lunes, 17 de enero de 2011

I N T E R N A C I O N A L



MATERIALES
Como las condiciones de vida de los seres humanos las garantizan los medios materiales de producción, partiremos del supuesto de que el hecho material que provee las condiciones de tales medios, es el actual modo de producción mercantil, el cual validó su efectividad histórica desarrollando las fuerzas productivas.

Tales fuerzas productivas no son más que los instrumentos de producción, los cuales rompiendo las fronteras, dadas las sucesivas internacionalizaciones  producidas, han terminado teniendo todo el escenario mundial como campo de operaciones;  esto, hoy, ahora, resulta evidente para un amplio y vasto espectro de sectores populares, cuando no hace mucho, hubiese resultado harto difícil de explicar, siendo el caso más conocido el problema financiero, mediante el cual, los bancos deciden retirar de la circulación el dinero depositado en sus cuentas, y los gobiernos, presurosos,  les dan el que recaudan de los ciudadanos, precisamente, a los que tienen las condiciones más favorables, dadas por los gobiernos, para que coticen poco o nada, y es aquí que considero importante suscitar el debate sobre el contenido de la economía.

Las referencias que puedo ver en los medios, cuando hablan de la economía, presentan los hechos como si de fenómenos de la naturaleza se trataran, como si de elementos, ineluctables, dotado de vida propia, pudiesen desarrollarse, sin posibilidad de contención.

Las ciencias sociales, entre las que se encuentra la economía, explican los comportamientos de las sociedades, en una aproximación dirigida a resolver los problemas a la luz de los intereses dominantes en la sociedad, y los científicos que interpretan los comportamientos de la economía, son los economistas que enseñan en universidades y escuelas. Tales economistas son los mismos que desarrollan su quehacer en empresas, bancos, instituciones que funcionan según el modo de producción de mercancías,  cuyo motor y estímulo es el lucro, el beneficio concreto para la institución, banco, multinacional o cualquier tipo de negocio, el cual, sin dudar esta regido por la legalidad, pero ese lucro, es para la empresa que lo genera, no esta enfocado o dirigido a satisfacer necesidades sociales sino intereses particulares y concretos de una parte de la sociedad. La generalización de empresas y el intercambio comercial es la justificación para presentar el funcionamiento como utilidad social, aquello que Adam Smith decía,  la mano invisible del mercado;  hoy, la utilidad social de la producción de mercancías, no garantiza las necesidades sociales, nunca las satisfizo, pero, abiertamente, desde las últimas décadas del siglo xx, las fuerzas productivas están obstaculizadas por un mercado al que desatienden porque el objetivo es el beneficio y no satisfacer necesidades sociales, precisamente cuando existen los medios materiales, intelectuales, sociales, que podrían hacer crecer las fuerzas productivas, estas se encuentran obstaculizadas porque los dueños de tales fuerzas no encuentran beneficio para la aplicación de los medios de producción. 

Esta idea del beneficio lucrativo, es la que esta en el pensamiento de los profesionales de la economía, los cuales supongo, contemplan el supuesto teórico del final del modo de producción, como una posibilidad, que tendrá lugar en algún momento, no ahora, porque, embebidos de las ideas de la clase dominante, consideran los acontecimientos económicos desde el prisma del lucro mercantil y no del beneficio social que reportaría la utilización de los actuales medios de producción, a la luz de las ciencias.   

ECONOMIA  INTERNACIONAL  
Lo que distingue una ciencia exacta de una ciencia social, estriba en el análisis del suceso, o sucesos investigados, pues en el caso de un acontecimiento del primer tipo, el analista sea creyente o ateo, musulmán  o católico, negro o blanco, investiga según protocolos desprovistos de prejuicios que empañen o distorsiones las mediciones que arrojan el objeto de investigación; los resultados obtenidos son contrastables y una vez verificados todos los protocolos pertinentes y repetidos los ensayos y pruebas correspondiente, se aceptan los resultados;  por el contrario, un suceso económico es justificado de tantos modos posibles como sea necesario para hacer asumibles las consecuencias, porque hay que ajustar el lucro empresarial como utilidad para el cuerpo social; el interés de una parte es preciso justificarlo como interés general.

La Economía, a diferencia de la Física, se desarrolla en un determinado ámbito, y mientras la Física, es común sea quienes sean sus estudiosos, el lugar o la circunstancia que sea,  la economía ha de imponerse una sobre otra, la de USA, sobre la de Europa, o sobre la de China, o sobre la de ... ..., es decir, ha de imponerse una sobre otra, porque los intereses son contradictorios; requiere de un discurso parcial que es la política, y esta se apoya en un supuesto impersonal y pretendidamente objetivo que, los medios coinciden en llamar, los mercados, ante el cual encuentran justificación los sacrificios a los que se somete a una ciudadanía ayuna de conocimientos y organización capaz de discutirle a “los mercados” sus exigencias, pretendidamente objetivas; ante estos intereses, supuestamente objetivos, los trabajadores de FIAT, en Italia, o de NISSAN, en España, deciden rebajar sus condiciones de vida para poder seguir trabajando, y este comportamiento es generalizable allí donde se mire, porque la otra opción, la de sociólogos y economistas que ven los problemas con otra perspectiva esta puesta en sordina porque contesta, con datos, los supuestos del mercado.

Esta situación se parece, en cierto modo, al debate, que en los albores de la edad moderna, cuando se dejaban atrás los rigores teológicos del medievo, porque entre la población empezaron a proliferar escuelas de pensamientos discrepantes, y los seglares documentados y cultos discutían con los teólogos de Roma de todo lo divino y humano, que la Iglesia, se tuvo que avenir a revisar su doctrina, porque, sencillamente, los cismas se hubiesen producido, uno tras otro, de igual modo, hoy, los supuestos dogmas del mercado se discuten, vía de hechos, por una sociedad que no cree que el mercado pueda justificar la injusticia, y ayer fueron huelgas y manifestaciones en diversos países europeos, ahora es el Magreb, donde la población pone en solfa a una parte de su “mercado”  -Ben Ali, asignaba, con visión, recursos- pero toda esta situación adolece del  necesitado debate teórico sobre los problemas de una situación histórica nueva y cambiante; de como articular los medios, qué cosas priorizar, como someter los medios de producción  y la misma economía a la sociedad, la cual, no olvidemos, es soberana, y no al revés; falta explicar que los mercados son los dueños de los medios de producción los cuales deciden que se fabrica, donde se fabrica, como se fabrica, donde se vende, a qué precio se vende; falta explicar que el modo de producción de mercancías tiene fecha de caducidad, que esta caducidad la pone de manifiesto la imposibilidad de desarrollar con todo su vigor las fuerzas productivas actuales; falta explicar que la propia sociedad es la mayor de las fuerzas productivas, pero que ésta, corroída por el antagonismo de unas relaciones de producción empobrecedoras impide sacar de sus componentes lo mejor y más positivo, porque eso significaría el dejar sin relevancia a una élite para la cual, el poder lo es todo; falta explicar la especulación financiera es el testimonio vivo  de la propia contradicción de la producción de mercancías, pues crea dinero sin crear mercancía, produce valor de cambio sin producir valor de uso; falta explicar que los paraísos fiscales son el mayores centros de corrupción y crimen producidos para atacar a la sociedad, verdaderos santuarios financieros del terrorismo político-especulativo, a los que hay que poner fin, haciendo revertir sus riquezas en el conjunto de la sociedad, a la cual se le hurtó.

EUROPA Y ESTADOS UNIDOS
La fluidez del comercio mundial ha internacionalizado las fuerzas productivas en un grado, como nunca antes ha sucedido; esta fluidez de la economía mundial; esta globalización, es precursora de nuevas necesidades organizativas en el desarrollo que demanda la economía naciente, atenazada por una estructuras políticas, claramente asfixiantes e inútiles para responder a los problemas que ante sí tiene la humanidad planteados, y como la manera de facilitar esta fluidez ha sido el dinero, el cual convierte el objeto producido en un determinado valor, a condición de que el instrumento de medida sea coherente, y es aquí, precisamente donde radica el problema que tiene al mundo en un sinvivir; en noviembre pasado la conferencia que se reunió en Seúl terminó sin acuerdo, porque el problemas es difícil de conciliar; es como si los músicos de  diferentes países tocasen de oído una sinfonía que se conocen, pero cada vez que le ponen la partitura en el atril estuviese escrita jeroglíficamente, y no es el idioma universal de fusas y corcheas; la partitura es el dólar, y aquí conviene, al menos, brevemente, recordar los orígenes del problema.

A mediados de 1944, se reunieron en Estados Unidos los aliados, con objeto de diseñar el nuevo sistema monetario que entraría en vigor tras la SGM.  Ya entonces el representante europeo en la conferencia, J.M.Keynes, propuso una moneda mundial para facilitar el comercio; ya entonces, alguien, que sí era capaz de pensar en términos globales, vio esta necesidad. Se decidió un valor homogéneo para las monedas, igualándose estas al valor del oro a razón de 45 dólares la onza del metal. La moneda mundial facilitadora del comercio se lo adjudicó el dólar, por razones fáciles de entender. En los años 70, la cantidad de dólares era de tal magnitud que se le hizo notar a Estados Unidos el desajuste entre los dólares y el oro de respaldo; desde entonces las monedas están sin un ajuste de paridad -no obstante, el mundo sigue funcionando; pasa como con Bélgica, casi un año sin gobierno, y sigue funcionando; habríamos de preguntarnos sino serán prescindibles, muchos convencionalismos- y es precisamente de esta paridad que se debatió en Seúl, sin acuerdo, y se volverá a discutir en el próximo encuentro, sin acuerdo, porque lo que esta en el fondo de ese acuerdo es la hegemonía de Estados Unidos, como única fuerza dirigente.

Y es en este punto que se produce la crisis de la economía, que venía incubándose desde muy atrás, cuando al calor de la quiebra del Lehman Brothers, se desata la campaña de hostigamiento al euro, no por casualidad, sino como un movimiento estratégico para frenar a una economía, la europea, cuyo crecimiento, visto por el complejo militar-industrial norteamericano, presenta un peligro real para la hegemonía estadounidense, y esto, precisamente, por las dudas y vacilaciones de la burguesía europea, que nunca pensó llegar tan lejos como ha llegado, y que precisamente, porque comprende que más Europa no hace sino debilitarla, es lo que excita el hostigamiento de élite burguesa norteamericana, en un intento de lograr tiempo.

El desajuste de paridad entre dólares y euros, o lo que es igual, dotar al euro de la suficiente fortaleza, antes que los especuladores se atrevan a echarles pulsos, no es cuestión de baremos contables, es sobre todo, una decisión política, que la burguesía europea es incapaz de tomar, porque requiere optar por la construcción de una administración central, construyendo los Estados Unidos de Europa, y esta apuesta le resulta imposible de tomar, porque tendría que homogeneizar a la heterogénea población europea, en cierto modo muy integrada, pero sin consciencia de formar una nación, o mejor, de pertenecer a una estructura común, garante del “modo de vida europeo” -european way of life-.

Estaba escribiendo esto, cuando viene en mi ayuda, sin que yo lo pidiera, nada menos un gurú de la economía, el cual ejemplifica, lo que tanto trabajo me cuesta expresar.      

El articulo de P. Krugman, recogido en la prensa dominical, me parece contradictorio, interesado, pero interesante, porque plantea una cierta perspectiva del problema del que hablo, pero en alguien de su honestidad profesional, resulta difícil de entender, que pueda mirar hacia adelante y ver un nuevo siglo capitalista, cuando tenemos los resultados del siglo xx; un nuevo siglo capitalista solo podrá traer una sucesión de desordenes, económicos, políticos y sociales,  sino se someten los mercados al imperio de las necesidades de la sociedad en forma de garantizar las necesidades básicas de sus componentes, y ello requerirá no solamente establecer un sistema monetario sino configurar todas las instituciones internacionales, desde la ONU, FMI, OMC, etc., etc., solo así se lograría transitar el nuevo siglo que hemos recién iniciado, de una manera controlada, y más o menos armoniosa hacia una nueva forma de organización social, por eso, cuando digo que la economía es una ciencia cuyos presupuestos teóricos están embebidos de la ideología dominante, este científico de la economía, confirma mi apreciación, pero no solo eso, el articulo es interesado porque hurta la responsabilidad de los bancos estadounidenses, en la “ingeniería financiera”, esto sin negar la responsabilidad de los banqueros europeos, especialmente, alemanes, en la debacle financiera de 2008.

El artículo, no obstante, es interesante porque plantea una cierta visión norteamericana de la construcción de Europa, a la que se suman buena parte de la intelectualidad yanki, que considera la construcción de la unidad europea, como algo y ejemplo a seguir, sobre todo en lo que respecta a los avances sociales, que el mismo Krugman no tiene empacho en reconocer los efectos catastróficos, que la actual crisis está teniendo en Estados Unidos entre los trabajadores, porque ese capitulo de los derechos sociales para los trabajadores, sobre todo, los que no tienen trabajo, está por escribirse.

Calla, sin embargo, el problema de los orígenes de de la crisis monetaria, la cual ni menciona, aunque toca el problema de la vinculación del peso argentino al dólar,  como si la comparación con el euro fuera algo parecido, cuando es todo lo contrario, aunque, evidentemente, la falta de una fiscalidad común, no es producto de un descuido en la construcción de la Unión Europea, sino, más bien, una cautela de una burguesía que se ve débil, ante una sociedad culta y madura, pero falta de perspectiva, que se le niega de continuo.

Coincido con él, en que el fracaso de la construcción europea sería una tragedia no solo para Europa, sino para el mundo.

LA ORGANIZACION DE LA IZQUIERDA
De algún modo en el seno de la sociedad se está abriendo paso la idea de que las cosas deben de cambiar, supongo, que en la derecha también hay gente preocupada por entender la marcha del mundo, pero, sinceramente no creo que las soluciones puedan venir de esa dirección, a un sin negar alguna  aportación, por otro lado desconocida por mí, la solución deberá venir desde la izquierda, en su más amplia variedad.

La actual situación de cambios que demandan los mercados, a la que los gobiernos se apresuran a responder, no puede vaticinar más que penuria y estrechez, precisamente para los más explotados y menesterosos porque nadie ha sido capaz asumir la defensa de los oprimidos, de los más débiles, de la clase obrera, creadores de riqueza, que sería necesario levantar una bandera, capaz de reunir las muy amplias, pero dispersas fuerzas de la sociedad, defendiendo el derecho a existir y gozar de la vida, y no solo ser productores de plusvalía, que los privilegiados, dilapidan

Tradicionalmente, la clase obrera ha querido responder a los retos que cada época ha planteado organizándose en internacionales, y hoy, la clase obrera, en todo el mundo se halla sumida en la confusión, ideológicamente dispersa, desorganizada políticamente, y en un terrible vacío teórico, incapaz de manejar el significado de la globalización, de la crisis del sistema, de integrar en el discurso político los avances de las ciencias, porque las organizaciones políticas, aquella que tiene representación en las instituciones, están muy pendientes de los avatares administrativos electoralista, y las que no, se encierran en un dogmatismo sectario  porque están fuera de la realidad, del quehacer cotidiano, de unos problemas que les supera en comprensión, porque el debate teórico e ideológico se le ha cedido a la televisión, a toda una industria ideológica, como es el cine, las productoras de programas para la televisión, discográficas, con muchísimo dinero, y constantemente reescribiendo la historia; cualquier acontecimiento de cierto valor se traduce en una serie, en una película o en una telenovela que te interpreta interesadamente un acontecimiento, con un matiz claramente distorsionante;    hacer ideología en esta situación es claramente desfavorable, sin embargo, existe una cierta necesidad de interpretación política, que no es la que dan los medios, y que desde ciertos sectores sociales, se espera, pero construir un partido político de izquierdas, construir una internacional, capaz de expresar todas las contradicciones actuales dándoles forma programática, como guía y orientación para la acción política, no es tarea menor.  

Para la izquierda, la construcción “del partido”, es una tarea  gigantesca  porque  el partido  concentra lo mejor y más noble de los anhelos de cambio, de superación, de mejorar, de diseñar y construir el futuro, se es consciente de esto, porque el partido no es un recogedor de votos, sino el instrumento, la herramienta, el cincel con el que ir moldeando la dura realidad de la lucha de clases, y el militante que se sabe parte integrante del partido, se sacrifica y se entrega a la tarea porque es la forma, el modo de expresión vital, por lo tanto,  este articulo pretende ser un aldabonazo, un llamamiento a todos los que quieran luchar  para cambiar el mundo buscar el medio y manera de contactar, porque esta es la tarea para el nuevo siglo desbrozar el camino y abrir cauces al nuevo modo de producción que habrá de poner las bases materiales para construir el futuro, así pues, es un llamamiento a europeos, africanos, americanos, asiáticos a organizarse, a debatir el programa.

P R O G R A M A
En algún momento; de algún lugar; si esto es sentido como una necesidad histórica, como esa sensación por la que te sientes tocado y necesitas responder, entonces habrá una señal, un acontecimiento que será el inicio, el punto de encuentro donde comenzar a desplegar las fuerzas para ponernos manos a la obra; personalmente estoy convencido que mejor momento que este, difícilmente se producirá, pero, poco lejos llegaríamos si no sabemos a donde ir, por lo que cualquier movilización requiere tener claro cuales son los objetivos.  Propondría algunos puntos, en orden a articular un debate sobre un proyecto de programa.   Si conviniésemos en que el modo de producción de mercancías está agotado como instrumento y herramienta de desarrollo social para el conjunto de los seres humanos, y que por tanto no es útil para impulsar el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas al amparo de la ciencia y la tecnología, lógicamente, este sería el punto principal de un proyecto de programa, porque, de seguido habría que decidir, en qué, en cómo y para qué, utilizar los fabulosos medios de producción, una vez, dado por descontado, que la tarea inmediata e inaplazable sería la de cubrir las necesidades básicas de la población más desvalida.

Si este punto centrase el debate como objetivo fundamental y razón de ser de la construcción de la nueva internacional, dado por descontado, que hoy, aquí y ahora, la globalización de la economía actual no quiere decir otra cosa que la internacionalización de las fuerzas productivas actuales utilizada a capricho del beneficio y lucro de un escaso puñado de ricos amos, la conclusión que se derivaría, debería ser coma articular las relaciones internacionales en un contexto de colaboración solidaria entre naciones y países.

Con esta aproximación a un tema escasamente debatido cierro, por ahora, este escrito, con la intención de volver sobre el mismo.

                                                              jmrmesas

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