QUE REPUBLICA QUEREMOS
SERIA MUY SANO Y EFECTIVO
QUE LOS LIDERES DEFINIERAN SUS PREFERENCIAS
En esta época en la que
el gobierno, efectivo, de hecho, del mundo mundial lo dirige el
superimperialismo, ese puñado de ricos que se pasea por el mundo
aconsejando a los Estados sobre qué políticas resultarían
más deseables, la forma del Estado parece que no es muy importante,
ya que, realmente son gestores de los mercados, y no de
la soberanía popular, más como conviene guardar las apariencias, es
necesario no perder la compostura, sujetándose al guión.
A la monarquía
franquista le está pasando lo que a las hermanastras de la
cenicienta tratando de calzarse el zapatito: no le cabe, y como
disculpa, va la infanta y
compara al juzgador con la Inquisición:
tendría que haber dicho, Santa Inquisición. Me resultó más
comprensible y simpática cuando leí en algún lugar su disposición
a renunciar a los derechos dinásticos, para defender a su esposo,
pero el caso es que, toda la polvareda montada sobre la inculpación
de Urdangarín, y los fallos del Rey, serían velados tras espesos
silencios mediáticos, si un sector de la burguesía española no
estuviera dispuesta a intentar cambiar la forma del Estado, pero
claro está, eso es más difícil de demostrar, por lo que no me
sorprende la reflexión de Julio Anguita, de que la burguesía, el
dice el
poder, trate de colar un república de extrema derecha,
y es aquí, que se vuelve a demostrar lo alejada que está la
izquierda de la realidad porque, esa reflexión a cerca de una
república de extrema derecha sería más que improbable si el debate
se polarizase en torno a qué tipo de república es la que queremos,
porque a la monarquía franquista le pasa lo que al sistema
capitalista, está acabado pero nadie quiere reconocerlo porque no
tiene recambio.
Este es el quid de la
cuestión estructuralmente entendido. El Sistema está agotado,
acabado, porque las posibilidades de reinicio del sistema,es decir,
conseguir un tiempo extra, mientras se evalúa la conmoción causada
por la crisis del 2007, exige una nueva reconfiguración, y esa nueva
configuración pasa por imponer los recortes en los países
industrializados, pero sobre todo, en Europa, y los intentos del
sistema para amedrentar a la ciudadanía son cada vez más
espectaculares porque sin atemorizar a la sociedad, está no aceptará
las penurias derivadas de un empobrecimiento artificial, por eso los
atentados como los de Boston o Tejas, tienen toda la pinta de ser
permitidos, o lo que es lo mismo, útiles para la gobernanza
de la élite del capital financiero internacional.
Sin esta premisa
descrita, es difícilmente entendible lo que está pasando en cada
sociedad, porque en el conjunto, la relación se establece en el
cuantioso robo que supone la evasión fiscal consentida y
amparada por los Estados y sus respectivos gobiernos, ya que este
entramado legal realizado a lo largo de sesenta años, no podía ser
desconocido, y ha sido ahora, cuando se ha empezado a asumir, por un
cierto sector de la sociedad internacional, que la falta de
financiación esta relacionada con el robo de los evasores
fiscales, amparados y protegidos por acción y/u omisión,
que los gobiernos se han dado por enterado, sobre todo porque
la impunidad y el secreto se ha roto gracias a que organizaciones
como icij
están haciendo públicas algunos datos, y a las advertencias que
esta gran evasión, está causando tanto en el deterioro de la
democracia, como la extorsión que supone para la economía, porque
ese robo de los ricos a los pobres, es un robo
destinado a perpetuar una situación de privilegio y poder.
Así que volviendo al
tema, la izquierda, en general, y en Europa y España, en particular,
tiene que definir que Europa quiere y que forma de Estado quiere, en
concreto, en España, porque solo dando elementos para la reflexión,
y luchando por ellos, se acota y reduce el espacio que la burguesía
española quiere arrebatar a la ciudadanía, y si la república no
está en el programa ni máximo ni mínimo de los partidos de
izquierdas, oficiales, es hora de explicar, como se ve, en conjunto,
lo más amplio posible, por los que se preocupan por este problema, y
este bloguero, junto con otros amigos, discutimos de que república
hablamos. Mi opción es una república unitaria sin concesiones al
nacionalismo pequeño burgués, lo que no quiere decir, de espaldas
al sentimiento nacional, tanto a las lenguas como a la cultura, de
los pueblos que componen el Estado español. Lengua y cultura,
enriquecen el conjunto humano, y no es posible, ni deseable ni
práctico dejar las lenguas minoritarias languidecer desatendidas,
primero, porque como elementos enriquecedores del conjunto humano es
un empobrecimiento del conjunto, la perdida de cualquier lenguaje,
por poco conocido que haya podido ser el grupo humano que la
cultivara, lo cual no es el caso que citaré, ya que las mujeres son
media humanidad, pero sí este caso concreto, -leí hace mucho que en
la antigua China, las mujeres de cierto nivel tenían una lengua
propia, para burlar la censura de los hombres- y si esa lengua se
perdió, es una pérdida que impedirá conocer una parte del genero
humano, en una etapa de su desarrollo, por otro lado, siempre habrá
aprehensivos capaces de sacar provecho, para coger un
tres por ciento de lo que se tercie.
Otros amigos se definen
por la república federal, precisamente para cerrar el paso de la
pequeña burguesía nacionalista, pero en mi opinión, y si he de ser
coherente con mi posición respecto a los Estados Unidos de Europa,
persiguiendo un gobierno único, responsable ante un solo electorado
europeo, lo cual implica luchar por formar un solo pueblo con todas
las nacionalidades, no es ni asumible ni cohesionador, empezar por
admitir la división territorial en el propio país, para librarse de
tener que dar explicaciones.
Sin lugar a dudas, el
núcleo determinante sobre el contenido de la próxima república
española, estará contenido en el conjunto de los derechos y
reivindicaciones que afectarán a la mayoría de la sociedad, y esto
tendrá que ser y tendrá que ver con la consecución del derecho a
una educación pública, gratuita y obligatoria, impartida con
criterios estatales, aunque consensuando, a un nivel europeo
contenidos tendentes a formar una nueva nación, la europea, en este
caso, libremente asumida como culminación de un proceso de
consentimiento de intereses generales beneficiosos para ese conjunto
social que se ha formado en Europa, en todo el proceso histórico,
distanciándonos, gradualmente del sentimiento nacional,
cultivado por el poder, para garantizar sus minoritarios intereses,
mientras alejan sus
riquezas, y es importante
dejar esto muy claro, generadas
socialmente, de
la fiscalidad
de la patria.
De esos patriotas,
¡Libranos, señor!
En
cual quier caso, de lo que adolece nuestro tiempo es de la falta de
explicaciones de nuestros dirigente, y me importa dejar bien sentado,
que las explicaciones que esperamos los ciudadanos, no es cualquier
opinión, sino la
opinión de los dirigentes políticos que capitanean las huestes de
la izquierda,
por lo tanto la práctica de no querer explicarse, se interpreta como
el nadar y guardar la ropa,
o lo que es lo mismo, amarrarse al cargo, porque, falsamente, se
piensa que así se es más útil.
Como republicano, deseo
el final de la monarquía juancarlista, sin embargo, no deseo para el
final de esta monarquía, el final de los Capetos en Francia, o el de
los Romanov en Rusia, sino que como prueba de normalidad ciudadana,
desearía, una vez depuradas las finanzas del Rey, que este, pudiese
acabar sus días, en España, si es su voluntad, en su casa y rodeado
de los suyos. Sería un cierre glorioso para un capitulo de nuestra
historia, que restañaría muchas cicatrices, en un cuerpo, muy
dolorido.
jmrmesas
diecisiete de abril de dos mil trece