miércoles, 17 de febrero de 2016

EL PLAN B DEL EURO


EL PLAN B DEL EURO

LO CURIOSO DE LOS ECONOMISTAS ES QUE CREEN QUE SABEN DE MARXISMO

Estimados compañeros de Socialismo 21, en mi correo ha entrado esto,

Socialismo21 Socialismo21 



13:52 (hace 20 horas)




, y he tenido el humor de pensar que os interesaría mi opinión, puesto que ha entrado en mi correo, y habiéndolo leído con el interés y atención que me merecéis espero poder aportar mi parca inteligencia, a un asunto tan vital e importante como es el porvenir de Europa.

Creo, sin afectación, pero con hondo convencimiento, que mi último apunte ¿Qué teme la OTAN?
Publicado ayer y los anteriores, responden a esas cuitas, pero para entrar en el tema comenzaré por ir a las contradicciones inherentes a ser Europa. En Europa se puede hablar en un foro respetable del santísimo coño de la virgen, pero nadie se escandaliza de los paraísos fiscales, es decir, se pueden tocar las pelotas estúpidamente de la buena gente, al mismo tiempo que se puede ignorar mi propuesta de unir a los parlamentarios de izquierda de toda Europa desde Corbyn en Londres a Gysi en Berlín, pasando por Pedro, Pablo y Alberto, Garzón, por supuesto, para que esos parlamentarios reivindiquen la memoria de los cientos de miles de anónimos socialistas, comunistas y anarquistas, asesinados por la burguesía europea, y que en España aún yacen en cunetas o fosas sin nombre.

Esta propuesta mía es más decisiva para unir a Europa, de norte a sur y de este a oeste, que hablar de si salimos del euro o no. Es una propuesta asumible pero ideológicamente rupturista con la Europa burguesa, imprescindible para que Europa sea la Europa de los pueblos y no la de los Estados en los que se atrinchera la burguesía para imponernos sus condiciones, sus recortes, su estabilidad financiera y presupuestaria.

Creo que hablar de salvar a Europa de sí misma, frase que leí hace un par de años a Varoufakis, requiere diferenciar de qué Europa se habla, porque para empezar está la Europa de los mercados, de esos 62 multimillonarios – los mercados – que tienen tanto dinero como la mitad más pobre de la humanidad, y luego está la Europa de los que no tenemos donde caernos muertos y Varoufakis aún no ha extraído el corolario que supone lo que quiere la Troika cuando exige, por anticipado, el pago de los impuestos de los años futuros, y que tiene poder para cerrar los bancos nacionales de Grecia para hacer efectivo su deseo; a la Troika hay que discutirle de poder a poder y eso significa luchar porque Europa recobre el SOCIALISMO como alternativa al capitalismo; requiere que los parlamentarios de izquierdas reivindiquen la memoria de los luchadores obreros asesinados en razzias, cazados como animales; de esos militantes anónimos que defendieron, con su fe agnóstica, que los seres humanos somos iguales, aunque a decir de Orwell, unos son más iguales que otros, es decir, la Europa de Jean-Claude Juncker que reconoce sin miedo ni pudor que No puede haber decisiones democráticas contra los tratados europeos, no puede contestarse que es la adaptación neoliberal de la “soberanía limitada”; es abiertamente la dictadura de la burguesía contra la que no cabe sino la dictadura del proletariado, y eso significa que se reconoce abiertamente la existencia de la lucha de clases, pudicamente tapada hasta ahora, pero que los informes Oxfan han destapado tontamente, porque los sindicatos obreros, se vendieron desde hace mucho y no han sido capaces ni de sacar un informe, que ha tenido que sacarlo una organización de caridad.

Los acontecimientos, en época de convulsión social y política, como es la presente, a escala internacional, van muy deprisa; las novedades dejan sin efecto propuestas que pudieron tener tirón un año antes o meses antes, porque la marcha de los acontecimientos es muy veloz y hay que saber distinguir los proyectos, los planes, los programas; salir del €uro pudo tener su momento en el año de su adopción pero desde entonces han pasado acontecimientos capitales en el teatro del mundo, y aunque antes, de esos acontecimientos las fuerzas productivas ya habían enlazado la economía mundial – y existen informes cualificados que lo demuestran –, tras esos acontecimientos el panorama político vino a confirmar la necesidad burguesa de tener mayor control político, poniendo en marcha planes como el auto atentado del WTC, para disparar el yihadismo encubridor del complejo militar industrial, y el más decisivo, el secesionismo de Ucrania, o ahora, la situación en Oriente Medio, con el movimiento de los refugiados traídos a Europa, para desestabilizarla, todo ello hace que hablar de salir del euro se convierta en una letanía sin sentido, porque Varoufakis no habrá extraído las lecciones que la Troika le puso, pero es un economista con la preparación suficiente como para comprender que salir del euro no arregla el problema de los recortes. El problema de los recortes es el problema del poder, y lo que no podemos ignorar es que Europa es el Estado 52 de Estados Unidos, y que este quería convertir a Ucrania en el Estado 53, como cabeza de playa de la colonización de Rusia, pero los nuevos burgueses rusos no podían consentir eso, porque sus poder y su dinero perdería su efectividad.

Estimados compañeros, espero que estas letras sirvan para la reflexión común de la izquierda internacional, mundial, porque el modo de producción capitalista está acabado, las conjeturas de Rifkin, otro analista que mira al sistema en su conjunto tratando de encontrar una alternativa, adolece de la visión del político y se paraliza ante el cambio social, porque se siente superado, que es, en cierto modo, lo que le ha sucedido a Varoufakis, obligandole a reaccionar porque quiso asumir el compromiso de mejorar a los griegos, a los que unió su quehacer político, comprendiendo que la solución estriba en salir del ámbito nacional, creando un partido internacional, aunque, aún creyendo que es posible la discusión con la clase burguesa, socialmente, enemigos históricos.

La historia nos ha colocado en el momento en el que el sistema capitalista y su modo de producción, creador de valor ha llegado al límite, y trascenderlo es el reto que tenemos ante nosotros los marxistas que aceptamos el modo de análisis que el materialismo histórico nos muestra, por eso, a vosotros y a los firmantes del plan B os propongo el proyecto con el que comencé estas letras: tratar de conseguir que los parlamentarios de izquierdas presentes en los parlamentos nacionales y en el Parlamento Europeo apoyen el día 9 de noviembre (día en el Karl Liebknecht proclamó la República Soviética) como día europeo de conmemoración de los militantes sociales asesinados – caídos, si os resulta menos hiriente – en defensa de sus ideales, sabedores que este paso nos obliga a buscar la alternativa a la Unión Europea, que es la Europa de los mercados, porque albergar la ilusión de poder discutir “volver a negociar completamente los tratados europeos” que pretenden los firmantes del plan B es un desvarío, pero si la Troika aceptara, significaría que estaría vencida, y entonces, sería una traición.

Recuperar Europa para el socialismo alternativo construyendo la dirección obrera, vanguardia de la sociedad europea es una tarea sensata. Construir Europa como un único Estado contra la Unión Europea, contra el Estado del capital financiero internacional es lo razonable porque ellos se aferran a sus tratados, porque vosotros parlamentarios de izquierdas, los aceptáis sin proponer otros tratados, otra economía, y eso reafirma a la Troika en su convicción, mientras debilita la vuestra.

Sed capaces de reclamar los 8 billones de dólares, ocultos en los paraísos fiscales, como multa histórica al capitalismo por eludir sus obligaciones fiscales, que es una propuesta de poder, y veréis como las condiciones cambian. Explicarles a los trabajadores sin empleo, a los desahuciados, a los enfermos desatendidos como se ha generado esa montaña de dinero, como los gobiernos son cómplices de la elusión fiscal de los poderosos y entonces empezarán a cambiar las ideas.

Decidles a los trabajadores que el despliegue militar de la OTAN en Europa está dirigido a prevenir la revolución y que cercar a Rusia va contra los trabajadores y ciudadanos rusos que si están apercibidos de haber creado la riqueza que disfrutan sus oligarcas, de modo que si se hiciera así, el debate ideológico pondría a cada uno en el lugar adecuado y las cosas empezarían a cambiar.

Sinceramente espero un debate abierto leal y honesto sobre nuestras posibilidades, en tanto que militantes de izquierdas y de vosotros, compañeros de Socialismo 21, espero vuestra opinión sobre lo que en este apunte digo.
jmrmesas
diecisiete de febrero de dos mil dieciséis

















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