lunes, 22 de octubre de 2018

ALEMANIA MARCA EL CAMINO




ALEMANIA MARCA EL CAMINO

La impunidad levanta ampollas

El asesinato con métodos de la mafia del periodista árabe, crítico moderado de la monarquía saudí, califica al Estado afectado como Estado Mafioso, y los Estados asociados con el Estado manchado con la sombra de la sospecha toman distancia con ese Estado, sea este, aliado, socio o cliente, por lo tanto, los Estados, que en un primer momento demandaron cautelosas explicaciones creyendo en las oficiales ofrecidas desde el Estado árabe, se apresuran a mostrar disconformidad porque las evidencias son tan inocultables, que necesariamente demandan investigación que explique el crimen perpetrado.

Los Estados, que en un primer momento estuvieron dispuestos a quitar hierro al crimen entienden que la magnitud del hecho criminal supera las explicaciones simplistas porque hay nombres que son o implican a funcionarios en activo, con pasaporte diplomático que, hasta ese momento, dirigían instituciones del Estado árabe —el forense que dirigió el descuatizamiento— , y que accedieron al territorio consular con maletas o valijas, y esos Estados europeos y el Estado y principal aliado del Estado árabe, Estados Unidos, se desdicen ahora y comienzan por querer explicaciones creíbles y documentadas porque de lo contrario, esos Estados estarían dando cobertura a un Estado que actuaria según criterio de la mafia, siendo ellos mismos, socios de comportamientos de la mafia.

La muerte de un ciudadano, en este caso, un súbdito exige demostrar la comisión de un delito que le convierta, al supuesto culpable, en reo acreedor de la pena capital, y mientras eso no sea demostrable, el poder que se tome la atribución de eliminar a discrepantes, sin juicio, convierte sus decisiones, todas sus decisiones, judiciales, políticas, económicas, bélicas en decisiones arbitrarias, sin valor legal, en meros ajustes de cuenta, exactamente como actuaría un capo en su territorio.

Alemania, y su cancillera Merkel, presunta presidenta in péctore de la Unión Europea ha sido la primera en suspender la venta de armas a Arabia Saudita hasta que no se aclare el crimen del periodista Jamal Khashoggi, una decisión que con más disgusto que placer se apresura a tomar distancia Estados Unidos —de su anterior decisión de aceptar la primera explicación del reino saudí sin cuestionarla— diciendo que la venta de armas continua y que cree en la inocencia del príncipe heredero, es decir, los poderosos se aperciben del terrible error de creer que la ciudadanía internacional puede tragárselo todo sin sacar conclusiones, que tal vez no sean inmediatas pero que van formando un poso de indignación e incredulidad en las explicaciones que gobiernos y medios se dan maña en difundir, tomando a esa ciudadanía internacional por estúpida.

España debería tomar nota de la decisión de Alemania exigiendo explicaciones al reino saudí, toda vez que la venta de armas de fabricación española, se sabe con certeza, que se emplean en la exterminación del pueblo yemení.

El gobierno de Sánchez debería pensárselo si tiene interés en convertirse en un referente europeo del socialismo, pues de lo contrario todo esfuerzo de recuperación política e ideológica estaría condenado a ser puro oropel.

jmrmesas
veintidós de octubre de dos mil dieciocho


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