GOBERNANZA O GOBVENGANZA CATALANA
Un
político puede ser más o menos coherente, gozar de más o menos
fortaleza ideológica, pero lo que verdaderamente sostiene a un
político es la fortaleza política de su partido, en la medida que
ese partido expresa y recoge los intereses objetivos y subjetivos
de
los que se hace bandera.
Puigmenond
– juntos por cataluña – se embarcó en esta apuesta personal
que, al parecer, pretendía poner en valor su decisión de haber
convocado elecciones, tras el ultimátum del 155 cuando un mensaje en
las redes sociales le acusó de ser un judas
con
ambiciones. La apuesta mantenida desde entonces hasta estas semanas
se ha revelado carente de contenido, porque para aceptar, ahora, un
candidato a la presidencia a la medida del 155, se podía haber
ahorrado todo este tiempo.
A fuer de sincero creo que la independencia de
Cataluña solo sería posible si se descubriera un océano de
petróleo bajo su suelo, o una veta de un kilómetro de oro que
profundizara hasta el centro del planeta, pudiendo esto suponer gozar
de la protección de EEUU como avalista de la independencia, pero
esto es quimérico.
Esperar que una parte del territorio del Estado
español se pueda convertir en república independiente dentro de la
Unión Europea, sin que esa opción supusiera, mínimamente, la
conversión de todo el Estado español en una Unión de Repúblicas
Ibéricas, parece imposible (pues ni los independentistas de derechas
ni los de izquierdas miran más lejos, en tanto que eso
supondría acabar con el modelo de la transición del 78) ya
que Europa supone una cierta entidad de producción globalizada
que no puede ir a más por las trabas políticas que el
capital financiero estadounidense, lastra la coordinación del
territorio para que Europa sea el dique de contención contra la
inevitable socialización cautelosa
que un territorio tan heterogéneo como Europa – no la Unión
Europea –,ha de intentar para poder – diría – ir puliendo las
contradicciones, de todo tipo que Europa ha acumulado a lo largo de
su historia. Que este terreno de producción centralizado sea
operativo sin que esa socialización cautelosa dirigida por
el capitalismo se note es casi mágico.
Esas contradicciones se pulen – la UE intenta
pulirlas – con el ejercicio de una democracia de baja intensidad
que expresa, en mi discutible opinión, la propuesta de Estados
Unidos de Europa, que el líder de la socialdemocracia alemana, dejó
caer, como sin querer. El ejercicio de una democracia, cada vez más
profunda, que garantizara que esa democratización no supusiera la
desaparición de las identidades culturales que identifican a los
pueblos, es irrealizable sin el empoderamiento de las sociedades que
componen el mosaico europeo, y dado que el cauteloso proceso que está
llevando el capitalismo podría terminar por convertirse en el centro
de desarrollo de un nuevo modo de producción que englobara eurasia,
iniciando un proceso que fuera la alternativa al caduco modo de
producción mercantil, EEUU lo ve con suma preocupación.
La
burguesía estadounidense se ha formado históricamente en un
territorio, prácticamente vacío – es cierto que se dieron maña
para matar a los nativos, quitándoles sus recursos –, sin las
contradicciones que la burguesía de Europa tuvo que enfrentar. Los
enfrentamientos entre burgueses y aristócratas terratenientes
produjeron contrapesos, de los que la burguesía de Estados Unidos se
liberó y eso la ha impulsado a evitar el compromiso y a tratar de
imponer sus intereses por la fuerza – américa
primero;
make
américa great again
– que equivale a que los finales del modo de producción mercantil
sean muy inciertos porque la perdida de liderazgo de EEUU pueden
suponer enfrentamientos catastróficos.
¿Será
posible que vuelva la normalidad a Cataluña? Parece difícil porque
los problemas de Cataluña forman parte de los que tiene España, y
que tiene Europa, pero que por circunstancias, Cataluña ha
destapado, mientras en España, los políticos, carentes de
perspectivas y el pueblo trabajador sin líderes que sean capaces de
llevar los problemas que la marcha indetenible del mundo produce, una
especie de run run que genera, constantemente microscópicas
alteraciones que al cabo de un tiempo se convierten en grandes
cambios que terminan afectando a estructuras económicas, sociales y
políticas, y que solo un partido revolucionario podría interpretar
al tener una perspectiva que integrara esa marcha indetenible del
mundo.
jmrmesas
treinta y uno de enero de dos mil dieciocho