jueves, 10 de marzo de 2011

UNA PERSPECTIVA DE CONJUNTO



¿Qué es la globalización? ¿Qué importancia tiene? 

Cuando comúnmente se habla de globalización, se suele hacer referencia a la facilidad que posee el capital para operar en cualquier país, sin estar sujeto a ningún tipo de ley, por lo tanto su uso, carente de cualquier consideración se considera optimo para el propósito de obtener el máximo beneficio posible, y esta facilidad de atravesar fronteras y países sin ningún tipo de pasaporte es la que los capitalistas consideran que no hay que tocar, pero está claro que la globalización no es solo la facilidad del capital para moverse, sino que este aspecto es el más evidente, pero la globalización es el resultado de unas relaciones de producción que han terminado de romper las barreras entre países y culturas haciendo posible que los procesos de producción se internacionalicen aunque las personas sigan necesitando pasaporte para atravesar todo lo que los procesos de producción y el capital pueden pasar sin problemas.

Estas relaciones de producción nuevas engloban comportamientos de diversa consideración, pues las comunicaciones y el transporte tienden a una cierta homogenización de los comportamientos, que en lo tocante a las condiciones de la producción son las que cuentan, porque la gama de relaciones sociales es enorme y aunque un importante abanico de relaciones se puedan considerar relaciones de producción, solo aquellas relaciones que están ligadas por un convenio, contrato o acuerdo o cualquier tipo de compromiso que signifique un registro contable, y que son las que los economistas consideran en los balances, son las que se consideran como tales; otra importante gama de relaciones de producción, aquellas otras que al no reflejarse en la contabilidad podrían considerarse como de ámbito privado, son igualmente relaciones de producción y formarían la base material en el que se sustenta la sociedad; aquellos comportamientos que hacen posible el funcionamiento de las relaciones que si se consideran porque se pagan o cobran; en el fondo, las diversas explosiones revolucionarias que se están produciendo en todo el norte de África y en el Medio Oriente están demandando un tipo de comportamiento de los diferentes gobiernos que sean parangonables a los comportamientos de los gobiernos europeos, precisamente en sociedades en donde los comportamientos del poder para con los pueblos está anclado en una condición supremacía, considerando a estos desde una óptica de sumisión o cuando menos de subordinación;

Desde una perspectiva más amplia y profunda, este tipo de relaciones es el que se ha generado a lo largo del pasado siglo, empujado por la potencia de las nuevas fuerzas productivas, y estas fuerzas han pasado de ser dependiente del saber artesanal a estar directamente generadas por la introducción de la ciencia y la tecnología en la producción; estas relaciones empiezan a chocar con las concepciones más antiguas porque las nuevas sociedades, y cuando digo nuevas sociedades, me estoy refiriendo a las nuevas generaciones que están conectadas, no solo a internet, sino que la conexión es la que entronca con el trasiegos de personas que, o han trabajado fuera de su país ocasionalmente y regresan, o por los mil y un lazos que se tejen entre los que están fuera y los que permanecen dentro del país, y al comparar, salta a la vista la desigualdad y la sinrazón, tanto de los gobiernos, como de los poderes fácticos locales, que mantiene un clima de agobio y sofoco; estas nuevas relaciones son el exponente de la globalización y su significado esta diciéndonos que el sistema de producción  está próximo a  asaltar al siguiente peldaño, que no es otro que el plantear la injusta maraña de la distribución de la riqueza generada.

Es muy importante comprender que en las relaciones de producción que no se pagan porque no están directamente ligadas a la producción de mercancías, radica el potencial de creatividad y perfeccionamiento del sujeto colectivo y que esta creatividad y perfeccionamiento, en definitivas, humanos, es el que nos puede salvar de la debacle a la que está abocada una sociedad en directo enfrentamiento con la naturaleza, por tanto, muy dependiente del desarrollo de la ciencia y de su aplicación práctica, para la supervivencia, tanto como de la educación, no solo de ámbito académico, como sobre todo de tipo social y político, lo que significa que esa educación en su más amplia y variada acepción debe de ser pagada; este pago es el que actualmente recae sobre las espaldas de la ciudadanía, pues los más ricos, tanto por la protección que le dan los gobiernos como por todo un entramado legal favorable a desgravar a los poderosos, empobrece las condiciones en general de una ciudadanía que es la que sufraga por vía de impuestos, el funcionamiento social, mientras los poderosos obtienen todo tipo de facilidades para eludir la imposición y encima pueden ocultar los fondos en los paraísos fiscales.

Este robo descarado con el que los poderosos acometen a la sociedad, en todos los países es el que ha generado la colosal deuda soberana, pero mientras las deudas que se miran con escrúpulos son las deudas de los pequeños, la mayor y más peligrosa de todas, apenas si merece tratamiento ocasional, como demuestra el gráfico que he sacado del blog de  La Vanguardia  -gurusblog/ Manuel Caraballo-, en donde se puede comprobar el endeudamiento de USA, que a 9 de marzo de 2011 es de más de 14 billones    de   dólares -14 197135 195602.35 $- , y   que  para  mayor   desgracia  de   la


ciudadanía, ni siquiera tiene el consuelo de la seguridad social a mayor gloria de las aseguradoras.

Este terrible desfase es una prueba en negativo de la globalización, porque si se glorifica la globalización como un logro, que lo es, de la internacionalización de la economía, lo que quiere decir, de la potencia de las fuerzas productivas, que han internacionalizado las relaciones de producción, tanto las que se pagan con cargo a las empresas que contratan la fuerza de trabajo, como las que se pagan con los impuestos que pagan exclusivamente los ciudadanos corrientes -los ricos, y grandes empresas no pagan-  quiere decirse, que la medida que puede destensar esa generador de conflictos que es el sistema monetario y su correlato, el sistema financiero, han de ser rediseñado para acoger esa globalización en positivo, y esto nos llevaría a plantearnos como hacerlo.

La primera es que puesto que la internacionalización de la economía es un hecho incuestionable, y que las relaciones de producción internacionalizadas por las nuevas fuerzas productivas (ciencia y tecnología aplicadas a la producción), es preciso encontrar la medida de valor capaz de conjugar esta evidencia, y esto no puede ser otra cosa que una moneda mundial;

Una moneda mundial, supondría un nuevo reparto de poder a escala mundial, y esto no sería una cuestión baladí porque mirando el grafico de la deuda estadounidense se llega fácilmente a la conclusión de que semejante disparo de la deuda, que no repercute en una mejoría de las condiciones de vida de los estadounidenses corrientes, esta relacionado con la elite del complejo militar-industrial, que incrementando el gasto militar, tratan de asegurase el dominio del sistema, no de “su” sistema, sino del sistema de producción de mercancías, globalmente considerado, pues la burguesía más importante, después de la estadounidense son los burgueses de las diferentes naciones que componen la Unión Europea, y estas, -burguesías- presionadas, por la fuerza de las cosas, pero sin voluntad de presión, porque para que hubiera una voluntad de presión consciente tendría que haber una política alternativa, al menos enunciada, y no es el caso, tiene un comportamiento político “disolvente”, porque la Unión Europea, que es la forma con la que los burgueses europeos aseguran un mercado, “su” mercado, no tiene más alternativa que constituirse en “un estado unido” y semejante paso terminaría por representar el proyecto social de futuro, en el que la economía podría empezar a salir de la orbita del modo de producción mercantil, toda vez, que al pesar más de forma consciente la ciudadanía que la burguesía, la consecuencia sería una merma de la influencia estadounidense, perdiendo la hegemonía.

Esta forma consciente no es otra que el predominio de la política en la vida ciudadana, o de otra manera, de una participación más fluida en las decisiones políticas del estado ya que un aumento de la apatía en la vida política, no expresa más que el fracaso de la sociedad en el control político del estado, y cuando esto sucede, ese vacío lo llena el crimen organizado, como ocurre en Méjico, o Colombia, etc.;  por lo tanto, esa moneda común sería la respuesta sesenta largos años después, de aquella moneda común, que la representación europea, en Bretton Woods, pedía para la nueva etapa que se abrió tras la SGM, y que la prepotencia, estadounidense, no acepto, porque para eso estaba el dólar, pero hoy ese dólar, es la ruina de los pueblos, porque mientras que la burguesía estadounidense puede llevarse mercancías valiosas, o materia prima, que se pone a su libre disposición, prácticamente gratis, los tenedores de dólares, no pueden (China, Japón, Europa) hacer uso de los mismos, dentro del territorio de Estados Unidos porque el complejo militar industrial lo considera interferencia estratégica.

Ver el problema de la eliminación de la deuda con perspectiva histórica supone tener una concepción del futuro del modo de producción de mercancías, así como el esfuerzo de tratar de intuir la evolución  de los acontecimientos que se generarán en la lucha por la construcción del nuevo orden, y puesto que las nuevas  relaciones de producción son indiscutiblemente internacionales, la deriva de la lucha política por arrancar la iniciativa a los “mercados” (los millonarios que deciden qué se fabrica, donde se fabrica y cómo se fabrica, pues como no me cansaré de repetir, ellos son los mercados), es preciso tener claro que la lucha política por lograr la participación de la ciudadanía, de tal modo que los intereses cotidianos que llenan las preocupaciones de esa ciudadanía, sea la que deben discutir los gobiernos, y no, que estos mismos gobiernos, quieran imponernos sus intereses, los de los mercados  a los ciudadanos, es crucial, porque la épica de la toma del palacio de invierno, está fuera de lugar, porque si en 1917 no fue posible construir el socialismo en un solo país, hoy esa concepción de la revolución no se ajusta  a las nuevas relaciones globales, por eso al reflexionar sobre los acontecimientos, es muy difícil ver una salida para España, o Francia, es decir, para cualquier país aislado; la masa crítica para abordar un cambio significativo que fuera el ejemplo a seguir, tiene que ser el conjunto de países que han sido embarcados en ese proyecto común, que los capitanes de la UE, no quieren decidir, porque saben que iniciarlo será la perdida histórica de su vigencia política, y ellos lo saben, y el complejo militar-industrial USA, lo saben, por eso, ante los procesos revolucionarios abiertos, como en Libia, permiten el desgaste criminal de la revolución, a manos de Gadafi, que les está prestando un último servicio, porque facilitar el camino a la revolución, aunque sea una revolución que no esta tocando abiertamente el problema del poder, pero si esa revolución se conectara con las necesidades de la ciudadanía europea, eso si podría ser un golpe de proporciones determinante, y esta es la razón de preguntar y preguntarme ¿Donde está la izquierda en esta lucha?, y puesto que tras las semanas transcurridas su silencio es evidente, he de llegar a la dolorosa conclusión que se halla muy perdida y falta del soporte teórico capaz de ubicar cada pieza del rompecabezas actual.
                                                     
10/03/2011                                              jmrmesas   

No hay comentarios:

Publicar un comentario