jueves, 17 de marzo de 2011

NADA SERA COMO ANTES




El terremoto de Japón, el tsunami y el desastre nuclear, motivo para una reflexión más detenida, me han desbordado, impidiéndome la concentración necesaria, dispersa entre la enorme variedad de acontecimientos, pero si hay algo que mantiene una continuidad imperturbable es la cómoda represión que los gobernantes árabes y norteafricanos están llevando a cabo contra los manifestantes, una vez que el foco que les mantenía en centro de la atención mundial giró al este, para conocer las novedades que aporta el desastre en el Pacífico.

Gadafi, dueño de la situación, se ha rehecho de su abatimiento inicial y tras comprobar que la comunidad internacional no hará nada para que vuelva a gobernar, se dispone a terminar la tarea en una orgía sangrienta destinada a aterrorizar a la población, harta de aguantar un teatro indecente.

Algunas conclusiones habría que extraer de todo esto porque el mundo no cambiará sin un decidido empeño para cambiarlo de parte de los que queremos romper una situación que solo reporta beneficio a un puñado de privilegiados capaces de sacar rentabilidad a todo lo que se mueve;  la más evidente, a mi parecer estriba en que si la comunidad internacional, eufemismo para designar a todos los gobiernos e instituciones mundiales, no se ponen de acuerdo en evitar la matanza libia, la causa común que por fas o nefas, estaría en que la revolución libia introduciría el peligro de una sociedad enardecida y eufórica por la derrota de Gadafi, extendiéndose a Argelia, Marruecos, reavivando la llama en Túnez y Egipto, reforzando las protestas en Bahrein, Yemen y lo más importante, comprometiendo gravemente la estabilidad en Arabia, todos los regimenes de la zona se verían afectados, Siria, Jordania, Israel, Irán, Palestina, Irak, Turquía, y sobre todo, la situación en Europa dejaría este soportable estatus, en el que se pueden ir apretando poco a poco, para ir satisfaciendo a este puñado de privilegiados -mercados- que nada democráticamente están diseñando las medidas que quieren imponernos, espoleando a los gobiernos para que nos sometamos a sus planes; por el contrario, la derrota momentánea de la revolución, da alas para la represión, no solo de libios, sino en todos estos lugares mencionados, enfriando la situación en donde la revolución dio sus primeros pasos.

De cualquier modo, nada será como antes, pues a todo esto ha venido a complicarlo el terremoto y la conmoción producida por el desastre nuclear, y en este caso, Europa, concretamente, la pequeña burguesía que maneja los hilos de la  movilización, si se siente inquieta y dispuesta a exigir explicaciones, porque esto si se percibe claramente global, y en este caso, Europa si se siente seriamente amenazada, por eso, y todo lo anterior, nada volverá a ser lo mismo.

17/03/2011                                     jmrmesas
        



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