, y el complejo militar-industrial asegura el clima necesario para que el objeto de su fabricación no decaiga, y en esa lógica perversa, se asegura el nivel de desconfianza que lleva aparejado la hostilidad, el temor, porque una élite es la que decide como emplear los recursos del planeta, en su exclusivo beneficio.


En este curso del desarrollo histórico, la fuerza de trabajo, que era el factor principal de las fuerzas productivas, es expulsada de la producción, cada vez en mayor proporción, en mayor medida, y eso hace bajar vertiginosamente la tasa de ganancia, pues la enorme capacidad de producción, al automatizarse expulsando fuerza de trabajo, hace descender la tasa, ya que las máquinas no producen plusvalía, sin embargo, las fuerzas productivas sigue creciendo, porque estas fuerzas la asegura la ciencia y la tecnología. Este desarrollo del proceso está lleno de contradicciones terribles que se aceptan como algo consustancial, pero esta lógica no puede crecer sin tener consecuencias; bajar la tasa de beneficio significa que grandes masas de personas privadas de medios de subsistencia, se convierten en un gran peligro para el sistema, y para compensar este déficit de disciplina político-social, el sistema lo compensa con el incremento de la política de privatizaciones, cuyo objetivo último no es compensar económicamente al sistema, al capital financiero -el nivel de ciencia y tecnología aseguraría una cómoda existencia vital, para toda la humanidad, si hubiese un reparto de la riqueza diferente, más justo- sino disciplinar a una ciudadanía, cada vez más insumisa y consciente, aunque sin otras perspectivas que las que el sistema le ofrece, a través de la publicidad, de una publicidad tendenciosa.


El capital financiero, al controlar la economía por la vía de la especulación, ya no necesita la mano de obra, la fuerza de trabajo, porque la fuerzas productivas la controla el dinero que crea la ciencia y la tecnología que quiere, necesita y desea, y no la ciencia y la tecnología que facilitaría la vida, por lo tanto, el exceso de humanidad se convierte en un fardo, un lastre, un peso muerto que suprimir; el cinismo del viejo Le Pen es un indicativo de los planes de la élite, cuando en la pasadas elecciones al parlamento europeo aludió al señor ébola, como solución del la emigración en Francia, por lo tanto, sin descartar una guerra nuclear, el sistema necesita eliminar a masas de seres humanos, pero aparentando accidentes, pandemias, es decir, aterrorizando blandamente, sin excitar el odio que apareja el conflicto bélico, y en ello anda la investigación de este investigador, claro está que las motivaciones no las dice, o de otro modo, la investigación siempre es puro conocimiento, pero los resultados dependen de poderes que siempre escapan al control de la ciudadanía, pues esas decisiones son excepcionales, y por tanto, ajenas al debate, ¿Que esto es una exageración?, que significa sino el hecho que casi media humanidad sobreviva con entre uno o dos dólares, o que 85 propietarios tengan tanta riqueza como 3 500 000 personas. La realidad es que esos 85 propietarios nos poseen, pues a su nivel de riqueza corresponde un análogo nivel de poder, y esto es demostrable con informes hechos por instituciones y equipos de investigación independientes; sin ambigüedad puede decirse que son los amos del mundo.


EL PROGRAMA DE TRANSICION


Los momentos finales del predominio de EEUU -que es como decir el capitalismo mundial- están recorridos por acciones de gran tensión y violencia porque el sistema es consciente de vivir el final de una etapa critica en el que el futuro puede ser definitivo, pero el cambio no se producirá sin un acto de afirmación de la sociedad. Este acto de afirmación tiene que ser un acto sin ambigüedad respecto al fundamento mismo de la nueva sociedad y ese no puede ser otro que la producción misma decidiendo que esta ha de ser para sí, porque el sistema, el capital financiero internacional ha logrado convencer a la sociedad de la supremacía de respetar las finanzas -fondos buitres- sobre la nación, para que el funcionamiento de esta, de la sociedad pueda prosperar, lo cual es falso, pero no se discute, porque la falta de una alternativa socialista, acepta un determinado grado de desigualdad, en el supuesto que esta desigualdad se va corrigiendo con el transcurso del tiempo, cuando, históricamente, los datos demuestran que no es cierto, sino que es este grado de desigualdad se incrementa, de tal manera que se percibe, no solo por los más débiles, sino por esa capa social, eufemísticamente denominada clase media, y cuyo nivel de vida no hace más que descender, por tanto, repudiar la extrema desigualdad social -88 propietarios que se reparten casi medio planeta, es la demostración más evidente- valorando la necesidad de una sociedad menos crispada, más solidaria, no será posible sin diseñar un nuevo proyecto de sociedad, aceptando que tal proyecto tiene un coste económico, que merece la pena sufragar, porque será la garantía de una convivencia armoniosa, pero hasta llegar a ese punto queda un recorrido, que puede ser breve o eternizarse ante el temor a mirar el problema a la cara y reconocer la necesidad de crear esa alternativa.


Un proyecto de programa para facilitar el tránsito hacia esa sociedad requiere luchar por un cuadro de reivindicaciones comunes comenzando por desmontar la falacia de acabar con los impuesto. Una sociedad industrializada y moderna, con un grado de civilización altamente tecnificada requiere un nivel de funcionalidad que solo puede mantenerse con impuestos -ya es así-, pero quienes menos tributan son los que más se benefician, y ellos deben ser gravados en función de sus cuantiosas ganancias: tributar es la garantía de una sociedad solidaria, en la que el ciudadano tiene la máxima consideración porque son el soporte principal -no son súbditos- sino iguales en derechos, iguales ante la ley.


Esta necesidad requiere la exigencia de someter las finanzas al control de la sociedad exigiendo la erradicación de los paraísos fiscales, y allí donde una inversión obtenga beneficios debe tributar con una tarifa internacional igual, en todos los países; la erradicación de los paraísos fiscales debe formar parte de la acción política ciudadana. La publicación de las riquezas y ganancias obtenidas, así como su trazabilidad debe ser una exigencia de garantía de que tales beneficios fueron logrado con honorabilidad.


Garantizar un mínimo vital como vivienda, implementada con un mínimo de habitabilidad, sanidad, enseñanza y cultural, es condición indispensable de progreso y funcionalidad ciudadana. Cualquier intento de privatizar ese mínimo de confort ciudadano debe ser considerado crimen de lesa ciudadanía.


La internacionalización de la producción y el comercio es una realidad insoslayable, y tal realidad requiere de instrumentos capaces de garantizar un trato justo entre las naciones, y esos instrumentos no son otros que un nuevo sistema monetario mundial -la dolarización de la economía está a punto de quebrar, y de esta amenaza de quiebra deriva toda la tensión mundial-. Un nuevo sistema monetario, dejado al albur de la actual política internacional es impensable porque la ciudadanía internacional es arrastrada ante la falta de esa necesaria alternativa -como ejemplo de debate, previsión, control y coordinación, dejo este enlace, que he citado más veces, en el entendimiento de hacer ver el nivel de organización de la clase capitalista y la misérrima organización ciudadana-, puesto que solo una fuerza independiente de los intereses burgueses puede hacer valer opciones de clase diferentes de los intereses burgueses; cualquier otra opción diferente arrastrará a la ciudadanía en pos de criterios, pretendidamente nacionales, y ha de quedar claro, que esas opciones, siempre benefician a una parte de la nación.


Europa es en el tablero en el que los estrategas al servicio de los mercados, dibujan sus planes; es el principal objetivo a batir, porque es donde está la materia humana capaz de volcar la inercia histórica, la que cuenta con la fuerza más preparada, pero la extrema división nacional y el abandono de la lucha del internacionalismo proletario por la socialdemocracia, hace cien años, poniéndose al lado de sus burguesías, impide, a la ciudadanía, comprobar cuan cerca están británicos y alemanes, franceses y rusos, españoles y suecos, etc., como lo están sus respectivas burguesías entre sí con la burguesía más fuerte, la corporate class estadounidense, y romper esta alianza burguesa pasa por impedir que esa alianza del complejo militar-industrial euro-estadounidense pueda jugar con los nacionalismos europeos quebrando la percepción popular de ser un mismo pueblo. Una fuerza de izquierda que se atreviera a liderar un cambio histórico, como el que se esboza aquí, con incierta fortuna, habría de levantar la bandera de la lucha por los Estados Unidos de Europa, exigiendo un solo gobierno, responsable ante un parlamento común, conscientes de que esta opción eriza los pelos de toda la burguesía mundial. Es innecesario decir, que tal unión no equivale a borrar la identidad nacional, sino más bien, facilitar un enriquecimiento cultural y humano.


La alternativa necesaria es la gran tarea a realizar por la izquierda mundial, y en este sentido, la izquierda europea le tocaría corregir el rumbo que los parlamentarios socialistas erraron hace cien años votando los créditos de guerra. Este apunte comenzó por reconocer al Papa Francisco su deseo e interés por recuperar la bandera de los pobres. El camino podría ser recorrido junto, no solo por cristianos y marxistas; es un camino abierto a todos los que quieran luchar por una humanidad mejor, comenzando por exigir un reparto de la riqueza diferente y más justo, porque la riqueza la crea y tiene sentido la sociedad.


jmrmesas


once de julio de dos mil catoce