lunes, 31 de enero de 2011

LA UNION EUROPEA NO PUEDE SER COMPLICE


La Unión Europea no puede ser cómplice de todos los gobiernos corruptos, que la ciudadanía de los países como Túnez, y ahora Egipto y Yemen y Argelia y Mauritania, de todos estos países en donde el ejemplo del desesperado Bouazizi, convertido por sus conciudadanos en mártir de la libertad, ha enfervorecido con su ejemplo a otros émulos, igualmente desesperados a inmolarse en favor de unas condiciones de vida decentes, dignas de personas, tan capaces, cultas y preparadas como las que habitan Europa o Estados Unidos, no puede ser tan inmisericorde e indecente, repito, la Unión Europea, como para querer imponer a esos ciudadanos magrebíes o árabes, o quién sabe si en cualquier momento, también persa, también marroquí, unos interlocutores contra los que están derramando su sangre, que asustados por la revolución, encuentran la coartada del integrismo, tan sorprendido y confundido, ellos mismos, -el integrismo- como todas las instituciones oficiales, por la indignación de la ciudadanía.

La unión Europea, tiene que apoyar a la ciudadanía, que se echa a la calle a pedir justicia y libertad, dignidad y trabajo, sopena de reconocerse así misma corrupta y canalla, y si así hiciese, la ciudadanía europea tendría que desautorizar a sus gobernantes saliendo en defensa de la ciudadanía norteafricana, porque Europa no esta muerta está viva, y en este caso, la izquierda europea, no importa, que país sea el primero en convocar la manifestación solidaria, debería de ser secundada, de inmediato, por todos los demás, como movimiento de solidaridad y como autodefensa, pues, los mercados han salido de su encuentro en Davos, felices y creídos de que el monte es orégano, dispuestos a seguir ajustando las clavijas de los desheredados del mundo, porque ellos son los que dicen que es los que hay que hacer, aunque sea nocivo para la gente, y tengámoslo presente: ese crecimiento “a tres velocidades” que parece ser la consigna oficiosa, se convertirá en cada lugar en planes de reconversión, leyes contra los trabajadores, recortes sociales, porque hay que empobrecer a las masas para imponerse a ellas, pero, si algo nos dicen Túnez, Egipto, Yemen, etc., es que, eso, es insoportablemente indigno de seres humanos, y si los ministros de exteriores, puesto que los gobiernos, no son capaces, toman la abominable decisión, y el parlamento europeo,  inoperante, sigue sin enterarse, el presidente Van Rompuy, pura decoración, igualmente no desautoriza, una declaración cómplice, entonces es que es la hora de la ciudadanía europea, y por lo tanto debe de dejar constancia que la Unión Europea, no recoge el sentir de la ciudadanía.  

Los partidos, sindicatos y organizaciones de izquierdas, de toda Europa, tienen que convocar y organizar una manifestación unitaria y coordinada a la mayor brevedad para decirles a la ciudadanía árabe y norteafricana, que apoyamos sus reivindicaciones y somos solidarios con su esfuerzo.
                                                       jmrmesas.      

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