lunes, 9 de diciembre de 2013

NO ES COSA DE MONEDAS, ES LA REALIDAD DEL PODER





¿DÓLAR? ¿EURO? ¿BITCOIN?

NO ES COSA DE MONEDAS, ES LA REALIDAD DEL PODER

Históricamente la emisión de moneda se ha establecido como una atribución del poder del Estado, que este ha podido delegar, pero que tal función ha estado autorizada y vigilada por el mismo, sin embargo, hoy, ahora, tras la introducción del euro, aparece el bitcoin, y esta sucesión de la moneda virtual, tras el euro, me hace suponer que tal aparición, no es algo espontaneo sino algo decidido con premeditación y con apoyos, como mínimo, por omisión, teniendo en cuenta, además, que el creador, Satoshi Nakamoto, es un nombre ficticio que desapareció, tras dejar el invento correr su camino.

Este hecho dispara las cavilaciones en un abanico de supuestos panoramas. Primero y más evidente, la propia aparición del bitcoin, queriéndole garantizar -de parte de su creador- una independencia de las autoridades políticas. Segundo, la propia lasitud de los gobiernos dejando ocupar espacio a una moneda que es regulada directamente por los mercados, sin mayor obstáculo. Tercero y muy sintomático a cerca del final de una época, son ciertas posiciones de teóricos de la economía, con opiniones que, en cierto modo, son un refrendo del agotamiento del sistema, y como muestra, estos dos artículos, pueden ser una muestra.
Empezando por el final, los expertos, Münchau y Krugman, cada uno con una óptica propia, coinciden en percibir una sensación de embotamiento, sin que tal percepción les lleve a entender que el sistema no tiene salida, si por tal hay que entender condiciones de vida acordes con el nivel de conocimientos que ha hecho posible unas fuerzas productivas capaces de industrializar, casi la totalidad del planeta, y por tanto, capaces de asegurar condiciones de vida dignas para el conjunto humano, aunque, evidentemente, en principio, cuestionando seriamente el poder del uno por ciento sobre el mercado y la producción, que es tanto como decir, rompiendo un estatus político podrido, en el que otra quiebra económica, vaticinada por los mismo augures que vieron la primera -Rubini-, dispararía los conflictos, de todo tipo, sin ninguna perspectiva de salida que no sea el quemar gente en una guerra.

Temerariamente, los gobiernos del superimperialismo euro-estadounidense, empezando en USA , que estuvieron muy atento en la presentación del euro, y las agencias de calificación, no pararon ni paran de torpedear la moneda del aliado preferente, guardan -agencias y gobierno- un silencio elocuente respecto a las transacciones en bitcoins, y los gobiernos europeos, cuyas sociedades, poblaciones, duramente afectadas por los recortes, se apresuran a adquirir bitcoins, demuestran con ello, dos cosas, una, un desprecio enorme por los gobernados, recortados y eurocratizados trabajadores, a la par que una enorme insensibilidad para suponer, al conjunto de la sociedad europea, estúpida, pues si Montoro dice que los mercados no son gilipollas, los ciudadanos conocen muy bien que son los mercados, o lo que es igual, los banqueros, los grandes industriales, o más políticamente dicho, el capital financiero, el causante de sus desgracias, y por tanto, capaces de sacar las consecuencias; dos, toda la furia recortadora no es más que una pantomima, es decir, los recortes no se deben a causas objetivas, sino subjetivas, dictadas por los poseedores de las deudas soberanas, en manos, principalmente, del rico capital financiero nacional -véase la muestra referida a EEUU-, que suele ser, en los Estados de las potencias industrializadas, el capitalismo nacional, los propios banqueros, los propios grandes empresarios, las grandes fortunas nacionales, con lo que queda, meridianamente claro, que el gobierno, los gobiernos, gobierna para los ricos nacionales, sean estos estadounidenses, italianos, alemanes, españoles, etc., etc., por tanto, entendido de esta manera, la acumulación de bitcoins coexistiendo con el euro y el dólar, no puede ser entendido más que como una burla siniestra, que pasa desapercibida para la gran mayoría, por el poco eco, la poca atención mediática que se le presta, y tal vez, suponiendo un entendimiento pactado, como un experimento, una prueba en la que comprobar una posible moneda común, si se llevase a cabo el acuerdo industrial y comercial entre Europa y Estados Unidos.

En cuanto a considerar la posibilidad de hacer una moneda descontaminada de los gobiernos, la opción es completamente irreal, comenzando por la propia opción contemplada por su creador, pues si bien el dinero es una mercancía, en principio es una mercancía con características especiales, cual es la de ser avalada por el Estado, que la respalda y controla, pero como cualquier mercancía, por el propio hecho de ser consecuencia de un proceso de producción antagónico, es la única mercancía con garantía de funcionamiento sea cual sea su condición, porque la avala el Estado, cosa, que el resto de mercancías no posee, pues como mucho, la avala el fabricante, pero no el Estado.

EURO SÍ, EURO NO

Con los antecedentes expuestos, las condiciones de vida soportadas por las sociedades de los países industrializados, cuyas poblaciones están sumergidas en una condiciones de vida que nos retrotraen a épocas, a las que los más viejos les parecía imposibles de volver a vivir, la opción debatida en la izquierda sobre si la solución es quedarse en el euro o salir de él, plantea un debate falso, primero porque como se está viendo, los recortes no son producidos por la imposibilidad de crear mercancía, sino por su inaccesibilidad, es decir, el dinero para hacer circular a las mercancías está represado, detenido, ocultado porque así lo desean los poseedores de las deudas nacionales, que son los propios banqueros nacionales, principalmente, y que exigen a los gobiernos medidas de austeridad contra la ciudadanía, como una medida de protección de sus patrimonios particulares, lo que dicho en plata significa, lo que han obtenido -yo diría, robado, amparados en leyes que les beneficia, hechas a su medida- utilizando los recursos comunes, disponiendo de las fuerzas de la nación para garantizarles sus derechos, que son de ellos y que, hábilmente, presentan como el derecho de todos, por lo tanto, la opción para mejorar las condiciones de vida no están ni inscritas ni circunscritas a la moneda, sea esta euro, dólar, bitcoin o cualquier otra, sino que mejorar las condiciones de vida, en España, Grecia, Portugal, Francia, Italia, pero también Alemania, Gran Bretaña, pero también Ucrania, Rusia, Estados Unidos, etc., es una opción de poder político de clase social proletaria, contra clase social de banqueros, grandes fortunas, grandes industriales, es, esencialmente, una lucha contra el cartel de las 147 transnacionales, que en España no puede saldarse con salir del euro, cuando la corrupción afecta desde la cabeza del Estado para abajo, y se pretende dejar el proceso en manos de jueces a los que se les presiona desde todos los lados, porque los poderosos temen que ese proceso les descubra.

La solución no está en la moneda, la solución está articular una economía al servicio de las personas, no de los mercados, y eso requiere un proyecto de sociedad y un proyecto de vida que tiene que comenzar en Europa, cuna del capitalismo, por certificar su inutilidad, la inutilidad del modo de producción de mercancías, como proyecto de progreso, porque ya no lo es y comenzar certificando su de-función significa luchar por construir los Estados Unidos de Europa, desde Tarifa a los Urales, teniendo en cuenta que cada paso que no demos en esa dirección lo estaremos dando hacia una guerra de consecuencias inimaginables.

jmrmesas

nueve de diciembre de dos mil trece















viernes, 6 de diciembre de 2013

LA BURLA DEL BITCOIN



LA BURLA DEL BITCOIN

O

CONTRA PRIVATIZACIÓN SOCIALIZACIÓN

Sesudas reflexiones sobre el euro; interminables debates sobre si estar o salir del euro, todo la compleja puesta en escena para tomar el pulso a la moneda de los aliados, movilizando a las agencias de calificación, y ahora viene un listillo con una moneda artificial, y los banqueros -en Canadá- ponen cajeros automáticos para dispensar monedas, y gobiernos como el alemán, chino, eeuu, etc. etc., se apresuran a aceptar el bitcoin en las transacciones económicas, y la gente se plantea, yo entre ellos, ¿No es esto una tomadura de pelo?, ¿No es esto una burla indecente contra la política de recortes que nos imponen los banqueros? ¿Es posible que una moneda de juguete -o no es de juguete- pueda pasar por encima del sufrimiento y las penalidades de millones de jodidos y eurocratizados trabajadores europeos? La emisión de moneda ¿No está reservada a los Estados? ¿Cómo es que todo esto quede fuera de los debates parlamentarios y, en principio, todos, pero especialmente la izquierda, sea esta abierta, unida, cerrada, o medio pensionista, no pida explicaciones muy serias sobre una moneda que está al albur de gente sin control. No formará esta moneda parte de una estrategia encubierta para seguir exprimiendo el limón de las condiciones de subsistencia de la ciudadanía a ambos lados del Atlántico, porque poner orden en el sistema financiero sería destapar la imposibilidad de reformarlo porque tal reforma implicaría tocar toda la estructura de la producción y el comercio mundial y consecuentemente, tal posibilidad daría al traste con el poder de la clase del uno por ciento.

UNA IMPROVISACIÓN MUY CALCULADA

La tarea de controlar a la sociedad es una ocupación que escapa a la estricta función de gobernar, requiriendo múltiples entendimientos, unos expresos, otros, tácitos, con las diversas fuerzas que se articulan en el seno de la sociedad, y que funcionan cuando existe una percepción colectiva sobre los objetivos y expectativas a recorrer en el tiempo, por eso, cuando esa percepción común es aceptada, sea cual sea su cariz, los acontecimientos discurren sin altibajos, pero no es esta la situación actual, en la que todo parece estar en el candelero, en un momento u otro, entonces esos contrapesos que estaban en equilibrio, en el periodo armónico, se descabalan tirando cada uno en direcciones arbitraria, por lo tanto, haciendo que todo oscile sin fijar una dirección, y es imprescindible, para entender la actual deriva, comprender los acontecimientos de los años precedentes para encontrar una guía, una respuesta, una explicación a nuestros problemas de hoy.

Antes de que Nixon sacara al dólar del patrón oro, y este dejara de ser convertible, la falta de moneda, como consecuencia del incremento del comercio, se solucionó con la emisión de los derechos especiales de giro, 1969 -DEG/SDR- (Tamames tiene un libro muy interesante, Introducción a la economía internacional, que explica muy claro este asunto), que no terminó de solucionar el problema, porque al final, los DEG fueron insuficientes y el dólar incremento su volumen sin el respaldo del oro, en agosto de 1971. Algo más tarde 1973, se creó la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunicatión -sociedad para las comunicaciones interbancarias financieras mundiales- (en 2001 transmitió ordenes de pago por valor de 6 000 000 000 de dólares por día); en 1974 en Basilea, tiene lugar una reunión de los gobernadores de los bancos del G10 en la sede del Banco de pagos internacionales, en el que los participantes toman una serie de acuerdos y recomendaciones, en la que posteriormente se conocerá como Basilea I y que en 1988 se concretará en la inmovilización de un volumen de efectivo como medida de respaldo.

Como se puede ver, el avatar de la economía, no está dejado al buen tuntún, sino que los gobiernos y banqueros, tratan de anticipar posibles maremotos para que estos, de producirse, no les pille de costado, y fue entonces, cuando las cosas empezaron a estar controladas, que tuvo lugar la política de ataque a las movilizaciones de los trabajadores, que se desarrollaban en toda Europa, con los acuerdos Thatcher-Reagan, y su política de defender la privatización por encima de todo, como medio de contrarrestar las movilizaciones que se extendían a ambos lados del Atlántico. Aquella política está siendo en la actualidad llevada al paroxismo, porque siempre existirá algún nicho económico, alguna función, alguna utilidad susceptible de poderse convertir en dinero, comercializandola, y esta deriva es, en sí misma, nociva, porque aparenta que la sociedad es solo cosa de genios, figuras, personalidades cuando, en todo caso, esas personas, instituciones, etc., son catalizadores, enzimas que que van haciendo posible ese supuesto funcionamiento armonioso, cuando la verdadera fuente de la riqueza es el conjunto social, la misma sociedad, que en la complejidad de sus relaciones descubre posibilidades de utilidad que el egoísmo capitalista aprovecha, porque es ese sentimiento el que se potencia y magnifica.
Es lo que sucede ahora, una furibunda presentación de las bondades de la privatización de servicios que eran públicos empiezan a privatizarse porque la riqueza creada socialmente, el capital financiero pasa a tomar la iniciativa, apropiándosela, como parte de la estrategia para empobrecer a la sociedad, y de ese modo, dominarla, someterla. Ante esta ofensiva política del capital financiero internacional, que como puede verse, por el tipo de acuerdos económicos y políticos tomados en el marco internacional, no es improvisada, sino que su puesta en funcionamiento revela cálculo, previsión, anticipación, como no podría ser de otro modo, pues una minoría social, que son los propietarios que forman el cartel de las 147 transnacionales, que influyen decisivamente la economía mundial, no pueden permitirse dejarse llevar por la marea, porque esta, terminaría por engullirlos, requiere una respuesta política, proviniente de la sociedad, de lo más avanzado de la sociedad, de la izquierda, lo más articulada que se pueda, empezando por oponer a la oleada de la privatización una decidida defensa de la socialización, sin desmayo ni flaqueza, primero, porque la existencia de la propia sociedad, ya de suyo es una imprescindible condición y garantía de supervivencia, progreso, aprendizaje, cultura, y para que esta condición se mantenga e incremente, hay que depurarla de la nocividad del sálvese quien pueda, que es lo que potencia la privatización, poniendo en primer término la ganancia privada, al precio de saquear y envilecer a la sociedad, magnificando lo privado.

Contra privatización, socialización, y este corto pero claro concepto tendría que ser motivo y consigna de las movilizaciones, pero sobre todo, en el seno de la izquierda tendría que ser debatido, porque la deriva privatizadora del capital financiero, no hace más que pudrir la sociedad, deteriorar las condiciones de vida, envilecer y prostituir las relaciones humanas, y los partidos políticos y organizaciones obreras que no sean capaces de defender esto en foros y en el parlamento, están cayendo en la estrategia del capital financiero, aceptando su juego: la defensa de la socialización, en el parlamento, en los parlamentos de Europa, tiene que ser la respuesta a la ofensiva privatizadora de los ideólogos del capitalismo.


Entender esto es fundamental, y la respuesta política en el parlamento han de ser leyes lo más claras y transparentes posibles. Secreto y ritual son los componentes del poder para dominar a la sociedad, conocerla, dirigirla, controlarla pero, cuando un poder, sea cual fuere, en este caso, el de Estados Unidos con la colaboración de los gobiernos burgueses de casi toda Europa puede escuchar millones de llamadas de móviles de todo el mundo, cuando los ordenadores de parlamentarios, funcionarios, políticos, pueden ser espiados con impunidad, ¿Qué sentido tiene hacer leyes que garantiza el secreto, cuando solo es secreto para el pueblo? ¿Qué objetivo se resguarda ocultando conocimientos a la sociedad, secretos, que solo lo son para la fuente de legitimidad? Es ese tipo de política el que nos a traído hasta aquí, y permite que alguien cree una moneda de juguete -bitcoin-, escupiendo sobre el drama que ha supuesto para los europeos eurocratizados, que la decisión de gobiernos responsables, creando una moneda -euro- haya sido torpedeada, machacada, puteada, sin que los poderes institucionales, ni los políticos, de ningún signo, se sientan concernidos y ofendidos, cuando gobiernos responsables se prestan a considerar una moneda sin control. ¿No es una burla siniestra contra todos los europeos?

jmrmesas

seis de diciembre de dos mil seis