viernes, 15 de junio de 2012

¿EUROPA, ...DOS VELOCIDADES?



¿EUROPA, … DOS VELOCIDADES?

ESTO NO ES LA VUELTA CICLISTA

La burguesía mundial, el capital financiero se prepara ante la incertidumbre de lo que pueda pasar en Grecia el próximo domingo, si se cumplen las peores expectativas, el triunfo de SYRIZA, y el gobierno de Cameron está transfundiendo millones de libras esterlinas en el sistema bancario del Reino Unido, para evitar el pánico, como todas las instituciones, como los bancos centrales están haciendo, porque para los mercados, para la banca siempre hay dinero, pero el sistema agoniza, y agoniza porque la economía productiva es incapaz de crear empleo, los millones de puestos de trabajo que son necesarios para absorber a los millones de trabajadores desempleados, y ante este panorama es necesario insistir que la crisis empezó por la increíble burbuja inmobiliaria, que no fue la de España, sino que tuvo su origen en Estados Unidos, asistida por los bancos alemanes.
Estas precisiones son importantes dejarlas bien claras porque sería impensable que todo el sistema estuviese corroído, solo por que España, o Grecia, tengan problemas, cuando es todo el sistema el que está cayendo sin remisión, porque el problema es que, llegados a este punto, el modo de producción de mercancías es el compendio de la lucha de clases, porque la producción de las mercancías es la realización de un producto en la que se confrontan dos concepciones del mundo, en la que una de las cuales tiraniza, esclaviza y acapara, exactamente igual que los guardianes de los campos de exterminios nazis, cuyos almacenes estaban repletos mientras los prisioneros esclavizados, trabajaban hasta la extenuación, hambrientos y enfermos.
Es todo el sistema el que está tocado porque el tiempo de las adaptaciones, el tiempo de las reformas cosméticas ya no vale, pues ahora los cambios han de ser en profundidad, por eso la primavera árabe se ha agostado, y el ejercito toma el poder, como en Túnez, los islamistas,defendiendo el viejo orden, como en Siria, defendiendo los privilegios, porque todo el sistema depende de lo que ocurra en Europa, y el conglomerado de burgueses europeos, en sesenta años han sido incapaces de construir su mercado, y aún hablan de construir Europa a dos velocidades.
La guerra de Secesión americana que confrontó a las burguesía exportadora algodonera y a la productora industrial del norte fue el intento de construir un mercado a dos velocidades, en la que lo más perspicaz, avanzada y consecuente del conjunto de la naciente burguesía de América del norte, intuyo como ruinoso, si llegaba a consolidarse la ruptura, con la que la poderosa burguesía sureña quería asegurar su posición, porque París, bien vale una misa, es decir, la construcción de la nación americana, la construcción de Estados Unidos, no podía recorrer el camino que recorrió la Europa de entonces, y de ahora, en la que las dos velocidades, en las que históricamente, las clases dirigentes han recorrido el camino para asegurarse el dominio, (bien es verdad, que la situación del escaso desarrollo del momento, permitía estas liberalidades, ha persistido, contaminando la visión de los dirigentes de una miopía histórica, deprimente), ha llevado a la fragmentación del viejo continente, y hoy, no puede esperarse, de ninguna de sus fracciones nacionales, una decisión capaz de arrostrar la unidad sin paliativos, porque las dos velocidades no es otra cosa que mantener a los europeos encerrados dentro de las fronteras nacionales, mientras los mercados siguen robándonos el esfuerzo de nuestros recortes, guardándolos en la caja B, de las entidades de baja tributación, por otro nombre, paraísos fiscales, porque la decrépita burguesía europea, teme a la ciudadanía a la que sabe capaz y por tanto, con muy pocas posibilidades de responderle, dirigiéndola y encauzándola, por eso, las dos velocidades, no es otra cosa que mantener la Europa de los compartimientos estancos, las fronteras para las personas, mientras los capitales pueden circular libremente.
La deuda española se ha doblado desde el rescate, porque los mercados saben que hay que impedir, a como de lugar, que el continente se una, pero se encuentran en un grave problema entre persistir en la política de empobrecimiento y la necesidad de una cierta reactivación económica, manteniendo las fronteras, por eso, la disyuntiva no puede ser asumida más que por la ciudadanía asumiendo que Europa, bien vale la unidad, bien valen los Estados Unidos de Europa, y eso significa que la izquierda asuma y defienda que no son tolerables los recortes, la carestía de la vida para los que mantienen en funcionamiento la sociedad, mientras los recortadores de cupones acaparan las riquezas para empobrecer a las sociedades.
El domingo es posible que los griegos den su apoyo a SIRIZA, pero la izquierda, un cierto sector de la izquierda de Europa, cuando menos, debe apoyar decididamente la lucha por la recuperación, no simplemente solidarizandonse con Grecia, sino luchando para impedir la sangría de los recortes, para recuperarnos del feroz latrocinio de los que ocultan en esos países de baja tributación, los beneficios generados socialmente, porque hasta aquí hemos llegado permitiendoles a los expropiadores, su rapacidad, su fuga de beneficios a los paraísos fiscales, pero ha llegado el momento de presionar a los dirigentes de izquierdas, a los sindicatos obreros, que se posicionen y organicen la lucha por la recuperación, es necesario exigir la erradicación de los paraísos fiscales, la condonación de las deudas soberanas, que como demuestra el rescate de España es una clara transferencias de fondos a los mercados, a los banqueros travestidos de especuladores y financieros, el dinero del rescate, es necesario exigir a los dirigentes de los partidos de izquierda y a los dirigentes de los sindicatos obreros, que luchas como la de los mineros asturianos no pueden quedar aislada, sino que deben tener una calida demostración de solidaridad, porque su lucha es la lucha que permitirá el comienzo de la recuperación, porque, el mundo se encuentra en una disyuntiva, y la respuesta comienza por asumir que la unidad del mercado de Europa es la lucha por los Estados Unidos de Europa, abanderada, encabezada y entroncada en la base social de la ciudadanía europea, y si París, bien valía una misa, Europa bien vale una revolución, que será tanto más pacífica y fructífera, cuanto más clara sea la señal que se le mande a los mercados: tributen, coticen, paguen, y demuestrennos que son gente confiables, colaboren y no insistan en mostrarse como una banda de ladrones, aún pueden tener un papel positivo, pero el mercado tiene que producir para la sociedad, y no, la sociedad para el mercado.
jmrmesas
15 de junio de 2012


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