COHERENCIA
Y SUPERESTRUCTURA
Se
está poniendo mucho, muchísimo interés en hacer responsable de
la crisis económica al virus que ha producido una pandemia
global. Todos los medios, todos los muy poderosos medios que forman
la poderosa constelación formadora y conformadora de la opinión
pública y publicada se esfuerzan en querer demostrar que la
pandemia ha ocasionado la profunda crisis económica cuando es
radicalmente falsa puesto que hay una tesis económica que sostiene
que la crisis es anterior a la pandemia,
que todavía no ha manifestado su destructivo poder porque más de 30
millones de empleos perdidos solo en los EEUU, es solo la décima
parte de la cantidad que según la OIT – Organización
Internacional del Trabajo – se estima que será la cantidad de
empleos perdidos en todo el mundo, más de 300 millones de
puestos de trabajo.
Esta
especie no puede prosperar solo porque sea falsa, o con más
precisión, que se hayan invertido sus términos, sino
porque aclarar su correcto planteamiento cortará la posibilidad de
que se vuelva a repetir porque habrá quedado claramente establecida
la necesidad del sistema de haberse visto obligado a recurrir a una
excusa para justificar la crisis económica.
Esta
especie no puede prosperar porque amenaza directamente la vida
de la humanidad tal y como se ha desarrollado hasta hoy porque
los tanques de pensamiento – organizaciones financiadas por las
potentes corporaciones – que han concebido esta monstruosa
acción tienen claro que el sistema no puede seguir funcionando como
lo ha hecho hasta ahora, y forzosamente, la premisa les
llevaría a la conclusión de tener que concebir planes futuros
tendentes a imaginar que hacer con la humanidad,
a la cual deberían poder controlar.
Leyendo la prensa internacional a la que se puede acceder sin estar
suscrito he podido deducir lo oscuro que le parece a todos la
explosión de la pandemia, así como que se empieza a tomar
distancias situándose cada cual en un lado del cuadrilátero y
aunque en una esquina hay algunos, con EEUU fijándose en China, en
la esquina opuesta hay una mayoría que da vueltas y busca recovecos
para no mirar en la dirección de ninguna superpotencia del bien a la
espera de un oponente. Nadie quiere problemas porque se asume que la
pandemía se aplacará aunque una mayoría de esa prensa
internacional asume que habrá rebrotes, lo que implica que los
dueños de los covid 19 podrán dejarlos escapar, cuando
convenga, porque no es la letalidad del virus el problema sino
la decisión no aclarada de saber como se ha producido el escape.
Mi planteamiento es muy escueto aunque elocuente pese a su
simplicidad. Me permitiré, de nuevo, volver a plantearlo. Desde el
final de la SGM el mundo se configuró de acuerdo con los criterios
que fijó EEUU con el consentimiento de todos los socios europeos y
de otros países a excepción de la desaparecida URSS que mantenía
sus posiciones no siempre coincidentes. El mundo así configurado se
dotó de los instrumentos políticos y de las instituciones
necesarias para echarse a rodar por el camino trazado a la
conveniencia de la potencia hegemónica, que además terminó de
imponer una unidad de cuenta, el dólar, para todas las transacciones
comerciales. Durante más de medio siglo el mundo ha caminado por esa
senda marcada y ahora se están viendo las consecuencias, que pueden
ser denominadas sin paliativos como desastrosas.
Nadie como Estados Unidos es más consciente de no poderse presentar,
de nuevo ante el mundo exhibiendo una nueva crisis económica cuando
todavía los efectos de la anterior estaban causando daño y por lo
tanto necesitaba una excusa para presentarse ante el
mundo cargando con un desastre de tal calibre, en todo el mundo y aún
más, en su propio territorio, en su propio país, ante sus propios
conciudadanos.
De tal calibre es el fracaso, que si tuviese que ser juzgado
ateniéndose a los criterios recogidos en esa superestructura
acrisolada, útil solo para aplicarla a los débiles, el veredicto
tendría que ser de condena porque tenía todos los resortes en las
manos para evitar la debacle del planeta y no hizo nada sino
agravarla.
Había
pues una crisis económica antes de la pandemia que necesitaba ser
justificada, y no
como se está presentando, hay una pandemia que acarrea una crisis
económica.
Mi planteamiento es, esencialmente, correcto, aunque asumo
abiertamente mi falta de autoridad y competencia para formularlo dado
que soy un trabajador sin ninguna cualificación académica que
avalen mis conclusiones y por tanto pueden, no solo ser
desmontadas sino abiertamente ignoradas y despreciadas, pero no
obstante, para el analista ecuánime que las evaluara
encontraría coherencia en la formulación y congruencia con los
acontecimientos que se han sucedido.
Siguiendo en este orden de ideas sí hay una persona con la
cualificación y autoridad avalada por dos universidades que sí ha
estudiado el funcionamiento del sistema y ha concluido que la crisis
se hizo presente en los finales de 2018.
A esa persona le corresponde avalar y demostrar que la crisis era
presente y real antes de la pandemia y a este documentado estudioso
le debe de constar que todo su esfuerzo, todo el empeño de la
organización de la que forma parte y dirección, el Comité
pour l´abolition des dettes illegitimes está condenado a
la irrelevancia si no se demuestra nada más y nada menos que ya
existía esa profunda crisis antes de la pandemia.
Esa persona sí podría refrendar sus estudios sobre la crisis
económica, solo sobre la crisis, demostrando que fue
anterior a la letal pandemia que ocurrió después de la
crisis. No le corresponde más, pero tampoco menos.
Una conferencia internacional de economistas podría certificar que
la crisis y su profundidad eran anteriores a la letal pandemia. No
les correspondería más pero tampoco menos.
Se debe demostrar que existía la crisis y su profundidad porque no
es posible pensar que un modo de producción con la capacidad de
alterar con tantísima potencia a los factores que afectan a la
vitalidad del único planeta habitable para la complejidad de la
vida, puedan ser alterado solo a beneficio de aquellos que se han
dotado de los poderosísimos medios que influyen en el hábitat
común. Eso lo saben los muy bien financiados thinktank,
capaces de imaginar la posibilidad de “dotar” a las
generaciones futuras con micro chips implantados al nacer decidiendo
la vida a capricho porque los replicantes, ya
están imaginados. La necesidad de haber tenido que
justificar la crisis con una pandemia, los antecedentes de
experimentos anteriores un sistema sin ninguno control está
exhibiendo la facilidad de abrir las puertas a la experimentación
con los seres humanos como si de cobayas se tratara, y estamos
obligados a no permitir esa maldad.
jmrmesas
seis de mayo de dos mil veinte
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