miércoles, 11 de marzo de 2020

EUROPA PIERDE




VIRUS DE DISEÑO: ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVAS

EUROPA PIERDE


Tenemos la fortuna de estar bien informados y asesorados institucionalmente en cuanto al esfuerzo que se hace por garantizar la salud de la población. Todos los consejos y medidas emitidas por las autoridades sanitarias son pocas, en una situación mundial, en la que se impone la coordinación como defensa de la salud de la ciudadanía. Desde esa perspectiva, es ocioso decir nada más.

Nos haremos eco de la política que nos anima a no caer en el miedo pánico y de la recomendación de extremar la higiene como garantía de contención de la difusión y propagación del contagio. Todo eso es susceptible de ser suscrito sin mayor inconveniente. Sin embago hay cuestiones que no me cuadran como son las explicaciones facilonas que nos dicen que el coronavirus ha sido producido por la manipulación de un animal salvaje en un determinado lugar. Habríase de tratar de juntar cabos que nos permitan tirar de cuerda, cortada convenientemente para evitar dar con la clave o las claves de un contagio tan profuso.

Primero. Nos dicen que este virus no es tan temible porque se conoce su genoma muy bien. Ese conocimiento se concreta en una cadena de componentes nucleares ordenados, conociéndose muy bien el orden y su secuencia en la cadena del genoma por tanto, sabiendo el comportamiento de tales ácidos, en la cadena ordenada, se debe saber el rol que juega cada componente en esa cadena, luego el antídoto, el antivirus debe ser fácil de lograr. Otra cosa es que lograrlo pueda resultar caro, o muy caro, estando, desde esa perspectiva, restringido a casos muy concreto y determinado, según el uso que se quiera hacer de la mercancía patentada.

Veamos, que dijo el ciego. Si este virus está pendiente de ser patentado, y si esto es así, habría que suponer, desde la óptica financiera, que la patente se hace con el objetivo de hacer dinero, mucho dinero. Solamente supondremos que el laboratorio, la empresa que quiere patentar el virus lo hace teniendo en cuento su exclusivo interés, pero si según la lógica la empresa tiene contactos de niveles de tipo político, institucionales, o de cualquier otro tipo sería lógico suponer presiones de calado variable. Es decir, si esto fuese así, habría que suponer que el covid19 es un patógeno de diseño, listo para ser usado en un campo donde se podría obtener beneficios de todo tipo, obviamente supondremos en primer lugar, económicos, pero también, como instrumento de presión, también políticos, estratégicos, etc.

Segundo. En China parece que empieza a remitir la epidemia porque se atajo el contagio mediante una cuarentena inmediata y radical. ¿Temían los responsables políticos algún ataque a su economía en dura competencia? Al poner el foco de la epidemia en las penalidades humanas, las consecuencias que la marcha del mundo tenían hasta entonces, ha pasado a segundo plano, pareciendo que todos estamos en el mismo barco pero mirando en perspectiva, los problemas que habían siguen estando sin solución, y teniendo en cuenta la necesidad USA de seguir liderando la marcha del mundo, en solitario y sin discusión, parece que la parálisis causada por el contagio del covid19, ha proporcionado un respiro a la economía USA, al poseer el dólar el control de los cambios, aunque cada vez más debilitado.

Tercero. No es posible acusar a un culpable sin pruebas, incluso si algún país resultara más beneficiado, pero es hartamente sospechoso que los países con diferencias con USA, sean los más castigados por la epidemia del covid19.

Cuarto. La dinámica competitiva, que históricamente se ha resuelto mediante la prueba de fuerza de las armas, no era menos inhumana que la propagación de una epidemia vírica, que indudablemente ha tenido que sembrarse adrede y que además tiene la ventaja añadida de no tener un enemigo visible e identificable, por lo cual el entramado internacional permanece relativamente armonioso.

Quinto. Pensando con cierta lógica podría cavilarse que el coronovirus tiene antecedentes con una determinada trayectoria que podría haber comenzado con el SARS, 2002, el síndrome respiratorio de Oriente Medio, MERS, 2012, y ahora el covid19. Lo inquietante estriba en el hecho de ser un producto de laboratorio pendiente de ser patentado. Este hecho es lo que hace pensar que los acontecimientos que están ocurriendo no son producto de un accidente fortuito, sino producto de un cálculo frio y bien diseñado, mediante el cual se calculan beneficios.

Las armas de destrucción masivas, en el imaginario colectivo son los submarinos nucleares portadores de misiles o buques del mismo rango o la aviación estratégica, sin embargo, desde hace mucho tiempo, los militares también está estudiando, entre los arsenales estratégicos, las armas de características basadas en las ciencias biológicas, menos ostentosas, más sutiles e inteligentes, pero no menos mortíferas que las armas mecánicas y que en el lenguaje militar son las armas NBQ —nucleares-biológicas-químicas—, cuyos antecedentes más notables se hicieron presentes en la primera guerra mundial con el empleo de la gasificación del campo de batalla. Estas armas de nueva generación, de cuyas características y consecuencias, la gran mayoría de la ciudadanía ignora casi todo, serían el elemento idóneo para un ataque silencioso y sin rastro.

Dada la complejidad del mundo actual —lo estamos viendo con la necesidad del teletrabajo (un chollo para las empresas, si prospera) para que la producción, la economía, su economía siga viva—, los estrategas de las grandes potencias entre las cuales no está EUROPA, y mucho menos los Estados Nacionales que componen la Unión Europea, todos susceptibles de recibir presiones para deshacer el embrión, que como potencia puede suponer la Unión Europea dirigida por un gobierno único responsable ante el parlamento europeo, saben que la prueba de fuerzas a la que está abocado el sistema para determinar quien tiene el liderazgo, debe evitar la confrontación militar convencional, y sobre todo, nuclear, por lo tanto emplearan los medios de presión necesarios para evitar romper el tejido internacional del que extraen su riqueza.
La humanidad tiene ante sí un reto que puede suponer el paraíso o el infierno en la tierra y todo dependerá, a diferencia de lo que dicen los miopes voceros de los medios, que este ataque deliberado con el que los dueños del mundo nos ponen a prueba, si nos creemos que esto es algo pasajero —no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista— o la posibilidad de abrir el debate de si el mundo es propiedad de los multimmillonarios y sus representantes o si nos aplicamos a defender un mundo para todos.

Si esto lo interiorizamos como un inconveniente pasajero les estaremos enviando el mensaje a los establisment, a los poderosos, a los gobiernos que somos los perdedores perfectos, dispuestos a cargar con las cadenas que nos echen.

El corolario que deberíamos de extraer del hecho es que medios de producción capaces de alterar la vida y las condiciones de la misma no pueden seguir siendo propiedad privada han de ser de propiedad publica. No podemos seguir siendo cobayas de un grupo de plutócratas. Deberíamos estar pendientes de cuantos plutócratas enferman.

jmrmesas

once de marzo de dos mil veinte

Este apunte no gusta al capitalismo. No hagas piña con él y pásalo







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