viernes, 19 de abril de 2013

QUE REPUBLICA QUEREMOS



QUE REPUBLICA QUEREMOS

SERIA MUY SANO Y EFECTIVO QUE LOS LIDERES DEFINIERAN SUS PREFERENCIAS

En esta época en la que el gobierno, efectivo, de hecho, del mundo mundial lo dirige el superimperialismo, ese puñado de ricos que se pasea por el mundo aconsejando a los Estados sobre qué políticas resultarían más deseables, la forma del Estado parece que no es muy importante, ya que, realmente son gestores de los mercados, y no de la soberanía popular, más como conviene guardar las apariencias, es necesario no perder la compostura, sujetándose al guión.

A la monarquía franquista le está pasando lo que a las hermanastras de la cenicienta tratando de calzarse el zapatito: no le cabe, y como disculpa, va la infanta y compara al juzgador con la Inquisición: tendría que haber dicho, Santa Inquisición. Me resultó más comprensible y simpática cuando leí en algún lugar su disposición a renunciar a los derechos dinásticos, para defender a su esposo, pero el caso es que, toda la polvareda montada sobre la inculpación de Urdangarín, y los fallos del Rey, serían velados tras espesos silencios mediáticos, si un sector de la burguesía española no estuviera dispuesta a intentar cambiar la forma del Estado, pero claro está, eso es más difícil de demostrar, por lo que no me sorprende la reflexión de Julio Anguita, de que la burguesía, el dice el poder, trate de colar un república de extrema derecha, y es aquí, que se vuelve a demostrar lo alejada que está la izquierda de la realidad porque, esa reflexión a cerca de una república de extrema derecha sería más que improbable si el debate se polarizase en torno a qué tipo de república es la que queremos, porque a la monarquía franquista le pasa lo que al sistema capitalista, está acabado pero nadie quiere reconocerlo porque no tiene recambio.

Este es el quid de la cuestión estructuralmente entendido. El Sistema está agotado, acabado, porque las posibilidades de reinicio del sistema,es decir, conseguir un tiempo extra, mientras se evalúa la conmoción causada por la crisis del 2007, exige una nueva reconfiguración, y esa nueva configuración pasa por imponer los recortes en los países industrializados, pero sobre todo, en Europa, y los intentos del sistema para amedrentar a la ciudadanía son cada vez más espectaculares porque sin atemorizar a la sociedad, está no aceptará las penurias derivadas de un empobrecimiento artificial, por eso los atentados como los de Boston o Tejas, tienen toda la pinta de ser permitidos, o lo que es lo mismo, útiles para la gobernanza de la élite del capital financiero internacional.

Sin esta premisa descrita, es difícilmente entendible lo que está pasando en cada sociedad, porque en el conjunto, la relación se establece en el cuantioso robo que supone la evasión fiscal consentida y amparada por los Estados y sus respectivos gobiernos, ya que este entramado legal realizado a lo largo de sesenta años, no podía ser desconocido, y ha sido ahora, cuando se ha empezado a asumir, por un cierto sector de la sociedad internacional, que la falta de financiación esta relacionada con el robo de los evasores fiscales, amparados y protegidos por acción y/u omisión, que los gobiernos se han dado por enterado, sobre todo porque la impunidad y el secreto se ha roto gracias a que organizaciones como icij están haciendo públicas algunos datos, y a las advertencias que esta gran evasión, está causando tanto en el deterioro de la democracia, como la extorsión que supone para la economía, porque ese robo de los ricos a los pobres, es un robo destinado a perpetuar una situación de privilegio y poder.

Así que volviendo al tema, la izquierda, en general, y en Europa y España, en particular, tiene que definir que Europa quiere y que forma de Estado quiere, en concreto, en España, porque solo dando elementos para la reflexión, y luchando por ellos, se acota y reduce el espacio que la burguesía española quiere arrebatar a la ciudadanía, y si la república no está en el programa ni máximo ni mínimo de los partidos de izquierdas, oficiales, es hora de explicar, como se ve, en conjunto, lo más amplio posible, por los que se preocupan por este problema, y este bloguero, junto con otros amigos, discutimos de que república hablamos. Mi opción es una república unitaria sin concesiones al nacionalismo pequeño burgués, lo que no quiere decir, de espaldas al sentimiento nacional, tanto a las lenguas como a la cultura, de los pueblos que componen el Estado español. Lengua y cultura, enriquecen el conjunto humano, y no es posible, ni deseable ni práctico dejar las lenguas minoritarias languidecer desatendidas, primero, porque como elementos enriquecedores del conjunto humano es un empobrecimiento del conjunto, la perdida de cualquier lenguaje, por poco conocido que haya podido ser el grupo humano que la cultivara, lo cual no es el caso que citaré, ya que las mujeres son media humanidad, pero sí este caso concreto, -leí hace mucho que en la antigua China, las mujeres de cierto nivel tenían una lengua propia, para burlar la censura de los hombres- y si esa lengua se perdió, es una pérdida que impedirá conocer una parte del genero humano, en una etapa de su desarrollo, por otro lado, siempre habrá aprehensivos capaces de sacar provecho, para coger un tres por ciento de lo que se tercie.

Otros amigos se definen por la república federal, precisamente para cerrar el paso de la pequeña burguesía nacionalista, pero en mi opinión, y si he de ser coherente con mi posición respecto a los Estados Unidos de Europa, persiguiendo un gobierno único, responsable ante un solo electorado europeo, lo cual implica luchar por formar un solo pueblo con todas las nacionalidades, no es ni asumible ni cohesionador, empezar por admitir la división territorial en el propio país, para librarse de tener que dar explicaciones.

Sin lugar a dudas, el núcleo determinante sobre el contenido de la próxima república española, estará contenido en el conjunto de los derechos y reivindicaciones que afectarán a la mayoría de la sociedad, y esto tendrá que ser y tendrá que ver con la consecución del derecho a una educación pública, gratuita y obligatoria, impartida con criterios estatales, aunque consensuando, a un nivel europeo contenidos tendentes a formar una nueva nación, la europea, en este caso, libremente asumida como culminación de un proceso de consentimiento de intereses generales beneficiosos para ese conjunto social que se ha formado en Europa, en todo el proceso histórico, distanciándonos, gradualmente del sentimiento nacional, cultivado por el poder, para garantizar sus minoritarios intereses, mientras alejan sus riquezas, y es importante dejar esto muy claro, generadas socialmente, de la fiscalidad de la patria. De esos patriotas, ¡Libranos, señor!

En cual quier caso, de lo que adolece nuestro tiempo es de la falta de explicaciones de nuestros dirigente, y me importa dejar bien sentado, que las explicaciones que esperamos los ciudadanos, no es cualquier opinión, sino la opinión de los dirigentes políticos que capitanean las huestes de la izquierda, por lo tanto la práctica de no querer explicarse, se interpreta como el nadar y guardar la ropa, o lo que es lo mismo, amarrarse al cargo, porque, falsamente, se piensa que así se es más útil.

Como republicano, deseo el final de la monarquía juancarlista, sin embargo, no deseo para el final de esta monarquía, el final de los Capetos en Francia, o el de los Romanov en Rusia, sino que como prueba de normalidad ciudadana, desearía, una vez depuradas las finanzas del Rey, que este, pudiese acabar sus días, en España, si es su voluntad, en su casa y rodeado de los suyos. Sería un cierre glorioso para un capitulo de nuestra historia, que restañaría muchas cicatrices, en un cuerpo, muy dolorido.

jmrmesas

diecisiete de abril de dos mil trece









                                                        

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