LA BURLA DEL BITCOIN
O
CONTRA PRIVATIZACIÓN SOCIALIZACIÓN
Sesudas reflexiones sobre el euro;
interminables debates sobre si estar o salir del euro, todo la
compleja puesta en escena para tomar el pulso a la moneda de los
aliados, movilizando a las agencias de calificación, y
ahora viene un listillo con una moneda artificial, y los banqueros
-en Canadá- ponen cajeros automáticos para dispensar monedas, y
gobiernos como el alemán, chino, eeuu, etc. etc., se apresuran a
aceptar el bitcoin en las transacciones económicas, y la gente se
plantea, yo entre ellos, ¿No es esto una tomadura de pelo?, ¿No es
esto una burla indecente contra la política de recortes que nos
imponen los banqueros? ¿Es posible que una moneda de juguete
-o no es de juguete- pueda pasar por encima del sufrimiento y las
penalidades de millones de jodidos y eurocratizados
trabajadores europeos? La emisión de moneda ¿No está reservada a
los Estados? ¿Cómo es que todo esto quede fuera de los debates
parlamentarios y, en principio, todos, pero especialmente la
izquierda, sea esta abierta, unida, cerrada, o medio pensionista, no
pida explicaciones muy serias sobre una moneda que está al albur de
gente sin control. No formará esta moneda parte de una estrategia
encubierta para seguir exprimiendo el limón de las condiciones de
subsistencia de la ciudadanía a ambos lados del Atlántico, porque
poner orden en el sistema financiero sería destapar la imposibilidad
de reformarlo porque tal reforma implicaría tocar toda la estructura
de la producción y el comercio mundial y consecuentemente, tal
posibilidad daría al traste con el poder de la clase del uno
por ciento.
UNA IMPROVISACIÓN MUY CALCULADA
La tarea de controlar a la sociedad es una
ocupación que escapa a la estricta función de gobernar, requiriendo
múltiples entendimientos, unos expresos, otros, tácitos, con las
diversas fuerzas que se articulan en el seno de la sociedad, y que
funcionan cuando existe una percepción colectiva sobre los objetivos
y expectativas a recorrer en el tiempo, por eso, cuando esa
percepción común es aceptada, sea cual sea su cariz, los
acontecimientos discurren sin altibajos, pero no es esta la situación
actual, en la que todo parece estar en el candelero, en un momento u
otro, entonces esos contrapesos que estaban en equilibrio, en el
periodo armónico, se descabalan tirando cada uno en direcciones
arbitraria, por lo tanto, haciendo que todo oscile sin fijar una
dirección, y es imprescindible, para entender la actual deriva,
comprender los acontecimientos de los años precedentes para
encontrar una guía, una respuesta, una explicación a nuestros
problemas de hoy.
Antes de que Nixon sacara al dólar del patrón
oro, y este dejara de ser convertible, la falta de moneda, como
consecuencia del incremento del comercio, se solucionó con la
emisión de los derechos especiales de giro, 1969 -DEG/SDR- (Tamames
tiene un libro muy interesante, Introducción a la economía
internacional, que explica muy claro este asunto), que no terminó de
solucionar el problema, porque al final, los DEG fueron insuficientes
y el dólar incremento su volumen sin el respaldo del oro, en agosto
de 1971. Algo más tarde 1973, se creó la Society for Worldwide
Interbank Financial Telecommunicatión -sociedad para las
comunicaciones interbancarias financieras mundiales- (en 2001
transmitió ordenes de pago por valor de 6 000 000 000 de dólares
por día); en 1974 en Basilea, tiene lugar una reunión de los
gobernadores de los bancos del G10 en la sede del Banco de pagos
internacionales, en el que los participantes toman una serie de
acuerdos y recomendaciones, en la que posteriormente se conocerá
como Basilea I y que en 1988 se concretará en la inmovilización de
un volumen de efectivo como medida de respaldo.
Como se puede ver, el avatar de la economía,
no está dejado al buen tuntún, sino que los gobiernos y banqueros,
tratan de anticipar posibles maremotos para que estos, de
producirse, no les pille de costado, y fue entonces, cuando las cosas
empezaron a estar controladas, que tuvo lugar la política de ataque
a las movilizaciones de los trabajadores, que se desarrollaban en
toda Europa, con los acuerdos Thatcher-Reagan, y su política de
defender la privatización por encima de todo, como medio de
contrarrestar las movilizaciones que se extendían a ambos lados del
Atlántico. Aquella política está siendo en la actualidad llevada
al paroxismo, porque siempre existirá algún nicho económico,
alguna función, alguna utilidad susceptible de poderse
convertir en dinero, comercializandola, y esta deriva
es, en sí misma, nociva, porque aparenta que la
sociedad es solo cosa de genios, figuras, personalidades cuando, en
todo caso, esas personas, instituciones, etc., son catalizadores,
enzimas que que van haciendo posible ese supuesto
funcionamiento armonioso, cuando la verdadera fuente de la riqueza es
el conjunto social, la misma sociedad, que en la complejidad de sus
relaciones descubre posibilidades de utilidad que el egoísmo
capitalista aprovecha, porque es ese sentimiento el que se potencia y
magnifica.
Es lo que sucede ahora, una furibunda
presentación de las bondades de la privatización de
servicios que eran públicos empiezan a privatizarse porque la
riqueza creada socialmente, el capital financiero pasa a tomar la
iniciativa, apropiándosela, como parte de la estrategia para
empobrecer a la sociedad, y de ese modo, dominarla, someterla. Ante
esta ofensiva política del capital financiero internacional, que
como puede verse, por el tipo de acuerdos económicos y políticos
tomados en el marco internacional, no es improvisada, sino
que su puesta en funcionamiento revela cálculo, previsión,
anticipación, como no podría ser de otro modo, pues una minoría
social, que son los propietarios que forman el cartel de las 147
transnacionales, que influyen decisivamente la economía mundial, no
pueden permitirse dejarse llevar por la marea, porque esta,
terminaría por engullirlos, requiere una respuesta política,
proviniente de la sociedad, de lo más avanzado de la sociedad, de la
izquierda, lo más articulada que se pueda, empezando por oponer a la
oleada de la privatización una decidida defensa de la
socialización, sin desmayo ni flaqueza, primero, porque la
existencia de la propia sociedad, ya de suyo es una imprescindible
condición y garantía de supervivencia, progreso, aprendizaje,
cultura, y para que esta condición se mantenga e incremente, hay que
depurarla de la nocividad del sálvese quien pueda, que es lo
que potencia la privatización, poniendo en primer término la
ganancia privada, al precio de saquear y envilecer a la sociedad,
magnificando lo privado.
Contra privatización, socialización, y este
corto pero claro concepto tendría que ser motivo y consigna de las
movilizaciones, pero sobre todo, en el seno de la izquierda tendría
que ser debatido, porque la deriva privatizadora del capital
financiero, no hace más que pudrir la sociedad, deteriorar las
condiciones de vida, envilecer y prostituir las relaciones humanas, y
los partidos políticos y organizaciones obreras que no sean capaces
de defender esto en foros y en el parlamento, están cayendo en la
estrategia del capital financiero, aceptando su juego: la defensa
de la socialización, en el parlamento, en los
parlamentos de Europa, tiene que ser la respuesta a la
ofensiva privatizadora de los ideólogos del capitalismo.
Entender esto es fundamental, y la respuesta
política en el parlamento han de ser leyes lo más claras y
transparentes posibles. Secreto y ritual son los componentes del
poder para dominar a la sociedad, conocerla, dirigirla, controlarla
pero, cuando un poder, sea cual fuere, en este caso, el de Estados
Unidos con la colaboración de los gobiernos burgueses de casi toda
Europa puede escuchar millones de llamadas de móviles de todo el
mundo, cuando los ordenadores de parlamentarios, funcionarios,
políticos, pueden ser espiados con impunidad, ¿Qué sentido tiene
hacer leyes que garantiza el secreto, cuando solo es secreto para el
pueblo? ¿Qué objetivo se resguarda ocultando conocimientos a la
sociedad, secretos, que solo lo son para la fuente de legitimidad? Es
ese tipo de política el que nos a traído hasta aquí, y permite que
alguien cree una moneda de juguete -bitcoin-, escupiendo sobre el
drama que ha supuesto para los europeos eurocratizados, que la
decisión de gobiernos responsables, creando una moneda
-euro- haya sido torpedeada, machacada, puteada, sin que los poderes
institucionales, ni los políticos, de ningún signo, se sientan
concernidos y ofendidos, cuando gobiernos responsables
se prestan a considerar una moneda sin control. ¿No es una burla
siniestra contra todos los europeos?
jmrmesas
seis de diciembre de dos mil seis
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