lunes, 17 de octubre de 2011

ROMPER EL SISTEMA: PREVENIR LA GUERRA


ROMPER EL SISTEMA: PREVENIR LA GUERRA

Esta crisis es la crisis, con lo que quiero decir que tras esta crisis no vendrá una etapa de prosperidad y crecimiento, como aconteció con las otras crisis precedentes, sino que en la actual etapa en la que estamos, con una capacidad de interrelación de las condiciones del sistema tensadas al máximo, no es posible esperar ese crecimiento porque existen condiciones subyacentes que no han sido corregidas y por lo tanto siguen gravitando amenazadoramente en busca de la estabilidad necesaria para encontrar el equilibrio compensador.

El sistema capitalista, como conjunto de elementos diversos, desde los estados burgueses, acompañados de todo el entramado internacional de instituciones políticas, comerciales, económicas, financieras, sociales y culturales, hasta la más mínima porción de su estructura, tienen como objetivo común, garantizar la supervivencia de la burguesía como clase rectora y eso hace, como acertadamente expresa el movimiento estadounidense occupy wall street, sentenciar que el 99 por ciento de la sociedad trabaje en beneficio de ese uno por ciento, que tomado en conjunto, sería aún inferior a ese porcentaje -alguna pancarta vi en la manifestación de Madrid del 15 O, aludir al 1% que se aprovecha del 99% de la sociedad-, pero que ese concepto, tan excepcionalmente claro, penetre y cale en las consciencias de los ciudadanos, en todo el mundo no será tarea fácil, cuando hay, en el entramado internacional, una potente industria mediática, de la que la Fox del potentado Murdoch, puede ser el ejemplo, destinada a mostrar una realidad prefabricada, que oculta la verdadera realidad para seguir manipulando las consciencias de las personas, a beneficio del sistema, y cuando se espera un gesto, de algún dirigente, tomado por responsable, y por tanto, fiel a las promesas, que aseguró no defraudar, llegado el caso, se encuentra en la tesitura de tener que optar, este, se define por el sistema, porque convencido de la magnitud de su decisión, rehuye el enfrentamiento con el sistema, porque eso le deja solo: le pasó a Zapatero, le está pasando a Obama y veremos, si llegado el caso, le pasaría a Rubalcaba; le pasó a Iniciativa per Catalunya, cuando Joan Herrera, tuvo que entrar en el Parlament, escoltado, cuando si se hubiese quedado fuera, con los suyos, habría mandado un claro mensaje de haber cortado, en ese momento, sus lazos con el sistema, pero lívido y demudado, entró, dejando a los suyos fuera, mientras el sistema se congratulaba de una representatividad contestada.

Esta crisis es la crisis, porque las fuerzas productivas han llegado al tope posible en las condiciones del capitalismo actual y un reputado economista J. Stiglitz plantea la dificil resoluión de la misma, dado que la enorme productividad generada tanto en Europa como en Estados Unidos y la consecuente necesidad de detraer mano de obra de los sectores fabriles hace difícil generar empleo, que en la presente situación, es clave para relanzar la economía en estas sociedades, lo que quiere decir, que un exceso de mano de obra ociosa y sin recursos, históricamente ha sido la causa que unida a ese exceso de productividad, encontró su equilibrio en las guerras que se generaron en Europa en la primera mitad del siglo xx.

Esta es una causa, la otra causa es el desorden en el mundo financiero, en donde los gobiernos europeos no paran de meter dinero público en los bancos privados, mientras recortan medios y prestaciones a la ciudadanía, y ambas causas no pueden tener un desarrollo armónico mientras millones de ciudadanos desocupados y sin expectativas, agotan los exiguos recursos esperando una mejora que no llegará sin que desde la ciudadanía se tensen todas las fuerzas para hacer que el sistema se rompa, por esos en las manifestaciones se observa un ambiente festivo y de alegría, porque no se percibe el peligro mortal por el que atraviesa el sistema, pero que si se mira con detalle se percibe en los cultivadores del fascismo que en España, el periodista José María Izquierdo recoge en un libro, donde los sanchezdragó, sostres, dávilas, los santos y otros tantos, atizan la hoguera echando leña al fuego, propiciando esos testimonios, que luego años más tarde aparecen en las cunetas de los caminos de España, con el cráneo perforado por el tiro de gracia de los fascistas, amamantados por estos cultivadores del fascismo, y luego, a los deudos les llaman resentidos; esta reacción de los plumíferos, pagados por sus ricos amos, son las señales que evidencian la proximidad de choques sociales, porque los mercados no abandonaran por las buenas su decisión de hacer política sin necesidad de utilizar los parlamentos, por eso digo que no es solo aquí, pues en Italia un numeroso grupo de violentos, que algunos suponen policías disfrazados -si eso fuese cierto, los sindicatos policiales, denunciarían esas maniobras, que denigran a los agentes, convirtiéndoles en sicarios- reventaron una pacífica concentración de 200 000 manifestantes, e impidiéndoles, precisamente lo que desde el poder se teme, una concienciación colectiva de la ciudadanía, que se empieza a organizar para frenar el expolio al que nos someten los poderosos.

Esta crisis es la crisis, porque si las anteriores se resolvieron acudiendo al persuasivo poder de los cañones, esta crisis, empieza a ser dibujada con tintes de guerra, y en los artículos periodísticos, en debates en los medios, se deslizan comentarios como guerra comercial, o guerra de monedas, y de ahí a que el comentario empiece a calar y se transformen en discursos en los que se aludan a maniobras supuestas de este o aquel gobierno, queriendo enfrentar a unos contra otro, median muy pocos pasos, porque el sistema, el capitalismo sabe sortear esos peligrosos escollos y supervivir, y para evitar su hundimiento no tendrá ningún escrúpulo en fabricar una guerra donde liquidar todo exceso de mercancía, incluida la mercancía humana, que eso es lo que somos, para ellos, las personas, mientras entona cánticos, en lo que glorifica a dios y sus ángeles; todos, seamos europeos, africanos, americanos del norte o sur, todos debemos estar atentos y vigilantes, porque estos momentos son propicios para iniciar tentativas que dispersen la atención de la ciudadanía mundial apartando su atención de los mercados, distrayendola con todo tipo de maniobras, para que ellos puedan seguir empeñados en organizar nuestro futuro, por esos debemos estar atentos y vigilantes para evitar y combatir todo intento de resolver la crisis recurriendo a la guerra, por eso ahora más que antes, ahora, que empieza a extenderse una pacifica movilización ciudadana global, hemos de procurar extenderla al máximo, permeándola de los conceptos que nos afectan a todos, porque nos unen contra ese exiguo uno por ciento de riquísimos dueños de complejos industriales y bancarios, los mercados, y para eso hemos de exigir la erradicación de los paraísos fiscales, el retorno del dinero oculto para dedicarlo a la investigación científica a favor de proyectos sociales, a favor de una enseñanza pública gratuita y de calidad, para dedicarlo a la economía productiva; por la condonación de las deudas soberanas de todos los países, y por una moneda mundial que sirva para facilitar el comercio mundial sobre bases justas.

Porque somos los que de verdad pagamos impuestos, porque somos ese noventa y nueve por ciento que hace que la sociedad funcione, y porque además, tenemos razón, hemos de tensar todos nuestros esfuerzos para romper un sistema perverso que se sostiene sobre la industria militar y la fabricación de guerras y pillaje, por eso debemos esforzarnos en cultivar lo que nos une contra los cultivadores de fascismos y guerras. Estemos prevenidos.

17/10/2011                                                     jmrmesas


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