domingo, 3 de mayo de 2020

UNA LARGA MARCHA







UNA LARGA MARCHA
¿HACIA DONDE?

Vaya, vaya picaruelos. Os habéis colado en mi cubil. Ya me lo figuraba yo pero, ¿tomarme el pelo?, pues hasta me ha parecido diver. En fin, al lío, que no se cuanto tiempo me queda.

MANUAL DE INSTRUCCIONES

Pues resulta que se ha debido de perder, o lo mismo es que nunca tuvo. Igual igual, el que sustituya al que sustituya al que está agonizando va con manual, pero hasta aquí los modos de producción que se han sucedido en la historia han venido sin manual de operaciones, osea que en el comienzo del invento cada cual se apañaba con lo que tenía a mano. El ingenio humano fue mejorando la herramienta y cada cual en su tarea fue afinando y así se han ido sucediendo desde los tiempos remotos hasta hoy. Cada cual en su oficio. Y los oficios más favorecidos han sido los más alejados del día a día, pero las legiones de oficiantes de lo cotidiano, los que creaban y crean la riqueza, los vinculados a la rutina diaria, para esos creadores de riqueza, la vida siempre era la misma, aunque esta cambiaba imperceptiblemente con cada jornada, sin que ese cambio fuese percibido. Todo parecía como siempre, pero nada era como antes. Esta contradicción es determinante porque permite a la élite operar, dirigir, mandar, legislar, juzgar, gobernar, medrar.

La crisis económica es muy profunda, particularmente profunda en EEUU que deslocalizó una colección de corporaciones consideradas de segundo nivel. Todos los que se dedican al asesoramiento financiero convienen en admitir que deberá haber cambios en la economía, y aunque esta es una opinión concreta, que el autor avisa que debe tomarse con criterios educativos, me resulta interesante porque los juicios que vierte pueden ser compartido por una amplia variedad de expertos aunque cada cual lo interprete desde ópticas distintas. Que la capacidad de resistencia económica de un amplio sector de familias de EEUU –también de Europa, y no digamos de países con recursos más limitados– no podrán aguantar esta crisis es una evidencia inocultable. Que la quiebra de la confianza de la sociedad USA –también de Europa y más allá – en el sistemas no se recuperará de un día para otro, porque más de 30 millones de empleos perdidos en unas semanas no se recuperarán en el mismo tiempo es una obviedad, que no podrá ser disimulada por mucho cuento que se le eche. Este experto vaticina años, y dependiendo de conceptos, décadas. Décadas de sufrimientos sin opción de mejorar. Que la quiebra de confianza en el banco central, la Fed, creará resentimiento porque ha rescatado a las grandes empresas y no a las familias o pequeñas empresas apalancadas es igualmente una suposición fundada que levantará oleadas de indignación. La pregunta que debemos hacernos es...

¿QUÉ CONCLUSIONES DEBEMOS SACAR?

El desarrollo desigual y combinado, una premisa correcta, porque en el inicio de la industrialización era una evidencia funcional, terminó siendo utilizada para evitar entrar en la interpretación de la necesidad del internacionalismo para que la diferencia económica entre sociedades no supusiera, no terminara ocasionando una separación de los trabajadores en categorías diferentes que desuniera a la clase trabajadora, porque eso fue lo que hizo fracasar las votaciones de los créditos de guerra en Alemania y Francia.

Finalmente se canalizó para justificar la construcción del socialismo en un solo país –que tan desfavorables resultados trajo a la URSS–, invocando la coexistencia pacífica que aseguraba el dominio de la burocracia, que estaba por encima de la clase obrera, por encima de la sociedad soviética cohibida, minimizada, ha demostrado por vía de hechos la actualización de las fuerzas productivas en los países industrializados, solo que sin consciencia de ser la misma clase obrera, porque el cierre patronal encubierto con el virus del covid 19 ha conseguido mantener la economía funcionando a medio gas mientras actualizaba y sigue actualizando sus balances, como primera medida.

Ha conseguido disciplinar a la ciudadanía, al pueblo trabajador, reduciendo su movilidad y atemorizándolo con el resurgimiento del virus “que puede evolucionar para ser menos letal, porque quiere hospedarse en un ser vivo, no matarle”, que supone una amenaza constante, una espada de Damocles, siempre pendiente de un fino hilo, en segundo lugar.

Ha conseguido una silenciosa proeza bélica sin disparar balas de plomo aunque sí biológicas porque la difusión del virus ha sido una operación militar de precisión, en tercer lugar.

En lo tocante a España, el virus ha golpeado con crudeza a Madrid, sede del gobierno del Estado, un gobierno que no gusta a la derecha, que tuvo roces con Trump, a cuenta de las exportaciones agrícolas y Barcelona, sede del gobierno municipal de unidad popular, mientras en Andalucía ha sido más benévolo, lo que a mi modo de ver, supone intención calculada.

Es decir, existe una homogeneización social, cultural y económica que demandan criterios de funcionamiento económicos capaces de hacer que las fuerzas productivas se combinen de otro modo para que estas cumplan otros criterios diferentes de los de un mercado hiperconectado, sin campo para operaciones autónomas que justifiquen un remedo de competencia cuando la hiperconexión anticipa todas la posibilidades de la competencia. Solo queda la especulación económica, algo menos lógico y por tanto más caro de predecir. Por tanto, tendente a volver a reproducir el esquema de crisis sistémica que acompañará al modo de producción mercantil en su etapa decadente y monopolista. ¿Se está tomando nota? ¿Se percibe la causa objetiva? Mo no po lis ta. Es decir, la inversa objetiva de la privatización, que objetivamente supones diversidad, luego si el sistema tiende, objetivamente a la centralización, a la planificación monopolista se está produciendo una contradicción, que objetivamente tiene tendencia a reducir la producción, por tanto dificultando el crecimiento de las fuerzas productivas que forzosamente han de recluirse en la producción de armas de destrucción masivas, entre las que se hallan, en esa maldita panoplia la sección de las NBQ, y las más recientes de la ciberguerra.

La sociedad no se plantea nunca problemas que no pueda resolver. Esta música seguro que le suena a más de un avisado estudioso, luego si de alguna manera se está planteando el problema quiere decirse que existen medios objetivos para solucionarlo, aunque la solución exige concreciones y voluntad política de abordar los inconvenientes derivados de una serie de variables de difícil calibración ya que afecta a los límites geográficos de los Estados nacionales, y eso exige de la izquierda realmente existente, a escala macro y micro cooperación, colaboración, solidaridad y empatía, para soldar una clase obrera desorganizada, desinternacionalizada porque la coherencia de la socialdemocracia, donde residía el marxismo organizado, se llenó de bernsteins, eberts, noskes y otros carreristas y perdió esa coherencia por dos guerras mundiales llevadas a cabo en el territorio de Europa, ¿Extraña que Europa no resulte fiable para los europeos de América del norte? Que la élite no lleve el agua a su dios medrante molino dependerá de la voluntad política de discutir los criterios objetivos deducibles de los acontecimientos, actuales y menos actuales, pero nunca prescindibles.

En términos populares esta contradicción se expresa diciendo que somos el 99 por ciento que labora para un uno por ciento. Esta es la contradicción que obliga enfrentar las penalidades a la mayoría social porque objetivamente todo lo que supondría beneficio y armonía para un planeta que ha producido una especie inteligente, esta sigue comportándose –no obstante– con criterios primitivos porque la élite, que en la división social del trabajo se ha visto liberada de las tareas cotidianas se dispuso a medrar por encima de todo.

Por encima de todo y a cualquier precio se inventó una superestructura que favorecía lo individual sobre lo colectivo, magnificándolo hasta el extremo de crear héroes, príncipes, reyes, sultanes, profetas, califas, dioses y tribunos, arte y literatura, mitos y leyendas, poesía y música, pintura y escultura, que glorificaba al héroe, al individuo, mientras la gleba, el pueblo llano, el que estaba y está ligado a la rutina, que es la que produce los cambios imperceptibles, pero que es la que terminan generando contradicciones imparables que empujan a cambios que varían el curso de la historia no hacía otra cosa que trabajar, crear riqueza, que siempre la atesora una minoría. Los impuestos siempre los ha pagado el pueblo llano, incluidos los tributos que el señor feudal pagaba al soberano y es hora de cambiar porque la riqueza producida en común debe tener y tendrá a la humanidad como legitima propietaria.


Aquí tenemos un trabajo objetivo realizado con rigor intelectual por un documentado analista que ha examinado las finanzas del capital financiero, que coincide con el de otros analistas económicos menos conocidos pero que desde diferentes perspectivas sabían de la existencia de la profunda crisis económica, antes de la pandemía. Todo el trabajo del Comité pour l´abulition des dettes illégitimes, con el que no tengo ninguna vinculación salvo la de leer los textos que ha emitido el señor Toussaint, que llamó mi atención por el hecho de proponer la expropiación de los banqueros y la socialización de los bancos, palabras gruesas nada habitual en la prensa escrita de mano de un profesional documentado, no como yo, un currante “resentido”, latoso y viejo, está destinado al desprestigio si se cuela la especie que se empieza a dictar diciendo que la pandemia ha sido la causante de la crisis y no al revés. Es la crisis la creadora de la pandemia, y mientras que los avisados estudiosos de todas las disciplinas no expongan claramente este hecho, el mundo estará en manos de mafiosos con poderes NBQ.

Aquí también tenemos un gobierno canijo, plural, como la propia sociedad, cacofónico, encogido y temeroso por tener que cuidar de no pisar el terreno minado porque los poderes fácticos no paran de sembrar minas. Su poder reside en la capacidad de comunicar, que no prodiga, y el el temor de llevar a la calle, con orden y concierto un debate sobre qué sociedad queremos. Los ciudadanos expresan con claridad que quieren una sanidad pública, y eso tiene unos costes inocultables, que hay que abordar, pero no puede haber sanidad pública sin una enseñanza pública de calidad, capaz de formar ciudadanos con criterio.

jmrmesas
tres de mayo de dos mil veinte

Atrévete y pásalo































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