viernes, 21 de octubre de 2011

EL MERCADO Y LOS MERCADOS



                                            EL MERCADO Y LOS MERCADOS

Definiré el mercado como ese espacio aleatorio en el que se realizan las transacciones comerciales, cuyas sedes físicas son los lugares donde se radican las bolsas, y que en nuestros días tiene su espacio común en internet; más esa calidad azarosa, que era la característica normal en los años iniciales del sistema capitalista, en los que predominaba la incertidumbre, ésta es cada vez menos azarosa y por tanto la incertidumbre es un factor cada vez más controlable, porque las nuevas tecnologías de la información y, sobre todo, las comunicaciones en tiempo real, la reducen y hacen posible una información fiable, con grados de precisión, muy ajustados, en objetivos concretos, propiciando el predominio, en ese espacio aleatorio, de los grupos más fuertes y mejor informados, sobre todo, si en su ánimo está presente un afán de querer influir, ese espacio aleatorio, en alguna dirección bien concreta.

La aleatoriedad, desde los años iniciales hasta hoy, ha ido perdiendo relevancia, mientras la ganaba la información y los grandes grupos financieros, interesados en dirigir el mercado en un sentido favorable a los intereses corporativos -no tendría sentido las inversiones en informatizar esos espacios, si favoreciera a todos por igual, ni tendría sentido la búsqueda de alianzas y fusiones de bolsas, sedientas de extraer capitales, si no favoreciese a unos más que a otros, como son los grandes grupos financieros-, y consecuentemente el crecimiento de las empresas multinacionales, no habría tenido un crecimiento tan acelerado, y en consecuencia, estos grandes grupos son las que influyen decisivamente en el mercado, y no, nosotros tomando decisiones, como se suele decir en los medios, para no ahondar mucho, o, como dicen otros, los jubilados que interviene en la bolsa, gestionando su fondo de pensión, tales respuestas, son contestaciones interesadas en desviar la atención del mercado, que por ese camino, terminarían descubriendo que no todos los mercados son iguales y que, pongamos, mil mercados (mil personas individualmente), gestionando un exiguo capital, no es lo mismo que un solo gestor moviendo millones de libras de los fondos de pensiones colectivos de los empleados de British Airways, digamoslo, a título de ejemplo; ni es lo mismo esos mil individuos gestionando un pequeño capital, con un conocimiento puntual del medio, que los grandes financieros y especuladores, cosmopolitas, que tienen casas en diferentes ciudades del mundo, y por lo tanto, conocen en profundidad el funcionamiento global del mundo de las finanzas, y lo que es más relevante, un entramado de relaciones privilegiadas con el poder, que les proporciona una capacidad añadida para perseguir un modelo de sociedad que les garantice su supervivencia como clase dirigente, por esta razón, un personaje como Soros, puede concitar el acuerdo de cien personalidades europeas que avalan la propuesta de un especulador, que ha sido el desencadenante del ataque al euro, y que ahora aconseja la recapitalización de los bancos europeos y la una unión de Europa, sólida, con un gobierno común; ¡Va a resultar que es un benefactor de la humanidad y que toda su actividad financiera especulativa, la hacía por nuestro bien!

La economía, ese entramado de relaciones con una dinámica propia, cuya aliciente impulsor es la ganancia, el lucro, y cuyo fruto inevitable es la interrelación de las fuerzas productivas, concepto marxista, que los expertos y publicistas favorables al sistema modifican apelando a la sinergia para esconder, que Marx supo desentrañar el modo de producción de mercancías, escrutándolo en detalle, tiende a la globalización, no solo de la economía, sino de todo aquello que tiene características comunes, como el conocimiento, la ciencia en cualquiera de sus facetas, y que esta dinámica globalizadora rompe nuestros esquemas de seres apegados al terruño, y desconfiados de todo lo que está más allá de nuestro horizonte, cuenta con estos otros elementos que gestionan la tendencia a la acumulación, y que permanece fuera de control porque reside en esa especie de contabilidad B, que manejan los bancos y cuya residencia legal son los paraísos fiscales, estos elementos cosmopolitas, digo, capaces de manejar esta enorme acumulación de capital, fuera de los circuitos normales del comercio, son los financieros, especuladores, que en constante movimiento y con un cúmulo de relaciones privilegiadas, fluidas, mueven cantidades de dinero precisas para hacer que el mercado se mueva en la dirección conveniente; esto supone un gobierno encubierto, cuyas consecuencias son, a veces de modo indeseado, el disparar las contradicciones del sistema y muchas veces haciendo que los gobiernos legales tengan que lidiar situaciones de enfrentamientos peligrosas al trastocar la situación social en condiciones de debilidad, ¿Se podría decir que el gobierno socialdemócrata griego defiende los intereses del partido? ¿Tal vez de Grecia? ¿No sería más exacto considerar que ese gobierno hace de gendarme de los planes de los especuladores?

El mundo se mueve en un ambiente propenso a la globalidad, y los políticos y sus partidos no se atreven a plantear este dilema a los ciudadanos porque se hayan atados a conceptos nacionales que creen poder manejar, cuando la realidad nacional está poderosamente influenciada por factores foráneos que no controlan, de ahí que los que se acercan al panorama digan que no hay políticas nacionales, (F. Toxo, en el mitin de Vista Alegre), pero sin ahondar en el problema, y esta situación no termina de ser percibida por la ciudadanía porque existen poderosas fuerzas inerciales de hondo contenido nacional que se va desmoronando lentamente, por causa del momento político abierto por la crisis económica-financiera de 2007-8, que ha gestado los movimientos sociales de la primavera árabe, o el movimientos del 15 M, o los occupy de Estados Unidos, cuyas primeras acciones coincidentes el 15 O ha sido un importante paso para tomar consciencia, de que realmente el 99% del mundo podría cambiar la marcha del mismo, dándole el contenido y la dirección anhelada.

Pero para eso los movimientos populares de masas tienen que madurar de forma y modo que penetren en el seno de la sociedad mostrandoles, a los ciudadanos y capas menos dispuestas y remisas, que un cambio positivo es posible a partir de propuestas de acción de contenido internacional, creando lazos internacionales entre los diferentes países en donde los movimientos populares estén echando raíces, para realizar propuestas concretas; este contenido internacional, hasta ahora, ha sido disparado por causas económicas negativas -la quiebra del Lehman Brothers, el ataque especulativo a la UE, vía euro-, que hay que darles la vuelta convirtiéndolas en positivas, mediante ese tipo de propuestas (sería importante recoger la propuesta del activista francés José Bové, sobre la desobediencia civil), sobre todo coordinar acciones internacionales por la erradicación de los paraísos fiscales, centro de la acumulación capitalista, aclarando la cuantificación de los capitales, su procedencia y propiedad, de igual modo habría denunciar haciendo público los bonus pagados a los directivos, tanto los que trabajan en el sector público como los que lo hacen en el sector privado, porque semejantes emolumentos no son solamente el pago por un trabajo, sino que tienen un contenido político al hacer que el dinero fluya hacia los privilegiados detrayendolo del montante destinado al reparto social, lo cual tiene como consecuencia un empobrecimiento general, que es un modo más de salvaguardar a la élite y mantener la chusma a raya, siendo así, como perciben los privilegiados a la ciudadanía.

Dar la vuelta a la situación exige apoyar los movimientos en favor de la enseñanza pública, así como la lucha de los estudiantes chilenos, que llevan meses luchando contra el gobierno de Piñera, así como la reciente lucha de los estudiante colombianos, indignados por la comprensión de su gobierno por la privatización de la universidad como negocio para el lucro.

Dar la vuelta a la situación implica estar atentos a la maniobras que el dúo Sarkozy Merkel, quieren realizar para volver a meter dinero público en la banca privada, amenazando como lo hace el presidente francés con el peligro de enfrentamientos entre países en el territorio europeo si el euro cae, o como dice la jefe del gobierno alemán, que si el euro cae caerá Europa, por eso, dar la vuelta a la situación requeriría de los movimientos sociales una explicita defensa de Grecia y de sus ciudadanos que están pagando los desastres económicos hechos por el anterior gobierno de la derecha, y por sus élites financieras, mientra todavía siguen saliendo rumbo a Suiza doscientos mil millones de euros, implica igualmente, como queda dicho más arriba la denuncia de las empresas, sus administradores y dueños que desvían los beneficios hacia los paraísos fiscales, no todos en exóticos lugares, algunos como Holanda y Luxemburgo, forman pare del núcleo inicial de la Unión Europea.
Es preciso un esfuerzo intelectual para transmitir a la ciudadanía, por parte de los políticos decentes, que en las filas de la izquierda, luchan, y también desde todas las organizaciones alternativas, que luchan por romper este circulo infernal en el que se ha convertido el capitalismo en estos comienzos del nuevo siglo xxi, la necesidad de romper un sistema podrido, que ha dado histórica y socialmente, todo el desarrollo útil, posible dadas las limitaciones de un sistema que tiene que coexistir con unos medios sociales y tecnológicos, que estaban fuera de cualquier cálculo posible de prever en sus inicios, pero que ha engendrado, en el transcurso de su desarrollo existencial una clase y una élite de privilegiados, que son los que manejan las palancas y medios de control del sistema, arrogándose unos poderes, que el 99 % de la sociedad debe, por el bien común de relevarles de tan peligrosa tarea, pensando en cómo aplicar en la realidad cotidiana ese saber compartido, que tan generosamente se manifiesta en internet, -recojo la idea de T. Negri, que me parece muy acertada- para aplicarlo a una nueva economía y una nueva producción, porque tal vez la humanidad tenga metas más sublimes que acometer, en vez de matarnos unos contra otros.

21/10/2011                                             jmrmesas

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