sábado, 23 de enero de 2016

LA PROVOCACIÓN ES LA OPORTUNIDAD



LA COMPOSICIÓN HISTÓRICA DEL PSOE

LA PROVOCACIÓN ES LA OPORTUNIDAD

La provocación política usada frecuentemente por el dúo israelo-estadounidense para ensayar y extender la represión, basada en la teoría de juegos, para forzar al oponente a tomar la opción más favorable para los intereses propios en esta ocasión ha sido usada por Podemos para poner al PSOE frente a un dilema que arrastra desde que la burguesía monopolista comprendió las ventajas de jugar duro inventándose las reglas que le convenían; desde los aciagos episodios de la votación de los créditos de guerra, que fracturó a la socialdemocracia europea, y que el PSOE no experimentó porque España no participó en la PGM, el partido socialista, un partido obrero, fundado por un obrero – Pablo Iglesias Posse, un obrero tipógrafo (trabajar en una imprenta, entonces, debía ser como acceder a información y conocimientos vedados a la mayoría) – el partido socialista fue, junto al anarquismo el referente de lo más sano y decente de la sociedad española de su tiempo, pero al mismo tiempo que al partido socialista llegaban las profesiones liberales (médicos, abogados, etc.) que llenaron al partido de figuras ilustres de la cultura de la época, el partido fue canibalizado por la ideología pequeñoburguesa, compensada por la militancia obrera y por el prestigio del propio fundador.

Esa canibalización de la pequeña burguesía del partido socialista ha ido agrandándose en la misma proporción que la clase obrera se desideologizaba. La composición del PSOE esta llena de la burguesía venida a menos, llena de pequeñoburgueses, que pasean su visceralidad pequeñoburguesa por foros como el cascabel, donde la expulsan, para regocijo de los contertulios, dando rienda suelta a los lugares comunes más vulgares. La composición pequeñoburguesa del PSOE no está compensada por una militancia obrera y sus intelectuales carecen de la altura intelectual de los Fernando de los Ríos, Verdes Montenegro que elevaron la categoría del partido socialista; la misma renuncia del marxismo hecha por Felipe González, chantajeando al partido y rápidamente aceptado por un congreso de arribistas, hecho en medio de un proceso social donde la clase obrera acaba de salir de una dictadura fascista, cataloga la renuncia a la ideología del partido, que lo ha mantenido vivo durante el largo camino de la represión, como una traición y una burla a las familias de los cientos de fusilados y represaliados del partido socialista que lo mantuvieron vivo en el duro camino recorrido.

Pedro Sánchez está cogido entre esa panda de arribistas que se sientan en el comité federal que prefieren hundirse con la burguesía, a la que suponen todopoderosa, que quiere gobiernos que alienten a los mercados – por fortuna, cada vez es más fácil saber quienes son los mercados –, en esta etapa, solo sesenta y dos, que remangarse y ponerse a trabajar para reducir la brecha de la desigualdad, que no se reducirá sola, sino que habremos de reducirla mediante una lucha que será tanto menos dolorosa cuanto más participemos y nos vigilemos unos a otros, pues por qué va a ser Podemos mejor que Syriza sino por apoyarse los socios mutuamente y cuando se está a punto de desfallecer encontrar la mano amiga que te ayude a continuar. El duro camino que le queda por recorrer a Pedro Sánchez si quiere recuperar al PSOE para la acción política de la clase trabajadora es mucho más duro y difícil que el haber obtenido un subidón electoral – que habría sido de mayoría absoluta con un frente electoral común –, que ahora hay que substanciar llenándolo con el dinero que deben de pagar los más ricos con impuestos proporcionales a las riqueza, que esto es hablar claro y no decir eufemismos para no mentar la soga en casa del ahorcado, pues eso es lo que se esconde tras la jerga patriótica de la defensa de España — “que no me toquen la moto, que esa moto tiene dueño”.

Pedro Sánchez debe apelar a esa base social que no comprendería una falta de sintonización con los electores de Podemos – como ya él reconoció – y de Izquierda Unida, pero apelar a la base militante requeriría algo más que un llamamiento, requeriría organizarla para la acción política y recoger el guante lanzado por el dirigente de Podemos para hablar de los problemas de España y el encaje en la Unión Europea, con luz y taquígrafos, porque seguro que si eso se hace no pueden derivarse más que un incremento de la conscienciación y concienciación política de la mayoría de la ciudadanía, previniendo las maniobras encubiertas del terrorismo internacional, que desde ya, debe tener a España en el punto de mira, y no se puede ni se debe perder el tiempo.

jmrmesas

veintitrés de enero de dos mil dieciséis













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