martes, 8 de noviembre de 2011

SALIDA DE LA CRISIS



GRECIA

Oigo, en el autobús a dos mujeres jóvenes, hablar sobre la salida de la crisis griega. Iban sentada delante de mí, hablando de política y parecía que querían ser oídas, evidentemente, era una conversación privada, pero su conversación despertó mi curiosidad, y terminé preguntándome, ¿Es posible creer que Grecia tiene salida?, y a continuación reflexionaba sobre si tiene salida España, porque el fondo de la cuestión, es si hay salida para un país europeo de la UE, fuera de la UE.

Responder, qué sí, o qué no, sería una contestación poco aclaratoria, porque, inevitablemente,salir de la UE, no sería la desaparición de Grecia, pero remontar una situación como la griega, le supondría a los endeudados griegos, una serie de penurias, durante una larga serie años, sin garantías de mejoras, porque para hallar la respuesta, con un mínimo de garantías, sería necesario comprender el proceso que nos ha traído hasta aquí.

Algunos analistas comparan la salida de Grecia del euro, con la de Argentina del dólar, cuando esta tuvo que improvisar el corralito para lograr rehacer un mínimo de tesoro nacional, sin tener en cuenta las diferencias entre Argentina, 20 veces más grandes, y por tanto con más recursos que Grecia, por lo tanto, me parece, que para tener una idea, lo más ajustada posible, es necesario ver cual ha sido el camino recorrido, que condujo a Grecia hasta la UE.

En principio, me parece conveniente establecer un pequeño esbozo del desarrollo por el que ha venido atravesando la historia, para comprender que la actual situación es el resultado de un proceso inmodificable, en cuanto a que son los datos del problema; en este proceso histórico, la espontaneidad ha configurado los comportamientos idiosincráticos de los diferentes países; esa espontaneidad, en la medida que se producía en un ámbito concreto, sin relación con los vecinos, o como mucho, con relaciones esporádicas, ha permitido creer que los comportamientos nacionales pueden estar, indefinidamente cortados de los de nuestros vecinos, porque en los comienzos, una escasa población humana, sin apenas contactos, permitía el crecimiento y desarrollo con todas las referencias centradas en el propio grupo. Con el transcurrir del tiempo, el aislamiento fue cediendo y las interrelaciones ganando importancia, y con ello quiero decir que la UE es el resultado concreto de un proceso iniciado, sin el propósito definido de unificar Europa, sino con el propósito de las diferentes burguesías europeas de asegurarse un mercado común, porque el crecimiento de todos los factores hizo que los territorios nacionales, empequeñecieran, rebasando las fronteras de los estados nacionales.

Por lo tanto, el resultado actual de este proceso, es fruto de una necesidad histórica, que se ha desarrollado, con las cautelas y temores de las diferentes burguesías, recelando entre sí, porque venía inscrito en el precedente de dos contiendas mundiales separadas por un corto periodo entre ambas, de ahí la complejidad legislativa para defender el mercado, garantizando su preponderancia e intereses, mientras que la población, temida por todos, -esas mismas burguesías nacionales europeas- se ha sentido ajena desde el principio, mostrando indiferencia, y no pocas veces, desagrado.

Como fruto de esta necesidad, de un lado, y de otro lado, la desconfianza hacia la abigarrada población, se creó el euro, eludiendo la necesidad de crear un estado, con sus atribuciones para garantizar la hacienda común, con su correspondiente fiscalidad común, porque posiblemente se creyera que de este modo, se pudiese facilitar una integración, entre los diferentes territorios, con el paso del tiempo.

Probablemente, el esquema, podría haber funcionado, si hubiese tenido el tiempo y las condiciones necesarias para prosperar, pero, ni la burguesía competidora -en EEUU- ni las condiciones económicas, de un mercado globalizado por EEUU, podían permitir el experimento de la unificación de Europa, y el resultado es el que está a la vista.

Dicho esto, desde mi particular punto de vista, resulta evidente que Grecia no tiene futuro, fuera de la UE, como no lo tendría España, ni Alemania, el país más encumbrado de la UE, porque si la necesidad histórica, creó un tipo de estructura económico-política, -la UE- quiere decirse que, en otras circunstancias y con otros elementos, podría haberse creado otro tipo de estructura, pero el tiempo del mercado contenido en el estado nacional, ya no es posible, y cada vez las interrelaciones propenderán hacia agrupamientos económicos y políticos más complejos e integrados, transformando la socialización de la población, de propiedad privada del uno por ciento, en la propiedad del planeta y sus recursos en propiedad social del conjunto humano, esta será la dicotomía, socialismo o barbarie, porque volver a las naciones europeas con fronteras llenas de aranceles resultaría, sencillamente insostenible, para volver, de nuevo a empezar, en un tejer y destejer penelopiano del cuento homérico.

G-20

La última reunión del G-20, en Francia, tuvo como la causa formal, para la convocatoria de dicho encuentro, anunciado públicamente, como la necesidad de articular una salida para Grecia, (que es el motivo instrumental para llegar a acuerdos más profundos y velados, que por tanto públicamente, no están en la agenda, como la regulación de los paraísos fiscales, la justicia fiscal, el sistema monetario, o el sistema financiero y su regulación), terminó sin llegar al objetivo propuesto. ¿Por qué?
El objetivo de ocultar estos otros puntos es evitar que el gran público, la ciudadanía, tome en consideración que estos otros temas, -reiterando, sin desmayo: sistema monetario, sistema financiero, paraísos fiscales, justicia distributiva- que solo manejan los expertos, y los grupos concienciados de organizaciones sociales y políticas sin una solida imbricación en las organizaciones de masas, -por ejemplo, ATTACK- sigan permaneciendo en la sombra, para poder componer medidas, alejadas de la presión popular, precisamente, por el incontenible poder disolvente, a la que se verían sometidas las burguesías nacionales, incluida la estadounidense, si estos temas estuviesen en la agenda y por tanto, ventilados por los sistemas periodísticos -radio, televisión y prensa escrita- que inevitablemente popularizarían, cifras y datos, que los poderosos presionan para mantener ocultos, o cuando menos, redactados de manera retorcida, para dificultar que la ciudadanía se entere, como ocurre con los informes de la ONU sobre el reparto de la riqueza en el mundo, redactados en los últimos años.

La dificultad de llegar a acuerdos, respecto a Grecia, está, estrechamente relacionada en la dificultad de llegar a acuerdos respecto a estos otros temas ocultos, pero determinantes para conseguir salir del angustioso desfiladero por el que se está tratando de encauzar el entuerto de la crisis económica abierta en 2007, y como no hay acuerdos, en los temas de fondo -insistiendo, sistema monetario, justicia fiscal, paraísos fiscales, sistema financiero-, no hay acuerdo en la forma, la crisis griega, porque estos temas condicionan la salida, por eso, Brasil -D. Rousseff- puede decir que si los europeos no se toman en serio incrementar el fondo -el billón de euros-, por qué lo tendría que hacer ella, o por ejemplo, los chinos, se preguntan, por qué tendrían que salvar a Europa, dicho esto sin ánimo de ser exhaustivo, y aún no se darán prisa, porque ellos -los burgueses- están más cohesionados tratando de insuflar vida en el moribundo capitalismo, que ese 99 %, cuya lucha aún no tiene consciencia clara de que estamos al final de una era y el comienzo de otra.

Estas dificultades tienen su vertiente europea en la imposibilidad de transformar el BCE en el equivalente de la reserva federal, porque el banco emisor estaría en manos de Alemania, (eventualmente, en manos de un país determinado, alemán, francés, inglés), y no en manos de un poder central, responsable ante ante un parlamento central, con capacidad de controlar al gobierno central: se imaginan a un presidente sueco teniendo que responder ante el parlamento del abandono de Grecia, o de las dificultades de Brandenburgo, ¿Sería posible la gobernanza con una sociedad europea políticamente bien estructurada y articulada en partidos, asociaciones, sindicatos, ampliamente politizados? Evidentemente sí; lo que sería muy difícil sería el tomar a la ciudadanía por estúpida y manipulable.

Lo que resulta cada vez más escandaloso es el desvergonzado expolio de las riquezas nacionales por parte de banqueros y especuladores que han conformado el sistema para robar a la ciudadanía, que hace decir a los elementos decentes del sistema, lo injustificado e inasumible que resulta, pero no se trata de caridad, sino de justicia, primero, porque la riqueza generada lo es en un proceso social; segundo, porque el 99 % social, contribuye pagando impuestos, cuya carga impositiva es incomparablemente superior que la de los banqueros, especuladores y grandes fortunas; tercero, porque en la medida que cotizamos, somos los auténticos dueños con derecho a proponer y decidir como hay que organizar la sociedad, para que esta, resulte favorable, al menos, al 99 %, y eso sería justo; cuarto, porque el sistema capitalista nos está llevando a un desastre humano y ecológico al disponer de los limitados recursos del planeta, como si estos fueran inagotables, y quinto, porque la complejidad de nuestra sociedad, ha hecho del planeta un espacio muy interdependiente, cuyo equilibrio natural, empieza a estar seriamente deteriorado, y aquella espontaneidad, que estuvo en el arranque del proceso histórico, ha de transformarse en comportamientos meditados y medidos porque el frágil equilibrio natural es determinante para el mantenimiento de la vida.

ELECCIONES

Según las encuestas, doce millones de personas vieron el debate de los dos candidatos a primer ministro, de entre todos los posibles, porque hay más partidos, a los que estos dos partidos, PP, PSOE, impiden, manteniendo una ley electoral, claramente destinada a favorecer el bipartidismo; la pluralidad de opciones, como lo es la propia sociedad, sería buena, y sería bueno facilitar la expresión de esa pluralidad, como elemento de cohesión, a pesar de la aparente contradicción, porque la pluralidad generaría interés político y democrático, mientras que el bipartidismo, genera apatía, inhibición, desinterés, pero dicho esto, poco se puede esperar de los candidatos, para solucionar los problemas generados por el maremoto económico; ninguno de ellos tuvo valor para adentrarse en el tortuoso camino que ha dado lugar a la crisis, ninguno de ellos se atrevió a explicar su visión, no de Europa, o de la UE, sino que papel debería jugar España en Europa, ninguno de ellos se atrevió a mencionar el problema de los paraísos fiscales, ni de la significación del movimiento de ocupación de lugares y plazas públicas (indignados, occupys), ni del sistema monetario, es decir, estos grandes problemas se hurtan al debate porque entrar ahí es cosa de los obamas, merkel, sarkozys, los cuales los discuten sin luz ni taquígrafos, porque estos temas no pueden ser aforados, porque igual igual, la ciudadanía sabría resolverlos.

Las elecciones del 20N, no arreglaran estos importantes problemas, porque el giro copernicano que hay que imprimir a la lucha política vendrá de que estos movimientos que surgen cada vez más dispuestos a ser tenidos en cuenta, sean capaces de establecer alianzas internacionales para movilizar a la sociedad saltando entre continentes y océanos dirigiendo su impacto contra el núcleo duro del poder de los burgueses: los paraísos fiscales y su erradicación, santuarios del expolio de los ciudadanos, por el retorno del dinero oculto, dedicándolo a la investigación científica a favor de la sociedad, a la enseñanza pública, a la economía productiva, por la condonación de las deudas soberanas, monstruoso chantaje a los pueblos del mundo, y por una moneda única; si este tipo consignas las hacen suyas las masas, los movimientos ciudadanos, los partidos alternativos, los sindicatos, entonces entraremos en vías de solución, de lo contrario, nos quedaría un largo y tenebroso camino, porque el 99 %, no encuentra un modo común de expresión.

08/11/2011                                              jmrmesas

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