… Y EL PSOE CAYÓ EN LA TRAMPA DE RAJOY
La opción violenta innecesaria del gobierno
del Partido Popular ha sido el coste político que el gobierno
corrupto del partido corrupto ha querido hacer tragar al Partido
Socialista Obrero Español, arrastrándolo en una violencia gratuita,
solo jaleada por tertulianas-tertulianos, forofos del más rancio
conservadurismo, y cuyo propósito de implicar al partido
socialista en la vergonzosa represión que policía y guardia
civil, saltándose la instrucción de la juez, que
expresamente puso énfasis en mantener la convivencia ciudadana,
no es otro que el de atar a los socialistas, el resto de
la legislatura, que de ninguna manera, debería tener
continuidad, más allá del tiempo, estricto, necesario para
remover a Rajoy de un puesto que es vergüenza que siga ocupando.
Que el propio presidente del consejo de
ministros del Rey Felipe VI se haya auto convocado en el parlamento
para explicarse, revela hasta que punto, la oposición, leal o
crítica ha sido incapaz de tomar la decisión de exigirles
explicaciones, para que las fuerzas, al mando de un oficial
superior, implicado en el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981,
se saltase la orden de la autoridad judicial, sin mediar violencia de
parte de los ciudadanos, presentes en los colegios electorales.
La brutalidad de la represión, portada de
la prensa internacional, y la expresa condena de la Unión
Europea hace necesario el relevo inaplazable del presidente
del consejo de ministros real, señor Rajoy, aunque es muy de temer,
que la represión puesta en marcha sea parte de un plan tendente a
tapar la corrupción y aplazar su emplazamiento en los tribunales
como testigo de los casos que están siendo ventilados en los
tribunales, por delitos que tienen que ver con el uso fraudulento de
los dineros públicos.
El PSOE tiene que distanciarse de este
gobierno, condenar expresamente la inutilidad de la represión
violenta y el incumplimiento de las instrucciones de la juez de
garantizar la convivencia.
Que todo esto pueda quedar sin respuesta hará
a la oposición leal y crítica, cómplice de un
gobierno que ha movido los hilos para no tener que responder de
delitos que se están juzgando, porque, de transigir, el delicado
momento puede empeorar, porque, independientemente de los afanes
légitimos de los independentistas, en ese barco, también navegan
corruptos que, igualmente han de responder por idénticos motivos,
sean nacionales o estatales, los juzgadores.
jmrmesas
dos de octubre de dos mil diecisiete
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