martes, 26 de marzo de 2019

PEDIR PERDÓN







PEDIR PERDON


Pedir perdón por la conquista de América, por el latrocinio de América que los españoles cometieron, sí que obedece a la leyenda negra que arrastramos, y que se airee ahora, me parece que no es nada inocente y sí muy interesada esa ventilación que perjudica a la izquierda, en España y refuerza a la burguesía, a los terratenientes, a los poderosos, bajo cuya bandera se llevo a cabo el expolio. Que el presidente de Méjico pida al Rey un gesto de reconocimiento no es más que una maniobra para afianzarse en el poder porque, debe saber, desde que fue elegido, por una abrumadora mayoría, que él, AMLO, cuenta con el odio de sus burgueses mejicanos, colabores estrechos del complejo militar industrial de Estados Unidos, que consideran a todos los hispano americanos, poco más o menos que sirvientes. El señor López Obrador debe saber, desde ya, que su destino, por muy bien que lo haga —que espero y deseo, productivo, para nuestros hermanos mejicanos—, está sellado con la suerte que están corriendo los presidentes de Brasil, Lula da Silva y la presidenta siguiente Dilma Rouseff, empapelados y encarcelados por supuestos delitos de corrupción, solo por el hecho de haber gobernado poniendo énfasis en aliviar un poco el sufrimiento de los expoliadores actuales, que nno eran sino sus burgueses y los burgueses del norte, así que, intentar salvar su presidencia señalando a los españoles, no es más que echar gasolina en su alrededor, porque, ¿No es más sangriento los acuerdos de sus predecesores en la presidencia con USA autorizando el uso de armas de guerra al narcofascismo, para controlar el contrabando?

La conquista de América por los Españoles me parece mucho menos sangrienta que la de los ingleses, alemanes y holandeses afincados en el norte, que exterminaron a la población nativa, sin que a nadie se le ocurra pedirle al fascista Trump que pida perdón por las matanzas de indios y por las expropiaciones de sus riquezas.

En España, los romanos estuvieron seis siglos, y los árabes 8, y agitar el señuelo de la ofensa de país conquistado me parecería una soberana estupidez, sin embargo, y esto es actual, me parece de extrema necesidad poner coto al latrocinio actual que las transnacionales nos someten al 99%, azuzándonos a sus trump, bolsonaros, macrons, merkels, mays, y sus segundos espadas, Casado, Rivera y el pistolas.

Me parecería fabuloso jornadas de reconciliación entre los pueblos, que son los que sufren las consecuencias, cuando los burgueses los convienen en carne de cañón o les alienan cono terroristas, mientras esto, sea así, dar crédito a estos arranques de arrepentimientos, me parece falso, y si el Rey debe pedir perdón ahora debe comenzar por reconocer a Franco como hacedor de su reinado, y eso, no es un timbre de gloria.

jmrmesas

veintiséis de marzo de dos mil diecinueve




viernes, 22 de marzo de 2019

UNA INTERNACIONAL...¿FASCISTA?



UNA INTERNACIONAL...¿FASCISTA?


Todo parece familiar, todo parece como siempre. Durante doscientos años las rutinas del común de los mortales han consistido en eso, rutinas que parecían garantizar una cotidianidad, más o menos grata pero en todo caso intrascendente, sin embargo, tras esta aparente normalidad se han ido gestando actitudes y aptitudes producidas por el curso del progreso científico-técnico que modificaban incansablemente el sustrato de esa cotidianidad, podría decirse, que éste, pasaba desapercibido para la mayoría.

Ese sustrato lo componen, de una parte, la compleja interrelación de las fuerzas productivas, que a su vez influyen inexorablemente sobre el sustrato natural, el planeta vivo, el planeta mismo, alterado impunemente por los grandes contaminadores —el desarrollo del modo de producción, el inmisericorde capitalismo, que ha utilizado la naturaleza como si fuera de su propiedad exclusiva—, mientras que, de otro lado, las interrelaciones económicas y políticas, ocultas a la mirada del conjunto social, abonaban el sustrato social, que hace de la rutinas cotidianas el narcótico que adormece y pone en segundo o tercer plano, la consciencia individual y colectiva. Sin embargo, una minoría poderosa, que sí empezó siendo sorprendida, rápidamente se apercibió cabalmente de la importancia de las actitudes y aptitudes que el progreso generaba. La rutina de esa élite, necesitada de tomar decisiones, con la frecuencia necesaria como para notar las sutiles diferencias que se producían, y que se producen y seguirán actuando inexorablemente porque son la esencia de un desarrollo humano, tan dependiente de los artificios que han modificado el comportamiento de la naturaleza en el transcurso del funcionamiento de las tareas concernidas por la economía, los negocios, la política e indeclinablemente, por las ciencias, una ciencia que es financiada por una élite muy concreta, para que arroje resultados en la dirección conveniente y esperada, y esas rutinas generadora de modificaciones y cambios imperceptible para la mayoría| obró el milagro de hacer luz en la cotidianidad de la élite, valorando un terreno que para la mayoría es ajeno.

Ese sustrato, que en términos sociales están oculto a la mirada de la sociedad son la causa de las modificaciones que afectan a las condiciones de la vida cotidiana del planeta, y que solo, cuando saltan las alarmas nos preguntamos qué sucede, qué ocurre.

En los últimos tiempos, los acontecimientos y la posibilidad de tener conocimientos de sucesos que ocurren en el otro extremo del mundo, empieza a despertar una cierta consciencia general, mundial, una cierta percepción de conjunto, que aún no sabemos —en términos generales— como integrar en nuestras reflexiones cotidianas, en nuestro pensamiento, que busca hacer luz para saber qué hacer y como hacer de una situación cada vez mas complicada y agresiva, pero que sigue estando en esos planos subordinados a la perentoria rutina cotidiana que parce garantizar nuestro sustento, mientras que el sustrato, los sustratos, el natural y el de los de contenidos sociales y económicos acumulan tensiones, cada vez mas graves y peligrosas, que escapan a la mayoría, pendiente de las exigencias de sus rutinas, pero muy alertadores de la poderosa élite que controla el capitalismo financiero.

Son las tensiones del sustrato —natural y social—, lo que en mi discutible opinión me hace suponer que el sistema se encuentra en unas condiciones de crisis extrema y que estaría condicionada por la naturaleza cambiante del modo de producción que ha pasado de estar impulsado por la producción de mercancías tangibles, a estar poderosamente volcado en el logro del beneficio obtenido por la especulación, por ese capitalismo financiero que mueve todas las fichas para no perder el control, es decir, acumular dinero fabricando y vendiendo humo.

He leído no hace mucho algunos artículos de documentados columnistas y periodistas que me han hecho reflexionar porque, no obstante de poner nombres y describir problemas echo en falta el reconocimiento de haber llegado a la situación actual sin una expresa manifestación de que tal estado de cosas ha sido posible porque una parte importante de la sociedad, la clase trabajadora, ha ido abdicando en sus intereses, en sus reivindicaciones históricas al estar estos defendidos por unas direcciones políticas, sindicales, sociales e ideológicas completamente capturadas por la ideología burguesa, tendiente siempre a la desmovilización social fiándolo todo a un parlamentarismo vacio que permita el enriquecimiento de los poderosos a cambio de migajas, siempre barridas por las incesantes crisis, hasta llegar a la mas importante de todas desde 1929, la de 2008, según los expertos, no superada, pero sí atenuada, amortiguada por la bien estructurada organización de los medios financieros internacionales, sus redes de territorios de baja tributaciónparaísos fiscales y la coordinación de los gobiernos, prestos a echar un mano y dineros públicos al agujero creado por los bancos.

Las tensiones que se acumulan en el panorama mundial, tanto en los varios escenarios de conflictos de Oriente Medio —Siria, Yemen, Palestina, Irán— como en el continente americano —Venezuela y su lazo de países seguidores del dictado trumpiano— o en Asia —las islas en el Mar de China Meridional, Corea del Norte, Japón— y las mas próximas pero no menos importantes en Europa —Brexit, Francia, Italia, España, Alemania (Deutsche Bank)— serían un alarmante panorama que nos indicaría la rotura del estado de cosas que hacían de Estados Unidos el principal y determinante regidor del escenario mundial.

El temor a perder ese lugar de privilegio obtenido por el rol jugado al final de la SGM-WWII, que hizo posible configurar la estructura productiva y financiera es el que explicaría el encono actual en los campos del comercio mundial, y la comprometida e inestable posición de las finanzas mundiales, que está perdiendo porque el statu quo global ha cambiado y la acumulación de tensiones es el resultado de un balance de fuerzas disconformes con la hegemonía USA que les perjudica.

De lo leído hasta ahora, me ha parecido que el articulo de M. Roberts es interesante porque aborda una cierta perspectiva del sistema que desde su posición de economista profesional, es medida u cauta, pero desde la de la de los luchadores marxista, como desde la que trato de explicar y explicarme, resulta mas evidente de enfrentar. Su artículo comienza planteando la debilidad del capitalismo para crecer en los términos originales (fabricar cosas, mercancías y crear empleo). Todo ese texto es una demostración del, cuando menos, estancamiento de las fuerzas productivas, sin terminar –en ese texto no lo he visto, y dada su formación marxista, esperaba algún atisbo militante–de encontrar la razón del mismo, cuando al menos para mí está claro que se debe a ese cambio experimentado por el capitalismo apoyando el predominio del capital financiero, a la especulación frente a la producción y ese predominio del capital financiero es un salto cualitativo que explica un cierto agotamiento social del sistema, del modo de producción de mercancías, especializándose en una producción que domina y controla fabricando armas de destrucción masivas y dinero desvalorizado porque beneficia solo a una reducida élite, y esa reducida élite buscaría arteramente el debilitamiento de una población a la que teme y desprecia, buscando someterla porque ese es el contenido de las élites dominantes a lo largo de la historia y que Umberto Eco, de una inteligente manera retrata en su descripción del UR FASCISMO pues esas élites gobernantes son, no obstante las etiquetas que quieran colgarse, fascistas.

El clima de terror indiscriminado puesto en marcha por el complejo militar industrial pentagoniano al que se suman todos los fabricantes de armas del mundo es una forma de detraer los fondos que han de tener una visibilidad inevitable, porque los otros fondos privados se ocultan en los santuarios financieros, con el beneplácito de los gobiernos que gobiernan solo para la élite, aunque pretendan decir que gobiernan para todos.

Trump es la cara visible de ese complejo militar industrial, de ese poder pentagonista que defiende los intereses de una riquísima minoría que nunca paga impuestos y que además destruye el planeta. Un terrorismo, bien estudiado para aparecer y desaparecer minimizando los lazos orgánicos, para ser presentando como sin ataduras y sus brazos ejecutores, como lobos solitarios, porque en realidad, esa internacional oculta, esa internacional sin organización formal tiene sus cerebros en los entresijos concomitantes del Departamento de Estado y el Pentágono. En los lazos con empresas dedicadas a la seguridad y sus conexiones, siempre disimuladas en pequeños comercios, empresas tapaderas con sutiles conexiones a los servicios secretos de los Estados asociados, conectados a la Alianza Atlántica que permite a esa reducida pero riquísima y poderosa élite, conectada internacionalmente con sus pares en otros países ir construyendo sus mentiras, que antes fueron los kisinger, mc namara, brzezinski y hoy son los Bolton, Pence, y sus peones en los países asociados.

Esa élite es la creadora del terrorismo, de las diferentes caras con las que aparece el terrorismo, sea el terrorismo cristiano de los Behring Breivik, Brenton Tarrant pero también de los hermanos musulmanes, al nusrra, al qaida creados por las antiguas potencias coloniales o por el moderno imperialismo, pero siempre oculto, y cuando, en algún caso se destapa, rápidamente silenciado, como ha sido el caso del discrepante saudí Kashoggi asesinado y descuartizado en Estambul, luego se termina sabiendo que el príncipe Bin Salman había organizado un escuadrón de torturas para silenciar a los discrepantes.

Ellos, los superricos, los que cuentan su dinero —que nos roban, porque no pagan impuestos y además lo ocultan en los santuarios financieros— por millones, les aterra la toma de consciencia que la sociedad va asumiendo, siempre, a partir de sus capas más débiles, más explotadas y el auge de los movimientos feministas, que en el mundo y especialmente, España ha experimentado un incremento, para ellos aterrador, porque temen que al calor de ese movimiento, justo y necesario, se sumen otros colectivos hartos de ser ninguneados, ignorados, es un movimiento que quieren combatir de forma organizada, porque la táctica puede variar de un país a otro, pero la decisión de los fascismos imperantes desde los Trump, Bolsonaro, Casado-Rivera-Abascal, Macrón (incapaz éste, de controlar a los chalecos amarillos quiere declarar, terroristas, sus protestas) está dictada por Bolton, dejando muy claro que el sistema se encuentra muy superado, porque ellos, hacen política, no solo en las administraciones políticas, cuidan los contactos internacionales para no dejarse sorprender y también analizan y estudian en los thinktank la marcha del mundo y sus posibles derivadas, y saben que su mundo se derrumba porque un modo de producción no cambia, sin antes poner en tensión todos los recursos que pueda contener, y el modo de producción de mercancías es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor, como explicó Marx y los gráficos del articulo de M. Roberts muestran las dificultades de ese crecimiento, ocultando, no obstante, que la economía fundada en el valor –plusvalía– tiene contado su tiempo histórico.

Los autores, de cuyos artículos dejo los enlaces y recomiendo leer, plantean temas importantes que, difícilmente se producirán desde los partidos y sindicatos obreros, muy embebidos en no perder la sintonía con el sistema y puede que crean que el capitalismo será eterno, les plantearía está reflexión ¿Será posible un transito a un modo de producción superior que no mercantilice al ser humano sin superar el nivel de organización de los capitalistas?

No creo que el capitalismo pueda aguantar otros cien años, pero el nivel de tensión y deterioro de las relaciones internacionales, los vaticinios de los economistas pronosticando otra nueva crisis y la guerras comerciales hacen prever un nuevo reparto del mundo, un nuevo ajuste de fuerzas que podría determinar quien guiará la transición a un nuevo escenario para la humanidad, pero mientras tanto eso se ventila, el incremento del fascismo como medio de control de la ciudadanía será una posibilidad a tener presente, por eso las reflexiones que plantean deben ser respondidas con políticas militantes porque el deterioro y descrédito de la política y los políticos como plantea este otro artículo, en mi opinión, se debe a la cobardía de las direcciones obreras incapaces de formular que proyecto de sociedad quieren que no sea una simple mejora de lo que hay, porque lo que existe se debió a una lucha feroz por el socialismo, que el movimiento obrero fue obligado a olvidar al coste de dos guerras mundiales en Europa, y ahora sus dirigentes creen haberse hecho un hueco en el sistema y la lucha por el socialismo es una antigualla innombrable. Los ataque al socialismo, a los sindicatos, a las mujeres y a las minorías diferentes, se incrementarán por que el fascismo es brutal pero camaleónico, y las instituciones creadas al calor de la bonanza se desharán —Unión Europea— porque no existe pueblo europeo porque este debe ser la opción militante de la izquierda de Europa por superar las barreras económicas que generan desigualdad, siempre favorable a esa riquísima élite, y la ciudadanía europea concita el temor de la burguesías del complejo militar industrial de Estados Unidos porque es el núcleo humano mas preparado, organizado y politizado del planeta, y ellos temen que los movimientos populares puedan prender la llama de la solidaridad, la llama de la reivindicación para acabar con la pobreza artificial, porque el ur fascismo es el que mueve a las élites, esas élites que colonizaron el Magreb, Oriente Medio, el Sureste asiático robándoles sus riquezas y ahora, envenenando sus mentes para convertirlos en su legión extranjera, al nusra, al qaida, carne de terrorismo, porque ese complejo militar industrial ha de controlar las fuentes de energías que mueven el mundo, por eso, Venezuela ha de ser expropiada de sus riquezas, sobre todo, su petroleo, planificando una intervención armada, al precio que sea.

CONCLUSIÓN

El modo de producción mercantil es la última relación de valor, y de la producción fundada en el valor(Marx), y este agotamiento tiene su exponente en el agotamiento del país que ha llevado más lejos el capitalismo: su agotamiento, su declive es el declive del sistema mismo. La vieja Europa podría ser la impulsora de la transacción a un nuevo escenario para la humanidad, pero para ello debería subsumir los nacionalismos en la creación de un pueblo europeo capaz de integrar a todo el continente.

jmrmesas

veintitrés de marzo de dos mil diecinueve