martes, 10 de mayo de 2011

T E M O R E S



No temo un atentado de al Qaeda, no temo un atentado de ETA, pero si tengo miedo de que el banco me quite la casa, o me corten el agua, o la luz, o el gas, ya que eso si nos hace muy vulnerables, y no creo que el mundo sea más seguro porque Bin Laden haya sido asesinado por los Navy seal; ¿Que diferencia hay entre Black Water y los Navy seal? Ah, ya sé, que la orden, en este último caso la tiene que dar un presidente para que todos los demás presidentes consideren que era lo mejor que podía hacerse para ¿evitar conocer la verdad? ¿del hijo pródigo? ¿del socio descarriado?; resulta fascinante la comprensión del socialdemócrata Solana, ex mister PESC ex secretario general de la OTAN del “espíritu de frontera” del pueblo americano para justificar la acción de suprimir al enemigo.

Un atentado es algo terrible, pero si es rápido y fulminante el problema se acaba en un pis pas, lo verdaderamente terrible es vivir con la angustia diaria de si llegarás a poder pagar la jodida hipoteca mientras un enjambre de chupópteros picotean el exangüe cuerpo de la ciudadanía sacándole todo y más, a la mayor gloria de banqueros y financieros de todos los calibres, y esto no es algo que yo diga, sino que es la apreciación que revelan las encuestas cuando presentan que el paro es la mayor y más terrible calamidad que le puede acontecer al que está en trance de perderlo, y una muerte lenta y miserable para el que ya lo perdió; solo cuando se ha hecho una campaña desmedida contra el terrorismo, este ha ocupado el primer puesto en las campañas de opinión, como recuerdo de hará unos años, en las demás, el terrorismo está relegado por detrás del paro, en toda una serie de años, porque esto es lo que se percibe como una amenaza real, lo otro puede ser la lotería; nadie sale a la calle pensando en ser atropellado, robado o descalabrado por la maceta que puede caerte, aunque es una posibilidad, pero la hipoteca, las facturas cotidianas, la pérdida del empleo, eso tiene un peso demoledor en la consciencia de la gente, y lo trágico de todo ello se reduce a ver que todo el tinglado mundial está destinado a mantener este modus operandi, para mantenernos atados a una estructura social que ya no vale.

Creo percibir como un deseo de cambio social a gran escala, porque es cierto que los que estamos jodidos, imaginamos la posibilidad de mejorar la situación su hubiese unas condiciones más justas de la distribución de las riquezas producidas, pero el cambio que me parece captar, lo recojo de las noticias que leo, de las propuestas de los expertos, de las críticas de los mismos hacia un sistema cuya principal característica es la desigualdad y cuyo resultado es la miseria de enormes masas de seres humanos perdidos para siempre, y lo que hecho en falta es la carencia de medidas concretas que pudieran variar el curso de esta carrera hacia la ruina, la desesperanza y hacia un estallido social sin salidas, precisamente por la falta de propuestas alternativas, porque ahora que estamos en época propiciatoria dada la próxima cita electoral, aunque, ciertamente las elecciones son municipales, sin embargo y puesto que las condiciones que se nos tratan de vender tienen un componente de fuera de nuestras fronteras, como no me canso de repetir, la globalidad hace perder relieve a lo nacional, las propuesta tienen que romper con el encorsetamiento nacional.

La producción, el comercio, las comunicaciones, todo el vasto campo de relaciones internacionales es el que compone el actual funcionamiento del mundo, y este se explica y resume en el funcionamiento de las relaciones financieras, y si los políticos no quieren verlo es porque como parte del sistema que son y cuidan de que este no varíe porque les beneficia, al tiempo que al conjunto de los seres humanos manipulados por ellos, los mantienen separados en el corralito nacional, al que dicen que arreglarán cuando las variables principales del problema se originan fuera del ámbito de decisión de los gobiernos nacionales, por lo que mientras este esquema no sea alterado, la percepción que reciben los doloridos manipulados se enfoca en un campo estrecho, mínimo, incapaz de permitir captar la amplitud del problema, cuyo comienzo de solución empieza por atalayar propuestas y decisiones de contenido internacional.

El gobierno global es una concepción ridiculizada interesadamente por algún conferenciante global, pues este tipo de personaje puede pasear sus teorías en foros de diversos países, pero si nos detenemos en pensar nos daremos cuenta de que todo lo que tiene un contenido que implique un funcionamiento material basado en las teorías de la ciencias, está regulado por leyes internacionales de obligado cumplimiento para poder garantizar un uso seguro y eficiente, como son las comunicaciones en cualquier terreno, pues las ondas que hacen posible la comunicación a grandes distancia no se sujetan las leyes particulares, con lo que trato de explicar la coherencia de un mundo en el que cada vez es mayor el peso de los factores que nos interrelacionan con la necesidad de su comprensión para poder encontrar soluciones; toda la batalla en torno al acoso y derribo del euro se dilucida en acuerdos bilaterales franco-alemán, o franco-italiano, en cualquier caso, componendas entre dirigentes, cosa por lo demás, cómoda y facilona que sería muy diferente si las decisiones tuviesen que ser debatidas en el parlamento europeo por un gobierno europeo responsable ante el variopinto electorado europeo, pero esperar algo así de los políticos de la burguesía europea, sean de afiliación de derechas o de “izquierdas” es pedir peras al olmo.

La situación en USA es todavía peor que en Europa, tal vez ahí, radique la decisión obamista de “ir” a por Bin Laden, pero a diferencia de la crisis de 1929, hoy las multinacionales estadounidenses están en todo el mundo, así que una salida bélica a gran escala parece difícil de concebir, y de igual modo, tampoco para ellos hay salidas nacionales, no obstante hay un dato esperanzador: se están dando cuenta de que la lucha de clases existe y que la dirigen sus “mercados” sin que ese protagonismo les beneficie más que a otros.

El mundo tiene que cambiar de sistema y ello significa desmontar las políticas que nos han puesto en trance de miseria paralizante, condonación mundial de la deuda soberana, y sin demora estructurar todo el completo repertorio de centros de vigilancia y control desde el Banco Mundial, el FMI, etc., pues esas políticas de “honrar” la deuda solo honra las cuentas de los paraísos fiscales, santuarios del terrorismo político-financiero mundial donde se acumula el dinero que falta en los bancos; erradicación de los antedichos santuarios financieros, incautándose de todo el dinero que no este documentado legalmente, y del que lo está, gravándolo fiscalmente en proporción a su utilidad,
establecer una moneda mundial como medida de equilibrio de las relaciones económicas internacionales, puesto que eso significa la globalización; revisión de la composición y funcionamiento de las organizaciones internacionales comenzando por la ONU.

Son medidas de este calibre las que pueden aportar una salida a un mundo anclado en comportamientos que tiene su origen en el funcionamiento del xix, en una economía cuyo lema es la ganancia del patrón, en unos comportamientos cuyas palabras grandilocuentes se revela vacías de contenido, cuando la realidad las sacude.

10/05/2011                                                  jmrmesas


¿Y si todo el asunto Bin Laden hubiese sido un estudiado montaje hollywoodiense?-




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