LA
SUCURSAL EN PRIMERA LINEA
PISOTEANDO
LAS BASES DE LA DEMOCRACIA
Cuando
la URSS se desmoronó no fue por el cerco que el capital financiero
impuso al Estado soviético, aunque las dificultades causadas no
dejaron de ser un obstáculo muy agobiante, sino que ese obstáculo
se unió a una situación interna que era ya insostenible
porque todas las contradicciones internas de la sociedad soviética
eran inaplazables y habían terminado por romper el aislamiento
con el que la burocracia se había protegido al querer escudarse tras
el partido, como si el partido -PCUS- fuese un blindaje que
les mantuviera a cubierto mientras los burócratas iniciaban la
oligarquización de sus patrimonios personales,
sin comprender que dentro del partido había una mezcla efervescente
que reproducía a la propia sociedad entre elementos honestos
y elementos descontentos porque el proceso de oligarquización
no podía dar para todos, y eso fue lo que destapó Gorvachov con la
perestroika.
La
sociedad rusa, en gran parte está de acuerdo con los principios
por los combatieron sus mayores en la revolución de 1917, aunque
son críticos porque no se respetaron aquellos, y si cuando la
efervescencia destapada por la perestroika hubiese sido capitaneada
por una fracción en el partido y esta hubiese luchado por los
principios que constituyeron la sociedad soviética, las cosas
hubiesen sido muy diferentes, en principio porque los burócratas
enriquecidos se hubiesen quedado sin base en donde apoyarse,
pero las libertades políticas recién adquiridas solo sirvió para
que esos burocratas gestionasen sus patrimonios personales a la
vista de todos, degenerando en un proceso de divisiones
territoriales y administrativas, en la que cada fracción nacional
del PCUS se hizo fuerte en su territorio, porque la
burocracia, con una práctica en la administración y una consciencia
sobre los intereses robados a la sociedad soviética, canalizó
las contradicciones sociales hacia el nacionalismo, mientras que
la sociedad carecía de información y organizaciones para
defender las conquistas sociales.
Estos
procesos fueron percibidos por el capitalismo como un potencial
disolvente que podría contribuir a terminar por fragmentar a la
recién formada Comunidad de Estados Independientes. Fueron el origen
del diseño de los planes de la burguesía del complejo
militar-industrial para dividir Rusia en tres Estados, según
Zbigniew Brzezinski, y de este modo, asegurar que Estados Unidos
quedaría como única superpotencia, garante del Superimperialismo,
de la conjunción de empresas euro-estadounidense, pero los
procesos de cambios que tenían lugar en los países de la Europa del
este y Rusia, también empezaban a agitar las consciencias en el
resto del mundo porque estamos inmersos en momento en el que
todas las estructuras que hacen funcionar al mundo necesitan ser
reinventadas a tenor del explosivo crecimiento de las fuerzas
productivas, cuando los avances, descubrimientos y
nuevas adquisiciones tecnológicas no se cuentan en meses, sino
en semanas, y a veces, en días, porque estos
avances tienen su traducción en la economía, y mientras los
economistas lo traducen en balances contables, la realidad socio
política traduce estos avances y adquisiciones en relaciones de
producción que tienen su correspondencia en relaciones de dominio,
relaciones de la clase dominante sobre el resto de la sociedad
y que se expresan en esa concentración de poder y riqueza que
informes como el de la universidad de Zurich o instituciones como
OXFAN, se encargan de mostrarlos de forma incontestables y
ante los cuales, las organizaciones de izquierdas como los
sindicatos, los partidos y los intelectuales apesebrados, se
esfuerzan en ignorar creyendo, que al ignorarlos detienen su
inexorable poder de socavar los cimientos sobre los que se asienta la
sociedad actual, rigiéndose por normas y prácticas que perdieron su
utilidad hace muchos, muchos años, pero que siguen siendo útiles,
solo a una minoría, cada vez, más y más privilegiada.
Cuando
los avances científicos y tecnológicos toman esta aceleración
tienen su influencia en los acontecimientos sociales y políticos, y
así, mientras Marx, en todos sus escritos alude, casi de continuo a
las fuerzas productivas, hoy, cuando esos avances nos muestran, como
cosa habitual la producción de medios de producción, en el que la
mano de obra es cada vez menor y más y más cualificada, ni los
intelectuales ni los economistas ni los políticos se esfuerzan en
hacer pedagogía para la sociedad demostrando, o cuando menos,
intentando demostrar cómo va a afectar a las condiciones de vida de
las personas, los avances científicos y la incorporación de la
tecnología a la producción, pero esta claro que, en las condiciones
actuales, esos avances tienen un coste negativo para la población
porque esos avances se traducen en unas condiciones sociopolíticas
que generan un crecimiento de la violencia institucional, porque
es imposible que las élites sean cada vez más ricas y poderosas sin
incrementar la presión de las instituciones sobre los
ciudadanos, porque las empresas, los banqueros, lo que
eufemísticamente se ha dado en denominar, los mercados, para
quitar hierro a las palabras cargadas de contenido ideológico
-burguesía, proletariado, capitalismo, obreros, lucha, poder, etc.,-
fácilmente identificables y ante las que el sujeto se identifica de
inmediato en un determinado lugar, los ideólogos de capitalismo las
han sustituido, y a continuación, la izquierda las ha copiado para
no perder la sintonía, pero los acontecimientos demuestran sin la
menor duda los lineamientos sociales y políticos de los
enfrentamientos, y así, en la situación abierta en Ucrania, una
parte de los activistas, los más dispuestos, se identifican con el
fascismo, nuevo, aludiendo a las simpatías por los fascistas griegos
de Aurora Dorada, y otros, por el nazismo hitlerista, aunque
corregido y depurado, a decir de uno de los nuevos ministros
del nuevo gobierno ucraniano, por eso decía que las instituciones
democráticas, están cada vez más alejadas de los ciudadanos e
incrementan la presión sobre la mayoría, que es la más débil,
porque va en ello el dominio de las élites de la burguesía del
capital financiero.
Ese
coste negativo que tiene para la población, los avances científicos
y las adquisiciones tecnológicas es lo que dispara las
contradicciones sociales, generando tensión, porque son percibidas
como extrema desigualdad e injusticia entre el crecimiento de poder y
riqueza de las élites y la cotidianidad angustiosa de la vida de
las personas corrientes, que en medio de tan notables avances
científicos, a veces, un padre, un ser querido muere porque, para
él, esos avances no llegaron porque no tenía dinero para la
operación, el trasplante, el tratamiento, y esto, en nuestros días,
es extensible al conjunto de las sociedades avanzadas,
en unas más que en otras, pero, a fin de cuentas, en todas las
sociedades, estos casos, se producen.
En
esta situación estamos, cuando el anodino día a día, se ha
disparado con un estado fallido, en una somalia en el corazón
de Europa, ¿Y por qué?
Casi
veinticinco años después del hundimiento de la URSS, el sistema,
que tiene sus normas, se encuentra constreñido porque una de esas
normas, y no menor, esta a punto de colapsar. Este colapso estaría
relacionado a la circulación de mercancías, y para que estas
circulen, el lubricante necesario es un sistema monetario
fiable, y este es cuestionado por los socios de Estados Unidos,
porque el dólar, que es la moneda de referencia, en el comercio
mundial carece del respaldo necesario para seguir ostentando esta
función, primero, porque dejó de ser el primer país
cuya potencia industrial, era indiscutible, ese lugar lo ha ocupado
un competidor, cuyos orígenes sociales son muy poco fiables, a ojos
del superimperialismo, como es China; segundo, porque su
enorme deuda, unida al conjunto de naciones deudoras, convierte al
mercado internacional en un compromiso, cada vez más cuestionable;
al estar todos los países tan endeudados, el consumo de los países,
ha caído velozmente; tercero, la propia estabilidad de la
moneda ha sido cuestionada desde varios frentes, por el euro,
digamos, sin ánimo de hacer sangre, pero la realidad es que
el dólar lo experimentó como amenazante porque algún país
exportador de petróleo amagó con hacer del euro, la valoración de
sus exportaciones; cuarto, porque desde sus entrañas, las
monedas virtuales tienen un papel, cada vez más amplio, dentro y
fuera de Estados Unidos; quinto, porque China demanda que su
moneda sea otra de las monedas convertibles; sexto, porque
Rusia, en vez de monedas convertible ha diversificado sus reservas
adquiriendo oro, y todo esto, ha inquietado profundamente a los
republicanos que empujan a Obama a una política aventurera, porque
lo que Estados Unidos no puede tolerar es que una nueva quiebra
financiera vuelva a dejar al dólar sin posibilidad de responder,
y eso es precisamente lo que estamos experimentando: la
agonía del sistema monetario internacional,
simbolizado por el dólar,
y esta posibilidad hace retumbar los tambores de guerra.
Esta es la situación que ha hecho que Estados Unidos pise a fondo el
acelerador calentando la olla de Ucrania y Venezuela, porque el
sistema no tiene respuesta para las contradicciones desatadas por el
crecimiento de las fuerzas productivas, que ha dejado obsoleto las
instituciones y los acuerdos que nos han traído al siglo xxi, aun
cuando haya tenido que pisotear su sionismo proisraelí, apoyando a
los nazis ucranianos, la cacareada independencia de las naciones,
metiéndose de lleno en Ucrania, impartiendo consignas y alentando a
derribar un gobierno, legalmente constituido, por muy desagradable
que nos pudiera parecer.
Estados Unidos ha violado las elementales normas internacionales, sin
ningún recato, haciéndolo en el corazón de Europa, escenario de
dos guerras mundiales, porque sabe que cualquier respuesta al
sistema, saldrá de aquí, del continente que alumbró el capitalismo
y que tiene que enterrarlo, por eso, la violación de esas normas
internacionales de la diplomacia, ha sido percibida por Die linke
como algo inaceptable, y aunque llame al dialogo de las partes, su
percepción no deja de ser de peligro que es necesario atajar.
De
igual modo, la izquierda, en Francia, capta el peligro, aunque su
ministro de exteriores, Laurent Fabius, como tradicionalmente
corresponde a la socialdemocracia, contemporiza con el fascismo
ucraniano considerando que ese
partido -Svoboda, Pravi
Sektor- está algo más a
la derecha que otros
partidos,
cuando es la reencarnación del nazismo hitlerista, por eso, la
izquierda de Europa no puede permanecer impasible, porque cada
silencio, cada inacción es un paso que se avanza hacia la
confrontación militar del conflicto; que Estados Unidos tire de sus
reservas estratégicas de petróleo y Rusia haga maniobras militares
en el Ártico, se pinte con los tonos más suaves que se quiera, son
señales inequívocas de la imposibilidad de dar marcha atrás y
evitarlo significa que las organizaciones sanas de la izquierda del
mundo, pero sobre todo, la izquierda sana de Europa, que aún se
puede sacudir el bozal que los mercados
quieren que muerda, significa movilizar a los trabajadores, a la
sociedad, reivindicando contra los recortes y denunciando la política
vendida de la Unión Europea, en la que sus representantes -Ashton,
Steinmeier- no tienen ningún pudor en alentar el fascismo, porque
ellos son los reales representantes del capital financiero mundial,
aunque se pongan los ropajes de demócratas. Significa denunciar como
yats,
Arseni Yatseniuk va a sacar las reservas de oro del Banco Nacional de
Ucrania para guardarlas
en la Reserva Federal de Estados Unidos, es decir, los fascistas
ucranianos van a convertir a Ucrania en una colonia bananera, y todo
esto hecho, sin el respaldo de los ciudadanos europeos, que no
comparten los criterios de sus gobiernos respectivos, pero aún más,
sin el respaldo de los ciudadanos de Estados Unidos, que tampoco
respaldan la política pentagoniana
de Obama, por eso, la movilización de la ciudadanía europea tiene
que estar en el centro de la actividad política de la izquierda sana
de Europa y del mundo, porque los juegos de guerra los pagaremos muy
caro.
jmrmesas
quince
de marzo de dos mil catorce
No hay comentarios:
Publicar un comentario