martes, 3 de octubre de 2017

LADRONES Y ADEMÁS COBARDES







LADRONES Y ADEMÁS COBARDES

Alguna vez he recibido algún porrazo de la policía, pero siempre tuve claro que las ordenes las recibían del gobierno, entonces, franquista, hoy de sus herederos, y son ellos, los herederos del franquismo los que pretenden cubrir los años de corrupción, documentado en los tribunales, los que pretenden parar la acción de esos tribunales, los que pretenden paralizar su implicación penal, en el robo de los dineros públicos lanzando a la policía y parapetándose tras ellos. Esto es lo que está detrás de las declaraciones patrióticas de todos los dirigentes políticos del Partido Popular; paralizar responder la demanda de explicación, que exigen los tribunales por las campañas financiadas por los empresarios que recibían los contratos amañados; el capitalismo de amiguetes del que se aprovechaban para enriquecerse y ocultar los capitales robados en los paraísos fiscales. Son cobardes aparte de ladrones. La policía debe sentir asco de los dirigentes políticos que les mandan, cuando saben que tras el patriotismo económico están las cuentas ocultas en Suiza y otras naciones con legislaciones de tributación especial, y ahora, se protegen de su incapacidad mandándoles aporrear a unos manifestantes, con los que no comparto sus demandas pero si apoyo su derecho a votar un referéndum legal, porque sus antiguos socios, en Cataluña, también quieren ocultar su falta de transparencia económica tras una independencia, votada a toda prisa.

El PSOE no debe prestarse a esta maniobra a la que pretende arrastrarle el Partido Popular porque perderá la difícil credibilidad ganada por el socialismo, perdida tras años de compadreo queriéndoles demostrar la seriedad con el que el Partido Socialista ve las instituciones democráticas, cuando lo que quieren los dirigentes populares es tranquilidad para hacer negocios amañados. Poder emprender las transformaciones legales que necesita un régimen que los hecho evidencian disfuncional para los ciudadanos y el pueblo trabajador, requerirá toda la autoridad que el Partido Socialista pueda acumular, y que está empezando a ser cuestionada porque el afán de querer aparecer como respetable y creíble, le enajena las simpatías de ese pueblo trabajador, que habrá que movilizar para que los códigos legales puedan recoger una legislación, aun por escribir, porque para ello se necesita debate, reflexión, análisis, y sólo después de eso, si se hace necesario, la fuerza. El PSOE debería hacerle saber al señor Rajoy que no cuenta con su consentimiento para seguir endureciendo la situación en Cataluña, que cada paso en ese sentido, pierde el apoyo, suponemos, crítico, que el secretario general de los socialistas, ofrece a un presidente del consejo de ministros de su majestad, señalado por la propia prensa de derechas, como matón intransigente.


jmrmesas

tres de octubre de dos mil diecisiete










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