martes, 1 de noviembre de 2011

TIEMPO

TIEMPO                                                                                                                                                                                                                    

El lapso comprendido entre dos sucesos, es lo que denominamos tiempo y su indetenible transcurso es el que pone a prueba la calidad, la fiabilidad, el aprendizaje, el conocimiento, lo bueno o malo que subyace en un evento, por lo tanto, el tiempo, ese transcurso entre dos hitos, va a ser determinante para comprender si los acontecimientos que vivimos a partir del comienzo de la crisis, fructificará o no para subir una nueva etapa hacia el progreso o por el contrario, supondrá un estancamiento, o peor todavía, un retroceso social.

Es inevitable comparar la crisis actual con la otra gran crisis, -el crack de 1929- cuyas consecuencias modificaron substancialmente el resto del siglo xx. La situación actual tiene una característica nueva, cual es la inmediatez que aportan los medios de comunicación actuales y sobre todo, internet, que permite el dialogo, la comunicación instantánea, y estos elementos, me hacen concebir la idea de que el tiempo de maduración pueda acortarse, aunque el proceso de maduración está lleno de contradicciones, porque estamos en los comienzos de cambios, que pueden ser tan hondos y profundos que trastoque todo el escenario mundial, y sus actores no son solo el núcleo de los poderosos financieros y políticos, sino que ahora, el elenco de actores se puede ampliar a partir de los grupos de ciudadanos que se organizan a través de las redes sociales, porque han perdido la confianza en los partidos tradicionales, los cuales ven como rebaños de dinosaurios apegados a territorios yermos.

LOS DATOS

El proceso de aprendizaje está estrechamente relacionado con la recogida y valoración de los elementos que va aportando el proceso, ese revoltillo de acontecimientos en cuyo desarrollo, la dirección que toma su dinámica, no es recta y nítida sino zigzagueante y difusa, a veces subterránea, porque sus evidencias desaparecen del escenario para volver a aparecer en otro lugar y bajo características modificadas. De esta toma de datos depende fundamentalmente el proceso de maduración de los actores, para encauzar el flujo de los acontecimientos contra un sistema agotado y por tanto, sin posibilidad de que la supervivencia del mismo pueda considerarse como un bien, sino como la causa determinante que frena el progreso, y esto es celosamente difuminado por el sistema porque el velo dificulta la toma en consideración del dato fundamental: la internacionalización, la globalidad del problema por el que atraviesa nuestro mundo, en este nuevo siglo xxi.

Esta globalidad, o esta internacionalización del problema, dificulta a la inmensa mayoría de la ciudadanía mundial, apreciar la dimensión del suceso porque este se manifiesta en el terreno nacional, y este es el territorio, el escenario en el que viven el suplicio de los recortes, las carestías, las dificultades y en ese escenario, dominado por la burguesía, los políticos y los poderosos, en cada país, en un grado diferente, es en el que se percibe la crisis, sin relación con el hilo de la economía, que está globalizada porque el mercado es mundial, global, internacional, y mientras se buscan acuerdos internacionales que satisfagan a los mercados, ese escaso uno por ciento de la población mundial, poseedores de los complejos industriales y financieros, que deciden que es lo que hay que producir, se echa tierra sobre la internacionalización, porque ese tema -los acuerdos que se discuten-, conviene apartarlo de la mirada colectiva, porque las soluciones globales disminuye la capacidad de maniobra de ese escaso uno por ciento social, que posee más de la mitad de las riquezas del mundo.

Esta toma de consciencia no es fácil porque todos los datos que explican el reparto de la riqueza en el mundo están enmascarados para dificultar su conocimiento; hace años, y hablo de memoria, pero si alguien se toma la molestia de buscarlos, lo puede comprobar, el informe de la ONU sobre la pobreza, venía explicado de manera muy clara, de ahí, que en algún momento haya citado que el mundo está dominado por las 255 personas más ricas del planeta, ese dato, hoy es mucho más laborioso buscarlo porque los informes de la ONU sobre el problema están redactados de una forma retorcida en donde buscar el dato concreto no es posible más que contrastando con otros informes, con lo que se evidencia la dificultad de conocer si ahora esas cifras son más o menos.

En este terreno me llamó la atención las palabras del nobel de economía del año 2010, el señor Pissarides, diciendo en una entrevista que los trabajadores españoles tienen mucho poder; este caballero de la Escuela de economía de Londres - por su nombre en español- debe de tomar a los obreros españoles por redomados estúpidos, pues no se entiende que con tanto poder como nos concede, tengamos el salario mínimo más bajo de Europa, -creo que es el segundo más bajo-, y cinco millones de parados, será por eso, que tras sus declaraciones, la patronal se ha lanzado a pedir más ajustes.
Es decir, son estos datos, nacionales, los que dificultan a propósito percatarse de la dimensión internacional del hilo conductor de la economía, pues aparecen o se tratan de presentar como sin conexión, de modo que, aún habiendo medios de conectarse intencionalmente falta el nexo que explica la correlación entre las diferentes economías, y la carencia de este lazo es el que determinará el tiempo de maduración.

El otro dato de importancia fundamental es que el sistema, en su agonía, se ha dotado de un medio de control como es el de regular la circulación de dinero, aunque más exacto sería decir, represando la circulación del dinero mediante la ocultación de flujos importante de capital en los paraísos fiscales. Esta capacidad de controlar el flujo de dinero, ha adquirido, en los últimos años, una característica política que es la que le ha permitido a los mercados imponer sus orientaciones a los propios gobernantes, democráticamente elegidos, siendo la gota que ha colmado el hartazgo de la ciudadanía, lanzándolas a las calles del mundo industrializado.

El hecho en sí, podría hacerse pasar por el trajín propio del funcionamiento del mundo de las finanzas, pero dicha práctica es solo en apariencia, porque en la realidad el funcionamiento de los paraísos fiscales sirve para ocultar la acumulación de capital, que es mucho más que una reserva de dinero para reponer el capital invertido, en cualquier negocio, sino que dicha reservas de dinero, sin un fin determinado, es lo que permite regular la circulación del dinero, especulando contra el euro, porque la especulación contra el euro no es mera especulación financiera sino que tiene una intencionalidad política destinada a empobrecer a la ciudadanía europea, ante una eventual centralización política de los instrumentos políticos, pero manteniendo una estructura nacional como medio de control de la población europea, la cual se emanciparía velozmente, si la Unión Europea se transformara en unos Estados Unidos de Europa, con un parlamento, y una ciudadanía, ante la que tendría que responder un gobierno central, que necesariamente tendría que cohesionar a la variopinta población que compone, en principio, la actual Unión, y tal vez, en el devenir, acogiendo toda la estructura geográfica que forma el continente, y esta posibilidad es hostilmente indeseable por la única burguesía, con una visión global de su misión, el complejo militar-industrial de Estados Unidos, que percibe el agotamiento del sistema, y trata de retrasarlo, como sea.

MADURACION

El hilo conductor de la economía globalizada y los diferentes sucesos nacionales, políticos, en algunos lugares, bélicos en otros, económicos, en la mayoría, sobre todo en Europa y Estados Unidos, con un trasfondo socio-político, les falta ese nexo que los explica y que no es sino una cierta percepción común de acontecimientos y tareas, que la atomización nacional dificulta y vela, porque existe un entramado destinado a impedir que las interconexiones que benefician a un puñado de multimillonarios, los cuales compran tierras a precio de saldo, para sembrar el soporte biológico para los nuevos experimentos en biocombustibles, mientras la población autóctona desfallece, por ejemplo, en Nigeria, que es, para mayor escarnio, productor de petróleo. Esas dificultades, que se materializan en los informes abstrusos de Naciones Unidas sobre la pobreza, por seguir con los ejemplos de intencionalidad, hace que los movimientos como el de los indignados europeos, o los occupys, de Estados Unidos, tiren, cada uno, a su aire, sin tratar de coordinarse para marcar territorio a ese uno por ciento de riquísimos propietarios del planeta, de los que somos, nos guste o no, su propiedad privada, ya que disponen de nuestros destinos, a su albur. Si a esto unimos la desgraciada incuria ideológica en la que se haya la izquierda europea, que fue cuna de todos los movimientos sociales a lo largo y ancho del mundo -en cierto modo, cuando digo Europa, tengo que extender ese bagaje ideológico a Estados Unidos, porque durante todo el siglo xix y los primeros años del siglo xx, las corrientes de pensamiento socialistas, tenían un fuerte arraigo en Estados Unidos- habrá de reconocerse que la carencia de ideología socialista, proletaria, de izquierdas dificulta la madurez, y esta tendrá que producirse mediante el viejo método prueba-error, pues como digo, es importante que las masas de la ciudadanía europea y estadounidense, se den cuenta de que los hechos obedecen al decidido propósito de ocultar, que el sistema esta agotado.

Ha sido esta falta de apoyo político e ideológico, de las organizaciones de izquierdas de Europa, a la primavera árabe, la que le está permitiendo a los islamístas, en diversos grados, hacerse con los gobiernos en Túnez y Libia, y probablemente suceda igual en Egipto, para desconsuelo de los miles de jóvenes árabes y norteafricanos que se han movilizado y siguen luchando, como en Siria o Yemen, o Bahrein, o Marruecos, o Argelia, o Jordania, o Irán y que no obstante estar en desacuerdo, ven impotentes, como al carecer de una mínima estructura, de un mínimo proyecto, su lucha la canalizan estructuras viejas con promesas de caridad, que no hacen sino ocultar quienes se quedan con las riquezas, por lo tanto, la necesaria madurez de un amplio sector de la sociedad, en su amplia variedad cultural y racial, tendrá que producirse más bien lentamente, para poder cambiar el sistema. Sería determinante, en la apreciación de los tiempos, en la coordinación de las movilizaciones, en los enfoques necesarios si al menos existiese un partido, un sindicato, una organización dispuesto a levantar la bandera de la lucha contra el sistema, porque no se trata de emprender aventuras, sino por el contrario, evitarlas, poniendo las bases para la construcción de una nueva sociedad. No se trata de precipitaciones, ni de creer que el futuro se jugará en las elecciones, porque si algo enseña la historia es que los cambios sociales que han tenido lugar en su transcurso se han producido porque las sociedades, en cada época se han movilizado imponiendo sus demandas, y en este terreno, una organización, un partido político, una nueva internacional, impulsaría la toma de consciencia, mientras que su ausencia obligará a las diversas organizaciones populares, a recorrer un árido camino lleno de obstáculos.

ECONOMISTAS, ESTADISTAS, REVOLUCIONARIOS

La economía: esa ciencia social, despierta en mí una desconfianza grande porque la percibo como una disciplina recorrida por prejuicios ideológicos destinada a salvaguardar al sistema, más bien que a estudiarlo; creo que el único estudio serio sobre el capitalismo lo hizo Marx, que por cierto, no era economista, sino más exactamente, un estudioso del funcionamiento de la sociedad que trató de conocer donde radicaba el foco que generaba pobres y ricos, y ese afán de escrutar los entresijos del funcionamiento del capitalismo, es el que la izquierda oficial -la socialdemocracia- abjuró para congraciarse con los mercados, sin tener que servir a dos señores. Reproduciré el párrafo de Marshall Auerback, que me ha llamado la atención... ...Los mandamases políticos de la zona euro, lo mismo que quienes participan en los mercados, siguen confundiendo dos asuntos que, aún si conexos, son netamente distintos: el de la solvencia nacional y el de la insuficiente demanda agregada. Los mandamases políticos quieren que el BCE lidie con los dos, pero el hecho es que el BCE solo está encargado de lidiar con el problema de la insolvencia. Cuando haces esto de una manera creíble, entonces consigues reabrir los mercados de capitales y ofreces a los países mejores oportunidades de volver a financiarse por sí mismos a través de los mercados de capitales. Eso quiere decir que no necesitas muchos billones de euros, porque tienes un respaldo final firme: un banco central que puede literalmente crear billones de euros en una pantalla de ordenador, enfrentándose así a las inquietudes de los mercados respecto de la solvencia nacional. Entonces, se relaja la presión sobre los bonos de los distintos Estados nacionales y desaparece la necesidad de recapitalización bancaria masiva.

El enlace que pongo, permitirá leer el articulo de este autor, para el que quiera hacerlo. ¿Por qué me ha llamado la atención este articulo? ¿Por qué la Unión Europea no quiere darle a la máquina de hacer billetes? Esta fue la primera pregunta que me vino a la mente, cuando leía el articulo, de este economista, supongo, que de la izquierda estadounidense -su articulo lo leí en la revista española de izquierda SINPERMISO- y a esta, siguió la reflexión que me hice: si los burgueses de las diferentes naciones de la UE acordaron el euro fue para evitar una competencia estéril que tenía en las devaluaciones de las monedas nacionales un pesado lastre, que impedía a Europa tener un peso especifico apropiado en el concierto mundial. La decisión consecuente fue adoptar una moneda común, dotándose de cautelas, porque se temían que una unión monetaria con fiscalidad común, traería, como consecuencia, a corto plazo, un gobierno común, responsable ante un electorado común, y no subdividido en naciones, manejables por sus capataces -gobiernos- nacionales. Tal vez, calcularon mal la neutralidad del amigo americano, pero este, temió desde el primer momento la amenaza que una nueva moneda potente -euro- podía suponer en el rol del dólar como moneda de reserva mundial; no tanto por la voluntad de los europeos de disputarle terreno al dólar, como por la necesidad de los productores de petróleo de valorizar sus exportaciones, dado que el dólar no está sujeto a ninguna medida de valor -salió del patrón oro en 1971, cuando la masa de petrodólares hacía inviable, para EEUU, respaldarla con oro-. Una vez comprobada por EEUU la voluntad de los burgueses europeos de no entrar en competición con el dólar, se liberaron las fuerzas de los mercados, decididos a poner a prueba hasta donde podían llegar, y cuando se abren todas las compuertas al mismo tiempo, las consecuencias son imprevisibles, en un terreno sin diques -regulaciones y normas-.

Este dato se les escapa a los economistas estadounidenses, y no creo que sea por chovinistas, solo que Europa es, en cuanto a composición social, política, cultural, económica y psicológicamente diferente de EEUU. No me parece posible que la debacle que se aproxima, mantenga a la ciudadanía europea, pasiva y atónita porque el nivel de politización y experiencia le impedirá aceptar mansamente que los mercados se vayan de rositas si saltan los dique sociales, y es precisamente, previniendo esta rotura de diques, lo que un revolucionario consciente prepararía, y la preparación está ligada a la necesidad de señalar objetivos claros, que por sí mismo, aporten claridad a las movilizaciones -las aguas desbordadas-, para que no sean viejas estructuras las que las canalicen.

Es curioso, que no obstante, los economistas y políticos excusen referirse a los paraísos fiscales, y sin embargo, estos estén al tanto de lo que se ventila entre bastidores sobre el futuro de este instrumento de acumulación sin existencia ni mediática, ni política, y mucho menos, económica (la reunión tenida en Pittsburg, Pensilvania), en todo el proceso de la crisis económica, por eso digo que la economía se parece más a la alquimia que a una verdadera ciencia, porque un científico, no dejaría de tomar en consideración, un factor tan decisivo en la génesis y desarrollo de la crisis, por eso, el revolucionario debe contemplar aquellos objetivos que sí supondrán un hito importante que mermará el poder de la burguesía, ese escaso uno por ciento de la sociedad, si se cortan las amarras que le permiten tener independencia política, comenzarán a perder relevancia política, y esto es el motivo por el que no me canso de señalar la necesidad de una alianza de los movimientos sociales para exigir y luchar por la erradicación de los paraísos fiscales; el retorno del dinero oculto para dedicarlo a la investigación científica con fines destinados a mejorar las condiciones sociales de las personas y de los medios naturales, para dedicarlo a la enseñanza pública y gratuita, único modo de garantizar la igualdad de oportunidades -ánimo a la sociedad chilena que apoya la lucha iniciada por sus estudiantes-; por la condonación de las deudas soberanas, instrumento malévolo destinado a empobrecer a las sociedades, encanallandolas y envileciendolas, por una moneda mundial consensuada, porque solo de este modo se impulsarán las fuerzas productivas, y porque la sustitución del modo de producción mercantil, no se hará de un día para otro.

Es posible que Papandreu no sea un estadista, estos, como Merkel, están dispuestos a hacer recortes, aunque sea atacando los fondos de cohesión interalemanes, o como Zapatero, modificando la constitución a prisa y corriendo, y la lista puede ser mucho más larga, pero debe de resultar muy doloroso para los socialistas griegos, gestionar una crisis que ellos no abrieron sino la derecha que falseó las cuentas, y que sus paisanos -griegos-, les escupan, o les persigan por las calles, ante el papel lamentable, obligados a jugar, defendiendo una mala causa, por eso, tal vez haya convocado un referendo, y veremos que sucede, pero si los europeos, trabajadores, ciudadanos, queremos salir de este desastre habremos de luchar por los Estados Unidos de Europa, como única solución viable, o por el contrario convertirnos en socios menores tutelados, unos por EEUU, otros por China o Rusia.

01/11/2011                                             jmrmesas

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