lunes, 11 de enero de 2021

LA LATA DE LOS VIKINGOS

 

LA LATA DE LOS VIKINGOS


En términos coloquiales, la lata quiere decir dar la tabarra, soltar el mantra, la letanía que termina por incordiar y fastidiar. Y en esto llego Fidel, es decir, más letanía, más mantra. Intentaré hacer una aproximación a una realidad llena de aristas cual trozo de cristal inastillable y por tanto, pulverizable, o lo que es igual, más difícil de apreciar las aristas peligrosas.


La televisión está llena de programas documentales que tratan de buscar las huellas de los viquingos en tierras americanas, americanas del norte, y como cercanía más inmediata, Groenlandia (aún danesa), y persisten más y más tratando de ganar para la causa wasp legitimidad de origen sobre el nuevo continente, América, y mientras escarban en los lugares de su supuesto deambular la tierra removida la echan sobre las evidencias arruinadas del paso de España y los españoles sobre tierras tan frías como el estado de Whasington con nombres como Bandera State, Málaga, a orillas del rio Columbia, la bahia de Juan de Fuca, la isla de López, es decir, muy alejada de las cálidas tierras de Florida, o Tejas, y todavía más al norte, en territorio ártico, en Alaska, que aún estaba por ser territorio de Rusia, dejando nombres como Valdéz o Córdoba (Cordova), y es que los españoles estuvieron allí y la conquista de esas tierras no fueron cosa de simple explotación, fueron territorios a los que se exportó cotidianidad cultural, sobre las que se formaron provincias ultramarinas y por tanto sujetas a las mismas normas y leyes que las de la metrópoli. Territorios sobre los que se construyó Nueva España, es decir, Méjico, y que los elementos venales, que habitan en cualquier época, esperan la oportunidad, su oportunidad para medrar al precio que sea, aunque siempre habrá estadistas con visión como Benito Juarez que no reconoceran el expolio del territorio nacional, pensando en las nuevas generaciones capaces de reclamar el expolio, pues un gran porcentaje (más de la mitad) del territorio estadounidense se asienta sobre tierra que fue Nueva España, Méjico.


Es decir, el paso de España por América fue una empresa colosal, no un rebote, y esto viene a cuento sobre el asalto al Capitolio y la payasada del viking presidiendo el salón de sesiones. En realidad, la payasada tiene una enorme carga antidemocrática porque servirá para introducir leyes más restrictivas sobre la ciudadanía, en un momento donde el sistema se encuentra en la uci —unidad de cuidados intensivos— teniendo en cuenta que la convocatoria —el asalto al Capitolio— fue anunciada y animada por senadores —doce senadores, los doce apóstoles de Trump— que se dirigirían a los convocados, en diferentes momentos, no era pues, algo improvisado, incluso una senadora hizo alusión a que llevaía al Capitolio su pistóla, sabiendo la prohibición existente en el Distrito de Columbia de llevar armas.


Aún más, el asalto fue el último intento de un reducido sector del capitalismo marginal de evitar perder los resortes del gobierno, del peor gobierno, de la peor adminstración del paso de un presidente que teniendo en sus manos todos los medios no entendió que la pandemia era una maniobra desesperada del capital financiero para ocultar el agotamiento del sistema, de una crisis económica y de un mundo que está mutando con la misma velocidad que lo hace el coronavirus, y es que, Trump es un capitalista procedente del mundo del juego, de los casinos, de los garitos o lo que es igual, del pelotazo, donde el capital es extremadamente volatil, a diferencia del capital industrial y bancario (capital financiero), cuyo crecimiento se basa en ofrecer bienes, mercancías (casas, coches, –ARMAS–), con un determinado valor de uso consistente, no efímero, no excesivamente volatil, por eso, mientras se trata de mantener el sistema en pie, convenía apartar a las masas de ciudadanos, nuevamente estafados, recluídos, confinados, temerosos y ajenos a las maniobras del complejo militar industrial.



Esos capitalistas, el complejo militar industrial, en la acertada expresión de D. Eisenhower, el estado profundo, la gran burguesía de EEUU que ha diseñado una pandemia como medio de velar el agotamiento del sistema, que se anunció con una crisis económica que fue dopada con inyecciones de millones de millones de dólares emitidos por la reserva federal que fueron a parar a los grandes bancos, no sirvió para nada y finalmente tuvo que recurrir a las armas secretas que no ha sido otra que el coronavirus, se encontraron pues esos tipos, sobrepasados, y así, esos capitalistas del pelotazo, tipo Trump, tipo Adelson, no entendieron el significado de las inversiones en investigación, de biólogos tan cualificados como Kawaoka, y los reparos sobre ese tipo de investigación de otros tan cualificados biólogos como Stanley Plotkin, creador de varias vacunas.


Su equivocación, la equivocación de Trump, la prueba de no haber entendido el mensaje fue desatender la pandemia en su propia casa, y mientras los gobiernos europeos tomaron medidas para contener la mortandad, Trump acabó condenando a los estadounidenses pobres, a morir como chinches.


Siguió, y siguieron sin entender, él y sus secuaces que EEUU, el complejo militar industrial, la muy bien estructurada burguesía estadounidense no podía permitirse el lujo de darse un golpe de Estado porque eso habría desencadenado el hundimiento ipso facto del dólar, el hundimiento de la calidad y cualidad de liderazgo que posee EEUU como dirigente consentido de los burgueses del mundo y como cabeza del capitalismo mundial, por eso la planificación del golpe contaba con una victima propiciatoria, la desgraciada seguidora del presidente Trump, la ex militar de la fuerza aerea que fue abatida sin mediar violencia, cuando los policías del Capitolio, habían abierto las barreras dejando el paso libre a los asaltantes, esa señora fue inmolada para desencadenar la reacción de, al menos, algún sector militar —hay un video en la red, emitido por periodista digital, en el que un tal César Vidal cuenta su visión de los acontecimientos —, por eso, creo que la minúscula parte que representa Trump en el complejo militar industrial no pudo arrastrar a todos a un golpe carente de contenido, porque la quiebra del sistema capitalista que representa el modo de producción de mercancías no tiene una salida fácil, y la posibilidad de una alternativa, que hoy más que nunca es socialismo o barbarie, socialismo o pandemias, socialismo o hecatombe, socialismo o fakenews, debe ser la consciencia de que los medios de producción no pueden ser utilizados para satisfacer al mercado sino para satisfacer las necesiddes humanas.


UN SISTEMA AGOTADO


¿Qué debemos entender cuando se habla del agotamiento del sistema? ¿Qué entiendo por sistema? ¿Qué es el sistema capitalista? Creo importante empezar por establecer estas consideraciones porque de lo contrario no se entienden los acontecimientos tomando estos caracteres de fatalidades inexplicables, hechos sin posibilidad de una cierta previsión, y eso no es así porque existen fuerzas que imponen comportamientos adecuados para que tales fuerzas no tengan consecuencias indeseadas.


Entiendo por sistema un conjunto de órganos cuya finalidad es mantener un cierto funcionamiento que es de vital importancia que no se detenga, primando esta característica de conjunto sobre cualquiera de los órganos que lo componen. Entendido de este modo, el sistema capitalista tiene como principal función el impulso de las fuerzas productivas, desarrolladas estas medinte la posibilidad de extraer plusvalía del trabajo humano, la obtención de la ganancia por encima de todo.


Si se acepta que el sistema tiene una función y que esta es el impulso de las fuerzas productivas, como trató de demostrar Karl Marx en su obra, los modos de producción tienen caducidad y esta caducidad genera contradicciones rupturistas cuando la superestructura es incapaz de actualizar la forma de producir y de vivir de la sociedad. Durante décadas, en tiempos anteriores, la estructura económica de la sociedad progresaba lentamente, y eso hacía que los cambios de los modos de producción apenas se notaran las contradicciones entre estructura economica y superestructura sucediendose las transformaciones con lentitud, mientras la sociedad asumía los cambios porque estos apenas rozaban la propiedad y su gestión, mientras hoy esta característica es muy notable.


El actual modo de producción, a partir de finales del siglo xix y sobre todo durante el pasado siglo xx, la estructura económica de la sociedad ha ido variando y progresando casi continuamente absorviendo los avances científicos generadores de tecnologías que han impulsado la producción, como nunca antes en la historia de la humanidad, y este impulso ha generado contradicciones sociales que trastocan el orden de los valores sociales, que afecta a la propiedad y las consecuencias que esta tiene sobre la naturaleza y sobre la vida en toda su dimensión siempre en manos de una élite que tiene la potestad de interpretarlos a la medida del poder de los dueños de los medios de producción, en manos del capital finaciero.


La finalidad de obtener plusvalía de la explotación del trabajo humano, en todo ese tiempo, como he citado en ocadiones anteriores se ha ido encareciendo de tal manera que el beneficio final, la tasa de ganancia, ha ido decreciendo en la medida que para obtener una tasa de ganancia euiparable a un periodo de tiempo dado, ha significado tener que invertir cantidades de capital fijo, cada vez mayores —los interesados pueden buscar en la red los trabajos del economista Michel Roberts y sacar las conclusones por si mismos—, y esto atenaza al sistema porque a diferencia de épocas pasadas, la sociedad está, en términos generales, muchisimo más preparada, posibilitándose acceder a funciones complejas por un número creciente de indivíduos, teniendo cada vez más, un sentido crítico de la vida, de la sociedad, del PODER.


A esto habría que añadir que la función de lider, que en tiempos anteriores, desempeñaba la metrópoli se ha ido diluyendo en la medida que se han internacionalizados los procesos de producción. Las fuerza productivas han adquirido características de contenido geológico, cósmico y se ha diversificado la posesión de tales fuerzas, y las contradicciones generadas por ella han de ser reguladas porque ya no es solo la metropoli quien posee el control de su uso indiscriminado, impone pues, por la propia naturaleza de este proceso llegar a enendimientos sobre su uso.


Creo que la pandemia es el uso de un arma biológica empleada por un sector del complejo militar industrial con la decisión desesperada de frenar el declive que se veía venir con el cambio climático, la gravedad de la crisis económica, y la proximidad de las elecciones en la metrópoli, dispararon los acontecimientos, y la poca perspicacia de la administración Trump, amparada en el liderazgo consentido por el conjunto de los poderosos, representantes de los privilegiados del mundo temerosos por detener el empoderamiento social, se precipitaron.


Los carcas del mundo se identifican con Trump porque su pose decidida aparenta dinamismo juveníl cuando no es más que una huida hacia adelante para seguir aferrado a los privilegios de los que siempre lo han tenido todo fácil, por eso, aunque no creo en los pueblos elegidos querría, cerrar el paso a los carcas españoles, admiradore y copiotas de Trump proponiendoles a los trabajadores españoles, peninsulares y ultramarinos luchar por formar la Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas como paso decisivo en el alumbramiento de un mundo nuevo, y ese nuevo paso adelante requiere poner en pie una nueva internacional cuyo objetivo debería ser abrir el dabate, iniciar la lucha por definir las característica del nuevo modo de producción haciendo buena la idea de no dejar nadie atrás.


Construir la nueva internacional, construir el partido significa construir el individuo social que no es otra cosa que la maduración cultural, intelectual, tecnico cientifica de la humanidad libre de los prejuicios de la limpieza de sangre, de los prejuicios raciales, que siempre sirvieron para afianzar los privilegios de los ricos y poderosos de la tierra, frente a las masas desheredadas. Así lo veo.


jmrmesas

enero de dos mil veintiuno