jueves, 27 de octubre de 2011

RECONOCER EL PROBLEMA


                                                RECONOCER EL PROBLEMA

Cuando en diferentes lugares del mundo y por diferentes motivos la gente se echa a la calle, porque desconfía de que se les tengan en cuenta, cuando los gobernantes se afanan en corregir los desaguisados que los mercados han cometido, y empieza a calar la idea de que se trabaja para engordar a un escaso uno por ciento, que son el sistema, aquellos en los que revierte el beneficio, que una especie de compleja red de capilares nutrientes, por los que chupan las riquezas generadas por el noventa y nueve por ciento social, quiere decirse que el desencadenante de la crisis, sea cual fuere, ha disparado una situación que trasciende el punto circunstancial que la motivó y se convierte en el punto de no retorno, porque todo lo dejado atrás, se ha demudado y empieza a configurar una época nueva. Quiere decirse, de otro modo, que se ha abierto un proceso global, un enfrentamiento social internacional, entre las viejas relaciones de producción y las nuevas fuerzas productivas, hallándonos en medio de un proceso revolucionario en el que se están cuestionando las viejas formas de disponer de los recursos y medios, por los actuales propietarios -ese escaso uno por ciento-, mientras en ese proceso abierto, la sociedad, fragmentada de múltiples maneras, (naciones, clases sociales, ideologías, etc.), se agita y se revuelve tratando de liberarse de una engorrosa carga, que le impide buscar alternativas para poder utilizar mejor y más eficientemente los recursos y medios disponibles, de modo que sean útiles a la mayoría de la sociedad.

Creo haber oído comentar a alguien, que un importante personaje de la banca pública, no se de que lugar, ha dicho que la crisis económica abierta en 2007, es una crisis sistémica, y leo en un artículo, que el columnista comenta, que ante semejante coyuntura, solo caben dos opciones, bien cambiar de sistema, bien modificarlo substancialmente, pero en realidad, se evita hablar abiertamente del final de un sistema agotado, solo útil para ese exiguo uno por ciento, y por lo tanto, no se reconoce el problema porque de hacerlo así, habríamos de plantearnos abiertamente, qué alternativa, qué buscar y para qué.

AQUELLOS BROTES VERDES

A las pocas semanas de iniciarse el frenético trasvase de dinero público hacia los bancos privados, en la que se oyó al inefable Sarkozy clamando por la reinvención del capitalismo, empezaron los incondicionales del sistema a ver la reactivación de la economía, catalogando cualquier atisbo de mejora como la nueva recuperación, fueron los brotes verdes; desde entonces acá, ha habido una moderación de las expectativas impuesta por los testarudos hechos y la anhelada recuperación se extiende y se demorará por un puñado de años porque crear empleo es muy problemático, y trataré de explicar porque, desde mi particular punto de vista.

La quiebra del año 1929, el histórico crack, se extendió por diez años, en los cuales, la situación del mundo se tensó hasta el límite y en 1939 comenzó la segunda guerra mundial. Este hecho fue la causa fundamental para la posterior recuperación económica iniciada desde el principio de los años cincuenta, pues la guerra liquidó el exceso de producción y supuso una enorme sangría de seres humanos, hechos estos, que no se quieren tener en cuenta, cuando se habla de crear empleo, como trato de explicar, ateniéndonos a los criterios y modos de ver de la concepción capitalista de la sociedad. La actual crisis es tan profunda o más que el histórico crack del 29, al decir de expertos economistas, pero entre aquella situación y la actual ha habido cambios substanciales que hacen más critica el actual momento del mundo; en primer lugar hay un factor capital, estamos a punto de alcanzar los siete mil millones de seres humanos; en segundo lugar hay un excedente de producción sin salida; en tercer lugar, crear empleo exige invertir, que no entra dentro del recetario de los recortadores; en cuarto lugar, y de producirse inversiones, ¿Qué producir? ¿Qué fabricar y para que?

El crecimiento de la economía durante los años 50, 60, 70 fue posible por la enorme tarea que supuso reconstruir Europa y buena parte del mundo devastado por la ferocidad de la guerra, así como por la construcción de los nuevos artilugios, coches, televisores, neveras, lavadoras, etc.,etc., que daban salida a las fuerzas productivas que tras la guerra, las nuevas tecnologías disponibles, se habían concretado en el transcurso del proceso bélico; en este nuevo escenario, el capitalismo triunfante, excusado es decirlo, el capitalismo estadounidense, puso las bases para homogeneizar el mercado, haciéndolo global, teniéndolo conformado a su medida.

Todo esto plantea los nuevos contornos de la crisis actual, el nuevo marco en el que se está dilucidando cual va a ser la salida de la actual depresión, porque el exceso de producción sin salida es un problema que se une a una enorme masa humana que no tiene empleo ni posibilidades de encontrarlo y que además, sigue creciendo, porque previamente habría, dada la lógica del sistema, que destruir el exceso, dicho crudamente, de material y de individuos, pero la cuestión está, a diferencia de antaño, en que las burguesías no pretenden disputarse un mercado, ya configurado y aceptado, sino realizar ajustes que no toquen la configuración lograda tal como es, porque no hay mercados nacionales, hay un mercado global, aceptado por todos, y una guerra por el mercado no tendría sentido. Estos datos, una masa humana sin empleo y en crecimiento, exceso de producción y un mercado aceptado, no parece que faciliten el rol que jugó, en el siglo xx, las guerras por el mercado, para encuadrar a la masa de desempleados enrolándolos en los ejércitos.

Abundando en este terreno, el estallido de la crisis, concitó un amplio acuerdo intergubernamental, prácticamente instantáneo, entre Estados Unidos y la Unión Europea para meter dinero público en los bancos, sin exigir a los banqueros ningún tipo de retorno, sin garantías, sin regulaciones, imponiendoles a la ciudadanía políticas empobrecedoras, porque todos eran conscientes del peligroso embate que hubiese supuesto tener una marea humana en la calle exigiendo explicaciones, lo que demuestra, una cierta percepción -de los gobernantes- de que el problema eran los ciudadanos y no los banquero, de ahí que, una cierta percepción del rol que jugaban los santuarios financieros, se materializase en la frase pronunciada por el presidente francés.

En una entrevista reciente al candidato del psoe, a presidir el consejo de ministros, en las próximas elecciones generales del 20N, se le pregunta por los paraísos fiscales y su contestación alude vagamente a una reunión tenida en Pittsburgh, pero sin ahondar nada y explicando mucho menos porque la cruda realidad es que, los santuarios del dinero son algo más que lugares para la evasión consentida del dinero generado por la sociedad y que los burgueses del mundo, ese escaso uno por ciento, esconde en los paraísos fiscales, porque en esos lugares se concreta y materializa una característica fundamental del capitalismo cual es la acumulación de capital, de dinero, que es la reserva material a cubierto, que le permite jugar en una amplia variedad de situaciones en su calidad de clase dirigente, sin estar sometida a cortapisas, lo que plantea un incomodo roce con su instrumento de dominación social, el estado.

EL ESTADO Y EL ESTADO DE DERECHO

El estado es el instrumento de dominio de la clase dirigente, en cualquier país, pero el estado es una herramienta de la sociedad, mediante la cual se trata de moderar las tensiones entre las diferentes clase y capas sociales, tratando de evitar que los enfrentamientos y luchas de intereses, necesariamente hostiles, terminen por devorar a la propia sociedad, a beneficio de los grupos más poderosos, (como ocurre en Méjico, en donde el estado es incapaz de controlar los clanes del narcotrafico porque parte del aparato policial y judicial está comprado por dichos clanes. Este esquema se ha manifestado en diferentes países del cono sur, incluso como ocurrió en Estados Unidos, durante un periodo de su reciente historia, -el caso más señalado fue la dificultad para controlar al ganster Al Capone, o incluso la manga ancha para controlar la actividad de la mafia en el negocio del juego en ciudades como Las Vegas. Otro tanto ocurre en muchos de los países africanos). Estos clanes imponen su particular extorsión, en donde pueden y la característica pretendidamente moderadora del estado para imponer límites obligados a la actividad de la burguesía en su comportamiento político, (esto es evidente en los países con estados fallidos, o en aquellos países donde el estado es débil, y sus funcionarios corrompidos, dificultan por si mismo, la labor arbitral del funcionamiento del estado), se encuentra dificultada por la obligación de respetar las pautas de funcionamiento, razón por la cual, el proceso de acumulación de capital, localizada en los bancos controlados, incluso en el mínimo sentido por la actividad fiscal del estado, mermaría la capacidad de independencia funcional de la acumulación de dinero, impidiéndoles, a la clase dirigente, la burguesía, su labor pretendidamente orientadora, al fiscalizar el estado, las sumas de dinero acumulado, teniéndola que gravar, con lo que esta función de garantizar la independencia, quedaría mermada, pues esta función de independencia que es la acumulación de dinero, sin un fin concreto, es la que garantizan los paraísos fiscales, verdaderos santuarios del dinero incontrolado.

Tras la SGM, la creación, tolerada de los paraísos fiscales, cubría esta independencia, que en principio fue un subterfugio para la elusión fiscal, pero que andando el tiempo, la burguesía pudo utilizar para orientar, de manera informal, la política de los gobiernos, y como la burguesía tiene que lidiar con el material humano, y precisamente, los humanos, son inteligentes, desconfiados, mendaces, -dados a la fabulación (la mitología de los diferentes pueblos del mundo lo corrobora), como componente de la psique humana-, la nueva época inagurada tras la conflagración mundial, dio lugar al concepto de estado de derecho, como garantía formal de igualdad ante la ley de todos los integrantes sociales, con lo que se pretendía lograr un concepto legitimador, pues no hay que olvidar que antes de la SGM, el crack del 29 en Estados Unidos y la situación pre revolucionaria en buena parte de Europa, y sobre todo, en Alemania, unido al fortalecimiento de una URSS, necesitaba este tipo de argumentos legitimadores para lograr la reconstrucción de buena parte del mundo, porque los estados, aparatos de dominación de la burguesía, no son de su exclusiva propiedad sino que deben manipular una herramienta, que no les pertenece, por completo, sino que necesitan de un amplio consenso para ser efectiva, y precisamente, la naturaleza fraudulenta, explotadora y mendaz del capitalismo, hacía necesario apartar la acumulación de la mirada escrutadora del fisco, inventándose la formula del paraíso fiscal, que garantizaba y garantiza la acumulación como factor de independencia, por eso, los gobiernos, encuentran siempre excusas para enfrentarse al problema y no habrá tasa tobin, ni itf -impuesto a las transacciones financieras-, y menos, cualquier tipo de regulación de los santuarios financieros, mientras no haya una movilización global por su desaparición, porque eso será el comienzo del fin de la burguesía como clase dirigente.

ESTADOS UNIDOS DE EUROPA

La naturaleza del estado como herramienta social que garantiza la supervivencia de la sociedad, para que esta no se agote en luchas intestinas, hace que la burguesía, sólidamente instalada en las naciones con instituciones muy estables, (Gran Bretaña, Francia, Holanda, Estados Unidos, etc.), mida mucho su capacidad de gestión represiva, y no obstante dominar el aparato del estado en todos sus recovecos, procuran no deslegitimar ni las instituciones que gestionan, ni exprimir inmoderadamente a la ciudadanía, pero, precisamente, la crisis ha venido a trastocar el funcionamiento social, sensibilizando a una enorme masa social que empieza a discrepar del funcionamiento del sistema, aunque no tenga muy claro los perfiles ni los objetivos, y esto es lo que configura la actual inestabilidad, y aunque muchos expertos digan que lo que está pasando en Europa, antes pasó en Méjico, o Argentina, o en cualquier otro lugar, ni la situación, ni las sociedades son homologables, porque Europa concentra el núcleo de las contradicciones, sociales, políticas, culturales, lingüísticas, religiosas, que se han configurado en el proceso histórico que dio lugar al nacimiento de las clases actuales, y el proletariado europeo tiene una experiencia, madurez y preparación que esta tensando la situación, impidiendo el acuerdo de los gobiernos para imponer y aplicar los recortes. Esto causa las tensiones que empiezan a ser ventiladas en público -Sarkozy Cameron- a propósito del euro, cuando Gran Bretaña se plantea abandonar el proyecto, y que hace pronosticar a especuladores como Soros, que el euro caerá y Europa entrará en depresión a menos que haya un esfuerzo común para dotarse de un tesoro único y una hacienda común, dicho esto, nada menos que por uno de los que ha atacado la estabilidad del euro a cuenta del dólar, porque desde Washintong, que es tanto como decir, el complejo militar-industrial, se veía el euro como una amenaza desestabilizadora del patrón dólar, mediante la cual la burguesía estadounidense se aseguraba una posición de predominio, en el conjunto mundial, al disponer de una medida de valor hecha a su capricho, y temía que la nueva moneda, desequilibrase su posición dirigente, pero con lo que no contaban, era con la respuesta social desatada por un conjunto de causas diversas, que al coincidir en el tiempo, han levantado una oleada de protestas internacionales, que si han coincidido en el tiempo, se ha debido al agotamiento del capitalismo, como medio material de asegurar un progreso sostenido, al menos, para el núcleo duro de la ciudadanía del mundo, que permitió al capitalismo la explotación de la periferia.

En este contexto, Europa empieza a deshacerse porque sus burgueses temen el potencial de la ciudadanía y prefieren tratar de lograr un acuerdo común, a costa de empobrecer a la ciudadanía en vez de construir los Estados Unidos de Europa, porque saben que si Europa se configura como una entidad, su papel como clase dirigente se vería eclipsada por una ciudadanía en ascenso y el potencial igualador de una nueva entidad -los Estados Unidos de Europa- impondría salvaguardar no solo la integridad territorial, sino condiciones sociales y políticas que garantizasen la fidelidad de un mosaico humano tan complejo.

Y es este proyecto, el debería de animar a la izquierda europea, tomando la iniciativa, recogiendo esa oleada de indignación generalizada en buena parte del mundo encabezando la organización de la lucha por los Estados Unidos de Europa, porque en los marcos nacionales no hay salidas, y si los burgueses europeos se vieran en la tesitura de tener que optar por algún tipo de unidad, necesitaran desesperadamente mantener los estados nacionales para contener a la ciudadanía, pero precisamente por ello, si la izquierda lograse tomar la iniciativa, segaría la hierba bajo los pies de la burguesía, evitando, de este modo, que la nueva discusión de los tratados base de la actual Unión Europea, se discutiesen en petit comité, como ha sugerido algún ministro alemán, y esta batalla es la que podría sujetar la tendencia disgregadora que se observa en el ambiente pre electoral, en donde los burgueses catalanes, por ejemplo, pregonan en sordina, la independencia, potenciando así la dispersión, sería pues, el elemento aglutinador que pondría las bases de una unidad,en la acción para lograr que la ciudadanía europea impusiera políticas intraeuropeas, proponiendo además, a los ciudadanos de otros países -estadounidenses, sudamericanos, africanos, árabes, etc.-, una alianza ciudadana internacional para la movilización por la erradicación de los paraísos fiscales, el retorno del dinero oculto para dedicarlo a la investigación científica a favor de proyectos de contenido social, por una enseñanza pública y gratuita, por la condonación de las deudas soberanas y por una moneda única consensuada, de tal modo que se pudiera dar un nuevo impulso a las fuerzas productivas, buscando nuevos modos y métodos, para abrir un nuevo tiempo de historia.

27/10/2011                                                 jmrmesas

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