martes, 3 de julio de 2012

APORTACION



CONTRIBUYENDO AL DEBATE

En mi correo, constituyentes.org, me hace llegar un texto firmado, al que me ha parecido importante prestar atención porque toca el meollo de la situación por la que atraviesa el mundo, y he decidido comenzar por el final: -Para sacar a España de la crisis es necesario ejercer la soberanía., tanto la política como la económica. Una no se entiende sin la otra. - porque en el seno de la izquierda, hay una resistencia a considerar que la actual situación, los estados nacionales, las sociedades nacionales, tienen salidas desligadas de lo que ha contribuido a meternos en ella, y esta cosa que nos ha metido en una crisis, que empezó siendo económica y ha devenido en una crisis político-económica, ha sido, es y sigue siendo, una cierta concepción de la internacionalización de los problemas, llamada globalización, y que cualquier posibilidad de salida tiene que considerarse insertada en un marco internacional, por lo tanto, no hay una salida para España, si no hay una salida para Grecia y si no hay una salida para Alemania, y por extensión, para el mundo, porque la globalización no es otra cosa que la socialización de la producción, la socialización de los beneficios a favor de los grandes monopolios del capital financiero, mientras se privatizan las pérdidas, con nombres y apellidos, para los millones de ciudadanos que son citados en los juzgados para instruirles procesos que les privan de sus casas, les embargan los sueldos, les cortan los fluidos de agua, gas y electricidad, y los despiden de sus trabajos, porque durante décadas, creyeron que bastaba con pagar esas facturas, mientras los partidos políticos, de izquierdas, renunciaban al marxismo, al leninismo, a la lucha de clases, porque habíamos entrado en la sociedad postindustrial, y los sindicatos no hacían otra cosa que negociar, negociar y negociar, y cuando algún compañero discrepaba, la -cla- le abucheaba llamándole agente de la CIA, es decir, se despolitizaba a la clase obrera, porque, en beneficio de la coexistencia pacífica, había que aceptar que en los centros de trabajo no hubiera asambleas, porque los comunistas eran los malos, y los buenos, defensores de los derechos humanos, los que no eran comunistas, pudiesen experimentar con la salud de los guatemaltecos, evidentemente, con el consentimiento del gobierno de Guatemala, como podían experimentar con los propios ciudadanos estadounidenses, como podían experimentar con los ciudadanos canadienses, todo a la mayor gloria de la libertad de mercado, dictada por los mercados, y mientras esto sucedía en los cincuenta, sesenta y setenta del pasado siglo veinte, y mientras se creaban los paraísos fiscales a finales de los cuarenta, amparados en el secreto bancario practicado en Suiza, y mientras se toleraba que Estados Unidos abandonase el patrón-oro, y se desequilibrase el sistema monetario mundial y el sistema financiero, y mientras se tejían las redes de empresas multinacionales, en la que el capitalismo del complejo militar industrial, controlaban los centros neurálgicos del mundo, los compañeros de constituyentes, o de socialismo, pretenden discutir si hay que quedarse en el euro o salir del mismo, haciendo abstracción de todos estos datos, lo cual es muy mala forma de apreciar el problema, porque la autarquía es imposibles hoy.
Como digo en mi blog(http://unomas-jesus.blogspot.com), no es muy coherente, teniendo en cuenta los antecedentes, decir, ... el euro no debía haber nacido..., porque aparte de no servir de nada, porque ya está aquí, y ha tenidos una génesis y desarrollo, que no es posible negar, sin entender que estos datos revelan las posibilidades reales del capital financiero europeo, hablar por tanto de salir del euro para volver a la peseta, es negar que la estructura económica de la sociedad, no solamente española, sino que el mundo, se ha convertido en la sociedad anónima, y que esta realidad del mundo económico impone unos lazos que unen el capital español de tal modo que las inversiones realizadas en empresas y negocios de otros países, causaría una debacle mundial, si se volviera a la peseta, por eso ha sido rescatada la banca española a cuenta de que los ciudadanos, privadamente, pasen por los juzgados a que les notifiquen el embargo de sus sueldos, y colectivamente, se les impongan recortes, y querer negar esta realidad, es asumir la impotencia política, la impotencia teórica, y la impotencia para ser capaz de movilizar a la sociedad para cambiar el sistema, porque se trata de cambiar el sistema, ya que no es posible una salida nacional, porque la naturaleza material-económica del capitalismo es internacional, pero como la burguesía es minoritaria, socialmente, se encuentra, políticamente, ligada a la patria nacional, esto, en Europa, es lo que ha impedido a las diferentes burguesías formar un estado supranacional, porque la burguesía, que en su comportamiento personal es cosmopolita, políticamente ha de cultivar el nacionalismo, porque un estado europeo centralizado, la barrería en un pis-pas, porque unificar su mercado, querría decir, hacer concesiones a una ciudadanía, que está más homogeneizada de lo que parece, por eso tienen que mantener las fronteras nacionales, porque así es más fácil reprimir a una ciudadanía, cuya formación histórica la capacita para prescindir de la dirección de la burguesía, tanto a nivel nacional, como intereuropea.
Alguien se explica por qué los dos países con deudas más cuantiosas no son molestados por las agencias de calificación; Estados Unidos tiene una deuda reconocida de 15,8 billones de dólares, que debe suponer más del cien por cien de su PIB, y Alemania tiene una deuda de más de dos billones, que representa el 70 por ciento de su PIB, mientras que España ha alcanzado el 70 por ciento por el acoso de los mercados, cuando al comienzo de la crisis estaba sobre el treinta y tantos por ciento, y este acoso a Europa, ha sido consentido por Europa, por la Europa, cuya deuda no ha sido incordiada por los mercados ¿No da que pensar a los que se plantean entrar o salir del euro? ¿No es esto una maniobra política de los mercados? ¿No es esto un ataque de clase contra clase de los expropiadores a la ciudadanía de Europa? ¿Alguien considera que la economía en una ciencia del mismo calibre y nivel que la física? ¿Los dirigentes políticos y sindicales, que están callados sin saber que decir, no se han parado a pensar que la verdadera riqueza del mundo no es la cantidad de dinero oculto, sino los conocimientos científicos, técnicos, sociales que producen maquinarias que son verdaderas maravillas, y que el dinero no es sino la representación de esas maravillas?
El verdadero problema de esta coyuntura radica en la pobreza instumental de la clase obrera, no solamente española, que carece de una dirección capaz de explicarles el momento histórico por el que pasamos, y proponerles los objetivos y la movilización que requiere el desarrollo de este acontecimiento mundial, porque el modo de producción de mercancías ya ha perdido, hace mucho tiempo su carácter de impulsor de las fuerzas productivas, y en la actualidad la producción se centra en dos mercancías, cuyo valor de uso esta restringido a la propia burguesía, y estas mercancías no son otras que el dinero, cuya utilización por la ciudadanía está restringido a la mera supervivencia, y las armas, única manera de tergiversar las fuerzas productivas, convirtiéndolas en instrumento para detraer presupuesto de la ciudadanía, por eso, el capitalismo ha llegado al límite de utilidad social, porque la producción se ha convertido en un instrumento más para imponer condiciones políticas, quiere decirse, condiciones de clase, de la clase poseedora, de los expropiadores, a la ciudadanía expropiada, ante la complicidad de todos sus dirigentes, políticos y sindicales, incapaces de levantar la voz.
Empezar a cambiar las tornas pasa por comprender estas carencias y comenzar por entender que la sustitución del capitalismo, de su modo de producción de mercancías, pasa por negar lo que el capital defiende, y eso significa exigir que el capitalismo, que es mundial, con una moneda mundial, de hecho, el dólar, tiene que ser regulado, de tal modo que produzca para la sociedad, y no la sociedad para el mercado, y el primer paso es movilizar a la ciudadanía mundial por la erradicación de los paraísos fiscales, y sus consecuencias inmediatas, retorno del dinero oculto para dedicarlo a la economía productiva, a la investigación científica y a la enseñanza pública y gratuita; la condonación de las deudas soberanas de todos los países, con auditación de todos los pormenores, y una moneda mundial, regulada por un organismo mundial.
Espero haber aportado alguna luz al debate, pues con esta intención lo hago.
jmrmesas
04 de julio de 2012

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