miércoles, 29 de mayo de 2013

GRANDES ALMACENES

GRANDES ALMACENES
O
LA REALIZACIÓN INMEDIATA DE LA PLUSVALÍA

Un estoico y comedido paseante, visitando cualquiera de los grandes almacenes que existen en cualquier ciudad, diría que hay un montón de cosas prescindibles en las que gastar dinero, sin embargo, este argumento que subscribiría cualquier político recortador, que de ninguna manera podrían ser considerados como frugales y contenidos (por ejemplo, el primer ministro de su majestad británica, el señor Cameron, se encontraba descansando en Mallorca cuando se produjo el desgraciado degollamiento del soldado británico en Londres, y nuestro buen señor continuó su descanso por que esto de recortar agota mucho, y hay que estar fresco y rozagante para poder continuar con tan demoledora tarea. No seré mordaz diciendo que, qué es un degüello, cuando él los hace de miles), pero la visión del comedido paseante estaría desestimando que esos grandes almacenes juegan un importante papel, porque en las grandes superficies comerciales, es donde el capital financiero recupera la plusvalía que anticipó, si nos atenemos a la concepción marxista de la economía.

Me parece muy oportuno e interesante plantear este aspecto de los grandes almacenes, así como el de la proliferación de comercios todo a cien, ya que este dato revela una contradicción importante en la medida que toda la producción actual es producto de la gran industria, y sin embargo y no obstante el nivel alcanzado por las fuerzas productivas se siguen produciendo catástrofes naturales, perfectamente evitables porque su resolución implicaría una inversión económica -capital fijo- que  al no ser económicamente rentable aunque lo sería para la sociedad, se deja que la naturaleza siga su curso, y solo se apreciaría -grandes almacenes/todo a cien- que unos y otros son parte de ese afán recaudatorio, del capital, detrás de los cuales existe una gran industria que es otro aspecto de la gran industria creadora de capital fijo, -bienes de equipo, medios de producción, máquina heramienta, infraestructuras, que de todos esas manera se puede denominar la creación de capital fijo- por eso me parece interesante plantear el tema para volver sobre mi percepción a cerca del agotamiento del modo de producción mercantil, en su función histórica de impulsar la fuerzas productivas.

Siguiendo el razonamiento de marxiano, la disyuntiva entre fabricar medios de producción o mercancía de rápida transformación en dinero está determinado por el grado en el que la fuerza de trabajo puede apartarse de la industria destinada a la recuperación de plusvalía a corto plazo, dedicando esa fuerza de trabajo, o una parte importante de esa fuerza de trabajo a la gran industria, por definición fabricadora de capital fijo y de las infraestructuras necesarias para la viabilidad de ese capital fijo, que evidentemente es una mercancía cuya plusvalía generada se ha de alargar mucho en el tiempo para ser recuperada, dándose la circunstancia de que la gran industria minimiza la importancia de la fuerza de trabajo, de lo que se deduce otra contradicción, a saber, puesto que la minimización de la fuerza de trabajo que de suyo tiene la gran industria, la burguesía reducirá todo lo posible la creación de medios de producción e infraestructuras al mínimo imprescindible, porque esta gran industria genera, como subproducto, tiempo libre, razón por la cual, Marx consideraba, llegado un momento en que la fuerza de trabajo habrá de apropiársela para sí misma (merece especial reflexión la lucha de los médicos en defensa de la sanidad pública: ¿Un intento de apropiarse su propia fuerza productiva en defensa de la sociedad? Tiene la pinta), para que de ese modo la fuerza de trabajo fuerzas productivas recaiga en la propia sociedad, desarrollando el individuo social, puesto que no hay mercado para esa mercancía. 

Este razonamiento que trato de transmitir lo mejor que puedo, me lleva a entender que si la gran industria a llegado a producir obras que combinan el LHC y los grandes almacenes para la realización de la plusvalía, será imposible esperar que el sistema capitalista de producción pueda superar su actual etapa, porque toda la política internacional que esta desarrollando nos retrotrae a etapas ya superadas, especialmente en el proceso que se está llevando en toda Europa donde la presión contra la 
ciudadanía revela una voluntad decidida del capital financiero a tensar la cuerda hasta el límite de lo  
posible, aún a riesgo de recurrir al fascismo, dado que los brotes no se cortaron en el momento, y empiezan a echar raíces en Grecia, Hungria, sin contar que casi todos los países, desde el poder se tiene una actitud tolerante o comprensiva hacia los grupos de extrema derecha, no pocas veces con conexiones en la policía y en las fuerzas armadas.

Cavilo que este convencimiento, de que dentro del sistema no hay solución, lo transforman determinados sectores en una respuesta light que  trata de evitar el asunto transformándolo en salir del euro, cosa que no soluciona ninguno de los problemas porque evita la principal, para que el mundo pueda vivir el capitalismo debe morir, pero como esta disyuntiva requiere un enorme esfuerzo teórico, político y organizativo, porque se trata de vivir, no según el albur, sino que el individuo social crezca y se perfeccione, y en este sentido, hay que anticiparse, anticipar soluciones, comportamientos, perspectivas de futuro, etc., estos sectores, salir del euro, lo reducen a un enunciado que evita plantear ante la sociedad la disyuntiva, y esta es que la sociedad tiene que ejercer su función creando opinión y planteando abiertamente por qué los esquemas en los que hemos vivido hasta aquí, han dejado de ser útiles para la convivencia, por eso, los partidos de izquierdas van retrasados, evitando definirse, porque ante la carencia de mapa, tantean el terreno, y cuando se es líder, eso no se puede hacer, porque pierdes la confianza, pierdes tu base social, pierdes tu razón de ser.

Más los que creen que no hay que salir del euro tampoco plantean el problema porque, igualmente evitan reconocer que dentro del sistema no hay solución posible, porque, según la lectura de Marx, cuando las viejas relaciones de producción chocan con las fuerzas productivas, la brecha abierta, ya no la rellena la ideología dominante, entrando en crisis la superestructura jurídica y política, y como prueba tenemos una respuesta del profesor de la Universidad de Amsterdam, señor Krätke, cuyos argumentos para quedarse dentro del euro, no creo que los desconocieran los eminentes firmantes de salir del euro, y no dice nada más.

Esta superestrucura que entra en crisis va desde el planteamiento de los gobiernos a tener que reconocer que el instrumento de poder del capital financiero mundial -superimperialismo- los paraísos fiscales han de estar bajo control, algo que no ocurrirá sin una movilización ciudadana mundial, porque esa hucha oculta del capitalismo mundial es la que le garantiza al conjunto determinante de 737 empresas el control de la producción y el control del conjunto de la economía, hasta el cúmulo de leyes sectoriales, nacionales, que evidencian la discordancia.

Afortunadamente, la sociedad está viva y, debilmente pero con acierto se toman medidas que persistiendo en ellas darán fruto porque van en el camino correcto el Front de Gauche, Izquierda Unida  y Siryza exploran una vía de entendimiento, y al parecer los contactos se extienden abarcando a germanos, portugueses y otros.

Cuando un núcleo entre otros, de 737 empresa, entre las que se encuentran todos los grandes bancos tienen un control tan determinante sobre la producción, aún cuando no tomaran decisiones políticas, el hecho de que cada una tenga participación, cada una en la de las demás, supone una potencia tan formidable que la respuesta a tal poder no puede quedar encerrada en las fronteras nacionales, sino que las decisiones tomadas por ese poderoso núcleo, tiene que ser contestada con una fuerza social equivalente, porque los gobiernos están al lado de ese núcleo, aunque solo sea por consideraciones de orden práctico, y esta exploración de la vía de entendimiento debería de precisar objetivos como la lucha contra los paraísos fiscales, el retorno de los capitales ocultos para dedicarlos a inversiones en el campo de la sociedad -sanidad, enseñanza pública, investigación científica, infraestructuras, etc.-
las condonaciones de las deudas nacionales, y los principales temas que tienen repercusión sobre el conjunto de los más débiles de la sociedad.

Es preciso apercibirnos que nuestra sociedad, la civilización actual, en este momento, en todo el mundo, es producto de la gran industria, que esa gran industria ha desarrollado determinados procesos materiales hasta el extremo de convertirse en obstáculo para la continuidad del desarrollo de las fuerzas productivas, transformándolas en antitéticas y que esto es de este modo, porque los aspectos sociales, -cultura, enseñanza, política, humanidades-, quedaron, interesadamente frenadas por el poder, muy distantes, por eso la gran contradicción la simbolizaría entre el LHC y los 3500 millones de seres humanos que subsisten con a penas un dólar al día: cambiar esto si se puede y es inaplazable.

jmrmesas

veintinueve de mayo de dos mil trece





































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































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