sábado, 21 de mayo de 2011

EUROPA AGUANTA, LAS PLAZAS SE LEVANTAN



Lo tomo prestado de los concentrados en Sol, porque me parece, mejor que cualquier descripción de la que se me pudiera ocurrir a mí, porque no me cabe duda, que si los indignados continúan después del 23 de mayo, sea cual sea el resultado de las elecciones del 22M, querrá decirse que, en efecto, algo estará cambiando en Europa, ya que la extensión que empieza a tomar el movimiento estará adquiriendo la masa crítica necesaria para convertirse en la prueba fuerza -stress test- que la ciudadanía de Europa quiere hacer para decirle al sistema que tiene que cambiar, porque el formato actual no lo queremos.

La spanish revolution empieza a enraizarse en diferentes países, y la mejor manera de que la masa crítica creciera podría ser la denominación común de europeanrevolution, pero esto no pasa de ser anecdótico, porque lo substancial es la indignación contra los poderes que estrujan a la sociedad; si esto es una revolución, que los acampados quieren pacífica, que yo, también quiero pacífica, que sin lugar a dudas, los sirios la quieren pacífica -ellos ponen los muertos- , como la querían pacífica, la quieren pacífica, todos los que aún lo intentan en Marruecos, Argelia y continúan queriéndola concretar en Túnez y Egipto, entonces este acontecimiento, mirándolo en conjunto es un acontecimiento mundial, global, que poniéndole nombre particular, los poderosos, a través de sus escribas, la quieren trocear para poderlas controlar, domar y anular, porque semejante clamor tan poderoso es una amenaza potente para este sistema exprimidor de jugos vitales, que tan buenos dividendos deja en la cuenta de resultados del poder.

EL PODER: ¿Quien, que es el poder?, el poder son los mercados, ¿Quien son los mercados?, los mercados son los grandes millonarios, dueños de bancos y grandes complejos industriales que deciden que se fabrica, donde se fabrica, como se fabrica, y que ocultos tras la cortina de los mercados difuminan su poder, y cuya fachada son los gobiernos nacionales, que son los que se llevan las hostias cuando desde el poder, se toman esas decisiones tan nefastas y que tanto nos aprietan y tanto detestamos, entonces nos fijamos en los gobiernos, como si ellos fueran el poder y no meros parachoques de la sociedad, por eso, los procesos revolucionarios producen tanta efervescencia, porque las primeras consecuencia de la agitación social, son los interminables debates que se producen aquí y allí sobre todo lo humano y divino, comenzando, como no podía ser de otra manera, por lo accesorio, por lo banal, por lo que hasta entonces era alimento mediático, que los revolucionarios leían, veían, escuchaban, por eso, en Sol, la gente discute sobre el terrorismo de eta, si bildu tiene que estar en el parlamento, si Zapatero esta manipulado, si la acampada es para que gane la izquierda o la derecha, porque eso es lo que compone el debate, y mientras la estructura del poder permanece incólume, porque el enlace entre el poder del mercado, la banca, la industria y los gobiernos, se abre camino muy lentamente, porque para hacer este rompecabezas hay que ir encontrando el detalle, la piezecita que, encajando entre este y aquel, sujeta y da cuerpo a una figura sin perfiles, y eso sin análisis es muy laborioso para abrirse paso en la maraña.

Sin embargo, los procesos revolucionarios aceleran los acontecimientos y obligan a procesos de síntesis y hacen de los días meses, poniendo ante la sociedad la necesidad de opciones que valen por décadas: griegos, irlandeses, portugueses, españoles estamos siendo obligados a tener que decidir si aceptamos el euro, y para mejorar a un “futuro imperfecto”, ahora, aceptamos empobrecernos durante años, aceptando los recortes, o salimos de la UE; ¿Cual es la síntesis en este dilema?

La síntesis es construir la Unión Europea Socialista, porque ni portugueses, griegos, irlandeses (viva el café irlandés, y la cerveza negra), ni por supuesto, españoles, somos vagos, aprovechados, e incapaces, sino trabajadores, desprendidos, abnegados, imaginativos y productivos, pero el mercado común no nos vale, la burguesía europea no tiene la capacidad, ni la decisión para unificar un continente lleno de contradicciones, sociales, culturales, históricas, religiosas, porque atenazados por el miedo a perder su liderazgo social, ya lo han perdido históricamente, y la regeneración de un continente que ha sido “el faro de alejandría” durante siglos, solo puede venir de esta explosión de vitalidad creativa que acaba de comenzar ya, y solamente con nuevas mentes se pueden acometer las reformas necesarias: condonación de las deudad soberanas, como medio de empobrecer a la sociedad, una moneda única para armonizar la globalización de las fuerzas productivas, la erradicación de los paraísos fiscales, la reorganización de las instituciones internacionales, dándole un nuevo impulso a una humanidad harta de dolerse, una humanidad que tiene derecho a que este planeta, también sea un poco de paraíso terrenal para los que hacen.

21/05/2011                                                  jmrmesas

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