“La Audiencia Nacional investigará a los Botín por fraude fiscal” de Público, “La Audiencia investiga a Botín y su familia por evasión fiscal” de El País, otro mas, “La Audiencia Nacional investigará a la familia Botín por fraude fiscal y falsedad”, del ABC; son titulares de varios periódicos que traen en primera página la noticia, y si la investigación corroborara los indicios que les pasa la autoridad fiscal francesa, estaríamos entrando en un territorio sumamente complejo porque es el punto débil de la política: la permisividad fiscal que los países democráticos tienen con los poderosos, sean grandes industriales, grandes fortunas o banqueros, y los escandalosos repartos de beneficios, que sistemáticamente, haya crisis o no, reparten los bancos, entre ellos el de Botín, no tienen más explicación que una práctica financiera salvaje, sin ningún tipo de control ni regulación, más que las que los propios banqueros están dispuestos a tolerar, como soportable.
Si esto que digo fuera así, y como debo suponer, el señor Botín, tiene el comportamiento normal y cotidiano del resto de los banqueros, entonces se estaría demostrando que no es un banco ni un banquero el que delinque, se estaría demostrando que el sistema no funciona, que el sistema, basado en el modo de producción mercantil, dejó de ser útil socialmente, para convertirse en un lastre que solo tendría sentido manteniendo ese tipo de comportamiento fraudulento que beneficia a una poderosísima minoría social, que amparados en el poder fáctico que son los paraísos fiscales, imponen políticas que benefician a la minoría contra el conjunto social, por eso creo que el comportamiento del banquero Botín no es diferente de los del Lehman Brothers, Bernard Madoff, Goldman Sachs, etc., y entonces, las lineas rojas de las que hablaba en mi anterior apunte, se demostrarían vulneradas sistemáticamente por estos elementos que son, ellos el sistema, y perversamente, los gobiernos deben velar por proteger el sistema, que el sistema vulnera.
Se trata por tanto de erradicar los paraísos fiscales; del retorno del dinero oculto para emplearlo en beneficio de la sociedad.
Se trata por tanto de la condonación de las deudas soberanas, porque están destinadas a empobrecer y envilecer a los ciudadanos.
Se trata por tanto de consensuar una moneda mundial, porque las fuerzas productivas son globales, y las diferentes monedas solo sirven para dividir artificialmente lo que la economía productiva une.
Veremos si judicialmente se tiene el valor de tirar del hilo para deshacer la madeja, porque aquí no se trata de un grupete de amiguitos y amigotes que se quedan con los presupuesto troceados para guardar las formas y el dinero, pues esto, señores, es el sistema, y yo soy antisistema.
17/06/2011 jmrmesas
No hay comentarios:
Publicar un comentario