domingo, 2 de febrero de 2020

TEÓRICOS






TEÓRICOS

LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA COMO LINTERNA MÁGICA

Quiero comenzar con este enlace, que recoge la entrevista a un prestigioso teórico, filosofo y profesor, que recomiendo leer con interés. De ella, descontado el recorrido vital del personaje me interesan dos cuestiones, una que desvela aquellas teorías que tiran por elevación para no tocar la realidad, y dos, el todo hegeliano que atribuye al marxismo cuando dice deducir de las relaciones de producción y de las fuerzas productivas toda la superestructura. La he leído con atención porque intento aprender de todos aquellos que conocen la obra de Marx extensivamente. Como atento lector de Marx creo estar en condiciones de discrepar acerca de los temas que hacen referencia a las relaciones de producción, a las fuerzas productivas, al nacionalismo o la revolución.

Este investigador de la obra de Marx admite que nunca ha sido un marxista convencido, algo que no debería de preocuparle en absoluto, porque el mismo Marx no era marxista, según el propio Marx afirma, aunque era un fino y hábil conocedor de la historia y a mi escaso juicio entiendo que esa, diré, la duda intelectual del teórico al que me refiero, no le desautoriza porque dudar es razonable si se persevera en la intención de hacer luz. Sin embargo, esperar que la verdad se nos muestre, simplemente porque los acontecimientos tienen una determinada dirección, un determinado impulso no está en la onda del marxismo que sabe la necesidad de ayudar, luchar por que los acontecimientos discurrieran en el sentido que el curso del proceso histórico, el teórico militante, si se quiere, el marxismo, vislumbra como la dirección que se abre camino. El teórico desligado de la realidad (que no parece ser el caso del personaje) nunca estará en condiciones de entender el marxismo, por muchas lecturas que tenga primero, porque, como se hace referencia en la entrevista, el marxismo no es una teoría acabada; segundo porque Marx no es Dios y tercero y muy importante, porque la profundización del marxismo no es posible sin el partido, sin la internacional. El partido, para todos los efectos, en términos marxista es la internacional y los partidos nacionales son secciones de ese partido, de esa internacional. Es el thinktank de la clase obrera capaz de producir esa tormenta de ideas creadoras que atribuye la élite anglosajona a los laboratorios de ideas que son los thinktank. Solo la reflexión metódica de la clase obrera organizada y su práctica política abriría el camino creador del hombre nuevo. La humanidad redimida. La humanidad liberada.

Eso queda aun algo lejos y con pocos visos de coordinar ideas, movimientos, respuestas. En la entrevista se vierten algunas ideas sobre la revolución que me parecen útiles como para reflexionar sobre ellas porque atravesamos tiempos revolucionarios, deslavazados, inconexos, pero muy educativos y llenos de enseñanzas. Haré uso de otro enlace que me ha resultado, bello, bonito, hermoso sobre, lo dice el medio enlazado, la revolución en Beirut, porque la revolución hace sus reflexiones y extrae sus conclusiones en sus panfletos, los grafitis —antes se decía pintadas—, en los boletines y octavillas de las organizaciones participantes, que es la manera de la masa que quiere dejar de ser mercancía, para convertirse en seres humanos.

Es posible, como se dice en la entrevista, que la revolución sea una catástrofe telúrica, yo diría, solo si fracasa. Pero mucho más positiva, mucho menos catastrófica que dos guerras mundiales, o la constelación de guerras locales que no merecen el calificativo, tanto en el continente europeo como en el ámbito internacional, o la sexta guerra mundial de Trump. Debe de ser que el complejo militar industrial, acomodado en un continente sin vecinos beligerantes considera, justamente, que las guerras que fomenta fuera de sus fronteras son mundiales. Sea como quiera que sea, o más exactamente, las guerras y las revoluciones son la forma trágica de como el ser humano se conoce a sí mismo, desde el comienzo de los tiempos.

Es como una crisis de identidad permanente en la que los seres humanos, combatiéndose mutuamente, haciéndose daño mutuamente se reconociera semejante, vulnerable, débil y abatible pero se negaran a aceptar la vulnerabilidad prefiriendo quedar tuerto si enceguece al otro, sin querer aceptar que se pierde siempre. El ser humano se lanza a la aventura, a lo desconocido porque en ese lance se conoce a sí mismo, más que lo que conoce de afuera, por eso las guerras y revoluciones tienen en común la desorganización el descontrol y los ejércitos tratan de llevar el caos y la destrucción al enemigo, mientas pone todos los medios para evitar, en medio de la batalla, que el caos y el desorden echen raíces en las filas propias.

La revolución es más positiva que la guerra porque la revolución crea superestructura nueva, mientras va carcomiendo, destruyendo superestructura vieja. La guerra, por el contrario, refuerza lo caduco, afianza la vieja superestrucutura porque el poder de la élite necesita ser indiscutido, irrebatible, aceptado y asumido por la masa-mercancía.

Los ejemplos se abren ante nuestros ojos. Chile quiere otra constitución —un principio de superestructura nueva porque la heredada de Pinochet, no les vale—. El enlace de Líbano donde el pueblo reclama acabar con el Estado confesional es otro ejemplo de crear superestructura nueva. La movilización de los chalecos amarillos en Francia es otra muestra de desacuerdo con la vieja supresestructura. Todo ello planteado de un modo anárquico, sin ilación, a pesar de las redes sociales y las comunicaciones internacionales, lo cual vendría a plantear algunas cuestiones. La primera sería que cuando en el contexto mundial los desacuerdo se plantean en lugares tan diversos, al mismo tiempo, y sin acuerdo previo el sistema estaría dando señales de un pésimo funcionamiento. Podría estar indicando un agotamiento. Segundo, la carencia de superestructura liberadora, que se podría definir como la falta de teoría revolucionaria capaz de proponer los objetivos y las metas luminosas. Insistiré: crear y profundizar en una alternativa significa la reflexión militante, la reflexión metódica de la clase obrera organizada y su práctica política encaminada hacia objetivos concretos, medibles y cuantificables, y eso requiere la construcción de ese partido internacional, ese thinktank de la clase obrera organizada.

SUPERESTRUCTURA

En la entrevista, inquieta al entrevistado la implícita proposición, mejor, la deducibilidad de formar la superestructura partiendo de las relaciones de producción y las fuerzas productivas y me pregunto ¿Acaso la superestructura no es, en ultimo término, la cristalización de unas relaciones de producción pasadas? ¿No es el derecho, la filosofía, la religión, relaciones de producción embellecidas, adornadas, sacralizadas, que garantizan el dominio de una élite? ¿Donde queda esa ética si se cita a un ciudadano a un consulado y ahí termina su historia, ante el silencio cómplice de esa élite mundial que se apoya en una ética vacía de contenido?

Las relaciones de producción tienen unas características muy distintivas y determinantes. Cuando suponen un freno a la potencia de las fuerzas productivas el marco de su desarrollo se vuelve inestable, incómodo, cambiante, y la superestructura jurídica, política, ética, filosófica, estética, religiosa, se manifiestan inútiles porque entorpecen, no ayudan, y demuestran que los ricos poseedores lo son solo por medio de la fuerza bruta, por medio de un poder que no es divino sino muy humano, que reprime, mata aniquila, física, moral y espiritualmente al hombre masa-mercancía.

En mi corto juicio la superestructura es una etapa anterior cristalizada que justifica el comportamiento de la élite tomada por el todo, de hecho no es más que las relaciones de producción anteriores elevadas al rango de sagradas.

Me maravilla la falta de perspicacia de la izquierda intelectualmente pensante como no califican de catástrofe telúrica los millones de muerto de la primera guerra mundial, no por los millones de muertos sino porque los muertos eran ciudadanos, obreros, socialdemócratas alemanes, franceses, rusos, holandeses, italianos, británicos que se aniquilaron mutuamente en defensa de sus burgueses alemanes, franceses, rusos, holandeses, italianos, británicos porque los bernsteins que habitan en las organizaciones obreras contagian a los militantes de fe en la burguesía, en su Estado, en su emprendedurismo, útil solo para el enriquecimiento propio.

La sangría de semejante masa humana, ideologizada en un sentido positivo, supuso la aniquilación de la consciencia de la clase obrera militante, desde entonces, hasta hoy, reforzando la superestructura burguesa, abiertamente aniquilable, aunque para eso es necesario producir teoría liberadora, y la primera y la segunda guerra mundial fueron el puntillazo asestado al movimiento obrero mundial, al, proletarios de todos los países, uníos a manos de dirigentes timoratos, dudosos y cobardes.

Viendo en perspectiva el proceso, el estudioso, el analista que quiera comprender el desarrollo de los acontecimientos tiene que convenir que, si es cierta la afirmación de Marx cuando dice que, “El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir, el poner el trabajo social bajo la forma de antítesis entre el capital y el trabajo, es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor.” tiene que significar que entonces, el modo de producción está experimentando los estertores agónicos de su final, porque cuanto más gana la automatización en la producción, cuanto mayor dependencia de los servidores informáticos experimenten las finanzas, quiere decir que la élite de multimillonarios roban la riqueza de los pueblos apoyados en la superestructura —que nunca fue divina, que nunca bendijo ningún dios, que nunca hubo tablas de la ley, que las escrituras no son otra cosa que invenciones— porque las máquinas no crean plusvalía, porque toda la justificación en la que los ricos apoyan su preponderancia consiste en una soberbia y colosal mentira que destinada a empequeñecer, minimizar y enanizar a la sociedad, autentica creadora de riqueza, creadora de valor porque los poderosos del mundo no aflojaran su poder y emprenderan otro holocausto porque ellos si están en el paraíso, aquí están los arroyos de miel y todas las huríes, por eso es necesario una dirección obrera, una dirección internacional, esa internacional capaz de acelerar el proceso y recomponer la maltrecha consciencia de la clase obrera, porque puestos a elegir catástrofes telúricas prefiero la catástrofe del cambio social, porque la estructura económica actual, que produce armas terroríficas, no solo por la mortandad capaces de producir sino porque afectan al sentido intimo de la composición de la materia, de la vida misma, también ha creado los instrumentos y los medios para que la sociedad en su conjunto se dote de los conocimientos y los medios para construir un mundo mejor y más justo, porque la sociedad no tomará consciencia más que si la clase obrera organizada, es decir, el partido, la internacional explica las contradicciones de la vida material “por el conflicto que existe entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción” de lo contrario, la verdadera catástrofe será una nueva guerra mundial.

El éxito del cataclismo que supusieron dos guerras mundiales en el corazón de Europa fue la claudicación de los burgueses europeos echándose en brazos de los europeos estadounidenses. Me esforzare en intentar demostrar, a mi, siempre discutible juicio, por que la Unión Europea tendría que rehacerse por completo. El éxito de un Estado nuevo parte, y así me parece que lo confirma la historia, de un núcleo de nueva superestructura capaz de dar sentido a una clase, que siempre será una vanguardia. De la enraización que la vanguardia tenga con la clase que representa dependerá el éxito o fracaso de ese nuevo proyecto que lucha por abrirse camino. Estados Unidos se formó porque el espíritu de la naciente burguesía —el germen de una nueva superestructura— que viajó al nuevo continente, en los miles de emigrantes europeos, de muy diversa condición y estatus, latían “las relaciones de producción nuevas y superiores” encontrando el terreno propicio a costa del exterminio de lo viejo y, hay que entender, según el espíritu de la época, que lo viejo eran los pueblos indígenas; eran elementos prescindibles, utilizables, suprimibles, que es el espíritu que sigue animando hoy al complejo militar industrial, de los pueblos del planeta. ¿Por qué eso no se produjo en el terreno del dominio español? La respuesta se encuentra en que los emigrantes europeos, incluidos los pilgrim fathers habían roto mental y espiritualmente con sus orígenes europeos, mientras que eso no se produjo en el terreno del dominio español hasta más de cien años después.

A la Unión Europea le pasa lo que a los emigrantes españoles en América, querían reproducir un mundo acabado, terminado, en declive, en un terreno nuevo, y fracasó. Reprodujo Las Españas. La Unión Europea ha querido reproducir una suerte de Estados Unidos, un mercado común, que no es posible, porque es ahora, en su declive, cuando Estados Unidos reivindica un nuevo siglo americano, ahora que cree que el mundo le pertenece, y la Unión Europea no es ni siquiera un vaso comunicante, es un estorbo para USA, y un lastre para la burguesía europea que ha de arrastrar la dependencia material y espiritual de USA, incluso el fascismo, respuesta genuina europea de la pequeña burguesía nacionalista, ahora no es si no un remedo de los temores USA: los muros que quiere levantar, el temor al yihadismo (pena e indignación me produce el mundo árabe, un pueblo noble y acogedor, caricaturizado por Hollywood y utilizado por la CIA como su clandestina legión extranjera), y claro está, carece de ese germen de superestructura nueva que pueda dar comienzo a un nuevos ciclo histórico.

Dije rehacer, no destruir a la Unión Europea, pues se trata de mejorar lo que es susceptible de un mejor aprovechamiento. Si el modo de producción mercantil es la “ultima relación de valor y de la relación fundada en el valor” el contenido de la Unión Europea no puede ser un mercado común, tiene que trascender el mercado, y no se puede trascender el mercado si existe un modo de producción basado en el mercado. “Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productoras que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y superiores no se sustituyen jamás en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad. Por eso la humanidad no se propone nunca más que los problemas que puede resolver, pues mirando de más cerca, se verá siempre que el problema mismo no se presenta más que cuando las condiciones materiales para resolverlo existen o se encuentran en estado de existir.”

Las fuerzas productivas se han convertido en su propia antítesis, y las condiciones materiales para una nueva sociedad, ya están aquí.

Conjeturo: la dinámica de entre USA y CHINA no es sostenible en un duelo de subidas de aranceles. Lógicamente esa dinámica tiene un limitado recorrido porque afecta a todo el conjunto de la economía mundial y necesita un desenlace. Me imagino que en una situación normal en un país normal un brote vírico, no impulsaría a las autoridades concernidas a tomar medidas anormales sino a un despliegue normal, sin tener que acometer infraestructura aceleradamente. ¿Por qué los chinos son tan proclives a enfermar masivamente? ¿Por que han construido dos hospitales de 1000 camas cada uno en unos días? ¿No indicará la premura señales de anormalidad del virus?

El modo de producción de mercancías no desaparecerá en una lenta y ordenada transición, porque nada en la historia de la humanidad se ha producido de esa manera. El ser humano se ha ido conociendo a sí mismo en los choques, y no es deseable que ese proceso tan hostil sea el método, por eso, prevenir una nueva catástrofe telúrica debería de impulsar a la izquierda a retomar la construcción de Europa mirando lo más noble de la historia de Europa.

Europa es el nucleo donde anidó la civilización actual, esa civilización que nació en el creciente fertil, en el cruce entre Africa, Asia y Europa, que en un principio lideraron Egipto, Grecia y Roma. Que Roma llevó a lo más alto integrando a los pueblos conquistados convertidos en ciudadanos romanos —allá donde hay vestigios de su paso, Oriente Medio, Alemania, España, Francia, etc., se consideran símbolos de civilizacion y cultura, cuidándose con respeto—, que más tarde, otros pueblos, otros gobernante quisieron reproducir en el Sacro Imperio Romano Germánico y que todos fallaron porque quisieron hacerlo por la fuerza. La izquierda no puede reproducir este esquema. La izquierda tiene que construir la unidad de Europa a partir de la fuerza integradora de los pueblos y culturas que la componen y Europa son todos los pueblos y naciones incluida Rusia, y por supuesto, Inglaterra.

¿Existe un germen de superestructura en este empeño, que permita acometer una tarea tan ciclópea?

Desde mediados del siglo xix la izquierda a pretendido construir un mundo fraterno, lo pagaron muy caro los comuneros de París 1870, lo pagaron muy caro los rusos 1917, lo volvieron a pagar caro los españoles 1939 y fueron demoledores dos guerras mundiales que terminaron casi de borrar el intento de recomponer una ideología liberadora llamada socialismo, pero ahora existen las condiciones materiales para abordar esa tarea y la necesidad de evitar esa catástrofe telúrica que se cierne sobre la humanidad en forma de guerra NBQ, pero sobre todo, sobre Europa. En toda esta lucha lo único transversal es el empeño del sistema por reducir a la mitad de la humanidad al silencio, queriendo acabar con la independencia de las mujeres, por eso la izquierda debe considerar, la izquierda mundial, debe considerar la posibilidad de poner en pie una nueva internacional, el thinktank de la clase obrera organizada cuya tarea sería la unidad de Europa como elemento lanzador de un modo de producción liberado del estigma de la rentabilidad, de la explotación de los seres humanos como masa-mercancía.

Europa debe construir su unidad con esa meta, con ese objetivo, apoyandose en los pueblos y culturas que la integran, y para ello, la izquierda mundial debe construir su herramienta, su thinktank, su partido, la internacional.

jmrmesas

dos de febrero de dos mil veinte