jueves, 28 de abril de 2011

P E R S P E C T I V A S



La Unión Europea es la demostración negativa de la falta de empuje de los burgueses de Europa para resolver el cúmulo de contradicciones que tiene este continente, que no es diferente del que tienen otros continentes, pero que aquí, en Europa, el continente posee la base esencial para resolver estas contradicciones si contara con una dirección capaz de transmitir el mensaje de fin de etapa que es el contenido de los nuevos tiempos.

La base material a la que me refiero es la sociedad, el conjunto humano que es el soporte para la construcción del nuevo orden, y que la falta de claridad de una clase dirigente atada a viejos modos se incapacita para comprender por donde pasa el hilo que teje el nuevo cuadro de la historia humana; la Unión Europea es una realidad que expresa el esfuerzo combinado de un nucleo de dirigentes burgueses por armonizar intereses contradictorios entre los diferentes países que empezaron a levantarse penosamente, tras una guerra que demostró el fin del predominio europeo en la dirección de los asuntos del mundo; a partir de ahí, el nucleo burgués que tomo consciencia de la imposibilidad de apoderarse de la dirección política de Europa a beneficio de una determinada nacionalidad, empezó a dar pasos, pequeños y cautelosos coordinando políticas sectoriales y que en el devenir se concretó en la actual Unión Europea; esta, desde el comienzo estuvo cortada y alejada de cualquier interés popular, pues no era esa la finalidad que se perguía, y solo cuando los eurocratas comprendieron que construir un mercado implicaba la participación de una población que le era ajena, intentaron remediarlo queriendo hacer una constitución europea, que la burguesía temió porque se veía desbordada y la ciudadanía no le prestó su apoyo más que a regañadiente porque no terminaba de convencerla como garantía sino más bien como cortapisa.

Pero quiérase u ódiese, la Unión Europea, hoy por hoy, regula nuestras vidas con una capacidad que es subestimada por los propios europeos, incapaces de mirar fuera de sus fronteras porque toda la información deformadora que reciben desde la derecha y desde la izquierda se inscriben dentro del marco nacional, precisamente, cuando la globalidad es la que configura las políticas nacionales, dejándoles a los mercados, todo el inmenso campo sin que nadie objete la más mínima alternativa, y esto lo digo porque las palabras del compañero Anguita, en su conferencia-debate en Madrid no terminaron de convencerme en tanto que su propuesta de ruptura de la actual situación adolecía de la necesaria base política e ideológica que de ninguna manera, tampoco daba su aceptación del articulo de Monereo respecto a una alternativa proviniente de la otra orilla del Atlántico; asumiendo la propuesta de ruptura del compañero Anguita, esta estaría más acorde -la ruptura- con otro articulo, este deÉric Toussaint, que si toca el núcleo del problema, a mi modo de ver, determinante,
aunque, en mi opinión de manera tangencial.

El núcleo del problema es Europa, y la manera tangencial, en que se refiere a Europa estriba en que, a mi modo de ver, ni Toussaint, ni Álvaro Rein, mencionan que el ataque desencadenado contra el euro, por los mercados, y con los mercados quiero referirme a la burguesía estadounidense que forma el complejo militar industrial, cuyo recorrido es universidad-empresa privada-gobierno-empresa privada- no es una maniobra simplemente financiera, sino que es una maniobra estratégica de amplio contenido tendente a desmoronar el tímido intento que comenzó siendo la EFTA/CECA y que devino en la Unión Europea, porque ven ganar protagonismo social a las masas europeas aún faltas de dirección política, social e ideológicas, y por eso mi desazón es que, cualquier idea de ruptura, que desde la izquierda no de respuesta al cúmulo de contradicciones presentes en Europa, no podrá responder adecuadamente al ataque del complejo militar-industrial USA, y mucho menos ser la alternativa a los nuevos tiempos que se abren en los comienzos del siglo xxi, lleno de posibilidades, porque el modo de producción mercantil está, históricamente, caducado, incapaz de responder a las necesidades que plantea un mundo que ha cambiado drásticamente, y que solamente proponiendo ante la ciudadanía mundial su enfrentamiento contra la deuda nacional, exigiendo la condonación universal de esta, pues es usada como chantaje contra los pueblos para justificar el empobrecimiento colectivo, como será posible crear el clima de ruptura de la ideología capitalista basada en la explotación esquilmadora, por eso ese enfrentamiento contra la deuda debe ser acompañado de la exigencia de la erradicación de los santuarios financieros, los paraísos fiscales, y sobre todo de una reforma fiscal para que paguen los grandes empresarios, banqueros y millonarios; del necesario instrumento para evaluar el trabajo, una moneda mundial, porque las fuerzas productivas son globales, los mercados globales y el capital, global, por eso, mi desazón al escuchar al compañero Anguita, me pareció, moralina carente del contenido político que si tocan tangencialmente Toussaint y Alvaro Rein, por lo demás, hay que romper con el sistema, y el modo nos lo ofrecen los pueblos árabes y magrebíes, especialemente en Siria, como antes Túnez y Egipto y tambien Yémen y Bahrein, demostrando su necesidad de vivir y sentir los cambios, pero todo esto está por estrurturar y organizar políticamente, y esa dirección hoy por hoy no existe.

28/04/2011                                                              jmrmesas

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