domingo, 28 de noviembre de 2010

SI A EUROPA: CAMBIEMOS SU DIRECCION




No hubiera sido imaginable un ataque de los mercados, al corazón de Europa, si la clase obrera, si los ciudadanos europeos, en toda ella, no se encontraran en el estado de incuria política e ideológica producida por el abandono de la lucha contra el capitalismo cegados por los neones de la modernidad de las sociedades “post-industriales”, creídos de que el progreso era para todos y que la lucha revolucionaria era cosa del pasado; absortos en los brillos, entretenidos por unos dirigentes, no pocas veces, comprados, con dineros en algún caso, y siempre con el halago y la prebenda de las reuniones a, “alto nivel”, mientras se deslocalizaban las fábricas, se fue construyendo una Europa, a espaldas de los ciudadanos europeos, y sin el menor deseo de su participación, aunque no obstante se ponía buen cuidado en armonizar el predominio de los intereses de los fabricantes, dándoles toda clase de garantías, “descuidando” el interés de los ciudadanos, por eso, cuando en pos de conseguir una legitimidad que cubriera el entramado del mercado, del capital, se inventó una constitución que no terminó de convencer a muchos ciudadanos; los españoles, entre los que  nos encontramos unos pocos, dieron su aprobación, porque suponía el adiós a la etapa de la dictadura, pero otros, la rechazamos porque veíamos la falta de contenido y garantía para el ciudadano, al igual que la rechazaron los franceses y holandeses.

Esta falta de vivificación democrática, interesadamente descuidada, porque la burguesía europea es incapaz de formar un ESTADO, que tendría que potenciar el interés del conjunto de los diferentes pueblos para lograr consenso, y no es posible armonizar una masa humana recortando derechos, libertades y  propiciando condiciones de vida precaria, es el talón de Aquiles de la Unión Europea, que adoptó una moneda común esperando siempre el mejor momento para un paso que no puede dar porque con él terminaría el dominio, que como clase rectora tiene en Europa la burguesía; pero esa unidad, que ES POSIBLE,-la tendremos que impulsar los ciudadanos-trabajadores europeos- tiene que ser dada recortando los intereses de la burguesía europea y primando el interés social del conjunto, por eso, cuando la burguesía, que ha sido capaz de convencer a los dirigentes sociales para que tranquilizaran a la ciudadanía europea, mientras deslocalizaba las empresas, experimentó las contradicciones que se producen cuando se trata de conjugar intereses y factores antitéticos, no puede responder para defender el euro, y si bien quisiera dar el paso de culminar la construcción europea, la lógica capitalista le impide hacerlo, y como el momento político en el que se encuentra el sistema capitalista en todo el mundo, permite las maniobras más audaces, -porque no enfrenta contestación revolucionaria-  desde otros sectores bugueses se ha desatado la tormenta porque son conscientes de que, si logran imponer en el corazón de Europa, las condiciones de empobrecimiento, como medida de control político de una ciudadanía temible, por su preparación política, organizativa, cultural y técnica, conseguirían un respiro para un sistema, que históricamente está acabado, y cuanto más tiempo consiga mantenerse, más sufrimiento, más penalidades, más desgracia proporcionará al conjunto humano.

Por eso, ahora más que nunca, también habremos de tensar las fuerzas ser audaces y rechazar la apuesta de los mercados negándonos a aceptar las condiciones humillantes que se nos quieren imponer, y el medio  para contraatacar es exigir la erradicación de los santuarios financieros, los paraísos fiscales: desde mediados del siglo xx, el privilegio de consentir que las grandes empresas, grandes fortuna quedasen exentos de contribuir fiscalmente, mientras todos los demás éramos exprimidos como limones, ha reunido la fabulosa cantidad de 2.33 veces el valor de la economía productiva, sin más función que la de especular para imponer condiciones onerosas a las sociedades y pueblos de todo el mundo, y esto tiene que acabar o no lograremos levantar cabeza en muchos años de sacrificios, sin descartar la posibilidad, que desde ciertos sectores se vislumbrara el belicismo como medio atajar el descontento.   Por eso, insisto, es necesario tener claro que la respuesta es que pasemos a la acción exigiendo responsabilidades por este latrocinio global que suponen estas cuevas de bandidos que son los paraísos fiscales: NO ES POSIBLE QUE EL 70% DEL DINERO EMITIDO EN TODO EL MUNDO ESTE FUERA DE LA CIRCULACION, MAS QUE CON LA COMPLICIDAD CONJUGADA DE LOS BANCOS DONDE SE GUARDAN, DE LAS AUTORIDADES EMISORAS DE MONEDA, DE LOS FISCOS NACIONALES QUE CONSIENTEN ESTA GRAN EVASION FISCAL, DE LOS GOBIERNOS QUE NO QUIEREN VER LA DOBLE CONTABILIDAD Y ADEMAS PRESTAN SUS BANDERAS PARA PROTEGER ESTA SANGRIA SOCIAL, por eso, es necesario exigir responsabilidades a los gobierno, exigir de las organizaciones sociales, partidos, sindicatos, asociaciones profesionales, donde están, como se recupera para la sociedad esa fortuna que es vida robada al conjunto humano, despreciando el sufrimiento causado y que causa, pues entendemos, socialmente, que si la realidad impone sacrificios, los haremos, con buena voluntad y comprensión solidaria, pero no daremos un solo minuto, a esos avaros, que juegan con el sufrimiento humano, porque es ARTIFICIAL y solo para que jueguen con nosotros un ajedrez sangriento, por eso no me cansaré de denunciar a estos santuarios del crimen que son los paraísos fiscales, por eso y porque confío en un futuro luminoso,  denuncio esta maldita hucha de dolor que son los paraíso fiscales.  Por eso digo SI a Europa, pues si para ellos Europa es una coartada para hacer dinero y esconderlos es sus funestos paraísos, para nosotros, Europa es una promesa de un mundo mejor para todos los pueblos del mundo.

SOLIDARIDAD CON IRLANDA; SOLIDARIDAD CON GRECIA ;SOLIDARIDAD CON PORTUGAL: QUE NO JUEGUEN CON NOSOTROS. DENUNCIEMOS LOS PARAISOS DE  ESTOS AVAROS CANALLAS.     
                                                 jmrmesas    

viernes, 26 de noviembre de 2010

NOVIEMBRE

El sistema basado en el Modo de Producción de Mercancías -MPM- ha llegado a su punto más bajo de utilidad social; esto se evidencia por,
1.- Las Fuerzas Productivas -FP- en esencia, toda la ciencia y la tecnología aplicadas a la producción y los procesos de producción,  representadas por los nuevos medios de producción actuales se encuentran constreñidas, limitadas, y por tanto, subutilizadas, para imponer a los gobiernos políticas definidas y diseñadas fuera de los centros e instituciones democráticas, (valdría decir controladas con luz y taquígrafo)  que tiene su eco en los centros financieros, -FMI, BM, etc.-
2.- La necesidad de imponer políticas empobrecedoras en los centros industrializados es prioritaria sobre la necesidad de acumular plusvalía, toda vez que en los santuarios fiscales se encuentran almacenados nada menos que 2,33 veces el valor de la economía productiva, es decir, el dinero que emplea la industria, el dinero que el ciudadano lleva en su bolsillo, y el que está controlado en las cuentas bancarias suma el 30% del dinero emitido, siendo el 70% restante atesorado para uso de los banqueros, convertidos en especuladores financieros cuando están “fuera de cámara”, como necesidad vital de supervivencia como clase dominante. ¿Superimperialismo?
3.- La producción masiva en los centros industrializados es cosa del pasado, la industria que quede, en este proceso, será una industria dedicada al mantenimiento, como lo atestigua el proceso que durante años se ha producido en todos los países industrializados, en mayor o menor medida, con la DESLOCALIZACION, y que se complementa con el ataque a las condiciones de las conquistas sociales, en Europa especialmente, privatizando las industrias nacionalizadas, la enseñanza pública, la seguridad social, la sanidad.
4.- Las economías emergentes, receptoras de la deslocalización de los países industrializados, son sociedades desestructuradas con una mano de obra carente de la organización, a diferencia de occidente donde  el largo periodo histórico que forjó al proletariado europeo, -no olvidemos que burguesía y proletariado nacieron en el mismo proceso histórico- doto a la clase obrera de instrumentos como asociaciones, sindicatos y partidos que han convertido a la sociedad europea en su conjunto en el elemento a batir por los “mercados”, tratando de utilizar a las sociedades emergentes como motor principal en la creación masiva de plusvalía.
5.- Si la historia se repite como farsa, la crisis del Lehman Brothers no es la farsa de la del 29, pues a diferencia  de aquella, los gobiernos de todos los países, se sometieron de buena gana sin rechistar: no hay disputas por los mercados; no hay cuestionamiento del sistema, los gobiernos aceptan que las líneas maestras de la política la dibujen los mercados y no los ciudadanos, en quienes, teóricamente reside la soberanía.

Ahora acudiré, en defensa de mi tesis a un viejo pero muy a menudo ignorado intelectual y revolucionario maestro, Karl Marx: dice,
El intercambio de trabajo vivo por trabajo objetivado, es decir,  el poner el trabajo social bajo la forma de antítesis entre el capital y el trabajo, es el último desarrollo de la relación de valor y de la producción fundada en el valor.
El supuesto de esta producción es y sigue siendo, la magnitud del tiempo de trabajo, el cuanto de trabajo empleado como factor decisivo de la producción de la riqueza.     En la medida, sin embargo, en que la gran industria se desarrolla, la producción de la riqueza efectiva se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo, y del cuanto de trabajo empleados, que del poder de los agentes puestos en movimiento durante el tiempo de trabajo, poder que a su vez -su poderosa eficacia- no guarda relación alguna con el tiempo de trabajo inmediato que cuesta su producción, sino que depende más bien del estado general de la ciencia y del progreso de la tecnología, o de la aplicación de esta ciencia a la producción.   (El desarrollo de esta ciencia, esencialmente de la ciencia natural y con ella de todas las demás, está a su vez en relación con el desarrollo de la producción material.)    La agricultura, por ejemplo, se transforma en mera aplicación de la ciencia que se  ocupa del intercambio material de las substancias, de como regularlo de la manera más ventajosa para el cuerpo social entero. La riqueza efectiva se manifiesta más bien -y esto lo revela la gran industria- en la enorme desproporción entre el tiempo de trabajo empleado y su producto, así como en la desproporción cualitativa entre el trabajo, reducido a su pura abstracción, y el poderío del proceso de producción vigilado por aquel.    El trabajo ya no aparece como recluido en el proceso de producción sino más bien que el hombre se comporta como supervisor y regulador con respecto al proceso de producción mismo.    (Lo dicho sobre la maquinaria es válido también para la combinación de las actividades humanas y el desarrollo del comercio humano.)   El trabajador ya no introduce el objeto natural modificado, como eslabón intermedio, entre la cosa y sí mismo, sino que inserta el proceso natural, al que transforma en industria, como medio entre si mismo y la naturaleza inorgánica, a la que domina.   Se presenta al lado del proceso de producción, en lugar de ser su agente principal.    En esta transformación lo que aparece como el pilar fundamental de la producción y de la riqueza no es ni el trabajo inmediato ejecutado por el hombre ni el tiempo que este trabaja, sino la apropiación de su propia fuerza productiva general, su comprensión de la naturaleza y su dominio de la misma gracias a su existencia como  cuerpo social; en una palabra, el desarrollo del individuo social.   El robo de tiempo de trabajo ajeno, sobre el cual funda la riqueza actual, aparece como una base miserable comparado con este fundamento, recién desarrollado, creado por la gran industria misma.
Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata ha cesado de ser la fuente  -gran fuente-  de riqueza, el tiempo de trabajo deja, y tiene que dejar, de ser su medida y por tanto el valor de cambio deja de ser la medida del valor de uso.  El plustrabajo de la masa ha dejado de ser condición para el desarrollo de la riqueza social, así como el no-trabajo de unos pocos ha cesado de serlo para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano.   Con ello se desploma la producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción material inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante y el antagonismo.    Desarrollo libre de las individualidades, y por ende no reducción del tiempo de trabajo necesario con miras a poner plustrabajo, sino en general reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo, al cual corresponde entonces la formación artística, científica, etc., de los individuos gracias al tiempo que se ha vuelto libre y a los medios creados para todos.   El capital mismo es la contradicción en proceso, por el hecho de que tiende a reducir a un mínimo el tiempo, mientras que por otra parte pone al tiempo de trabajo como única medida y fuente de la riqueza.    Disminuye, pues, el tiempo de trabajo en la forma de tiempo de trabajo necesario, para aumentarlo en la forma de trabajo excedente;  pone por tanto, en medida creciente, el trabajo excedente como condición  -cuestión de vida o de muerte- del necesario.    Por un lado despierta a la vida todos los poderes de la ciencia y de la naturaleza, así como de la cooperación y del intercambio sociales, para hacer que la creación de la riqueza sea (relativamente) independiente  del tiempo de trabajo empleado  en ella.    Por otro lado se propone medir con el tiempo de trabajo esas gigantescas fuerzas sociales creadas de esta suerte y reducirlas a los límites requeridos para que el valor ya creado se conserve como valor.   Las fuerzas productivas y las relaciones sociales  -unas y otras aspectos diversos del desarrollo del individuo social-  se le aparecen al capital únicamente como medios, y no son más que medios para producir fundándose en su mezquina base.  De hecho, empero, constituyen las condiciones materiales para hacer saltar a esa base por los aires.


de:  ELEMENTOS FUNDAMENTALES PARA LA CRITICA DE LA ECONOMIA POLITICA (GRUNDRISSE) 1857-1858


Esto me indica dos cosas, una, que el G 20, no ha podido en Seúl, ni podrá en la próxima, poner acuerdo en la llamada guerra de monedas porque, objetivamente no es posible acordar una medida de valor común, a diferencia de las ciencias físicas, que en ausencia del sistema métrico decimal, haría imposible fabricar el ingenio más simple, las ciencias sociales, la economía, en este caso, sus doctores, imbuidos por los poderes del sistema, corroídos por los prejuicios tratando de mantener a flote un instrumento inútil, pues las contradicciones entre economías desarrolladas y economías emergentes firmaría la sentencia del sistema a un corto plazo, no pueden encontrar una medida común de valor que mida el trabajo humano, porque este encierra todas las contradicciones de intereses tan alejados entre los diferentes capitalistas, como lo está evidenciando el impass en el que se encuentra el euro, en el que la burguesía europea es incapaz de dar cima a una necesidad de supervivencia que comenzó gradualmente, tras la SGM, construyendo la CECA, EFTA, MCE, y finalmente la UE, pero el paso decisivo que hubiese sido el gobierno común europeo, no lo puede dar porque con él firmaría su sentencia de muerte como clase rectora.  Otra, el tiempo de trabajo ha dejado de ser esa medida de valor dado que los proceso informáticos permiten desde la manipulación de siderurgias, astilleros, enormes navíos de contenedores, reducir al mínimo la participación del elemento humano, por no hablar de la posibilidad de automatizar la mayor parte de la producción, cosa, por otra parte de lo más prometedor,    
 así como el no-trabajo de unos pocos ha cesado de serlo para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano.”
6.- Todo este complejo mundo está trufado de complicadas legislaciones que esencialmente están enfocadas a controlar al elemento humano, mientras que el mundo de las finanzas del capital tiene toda la amplia geografía planetaria para moverse saltando fronteras y océanos a golpe de “clic” en cuestión de segundos, sin que ningún “estadista”, ningún legislador se atreva a proponer NADA de NADA, para controlar el caos, esa cueva de ladrones que son los paraísos fiscales, -santuarios financieros- donde estos “capitanes de industria” atesoran el botín, que los gobiernos consienten que roben a los ciudadanos porque ellos están exentos de tributos, convirtiendo en letra muerta todo la fanfarria del “estado de derecho”, pues los tributos, como bien es sabido a lo largo de la historia, ha sido, es, cosa de súbditos, cosa de pobres.

Si este es el panorama, ¿Cuál es el activo?, pues no podría ser más tenebrosa una situación en la que no aparece una salida en ningún sitio.

El principal activo en todo este panorama es la maduración social del elemento humano, que en estos años ha preparado a unos individuos más cultos, mejor formados humana y técnicamente y más conscientes de las terribles desigualdades e injusticias de un sistema que detestan pero al que no ven alternativa, porque la alternativa esta nublada, primero por una industria ideológica cual es desde la prensa, en cualquiera de sus variantes, y esta tiene dueños, capitalistas, que de igual modo que el fabricante o el banquero, pretende obtener, primero, beneficio, y luego informar, formar, divertir, “subjetivamente”, pero sobre todo la industria del entretenimiento masivo -televisión y cine- empeñados en ofrecer, descaradamente, la visión del mundo desde la perspectiva del sistema; segundo, porque desde el mundo intelectual, aunque muy críticos con el sistema, no ofrecen perspectivas de cambio, dando por hecho que la durabilidad del sistema es para siempre jamás, y las opiniones y sensaciones que sociólogos y  empresas que hacen prospección social, escrutan,  se ocultan o se diluyen haciendo de sus resultados algo de difícil comprensión, no obstante, a veces las encuestas desmienten los argumentos de los defensores del sistema, -PP, Rajoy, sra. Aguirre-  cuando revelan que el 78% de los españoles estarían de acuerdo con aumentar los impuestos, percibiendo, además,  lo injusto del sistema tributario, sostenido por los más débiles,  pero normalmente, ni son  revelados ni discutido, y así, por ejemplo, si en Europa hay un alto porcentaje de población  -80%-  que vería favorablemente la unidad, frente a terceros, los estadistas lo acotan, definiendo para qué.

Enfrentarse a esto requiere una política agresiva pero inteligente, que enfoque, en todo el mundo, y especialmente en Europa,  el problema del empobrecimiento dibujado por los mercados denunciando ese 70% de dinero oculto en los santuarios financieros -paraísos fiscales- cuyo control está en manos de los banqueros, que amparados en una legislación permisiva, ocultan en una contabilidad paralela, moviéndolo a golpe de clic por todo el mundo, haciendo acto de presencia solo para especular e imponer condiciones a los ciudadanos por medio de gobiernos títeres; se trataría de hacer que los sindicatos organicen movilizaciones conjuntas y simultáneas, especialmente en Europa, en contra de la riqueza robada y oculta en los santuarios financieros, exigiendo su erradicación; tal movilización tendría que plantear la organización de una campaña, en Europa, especialmente de negativa a contribuir fiscalmente, hasta que los banqueros, empresas multinacionales, grandes fortunas no contribuyeran en proporción progresiva a sus caudales.   Luchar por conseguir semejante movilización continental, abriría horizontes que convergerían necesariamente en poner en el centro de esta lucha la cuestión del poder y su naturaleza, y es aquí en donde la construcción de la unidad de Europa tomaría todo su sentido, ya que la burguesía europea ha sido incapaz de dar cima a su construcción, la ciudadanía europea encabezada por su clase trabajadora, contra la que va la apuesta de los mercados, tendría que tomar el relevo y dar cima a la unidad europea construyendo la Unión Europea Socialista.

Concluiré con otra cita Kart Marx, que compendia su pensamiento, y que a mí me parece que retrata el momento presente:     
En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de     su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas      materiales.    El conjunto de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real,    sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales determinadas de      consciencia.    El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual  en general.     No es la consciencia de los hombres la que determina la realidad; por el contrario, la realidad social es la que determina su consciencia.     Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad      en cuyo interior se habían movido hasta entonces.    De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas   relaciones se convierten en trabas de estas fuerzas.     Entonces se abre una era de revolución social.     El cambio que se ha  producido en la base económica trastorna más o menos lenta o rápidamente toda la colosal superestructura.     Al considerar   tales trastornos importa siempre distinguir entre el trastorno material de las condiciones económicas de producción  -que se  debe comprobar fielmente con ayuda de las ciencias físicas y naturales-  y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas   o filosóficas; en una palabra, las formas ideológicas, bajo las cuales los hombres adquieren consciencia de este conflicto y lo resuelven.    Así como no se juzga a un individuo por la idea que él tenga de sí mismo, tampoco se puede juzgar tal época de trastorno por la consciencia de sí misma; es preciso, por el contrario, explicar esta consciencia por las contradicciones de la vida material,  por el conflicto que existe entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción.     Una sociedad no desaparece nunca antes de que sean desarrolladas todas las fuerzas productoras que pueda contener, y las relaciones de producción nuevas y superiores no se sustituyen jamás en ella antes de que las condiciones materiales de existencia de esas relaciones hayan sido incubadas en el seno mismo de la vieja sociedad.    Por eso la humanidad no se propone nunca más que  los problemas que puede resolver, pues mirando de más cerca, se verá siempre que el problema mismo no se presenta más que cuando las condiciones materiales para resolverlo existen o se encuentran en estado de existir.    Esbozados a grandes rasgos, los modos de producción asiáticos, antiguos, feudales y burgueses modernos pueden ser designados como otras tantas épocas progresivas de la formación social  económica.    Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso de producción social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo.     Con esta formación social termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana.  
CONTRIBUCIÓN A LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA,  1859
                                                              jmrmesas

domingo, 21 de noviembre de 2010

DISCURSOS


Empieza a ser estúpido escuchar a los oráculos de la economía, sean profesionales o políticos,  perorar sobre la crisis sin mencionar el agujero negro de los santuarios financieros;  supone querer hacer del auditorio cómplices del latrocinio que se nos hace, porque profesionales, supuestos conocedores de los entresijos de una materia, que puede ser enrevesada, para el ciudadano, sin especial información, pero perfectamente clara, para ellos, no quieren tocar un tema tabú, pero cuyas consecuencias para el mundo real son innegables, y aún más, fijan y certifican la inutilidad de mantener un sistema ruinoso para el conjunto humano.
           
No hay alternativas: el sistema está cayéndose pero todos dicen que está bien, aunque la  realidad se encarga, testarudamente, de desmentir que el modo de producción mercantil sea la solución para el nuevo siglo que hemos recién comenzado; pero si incluso, después de esfuerzos agotadores, aquellos famosos brotes verdes pudiesen fructificar, no serian otra cosa que flor de un día, porque la cruda realidad es que, para que las economías emergentes se asienten necesitan el empobrecimiento de las economías consolidadas, y eso no ocurrirá por las buenas, sino con políticas basadas en el recorte de derechos y libertades que se justifiquen apelando a las amenazas terroristas como medio de someter a una ciudadanía indefensa por la cobardía de las capas rectoras que se hacen eco, de los que al igual que los políticos, decían de los bancos quebrados, que eran muy grandes para dejarlos caer; igualmente, el sistema, no es que sea grande, es que es único, pero esto no significa que sea insustituible sino que es hay que buscar la alternativa.

En esta confrontación hay dos políticas, una esta claramente definida, por esa especie de gobierno en la sombra que son los mercados, simbolizados por los 225 personas más ricas del mundo, y que los gobiernos de todo el orbe, está de acuerdo en aplicar con más o menos cinismo, pero sin discutirles sus bocados, que terminan engulléndolos ante el estupor general, sin atreverse a decirles, y, “donde lo mete”;  la otra política no es producto de un plan elaborado sino que se expresa en la resistencia y hostilidad social  a aceptar unas condiciones draconianas  sin vislumbrar el futuro entenebrecido por el ataque para cargarse todas las conquistas publicas que se consiguieron en la segunda mitad del pasado siglo.

Los discursos, que en conferencias, seminarios, encuentros de expertos, y toda suerte de reuniones, artículos, etc., se suceden nadie plantea lo evidente, a saber, los fabuloso medios de producción actuales no se pueden emplear por las siguientes razones, dado que los medios de producción son privados, estos solo se emplearan si los dueños prevén beneficios, y estos beneficios están en las economías emergentes, porque empieza a haber una sociedad emergente, que se incorpora a la producción industrial y demandan infraestructuras y artículos de consumo, pero en los países industrializados, las fabricas se desmontan -se deslocalizan- porque el objetivo de los poseedores de medios de producción no es dar empleo sino obtener lucro y este se encuentra en las sociedades emergentes, con economías emergentes, aquí en estas sociedades industrializadas, no solo se desmontan, por ahora, las fabricas, sino que hay una política a largo plazo para desmontar toda la superestructura social, sanidad, enseñanza, todo lo que supone lo que hasta ahora caracteriza el modo de vida de los ciudadanos europeos, y cuya expresión más acabada es el proyecto Bolonia, para la enseñanza universitaria,  que se hace del estudiante pobre un profesional propiedad de las empresas que financian el proyecto; este es el futuro para sociedades avanzadas.  

Extrapolando las condiciones se puede entender, que el proyecto que supone el modo de producción mercantil tiene su límite en la propia globalización del sistema, primero porque los recursos son limitados, segundo, porque una industrialización global reduciría el mercado a condiciones de supervivencia, en el sentido de una producción, prácticamente autárquica, tercero, porque el sistema no puede potenciar un valor fundamental, el conocimiento, este es solo valorable si arroja plusvalía a corto plazo, en cuarto lugar, la propia sociedad, como fuente de conocimiento y fuerza productiva es en sí, enemiga del sistema, por todo esto, el modo de producción a llegado a su límite de utilidad social, como supo deducir de su análisis, Kart Marx, hace más de ciento cincuenta años, así que, todo el sacrificio que se le pide a la sociedad no supondrá más que un triste respiro para el sistema, mientras que ese balón de oxigeno se llevará las esperanzas de varias generaciones, si claramente no apostamos por su final.

Ante esta situación, la izquierda, dispersa en múltiples cenáculos, deposita su confianza en los sindicatos como último recurso para detener la ofensiva de los mercados, sin dejar de mirar hacia adentro en vez de dar respuesta a una situación política que requiere una propuesta alternativa clara de futuro, y los sindicatos no pueden ser esa alternativa, porque de ellos no salen propuestas sino tímidas medidas de contención, y esta respuesta empieza por reconocer que los actuales gobiernos europeos son impotentes para salvaguardar a la Unión Europea del ataque de los mercados, que ven en Europa una amenaza a sus planes de liquidación de la superestructura social, no porque la defiendan los gobiernos, sino porque los ciudadanos-trabajadores europeos no lo consienten y luchan, aun sin coordinación, pero sin tregua.

Los sindicatos europeos tendrían que haber tomado medidas coordinadas ante este ataque de los mercados, y si no lo han hecho es porque no son la alternativa, solo un instrumento de defensa, y el objetivo, el pasar a la acción de respuesta está en exigir que se erradiquen los santuarios financieros donde se esconde ese 70%  del dinero emitido, que solo sirve para poner en manos de los especuladores cantidades de dinero capaces de poner contra las cuerdas a los gobiernos, que los ciudadanos, con mejor o peor acierto han elegido, y sin embargo, los financieros-banqueros-mercados, son los que exigen las medidas que a ellos les place; pasar a la acción es que desde la izquierda se organice un movimiento de protesta ciudadana para no pagar impuestos mientras los banqueros, las grandes empresas, las grandes fortunas no paguen proporcionalmente a sus beneficios y patrimonios; este tipo de respuesta es mucho más difícil que organizar huelgas y manifestaciones, pero mucho más efectivo porque semejante propuesta sería poco efectiva sin mantener una tensión organizativa explicando que existe cuantiosos medios materiales, que se nos ha robado durante años, con el apoyo y complicidad de los gobiernos que han eximido a los banqueros, grandes industriales, grandes fortunas, de pagar impuestos, mientras todos los demás estamos obligados a pagar tributos.

Es posible que los intelectuales de izquierdas disientan de esta medida, pero si creen que se hará pagar a los banqueros haciendo que los gobiernos acojan medidas como la Renta Básica, están muy equivocados, pues los banqueros y grandes fortunas que han estado ocultando sus beneficios en los santuarios financieros solo consentirán en tributar si se lo imponemos a la fuerza, y para ello hay que luchar por la erradicación de los paraísos fiscales, negándonos a contribuir al fisco en toda Europa, este es camino para hacer tributar a los ricos, y en esta prueba de esfuerzo -stress test- se perfilaran los caminos y medios para sustituir el caduco modo de producción mercantil, lo demás, es quererse mirar el ombligo.
                                             jmrmesas.        

lunes, 15 de noviembre de 2010

SINGULARIDAD




SINGULARIDAD, MATERIA OSCURA, O LA IZQUIERDA SE MIRA  EL
                                                       OMBLIGO.                                          


Una singularidad es el origen de un agujero negro, y todo lo que se aproxima al radio de influencia de la singularidad termina absorbido por su poder, siendo imposible escapar a la poderosa fuerza de atracción. ¡Qué terrible y fascinante!, ¿No es verdad?

Leo en cierta prensa, ciertas revistas, en la “nube”; oigo en ciertas tertulias radiofónicas, o televisuales, hablar y hablar, escribir, escribir, pero nadie escribe o habla de algo, para mí, tan evidente, como ese 2,33 veces el valor de la economía productiva, que nadie contabiliza, pero cuya existencia es real, y al igual que la materia oscura, indetectable con la instrumentación actual, tiene existencia propia, pues de igual modo que en astronomía es imposible explicar la naturaleza de ciertos fenómenos sin inferir una cierta existencia de esa materia indetectable, en la vida política-económica, es imposible explicar el comportamiento de los gobiernos democráticos, contradiciéndose, en su quehacer rutinario, sin la fuerza que impone esa suerte de materia oscura que son los santuarios financieros, por otro nombre, paraísos fiscales.

Se acabó Seúl; la cumbre se sumió en la sima de la incapacidad para dar una respuesta, cuyo planteamiento data de 1945, que durante un cierto tiempo pareció funcionar, pero que, cuando las ondas gravitacionales de esa materia oscura - 2,33 veces el valor de la economía productiva, es mucha masa- empieza a manifestar su capacidad de alterar el universo económico, las respuesta que demanda el universo social no pueden quedar en retoques de maquillaje. Las fuerzas productivas son globales; la economía es global, -la capacidad de operar el capital sin sujetarse a norma es global- lo que quiere decir, que es inaplazable tomar una medida común en este asunto de la guerra de divisas, porque de lo contrario, será no solo doloroso, sino sangriento, y si los responsables políticos no son capaces de verlo, deberíamos de mandarlos a todos al estercolero  - intelectuales incluidos, porque para hacer artículos explicando los sucesos, a toro pasado  no son necesarios- y puesto que la medida planteada en 1945 no era otra que una moneda única, la respuesta hoy, más necesaria que entonces, sigue siendo una moneda global, que en cierto modo, haría la transición entre el modo de producción mercantil y un nuevo modo de producción de forma tal que los costes sociales, humanos, serían asumibles, sin masas enfurecidas porque ven sus expectativas irse por el sumidero.

Cuando Portugal anuncia que se saldría del euro, si no puede hacer frente a su deuda, quiere decir que los ciudadanos-trabajadores portugueses necesitan vivir y las rigideces que impone Bruselas no están dispuestos a asumirlas, porque las consecuencias sociales serían destructivas, pero haciendo la comparación con California, un estado quebrado, los “mercados” tienen buen cuidado de no meterse en problemas que alteren el funcionamiento “normal” de los ciudadanos-trabajadores americanos; la Unión Europea empezara deshaciéndose, siempre saltan los eslabones más débiles,  porque esta construida de espaldas a los europeos, percibidos por sus dirigentes como la gran amenaza, y sin embargo, la izquierda en Europa, incapaz de ver en perspectiva que es lo que nos dicen todas estas señales: guerra de monedas, incapacidad de los dirigentes de llegar a acuerdos, desmoronamiento de las instituciones europea, endurecimiento insoportable de las condiciones de vida de los más indefensos, racismo apestoso, no tienen otro objetivo que mirar hacia adentro para encontrar la respuesta, que siempre está fuera, y encima, un pretendido izquierdista dice que Andalucía y Madrid, no pagan impuestos: QUIENES NO PAGAN IMPUESTOS SON LOS RICOS. QUE NO TE ENTERAS.

Volviendo a la materia oscura, Basilea III va a imponerle a los bancos mayores cuotas de capital propio, ¿Dónde está la materia desaparecida? Un astrónomo se preguntaría eso, sin embargo, la quiebra financiera se llevó treinta años de esfuerzo mundial que se estiró hasta la singularidad de los santuarios financieros, sin que los astrónomos-economistas hablen de otra cosa que de la balanza de pagos, y ahora viene Basilea III y dice que quiere más, cuando el guru, de la quiebra dice que la próxima será peor.

¿Qué se podría hacer?
¿Sería la izquierda capaz, al menos, en Europa, de organizar una campaña por la erradicación de los paraísos fiscales, reclamando la socialización de ese 2,33 veces el valor de la economía productiva, dedicados a la especulación de los Soros del mundo, organizando un movimiento ciudadano que se negara a pagar impuestos, hasta no acabar con los paraísos fiscales?

Esta lucha unificaría, no solo a la izquierda europea, sino que tendría la fuerza necesaria para organizar a la izquierda mundial, siendo esta LA SINGULARIDAD.
                                 jmrmesas









jueves, 11 de noviembre de 2010

TEA PARTY vs EXTREMA DERECHA



El modo de producción mercantil, como anteriormente otros, en la historia de la humanidad, es un modo de producción con fecha de caducidad, y según Kart Marx, al que no llamare “economista”, pues aunque analizó la economía, con detenimiento meticuloso, su preocupación, a lo largo de su vida fue el ser humano, pero este humanismo, de Marx, en vez de divagar por los espacios “espirituales”, siempre esquivos a la comprobación con instrumentos de medir y contar,  lo dedicó a averiguar porqué existía la pobreza, y sus reflexiones le llevaron a elaborar toda una obra teórica, muy poco difundida,  porque las ciencias sociales, sí toman partido entre arriba y abajo, entre izquierda y derecha, entre ricos y pobres, entre el bien y el mal, por lo que esta obra teórica solo es accesible a quien le interesa comprender a la sociedad que genera estos comportamientos, y Marx, predijo, que así como los anteriores modos de producción acabaron en periodos históricos concretos, predijo el final las condiciones del final del modo de producción mercantil, del cual añadió,  Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso de producción social, no en el sentido de un antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que nace de las condiciones sociales de existencia de los individuos; las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa crean al mismo tiempo las condiciones materiales para resolver este antagonismo.     Con esta formación social termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana.”   Y es precisamente este choque entre las actuales fuerzas productivas y la estructura económica, lo que nos está diciendo, el comportamiento histórico de la maquinaria social, que ya no aguanta más este viejo motor.

¿Y, cuales son esas señales?
Dice un refrán castellano, -donde no hay harina, todo es mohína- o lo que es lo mismo, cuando las condiciones de vida en el seno de la sociedad se endurecen, aquellos que ven peligrar su modo de vida, se agitan y vuelcan su temor contra lo que, a su juicio es la causa de su temor, la inmigración, los diferentes, las nuevas costumbres, es decir, todo lo que supone una conmoción en un sector social, representado por eso que se llama clase media, que de repente, ve peligrar su modo de vida, y no entienden las causas subyacentes que las producen, por eso, en Estados Unidos, el Tea Party, a conseguido arrebatar a Obama,  su mayoría, porque las expectativas que movilizaron a Estados Unido para cambiar, se deshincharon, en cuanto el presidente tuvo que templar unas gaitas que el no puede tocar, sin llamar al pueblo trabajador a enfrentarse con los que viven con las grandes compañías aseguradoras, con los que viven con la especulación de Wall Street, y entonces, ese espacio político lo lleno el Tea Party, impulsado, entre bambalinas por el partido republicano.  Eso, sigue sin tocar las causas subyacentes.

¿Qué pasa en Europa?
La ventaja de Estados Unidos sobre Europa, es que, los europeos que fundaron Estados Unidos, en cierto modo reprodujeron una Europa sin fronteras, de norte a sur y de este a oeste, dicho esto sin ánimo de ofender a los norteamericanos, con lo que la expansión de las fuerzas productivas, salvo el incidente de la  Guerra de Secesión, fue relativamente pacífico, salvo para las tribus indias;  pero aquí en Europa las fronteras son la defensa de los burgueses contra sus propios connacionales, y desde el final de la SGM, la burguesía europea que comprendió, la necesidad de expandir su mercado está colocada en el disparadero de tener que abortar su obra, dar un estado común a la Unión Europea, porque eso pondría fecha de caducidad a su condición de clase dirigente, o deshacer la Unión Europea, para salvaguardarse así misma. En cualquier caso, eso no toca las condiciones subyacentes, por eso, empiezan a proliferar los partidos de extrema derecha, en los diferentes países europeos, porque así como en Estados Unidos, la izquierda desapareció, y su lugar lo tomó el Tea Party, aquí en Europa el lugar de una clara alternativa de izquierda, para transformar la Unión Europea en una Unión Europea Socialista, lo empiezan a ocupar las voces de la extrema derecha, aún muy débilmente, pero no olvidemos, que Europa tiene el record en fascismos de todo tipo. ESO SIGUE SIN TOCAR LAS CAUSAS SUBYACENTES.

¿Cuáles son estas causas?
  Un tesoro escondido en los santuarios fiscales con un valor 2,33 veces el valor de la economía productiva, cuya única utilidad es la especulación. No se usa, ni se usará, en crear puestos de trabajo, ni medicina social, ni en luchar contra el cambio climático, ni
mucho menos, en luchar contra el hambre y las enfermedades o el analfabetismo, y aún sobraría dinero, pues 2,33 veces el valor de la economía productiva es muchísimo dinero, y esa fabulosa hucha se ha generado desde los años cincuenta, del pasado siglo xx.

  Cuando semejante cantidad de riqueza no se emplea en la economía productiva, quiere decir, que existe una necesidad imperiosa por parte del capital de EMPOBRECER MASIVAMENTE AL PROLETARIADO MAS PREPARADO, para obligarle a aceptar unas condiciones de derrota, pues el empleo masivo es cosa del pasado.

  la capacidad de las fuerzas productivas, que representan los complejas instalaciones industriales, las potentes máquinas, los aceleradores de partículas, etc., etc., no tienen mejor utilidad que hacer dinero para esconderlos en los paraísos fiscales, mientras media humanidad carece de lo imprescindible.

Estas son las condiciones subyacente que sí hay que tocar y con las que Karl Marx define la fecha de caducidad de un modo de producción: aquellas que confrontan las fuerzas productivas con la estructura económica, y hoy, ahora, ambas tienen una dimensión global, por eso, las convulsiones del sistema son planetaria, porque anuncian el final de una etapa histórica, que dependerá enteramente de que comprendamos sus señales.
                                                       jmrmesas

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿QUE HACER?



Quiero plantearme que valoración me merecen los partidos, de izquierdas, por supuesto, ante la respuesta dada en la prodigiosa aparición de la crisis, pues salvo algún hechicero de la economía-finanza-lotería, nadie vio nada, ni profesionales de la ¿ciencia?, económica, ni periodistas expertos en economía, ni agencias de calificación de riesgo, que por cierto, tenían muy bien calificadas a las empresas quebradas, por estas razones, me planteo, que si bien es cierto que estas organizaciones no tenían noticia y no podían suponer la debacles, si era esperable de ellas una respuesta, ante el LATROCINIO GLOBAL CONTRA LA SOCIEDAD perpetrado por los banqueros del mundo.

Esto me lleva a responder, cuando en algún ambiente, un interlocutor pregunta con preocupado énfasis, ¿Qué hacemos con los partidos existentes?, y la respuesta me viene a la cabeza, fijándome en el comportamiento gubernamental generalizado.

A raíz de la quiebra financiera, la respuesta de los gobiernos de todo el mundo fue, prácticamente, automática; tal fue la valoración que los gobiernos, en países tan diversos como Estados Unidos, Holanda, Inglaterra, Alemania, España y etc., etc., dieron ante un problema que les pareció aterrador: no tuvieron el más mínimo escrúpulo en sacar de las arcas nacionales dinero para entregárselo a los banqueros, gratuitamente.

¿Cuál fue la respuesta, colectiva, o puntual, o personal, por parte de partidos políticos desde el PSOE, PCE, IU, UGT, CCOO, secretarios generales, presidentes, parlamentarios, etc., etc., etc.?

No conozco ningún documento que estas organizaciones, ni en conjunto ni por separado hayan dado respuesta para orientar a una sociedad perpleja.  Y lo que digo respecto a España se puede decir, en la versión francesa, alemana, italiana, etc., etc., etc.

En mi opinión, este comportamiento político, de estas organizaciones, deja muy claro qué se puede esperar de ellas; por lo tanto, si en el transcurso de la lucha, los más lúcidos de sus integrantes, se unen a la lucha, pues, bienvenidos, pero como organizaciones no se puede esperar de ellas, de ninguna de ellas, DIRECCION; LIDERAZGO.

¿Qué organización queremos?

¿Por qué nos preguntamos por la clase de organización que queremos?   Porque esta reflexión lleva implícita una afirmación que nos hace daño, exponerlas sin disimulo cuando durante años, en algunos, toda una vida, se ha dedicado a  este tipo de organizaciones, tiempo, esfuerzo, vida personal, que llegado el caso comprobamos que no valen, y, esta es la respuesta concreta: NO QUEREMOS QUE SEAN COMO ESTAS, cuya inutilidad e inoperancia se ha evidenciado tan dolorosamente.

Cuando la tertulia se anima, siempre, un sagaz tertuliano plantea que la izquierda no fabrica partidos, como quien hace churros; que los partidos de izquierda siempre han aparecido al calor de la lucha, y que cualquiera de ellos tienen tradiciones y, en mucho casos, luchas ejemplares, pero lo que caracteriza a un partido de izquierda es su capacidad de dirigir y encabezar la lucha social, cuando la situación demanda un cambio de rumbo, y ahora, las actuales organizaciones no han sido capaces de reaccionar, y no es que no haya motivos, solo que lo que falta es perspectiva histórica; decenas de años de vida parlamentaria, y decenas de años de negociación, desligada del contacto de la base social han terminado por mellar su perspicacia política, pues su perspicacia teórica dejó de funcionar al calor de un ciclo económico, que no volverá, porque ahora se impone el EMPOBRECIMIENTO de diseño, por eso, plantearse la construcción de un partido debe de ser una tarea ampliamente debatida, pues añado yo, la construcción del partido es el instrumento, la herramienta con la que vamos a construir el nuevo siglo, y con esta perspectiva conviene mirar los problemas que nos acucian, y estos derivan de la globalización.

¿Qué significa la globalización?

La globalización es un aspecto, aparentemente desligado del crecimiento de las fuerzas productivas, que en el transcurso del siglo xx, se convirtieron en plenamente internacionales, pero mientras, pongamos por caso, horadar el lecho marino para unir el continente con Inglaterra se percibe con toda claridad que esa tarea hubiese sido imposible sin acuerdos para organizar ese proyecto, el resultado financiero de ese tipo de colaboración está exento de cualquier tipo de regulación, y este es el quid de la cuestión respecto a la globalización: EL CAPITAL PUEDE OPERAR LIBREMENTE POR TODO EL MUNDO SIN PRACTICAMENTE REGULACION QUE LE PONGA LIMITES, mientras que las personas estamos controladas y sujeta a todo tipo de reglamentos, cuya consecuencia social es que los individuos tiene enormes dificultades para percibir mentalmente esta dimensión interrelacionada del mundo, y consecuentemente su percepción se reduce a aspectos locales, así que enlazado a este problema, el partido que necesitamos tiene que tener una dimensión planetaria, mundial; una internacional.  Me referiré a como articular una lucha internacional, para que las diferentes sociedades pudieran  tener una idea común de qué hacer.

La productividad del trabajo asalariado conseguida desde el final de la SGM, ha arrojado a despecho de lo dicen algunos dirigente -Felipe González- el fantástico volumen de 2.33 veces el valor de la economía productiva de todo el mundo, dinero, que mágicamente aparece y desaparece a impulsos de la especulación, y para que exista esa magia, la colosal chistera la aportan los santuarios financieros: -señores, noten la mala leche de llamar santuarios financieros a los benditos paraísos fiscales- donde los gurteles de toda la vida se han llevado siempre sus ahorrillos; por lo tanto una tarea  para la internacional, sería organizar una movilización internacional por la erradicación de los santuarios financieros,  protegidos por banderas tan respetables como Estados Unidos o Reino Unido, pero no solo,  por lo que la consecuencia, para deshacer tan peligrosa magia debe de comenzar desvelando todo el entramado internacional, que permite a los poderosos librarse de tributar -cosa de pobres, como históricamente, está bien documentado- pero ahora son otros tiempos, y si como dicen los políticos mediáticos, existe el Estado de derecho, los ricos, banqueros, famosos y otros privilegiados deben tributar, o el Estado de derecho tiene una colosal vía de agua que terminará por hundir el sistema.

El partido que necesitamos, una nueva internacional, puede comenzar organizando este tipo de movilización planetaria, pero la erradicación de los paraísos fiscales, no agota su recorrido, sino que la más importante tarea sería la elaboración programática de una sociedad articulada en torno a un nuevo modo de producción que fuera capaz de utilizar las increíbles capacidades de las modernas fuerzas productivas, quiere decirse, de toda la ciencia y tecnología actuales, al servicio de toda la humanidad, tarea que como puede suponerse encierra mucha necesidad de reflexión y acción; debiera, igualmente de extraer conclusiones de las lecciones que nos ha deparado el curso histórico, la más importante, el hundimiento de la URSS, producida, carcomida, diría yo, por la propia “nomenclatura”, es interesante ver en Forbes las caras de los millonarios rusos, sin preguntarse “¿Cuál sería su puesto en la jerarquía burocrática?, o ¿Qué relación tendría con la mafia?”  La otra gran reflexión está unida a la incapacidad de la burguesía europea para unificar Europa, y esta navega ahora sin rumbo bandeando al soplo de los vientos del mercado, sin descartar la posibilidad de que la Unión Europea, pudiera desmembrarse si los “eurócratas” se vieran rebasados.  Ese sería el partido que  necesitamos, una nueva internacional para un nuevo rumbo.                                             jmrmesas

viernes, 5 de noviembre de 2010

EURO: ¿SI? ¿NO?



La OCDE y el FMI coinciden en el pesimismo sobre el crecimiento, valorando a la baja la previsión de crecimiento, precisando, no obstante la desigualdad del mismo, con la consabida asimetría, previendo el mayor tirón de las economías emergentes, como debe de estar claro, pues la producción masiva es cosa pasada, ya que la economía productiva en la actualidad no cubre más que la función de supervivencia; mera cuestión de mantenimiento del sistema, y está claro que en ese terreno es más barato producir allí donde la fuerza de trabajo está menos organizada, más desprotegida y desinformada que aquí en Europa.
Los políticos del sistema, tratando de mantener una situación, de por sí, muy penosa quieren ver “brotes verdes” que no es el nacimiento de vida nueva sino la descomposición verde de lo que se pudre, porque, ¿Cómo pueden vaticinar el crecimiento del empleo si este se va a las economías emergentes?  El que queda es el remanente imprescindible. De otra parte, suponiendo una industrialización planetaria, con unas fuerzas productivas globales y un nivel medio de producción competitiva, en todos los países a un nivel aceptable, la producción mercantil se colapsaría, primero, porque no habría mercado, ya que un nivel de producción tal haría que la diferencia de costes fuese prácticamente inapreciable y por tanto, con cero beneficio; segundo, y muy importante, porque  además,  un nivel tal de producción competitiva agotaría los recursos disponibles, es decir, el procedimiento de usar y tirar que facilitó la producción masiva en la segunda mitad del siglo xx está acabado porque el derroche que supone es insostenible; el capitalismo no puede garantizar unas condiciones de vidas dignas para toda la humanidad porque el crecimiento constante e indefinido es, por principio, finito, y por tanto imposible.   El capitalismo que ha llegado ya al tope de sus posibilidades, mantuvo el espejismo de unas condiciones de vida soportables para la clase obrera occidental, porque existían las colonias y el subdesarrollo de lo que hoy empiezan a ser economías emergentes, y para que esas economías emergentes crezcan, los “mercados-225” necesitan empobrecernos a los trabajadores europeos, los más beneficiados, porque en Europa, la clase obrera ha estado organizada y luchando desde su nacimiento, no porque la burguesía haya sido generosa, sino porque no ha podido doblegarla.
¿Cómo ven esto los economistas? 
Cuando un científico que ha trabajado duramente en un proyecto, comprueba que el modelo no responde a las previsiones, termina deshaciéndose de él, y buscando respuestas con otras tesis; es lo que se llama el método prueba-error, que no es lo que hacen los economistas, empeñados en hacer análisis, en los que los elementos que intervienen en el proceso lo desligan, y así lo que en economía se estudia como estructura económica, que no es otra cosa que la compleja red de relaciones de producción, en la que se valoran la interrelación de los diferentes factores que intervienen en el proceso de producción, los economistas lo congelan, como si los cambios que interrelacionan no se produjeran más que para contabilizar el cálculo de costes, pero la compleja red de relaciones sociales que ha hecho crecer el fabuloso poder de las actuales fuerzas productivas, no les mueve a cuestionar el modelo de producción, sino que, sencillamente lo ignoran porque como dicen los conferenciantes a los empresarios: el capitalismo no tiene alternativa, cosa que debe saber bien el señor Sarkozy, que tras el susto inicial dejo de afanarse en reinventarlo –el capitalismo- ; por eso, cuando desde una posición de preeminencia -P. Krugman- se dice que los avances en el campo de la economía en los últimos años, y en el peor de los casos, han sino nocivos, hay que valorar, no solo su honestidad profesional, sino el significado de sus observaciones, pues ellas encierran la confirmación de la caducidad del modelo.
Valorando las opiniones de sectores que verían favorablemente la salida del euro como medio de hacer competitiva la economía española creo que no sería cuestión de plantear ante la sociedad española la conveniencia de la salida del euro, pues fuera de la Unión Europea no hay nada que hacer, aunque si las condiciones de una nueva quiebra se produjera en los próximos meses, como se augura desde algún sector, no sería desdeñable que la burguesía sobrepasada por una previsible oleada de protestas generalizadas, en toda Europa, contemplase la opción del desmembramiento de la Unión Europea como medio de conservar el poder, lo que debería de ser contestado de inmediato, desde la izquierda reclamando la dirección de la Unión Europea, para convertirla en una Unión Europea Socialista, denunciando los tratados de Maastricht y de Lisboa, es decir, arrebatando políticamente a la burguesía la dirección de una Europa, anhelante de un futuro que la burguesía no tiene posibilidades de ofrecer; por eso, si algo debe reinventarse es la necesidad de una nueva izquierda global, capaz de sacar la cabeza más allá de la frontera ideológica y psicológica del agujero en que se halla, aún a riesgo de perderla en el intento, pues dentro del agujero, no hay futuro.
Y mientras tanto, la lucha debería centrarse en recuperar ese 2.33 veces el valor de la economía productiva, atesorados en los paraísos fiscales, para la sociedad, levantando una campaña mundial por la erradicación de los santuarios financieros, arrebatándole al capital financiero su herramienta con la que chantajea, ¿Chantajea?, a los gobiernos democráticos para imponer a las sociedades políticas empobrecedoras y miserables, buscando así, puntos de encuentro con todas las facetas de la izquierda mundial, capaz luchar por un cambio de modelo, y elaborando, en este proceso de lucha,  un proyecto mundial de cambio, recogido en un programa que sirviera de guía a una sociedad dispersa y confundida por todo el aparato de desinformación planetaria, de la burguesía.

                                                jmrmesas

miércoles, 3 de noviembre de 2010

REFUNDACION



La refundación de la izquierda no puede ser la reunión de diferentes grupos, personas, partidos, sino que de todos ellos, los que perciben la tarea común, que demanda en términos históricos la situación, deben de coordinar sus fuerzas, para abordar la lucha, que siendo comprendida por lo más avanzado de los individuos que militan en grupo y partidos articulen un programa  que concentre y explique los problemas, no ya de una sociedad concreta, sino que esa sociedad concreta se convierte en ejemplo de los problemas por los que atraviesa la humanidad en su conjunto.  Tal es el caso de España, pero igualmente podría ser Francia o Estados Unidos, pongamos por caso, pues la dimensión global de la actual economía, no hace sino certificar el agotamiento de un sistema, que ha llegado al límite de su capacidad.

Dice P. Krugman que los avances de la ciencia económica, a la que denomina lúgubre, no han servido de nada, en el mejor de los casos, y en el peor, de nocivos, y este señor, al que cuando menos hay que reconocerle honestidad profesional, esta certificando, con esta reflexión la evidencia de lo obvio.  Dos con treinta y tres -2.33-  veces el valor de la economía productiva dedicados a la tarea de especular, combinados con la mitad de la humanidad famélica, y unas fuerzas productivas globales es la tesis que Kart Marx define como la contradicción  principal que determina el final de un modo de producción; cuando las fuerzas productivas chocan con las relaciones de producción, como dice, “con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces”, pasando de ser de formas de desarrollo a obstáculo del desarrollo, quiere decir que estamos inmersos en un proceso revolucionario global, pues global es la potencia de las actuales fuerzas productivas, global es la economía capitalista y su escenario, y global es el marasmo en el que se encuentra un proyecto de sociedad basado en la expoliación de los seres humanos, de los recursos del planeta y en el empobrecimiento material y cultural de la humanidad .

El modo de producción mercantil ha llegado al tope de sus posibilidades, dado que un sistema basado en la obtención del lucro al mínimo coste, resulta innegable que la especulación es su mercancía más rentable, como lo demuestra la nómina de súper millonarios, los cuales controlan cada cierto tiempo un poco más del total de la riqueza, y lo que los economista a sueldo, de empresarios y banqueros, denominan economía productiva, ha dejado de ser la locomotora del progreso para convertirse en mera producción de subsistencia, de mantenimiento del sistema, potenciando solo la innovación que el sistema es susceptible de asimilar, la producción masiva ha dejado de ser el objetivo de la producción industrial, y la que aún existe sale hacia la periferia porque allí la fuerza de trabajo resulta más barata e indefensa que en Europa o Estados Unidos.

En este contexto, Europa cobra una dimensión determinante, pues lo que los “padres fundadores” –Schuman, De Gasperi, Adenauer, Monnet- iniciaron, porque comprendieron  la inutilidad de disputase el mercado a cañonazos, la burguesía actual no es capaz de darle cima, pues esta no podría ser otra que un Estado europeo, pero la burguesía europea teme como a la peste a la sociedad europea, con diferencia, la sociedad más preparada cultural, profesional y políticamente, en términos históricos, ya que no hay que olvidar que burguesía y proletariado nacieron al mismo tiempo, por eso, la alternativa al modo de producción mercantil, no vendrá de otro lugar sino que será aquí, en Europa donde habrá de ventilarse la alternativa global, pues la civilización actual, este crisol de culturas que es el mundo moderno, lleva el sello de Europa, y la alternativa no puede sino comenzar por dar cima a lo que la burguesía europea no se atreve a realizar, pues dada la situación actual, esa cima debería comenzar por arrebatar la Unión Europea de manos de la burguesía, convirtiéndola en una Unión Europea Socialista. 

Esta es la tarea, a mi modo de ver, por la que pasa la solución, el inicio de la solución de los problemas del modo de producción de mercancías, pues no será abandonando el euro, como España tendrá posibilidades, sino que cualquier medida en otro sentido no será más que triste respiro, de esta gangrena que significa el mantenimiento del sistema capitalista.

El orden para abordar esta tarea pasa por movilizar en términos de inversión productiva ese 70% de dinero refugiado y protegido en los santuarios fiscales –paraísos-, levantando una movilización ciudadana, sindical y popular por la erradicación de tales cuevas de ladrones, en todo el mundo, pero comenzando de forma decidida, aquí, en Europa, reclamando impuestos progresivos a las grandes empresas multinacionales, a la banca y a los grandes propietarios, pues ese 70%, equivalente a 2.33 veces el valor de la economía productiva es el resultado acumulado por la liberación de pagar impuestos de los ricos, es un excedente obsceno de condiciones de trabajo de subsistencia, sobre todo aquí, en España donde tenemos los sueldos más bajos de Europa.

Abordar esta lucha tiene que concentrar la inteligencia, la decisión y la  voluntad de la refundación de la izquierda, que obviamente, no puede ser solo española, ni esa lucha puede ser una sucesión interminable de huelgas que acabaría agotando a los trabajadores, sino que combinando racionalmente la huelga, manifestaciones, pero sobre todo una imaginativa campaña de explicación en debates y coloquios de que ese 2.33 veces el valor de la economía no puede ser el chantaje de los mercados a la sociedad, y dejándoles claro a los gobiernos la decisión de no contribuir fiscalmente mientras no se graven progresivamente a los ricos y ese 70% del dinero escondido en los santuarios fiscales retorne a la sociedad, que lo ha generado.

Esta es mi percepción de la situación, por la que pasaría la refundación de una izquierda mundial.

                                                             jmrmesas